3. 3
ÍNDICE
1. Los evangelios: Origen, fuente y mensaje de los evangelios....................
2. El Verbo se hizo carne ..........................................................................
3. Los misterios de la infancia y la vida oculta de Jesús...............................
4. Los misterios de la vida pública de Jesús................................................
5. Jesús en la sinagoga.............................................................................
6. Jesús anuncia la Buena Nueva del Reino mediante parábolas .................
7. El mensaje de la Bienaventuranzas ........................................................
8. Los Milagros de Jesús ...........................................................................
9. Pasión y muerte de Jesús......................................................................
10. Resurrección de Jesús...........................................................................
11. Jesús subió a los Cielos .........................................................................
12. Jesús nos envía el Espíritu Santo ...........................................................
13. Necesidad de la oración. Alegría de ser amigos de Jesús .........................
14. Necesidad de los sacramentos. Vivir la amistad con Jesús .......................
15. El sí de María. La vocación de la Virgen María.........................................
4. 4
P. Fernando - Misa de Corpus Christi
Tema 1
A. MOTIVACIÓN
Desde el día de Pentecostés, la Iglesia conserva la palabra de Cristo como su
más valioso tesoro. Recogida en las páginas del Evangelio, ha llegado hasta
nuestro tiempo. Hoy somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de
transmitirla a las futuras generaciones, no como letra muerta, sino como fuente
viva de conocimiento de la verdad sobre Dios y sobre el hombre, fuente de
auténtica sabiduría.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. El evangelio y los Evangelios
El Nuevo Testamento se abre con cuatro
libros que llevan el mismo título:
Evangelio. Igualmente inspirados que los
restantes libros de la Sagrada Escritura,
son los de mayor excelencia de todos
ellos, “porque constituyen el principal
testimonio de la vida y la doctrina del
Verbo hecho carne, nuestro Salvador”
(DVn.4) Estos cuatro libros fueron
designados con el título de Evangelio
desde principios del siglo II.
La palabra Evangelio viene de una voz griega (euangélion) que significa
originariamente “Buena Nueva” o buena noticia, la noticia gratísima de la
redención de los hombres hecha por Jesucristo. Evangelio es el nombre que
damos a la doctrina de Jesucristo y a los libros en que está contenida.
Cuando, después de la muerte y resurrección de Jesús, los apóstoles y sus
discípulos empezaron a anunciar, en primer lugar a los judíos y luego a los no
judíos, la buena noticia de la salvación que Dios les ofrecía por medio de Jesús,
el Mesías, el Hijo de Dios, fácilmente encontraron que el término “Evangelio” era
el más adecuado para designar ese mensaje: era la buena noticia por excelencia.
Pablo usa con frecuencia este término para referirse al mensaje que él predicaba
a los no judíos (cf. Rm. 1, 1, 9, 16; Co 15, 1). Marcos también usa esta palabra
al comienzo de su libro (cf. Mc 1,1)
Poco a poco la palabra “evangelio” fue convirtiéndose en la designación técnica
de los cuatro relatos de la Iglesia apostólica que nos hablan de Jesús, de sus
hechos, de sus palabras y de su pasión, muerte y resurrección.
Se llaman Evangelios por tanto a los cuatros libros donde se narra la vida, los
milagros y las principales palabras de Jesucristo.
Los Evangelios reconocidos por la Iglesia son cuatro: Evangelio según San
Mateo; según San Marcos; según San Lucas, y según San Juan. Propiamente no
hay más que un Evangelio, porque una es la “Buena Nueva” anunciada por
5. 5
Evangelistas
Jesucristo. Y así dijo San Ireneo: “Cristo nuestro Señor nos ha dado un
Evangelio bajo cuatro formas”; y Orígenes, por su parte: “El Evangelio es uno en
realidad aun cuando venga de cuatro escritores”.
Los Evangelios nos dan a conocer a Jesucristo, que es el Mesías prometido a los
patriarcas y anunciado en el Antiguo Testamento por los profetas.
2. El verdadero origen de los Evangelios.
El verdadero origen de los Evangelios
escritos fue el Evangelio oral, es decir,
la predicación de Jesucristo y de sus
Apóstoles. Entre la Ascensión del
Señor a los Cielos y la composición de
los Evangelios pasa un tiempo de poco
más de veinte años.
“En la formación de los evangelios se
pueden distinguir tres etapas:
1. La vida y la enseñanza de Jesús.
La Iglesia mantiene firmemente que
los cuatro evangelios, "cuya
historicidad afirma sin vacilar,
comunican fielmente lo que Jesús,
Hijo de Dios, viviendo entre los
hombres, hizo y enseñó realmente
para ala salvación de ellos, hasta el día en que fue levantado al cielo" (DV 19).
2. La tradición oral. "Los apóstoles ciertamente después de la ascensión del
Señor predicaron a sus oyentes lo que El había dicho y obrado, con aquella
crecida inteligencia de que ellos gozaban, amaestrados por los
acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad" (DV
19).
3. Los evangelios escritos. Los autores sagrados escribieron los cuatro
Evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de
palabra o por escrito, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la
condición de las Iglesias, conservando por fin la forma de proclamación, de
manera que siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús" (DV
19)” (CIgC n. 126).
La transmisión del Evangelio, según el mandato del Señor, se hizo de dos
maneras:
a) Oralmente: “los apóstoles, con su predicación, sus ejemplos, sus instituciones,
transmitieron de palabra lo que habían aprendido de las obras y palabras de
Cristo y lo que el Espíritu Santo les enseñó”.
b) Por escrito: “los mismo apóstoles y otros de su generación pusieron por
escrito el mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo” (DV n.7).
La iglesia fundada por Jesucristo es para los católicos la verdadera Maestra,
intérprete y norma para discernir o juzgar de la autenticidad, de la inspiración y
el sentido de los libros bíblicos.
6. 6
Cardenal Cipriani
Misa Te Deum
Evangelios
3. El mensaje de los Evangelios
El mensaje de los Evangelios está centrado en el Mesías (Cristo, Ungido), como
lo expresa un pasaje del cuarto evangelio: “(Estas
señales milagrosas) se han escrito para que
ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de
Dios, y para que creyendo tengan vida por medio
de Él” (Jn. 20,31).
Al leer los Evangelios nos damos cuenta de la
importancia tan especial que tiene el periodo final
de la historia de Jesús, desde su entrada
mesiánica en Jerusalén hasta su muerte y
resurrección, periodo que comprende
aproximadamente una semana. Por la
comparación con otros textos del Nuevo
Testamento, como los discursos de Pedro y Pablo
en los Hechos de los Apóstoles (cf. Hch. 2, 14-42) y las cartas de
Pablo (Cf 1 Co 15, 1-7), podemos decir que la referencia a la muerte y
resurrección de Jesús era el centro del mensaje de salvación desde los
primeros momentos de la vida de la Iglesia.
Los Evangelios nos presentan además muchos aspectos de la actividad anterior
de Jesús, desde que fue bautizado por Juan. Nos narran muchos de sus hechos
y palabras en diversas circunstancias y ante diversos oyentes. En cambio,
solamente dos Evangelios, los de Mateo y Lucas nos hablan de su infancia.
Ninguno nos habla del largo periodo de su adolescencia y juventud.
4. Los evangelios sinópticos.
Al leer cuidadosamente estos cuatro libros nos damos cuenta que los Evangelios
de Mateo, Marcos y Lucas presentan una semejanza muy grande entre sí,
mientras que el de Juan se diferencia bastante de los otros, ya que nos narra
hechos que complementan los tres anteriores, Por su semejanza, a los tres
primeros se les ha dado el nombre de “evangelios sinópticos” (de sinopsis=vista
de conjunto).
Sin embargo cada Evangelio tiene su perspectiva propia y su manera peculiar de
narrar la historia de Jesús. Estos diversos enfoques se explican por las variadas
tradiciones que utilizan, por los distintos grupos de lectores a los que se dirigen,
y por el carácter propio de cada evangelista.
7. 7
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué son los Evangelios?
2. Etimológicamente, ¿qué significa Evangelio?
3. ¿Quiénes son los autores de los cuatro Evangelios?
4. ¿Cuál es el origen de los Evangelios?
5. ¿De qué manera se transmitieron los Evangelios?
6. ¿Cuál es el mensaje de los Evangelios?
7. ¿Por qué se llaman evangelios sinópticos?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Buscar un pasaje del Evangelio de San Mateo y comparar las diversas
narraciones que hacen San Marcos y San Lucas sobre el mismo hecho.
2. Ver textos paralelos del Evangelio (por ejemplo, Mateo 4, 1-4; Marcos 1, 12-
13 y Lucas 1,13, o bien Mateo 8,5-13 y Lucas 7, 1-10) y describir las
coincidencias.
3. Encontrar el pasaje de San Mateo donde se habla de la corrección fraterna.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Pentecostés Sagrada Escritura Mateo
Marcos Lucas Juan
8. 8
La Anunciación
Niño en el Pesebre
Tema 2
A. MOTIVACIÓN
¿Por qué el Verbo, el Hijo de Dios, se hizo carne? Esta cuestión, que es de gran
importancia para todos los cristianos, tiene su respuesta en la misma Sagrada
Escritura. En ella se lee: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación
por nuestros pecados» (cf 1 Jn 4, 10). En efecto, no existe otra explicación de la
venida de Cristo a la tierra que el amor que Dios, nuestro Padre, nos tiene, amor
tan grande que nos perdona y salva gratuitamente por medio del sacrificio de su
Hijo.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
Explicación del contenido del presente tema:
En este tema el orden lógico que se
seguirá es el siguiente: primero
explicaremos lo que significa el Misterio
de la Encarnación y cuál es su papel
dentro del plan salvífico de Dios (punto
1); luego, de un modo más detallado,
veremos cómo se realiza dicha
Encarnación (punto 2); posteriormente
veremos cuáles fueron los motivos por
las cuales nuestro Señor tuvo que
encarnarse, tratando de paso el
delicado tema de la necesidad de la
encarnación (punto 3); y, finalmente,
veremos cuáles son las consecuencias
que conlleva la Encarnación de Jesús
(punto 4).
1. La Encarnación de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad
¿Qué es la Encarnación?
«El Misterio de la Encarnación es el misterio de la
admirable unión de la naturaleza divina y de la
naturaleza humana en la única Persona del Verbo,
Segunda Persona de la Santísima Trinidad, en las
purísimas entrañas de la Virgen María, por obra del
Espíritu Santo. La fe en la Encarnación es signo
distintivo de la fe cristiana» (cf Comp. del CCE n. 86;
CCE nn. 461 - 463, 483).
Este misterio divino ha sido definido como dogma de
fe por el Magisterio de la Iglesia en los concilios de
Nicea (325 d. C.) y de Constantinopla (381d. C.).
También queda expresado en la Liturgia en el Credo
de la Santa Misa.
9. 9
Niño Jesús
La Santísima Trinidad y la Encarnación
De las tres Personas de la Santísima Trinidad la
que se encarnó fue solamente la segunda
Persona, el Hijo, no las tres personas juntas. El
evangelista San Juan lo señala claramente en el
prólogo de su evangelio: «Y la Palabra se hizo
carne y puso su morada entre nosotros, y
hemos contemplado su gloria que recibe del
Padre como Hijo único, lleno de gracia y de
verdad» (cf Jn 1, 14).
Ciertamente todas las obras de Dios son
comunes a las Tres Personas y, por tanto, las
Tres Personas obraron la Encarnación. Dice S.
Agustín: «El hecho de que María concibiese y
diese a luz es obra de la Trinidad, ya que las
obras de la Trinidad son inseparables». (cf S.
Agustín de Hipona, De Trinitate, 2, 5, 9). Por
tanto, las Tres Personas unieron la naturaleza
humana con la Segunda Persona, pero no la unieron con sus Personas, sino solo
con la Segunda; las Tres obraron la Encarnación de uno solo, la del Verbo.
La Encarnación y el plan de Salvación
Hay que señalar en primer lugar que la Encarnación del Verbo –clave del Plan de
la Salvación– es antes que nada iniciativa del Padre. El Hijo es «enviado» a este
mundo; su alimento será cumplir la voluntad de Aquel que le ha enviado (cf Jn
17, 8 ss.; 4, 34). En este contexto adquiere pleno sentido el texto de Hb 10, 5 -
7: «la Encarnación no es sólo preparación, sino también cumplimiento redentor
de la voluntad del Padre».
Esta encarnación del Verbo trae ya consigo el comienzo de la salvación, pues, al
encarnarse, el Verbo toma sobre sí a todo el género humano (con toda la
humanidad), y, en cierto sentido, se une a todo hombre. Esta «solidaridad» con
todo el género humano está en la base de la «satisfacción» que Cristo ofrece al
Padre por los pecados de la humanidad.
Por medio de su encarnación, Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, pudo
realizar la salvación. Por ser Dios perfecto pudo realizar la salvación sobrenatural,
inalcanzable al hombre: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envío a su Hijo como propiciación
por nuestros pecados» (cf 1 Jn 4, 10). Por ser hombre perfecto, uniéndose así a
todos los hombres, pudo realizar la salvación de todos los hombres: «Como por
(cf Rom 5, 19).
2. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre
Hemos dicho que en la encarnación el Hijo, que es Dios, se hace hombre: es
Dios verdadero y hombre verdadero. Esta verdad de fe ha quedado claramente
afirmada en la Divina Revelación y defendida por el Magisterio de la Iglesia.
La «unión hipostática» es el término teológico técnico que se usa para expresar
la unión de las dos naturalezas, humana y divina, en la única persona del Verbo.
la desobediencia de un solo hombre (Adán), los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno solo (Jesús) los muchos
serán constituidos justos»
10. 10
Esta expresión solo está elaborada para aplicarla a Cristo. Por esta unión, la
naturaleza humana –o humanidad– de Cristo, constituida por un cuerpo y un
alma racional, adquiere el ser o la existencia al ser asumida por la persona del
Verbo, el cual ya existía antes de todos los siglos. El Verbo subsistente en la
naturaleza divina, al realizarse la Encarnación por obra del Espíritu Santo, atrae a
sí a la naturaleza humana formada en las entrañas de la Virgen María, y le da la
existencia; es decir, la hace subsistir en virtud del mismo ser personal del Verbo
eterno.
En esta unión de naturalezas no hay una mezcla o transformación que da como
resultado un ser intermedio. Las razones son claras: por un lado Dios es
inmutable y perfecto; y por otro lado, la supresión de la verdadera humanidad
destruiría la Redención que Cristo ha traído al mundo.
Pero ésta «unión» no siempre fue comprendida. De hecho ha habido posturas
erróneas, como la del monofisismo y el monotelismo, que se equivocaron al
explicar la unión de las dos naturalezas en la persona de Cristo.
Jesús, verdadero Dios
Sobre la «divinidad de Jesús» hay muchos textos de la Sagrada Escritura que lo
corroboran: el testimonio de Dios Padre en el Bautismo y la transfiguración (cf
Mt 3, 16 - 17; 17, 5); el testimonio mismo de Cristo: en la confesión que hace S.
Pedro (cf 16, 13 - 20), en sus milagros (cf Mt 9, 28; Mc 8, 3; 4, 39; 9, 24), etc.;
y en otros testimonios del Nuevo Testamento (cf Hch 2, 36; 20, 28; 1 Cor. 8, 6;
Rom 9, 5; Col 1, 15; Tit. 2, 13 - 14; Heb 1, 1 - 14; Apoc. 2, 18).
Sin embargo, esta verdad de fe fue negada por algunas herejías. Entre estas
herejías destacan la de los ebionitas, el arrianismo, el monarquianismo, etc.
Jesús, verdadero hombre
Sobre la «humanidad de Jesús», los textos tampoco son pocos: el relato de la
concepción de Jesús en el vientre de una mujer, de su nacimiento y desarrollo,
de su vida como adulto, de su predicación y de su muerte; Cristo mismo habla
de sí mismo como verdadero hombre (cf Jn 8, 40), lo mismo hacen los apóstoles
y San Pablo (cf. 1 Tim 2, 5; Rom 5, 15; 1 Co 15, 21 - 22; Ga 4, 4).
Pero no sólo en el Nuevo Testamento encontramos un claro testimonio histórico
sobre Jesucristo. También en escritores paganos encontramos testimonios sobre
la existencia histórica de Jesús. En éstos, no caben sospechas que hayan
falseado la realidad histórica de la existencia de Jesús. Entre estos autores están:
Tácito, Plinio el joven y Flavio Josefo
También la humanidad de Jesús fue negada por algunas doctrinas heréticas.
Entre estas herejías destaca la de los docetas.
3. Los motivos de la Encarnación y su necesidad: la gratuidad de la
salvación
La doctrina del Catecismo de la Iglesia Católica
El Catecismo de la Iglesia nos dice cuáles son las razones por la que el Verbo de
Dios se hizo carne (cf. CEC nn. 457-460):
a) El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios.
b) El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios
(cf 1 Jn 4, 9; 3, 16).
c) El Verbo se encarnó «para ser nuestro modelo de santidad» (cf Mt 11, 29;
Jn 14, 6).
11. 11
d) El Verbo se encarnó para hacernos «partícipes de la naturaleza divina» (cf 2
Pe 1, 4).
Algunas interrogantes en torno a la necesidad de la Encarnación
Queda claro que el hombre necesitaba de Dios para alejarse del pecado y volver
a Él. Ahora nos toca hacer una serie de preguntas con respecto a la necesidad de
la encarnación.
¿Todo esto era necesario para Dios?
La encarnación no fue necesaria, en cuanto que Dios se viera obligado por su
amor al hombre. De otro modo se hundiría la total gratuidad del orden
sobrenatural. Si la Encarnación es la gran expresión del amor de Dios, y el amor
para ser tal, ha de ser libre, la Encarnación debió ser totalmente libre.
¿Estaba Dios obligado a reparar el pecado del hombre?
Por supuesto que Dios no estaba obligado a reparar el pecado del hombre ya
que podría haber privado al hombre de la bienaventuranza sin hacerle ninguna
injusticia. Esto no iría contra Dios, puesto que el dejar la obra inacabada no
provendría de su impotencia (de no poder hacer nada), sino de la malicia del
hombre, causante y único responsable de su suerte.
Pero, ¿No existe otra forma para salvar al hombre sin que el Verbo se hiciese
hombre’?
Es cierto que la Encarnación era sumamente conveniente, pero esto no quiere
decir que fuese absolutamente necesaria para salvar al hombre. Además, Dios
podría haberlo realizado sin necesidad de hacerse Él mismo hombre. Santo
Tomás de Aquino, el Doctor Angélico, nos lo dice con las siguientes palabras:
«Dios, en efecto, con su omnímodo poder, podía restaurar la naturaleza humana
de múltiples maneras» (cf Sto Tomás de A., Sum. Th. 3, q.1, a.2). Pero Dios
eligió esta forma para salvar al hombre, incluso podemos decir que ésta era la
mejor forma de obtener la salvación de los hombres por los frutos que de ella se
consiguió.
4. Consecuencias de la Encarnación
Esta unión de naturalezas, la divina con la humana, que se da en el Misterio de
la Encarnación tiene una serie de consecuencias que son muy importantes:
Todos los actos de Cristo tienen valor infinito
Esto se percibe si tenemos en cuenta que la persona es el centro de atribución
de todos sus actos: «la persona es el sujeto y responsable de sus propias
acciones». En el caso de Cristo, todas sus acciones, las de su naturaleza divina
como las de la humana, se refieren a su persona. Así decimos que Cristo creó el
mundo (obra propia de Dios), y, también, que padeció (obra propia del hombre).
Esta doctrina nos permite explicar la Redención: en efecto, si hubiera en Cristo
dos personas, una divina y otra humana, la Redención no hubiera podido
realizarse: por un lado, la persona divina no hubiera podido padecer ni morir; y
por otro lado, la persona humana hubiera podido padecer y morir, pero sus
acciones no tendrían valor infinito, por no proceder de una persona divina.
Por el contrario, en la doctrina católica se ilustra la Redención: porque Cristo
padece en cuanto hombre, esto es, en su naturaleza humana; pero sus
padecimientos tienen valor infinito por la unión personal entre la naturaleza
12. 12
humana y la Persona divina: «En efecto, amó Dios tanto al mundo, que le dio a
su unigénito Hijo. Así como en el hombre-Adán este vínculo quedó roto, así en el
hombre-Cristo ha quedado unido de nuevo» (cf Juan Pablo II, Enc. RH, n. 8).
Su Humanidad merece adoración
Así, pues, Podemos afirmar que la «Humanidad de Cristo» merece ser adorada a
causa de su «unión personal con el Verbo divino». De modo que el culto que se
rinde a su Humanidad se rinde al Hijo de Dios.
Por eso la Iglesia permite que al Corazón de Jesús y a sus sagradas llagas se dé
culto directo de latría o adoración. Y por que Cristo se hizo hombre también
puede representársele en imágenes y darles culto sin caer en idolatría.
Pero hubo un error doctrinal que iba contra esta verdad de fe: la de los
«iconoclastas». Estos acusaban a la Iglesia de caer en idolatría por «dar culto a
las imágenes». Este problema se resolvió por medio de la distinción de los
modos de dar cultos: «adoración», que corresponde sólo a Dios y «veneración»
que corresponde a la Virgen y los Santos.
Comunicación de propiedades
La «comunicación de propiedades» consiste en que puede atribuirse a Cristo
Dios lo que es propio de la naturaleza humana; y a Cristo hombre lo que es
propio de la naturaleza divina. Así se puede decir que Dios murió y resucitó; o
que un hombre es inmortal y omnipotente.
Pero debe mantenerse el cuidado de emplear términos concretos, y no
abstractos. Puede decirse, sin cometer una falta, que Dios es hombre, murió,
etc., pero sería gravísimo error decir que la divinidad es la humanidad, o que la
divinidad murió. La razón es porque no todo lo que puede aplicarse a la persona
de Cristo, puede aplicarse a la divinidad en general.
Esta comunicación de propiedades la llaman los teólogos «comunicación de
idiomas», porque idioma quiere decir en griego propiedad; viene del adjetivo,
«idios», que significa propio, particular.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué es el misterio de la Encarnación?
2. ¿Cuál de las tres personas de la Santísima Trinidad se encarnó?
3. ¿Qué es la unión hipostática?
4. ¿Cuáles son los motivos de la Encarnación, según el Catecismo?
5. ¿Por qué la humanidad de Cristo merece ser adorada?
6. ¿En qué consiste la “comunicación de propiedades”?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Dialoga con tus compañeros sobre el principio de Encarnación formulada por
San Ireneo de Lyon: «Lo que no es asumido no es redimido».
2. Señala algunos ejemplos de cómo podemos imitar a Jesús para darlo a
conocer.
3. Investiga qué afirmaban las siguientes herejías:
• Adopcionismo
• Arrianismo
• Docetismo
• Gnosticismo
• Monarquianismo
• Monofisismo
• Monotelismo
• Nestorianismo
14. 14
Tema 3
A. MOTIVACIÓN.
Lo cotidiano es lo que hacemos todos los días. A fuerza de repetirlo nos llega a
resultar ordinario, corriente, sencillo y familiar. Y la mayor parte de nuestra vida
está inmersa en lo cotidiano.
A veces no valoramos bien esta vida cotidiana. Creemos que solo una vida con
cosas grandes, con cosas caras pueda ser valorada y no nos fijamos en el valor
de las cosas sencillas y ordinarias. Así, pues, ¿Cómo descubrir el valor que tiene
la vida ordinaria? Para descubrirlo es preciso dedicarle tiempo, mirar con los ojos
del corazón, despertar del letargo o de la monotonía, contemplar la vida por
dentro. Sólo así descubriremos que a veces lo más maravilloso está, aunque no
lo parezca, muy cerca de nosotros.
En este tema contemplaremos la infancia y la vida oculta de nuestro Señor, que
será, para todos nosotros, una luz; nos permitirá ver el inmenso valor que
encierra la vida de familia y el trabajo.
B. CONTENIDO DOCTRINAL.
Explicación del contenido del presente tema:
En éste tema el orden lógico que se seguirá es el
siguiente: El contenido en sí se puede agrupar en dos
grandes bloques: en el primero estudiaremos, de un
modo general, qué son los Evangelios de la Infancia
(punto 1), cuál es su valor histórico –ya que algunos lo
han puesto en duda– (punto 2), y qué nos dice cada
uno de ellos (punto 3); y en el segundo veremos cómo
nos presentan los Evangelios la vida oculta de Jesús
(punto 4) señalando sus consecuencias teológicas
(punto 5). En el fondo, lo que se busca es
mostrar la importancia de la Infancia y la vida oculta
del Señor en el plan salvífico y cómo pueden influir en
nuestras vidas.
1. Los Evangelios de la Infancia de Jesucristo: Los evangelios de Mateo
y Lucas.
¿Qué son los Evangelios de la Infancia?
Los capítulos 1 y 2 de los Evangelios de Mateo y Lucas son llamados “Evangelio
de la Infancia” de Jesús porque nos narran algunos misterios de la infancia de
Nuestro Señor Jesucristo, como la Anunciación, la Encarnación, la Visita de
Magos y Pastores, la huida de la Sagrada Familia a Egipto porque Herodes quería
matar al Niño, la visita de María a su pariente Isabel, la presentación del Niño en
el templo, etc. En definitiva, muestran quién es el Niño que nace en Belén.
Primeros pasos de Jesús
15. 15
Pintura de la Sagrada Familia
Por: MURILLO
Rasgos comunes presentes en los Evangelios de la Infancia
Existen unos rasgos comunes entre los dos Evangelios de la infancia y que los
hacen diferentes del resto del relato evangélico:
a) Ellos nos dicen quién es Jesús, pero no tanto con las palabras y los hechos
de Jesús, como con las palabras de los evangelistas, o de los personajes
que se encuentran con Jesús.
b) Ellos tienen una forma literaria parecida: están llenos de referencias del
Antiguo Testamento. Esta forma literaria está al servicio de un contenido:
presentar de modo condensado el «misterio» de Jesús, de su ser y de su
obra.
2. Historicidad de los relatos de los Evangelios de la Infancia
Objeciones a la historicidad de los Evangelios de la Infancia
La historicidad de los relatos de
los Evangelios de la Infancia han
sido puestos en duda por
algunos autores. Estos autores
han señalado una serie de
argumentos para defender su
teoría.
Entre los argumentos que usan
para negar la historicidad de los
Evangelios de la Infancia están:
a) La ausencia de otras
fuentes bíblicas y
extrabíblicas que hablen de
estos hechos.
b) La densidad significativa de las narraciones que parecen dirigidas por
intereses apologéticos o dogmáticos.
c) Las discordancias entre los dos Evangelios.
d) Los paralelos que estos textos tienen con otras literaturas.
Afirmaciones a favor de la historicidad de los Evangelios de la Infancia
Existen, sin embargo, elementos que apuntan a la historicidad de las
narraciones.
Entre los argumentos que podemos señalar para demostrar la historicidad de
estos relatos están:
a) El género literario que usan. Los evangelios de la infancia son ciertamente
distintos al resto de la narración evangélica, pero se diferencian más
todavía de los evangelios apócrifos, que también hablan de supuestos
hechos de la infancia del Señor.
b) El contenido revelado en ellos no es tan difícil de aceptar si se admite la
intervención de Dios en la Historia.
c) Finalmente, existe una concordancia en lo esencial.
Conclusión: los Evangelios de la Infancia son verdaderamente
históricos.
16. 16
Descubriremos en estos textos una serie de datos en los que coinciden los dos
evangelios y que tienen que proceder de una «tradición» anterior, es decir, de
algo anterior a su puesta en escrito. Entre esos datos están:
a) Los padres de Jesús son María y José. Estos estaban desposados, pero no
vivían juntos ni habían tenido relaciones conyugales cuando Jesús fue
concebido (cf Mt 1, 18; Lc 1, 27. 37). El nacimiento del niño, en cambio,
tiene lugar cuando ya los padres viven juntos (cf Mt, 24 - 25; Lc 2, 5 - 6).
b) María concibe sin concurso de varón (cf Mt 1, 20. 23. 25; Lc 1, 34). La
concepción es por obra del Espíritu Santo (cf Mt 1, 18. 20; Lc 1, 35).
c) José es descendiente de David (cf Mt 1, 16. 20; Lc 1, 27. 32).
d) La concepción del niño se conoce mediante una anunciación angélica (Mt 1,
20 - 23; Lc 1, 30 - 35). El ángel dice que el niño debe llamarse Jesús (cf Mt
1, 21; Lc 1, 31).
e) El ángel afirma que Jesús es el Salvador (cf Mt 1, 21; Lc 2, 11).
f) El nacimiento de Jesús tuvo lugar en Belén (cf Mt 2, 1; Lc 2, 4 - 6), pero el
niño se cría en Nazaret. (cf Mt 2, 23; Lc 2, 39).
g) El nacimiento tuvo lugar en los días de Herodes el Grande (cf Mt 2, 1; Lc 1,
5).
h) Jesús recibe la adoración de unos extraños: unos magos y unos pastores.
4. El Evangelio del nacimiento e infancia de Jesús según San Mateo y
San Lucas
Hemos dicho que de los cuatro evangelistas, sólo Mateo y Lucas relatan el
nacimiento e infancia de Jesús y que no pretenden describirlos con exactitud,
sino sacar de ellos una enseñanza.
El evangelista Mateo escribió su evangelio unos ochenta años después del
nacimiento de Jesús y sus lectores eran una comunidad cristiana formada por
judíos. Dentro de esa comunidad existían algunas preocupaciones y algunas
dudas:
a) ¿Fue Jesús realmente el Mesías, descendiente de David y anunciado por los
profetas? ¿Jesús es hombre o es Dios?
b) ¿Es Jesús salvador sólo de Israel o también de los romanos, griegos y
demás pueblos?
c) ¿Puede acoger la comunidad cristiana a gente que no sea judía?
d) ¿Por qué son perseguidos tan cruelmente los cristianos, si Dios está con
ellos?
Al relatar el nacimiento e infancia de Jesús, el evangelista Mateo saca unas
enseñanzas que esclarecen las dudas de esta comunidad cristiana:
a)Árbol genealógico (1, 1 - 17): Jesús es realmente el Mesías
descendiente de David y anunciado por los profetas. Él es el heredero de
las promesas hechas a Abraham.
b) Concepción virginal de Jesús (1, 18 - 24): Como hijo de María, Jesús
es hombre; pertenece a la raza humana. Por su concepción virginal, Jesús
es Hijo de Dios; viene del Espíritu Santo; su origen es divino.
c) Nacimiento de Jesús (1, 25 y 2, 1): María da a luz un hijo y le pone por
nombre Jesús, que quiere decir “Salvador”. Nace en Belén como estaba
anunciado.
17. 17
d)Adoración de los sabios de Oriente (2, 1 - 12): Jesús es salvador de
todos los hombres, no sólo de los judíos. Es el rey universal, luz de las
naciones.
e)Persecución de Jesús y huída a Egipto: La persecución y el sufrimiento
son características propias de la misión del Mesías.
f) Matanza de los inocentes: La persecución contra los cristianos es una
persecución contra Jesús. Herodes persigue a Jesús, derramando sangre
inocente. Mientras haya gente como Herodes, ciegos de ambición y de
poder, los cristianos, nacidos bajo el signo de Jesús, sufrirán persecución.
g)Vuelta a Nazaret: Jesús vive en Nazaret; por eso se llamará Nazareno,
según anunciaron los profetas.
El evangelista Lucas escribió su evangelio algunos años después que Mateo, pero
sus destinatarios directos no son ya los judíos sino los gentiles, es decir,
cristianos con otra tradición, mentalidad, cultura, ideología, etc. Estos cristianos
no judíos vivían problemas y preocupaciones en parte comunes a los cristianos
judíos, peo en parte también diferentes. Entre sus dudas estaban:
a) ¿Cómo es posible que todo un Dios se encarne en un cuerpo? En aquel
entonces existía en algunos una mentalidad negativa del cuerpo; decían
que el cuerpo era una cárcel del alma, fuente de pasiones y corrupción,
causa de enfermedades y muerte.
b) ¿Hay que creer todo lo que se dice de Jesús en las leyendas piadosas o
evangelios apócrifos? En aquel entonces circulaban evangelios apócrifos
donde se decían cosas fantásticas y maravillosas de Jesús, pero sin
fundamento histórico. Algunos cristianos se dejaban engañar fácilmente por
la fantasía, alucinaciones, sugestiones, etc.
c) ¿No estaba anunciado que el Mesías había de nacer en Belén de Judá?
¿Cómo puede ser Jesús el Mesías si era de Nazaret?
d) ¿Qué relación existía entre Jesús y Juan Bautista?
e) ¿Es Jesús realmente el verdadero salvador?
El evangelista Lucas ha investigado cuidadosamente los hechos y sacado unas
enseñanzas para confirmar la solidez de la fe en Jesús. Su relato se agrupa en
torno a dos figuras: Juan el Bautista y Jesús. Juan siempre aparece como el
precursor de Jesús, quien es Hijo de Dios y el Mesías esperado que cumple las
profecías.
5. Los textos evangélicos de la vida oculta de Jesús
Los textos evangélicos sobre la vida oculta de Jesús son muy pocos sobre este
período: Lc 2, 40 - 52; Mc 6, 3; Jn 6, 42; 7, 15, son los únicos pasajes que se
refieren a su vida oculta.
Durante los treinta años de su permanencia en Nazaret, Jesús no revela sus
cualidades sobrenaturales y no realiza gestos prodigiosos. Ante las primeras
manifestaciones extraordinarias de su personalidad, relacionadas con el inicio de
su predicación, sus familiares (llamados en el evangelio «hermanos») se asumen
-según una interpretación- la responsabilidad de devolverlo a su casa, porque
Mc 3, 21). En Jn 7, 15 sus adversarios se maravillan que Jesús conozca las
consideran que su comportamiento no es normal ( leer, por ejemplo,
18. 18
estudiando con un maestro reconocido. Aunque muchos se dirijan a él como
«Rabí» hay que tener en cuenta que hasta el 70 d.C. en que se restringe mucho
su uso, este título es de uso más flexible (por ejemplo en Jn 3, 26 se usa
también respecto a Juan Bautista).
Así, pues, la vida oculta de Jesús que se extiende a través de treinta años es
bastante diferente de la que uno habría de esperar en el caso de una Persona,
quien es adorado por sus seguidores como su Dios y reverenciado como su
Salvador. Pero esta es una prueba indirecta de la credibilidad de la historia
evangélica, de que lo narrado en los evangelios sucedió realmente.
6. Enseñanzas teológicas de la vida oculta de Jesús
Cristo y la santificación de la totalidad de la vida humana
Los años de la vida oculta de Jesús no son una simple preparación para su
ministerio público, para su misión, sino auténticos actos redentores (salvadores)
orientados hacia la consumación del Misterio Pascual (su Pasión y muerte): «Con
el anonadamiento, con la sencillez, con la obediencia: con la divinización de la
vida corriente y vulgar de las criaturas, el Hijo de Dios fue vencedor» (cf San
Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, n. 21).
Jesús, asumiendo no sólo la naturaleza humana, sino también una vida ordinaria,
ha redimido y santificado todas las realidades nobles de las que está entretejida
la vida común de los hombres: vida de familia y relaciones sociales, juegos de
niños y trabajos de adultos, fatiga y reposo. En estos años de vida oculta, Jesús
nos dio ejemplo, pero también estaba realizando nuestra redención, mediante su
amor y obediencias presentes en cada una de sus obras ofrecidas al Padre como
ofrenda por los pecados del mundo.
Tiene una gran relevancia teológica el hecho de que Jesús compartió durante la
mayor parte de su vida la condición de la inmensa mayoría de los hombres: una
vida sencilla, sin aparente importancia. Esta forma de vida indica que a todos los
hombres es posible redimir su mundo sin necesidad de salirse de su sitio, a
través de lo más sencillo y cotidiano. Jesús nos revela con su vida ordinaria que
la vida diaria de los hombres es susceptible de ser elevada al orden sobrenatural.
El trabajo de Jesús y su valor redentor
El Señor realiza nuestra redención también durante los muchos años de trabajo
de su vida oculta, cumpliendo el quehacer que el Creador encomendó al hombre
al colocarle sobre la tierra: que la trabajase (cf Gn 2, 15). Por medio de su
trabajo nos enseña la santificación de nuestro propio trabajo.
También puede decirse que con Cristo el trabajo ha vuelto a encontrar su
primitiva dignidad (cf J. M. Aubert, la santificación del trabajo). Tras el pecado de
nuestros primeros padres, el trabajo se convirtió como una «maldición» para el
hombre:
17). Pero, con Cristo, el trabajo se convierte en «bendición» ya que se
transforma en medio de santificación.
Por estos motivos la unión con Cristo también implica el amor al trabajo como
parte del amor a la propia vocación cristiana: «al haber sido asumido por Cristo,
el trabajo se nos presenta como realidad redimida y redentora: no sólo es el
« Escrituras » no habiendo estudiado como lo hacían los escribas
« con fatiga comerás de él todos los días de tu vida » ( cf Gn 3,
19. 19
ámbito en que el hombre vive, sino medio y camino de santidad, realidad
santificable y santificadora» (cf S. Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, n. 47).
Dios elige a los sencillos
Otra enseñanza que nos transmite la vida oculta de Jesús es que Dios elige a lo
que no cuentan los ojos del mundo para manifestar su gloria. Son muchos los
textos de los Evangelios que lo atestiguan
• «Dijo María: Mi alma engrandece al Señor… porque ha mirado la humildad de
su sierva» (cf 1, 46 - 48).
• «Había en la región unos pastores que pasaban la noche al raso sobre su
rebaño y se les presentó un ángel del Señor» (cf Lc 2, 8 - 9).
• «Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los
entendidos y las has revelado a los sencillos» (cf Lc 10, 21).
• «Vio a Andrés y Simón… que eran pescadores…» (cf Mc 1, 16 - 17).
San Pablo, al hacer referencia de las primeras comunidades cristianas surgidas,
dice:
ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; más bien todo lo contrario, lo
necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más, ha
escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular
(cf
1Cor 1, 26 - 29).
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué son los Evangelios de la Infancia?
2. ¿Cuáles son los rasgos comunes de los Evangelios de la Infancia?
3. ¿Cuáles son los argumentos que se usan para negar la historicidad de los
Evangelios de la Infancia?
4. ¿Cuáles son los argumentos que se usan para demostrar la historicidad de los
Evangelios de la Infancia?
5. ¿Cuáles son los textos evangélicos que narran la vida oculta de Jesús?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Escribe un comentario de Gaudium et Spes n. 22.
2. ¿Cómo nos dio Jesús ejemplo de obediencia? ¿Qué explicación tiene su
aparente «desobediencia» en el pasaje del templo de Jerusalén?
3. Explica cómo puedes dar sentido divino a tu vida: estudio, familia, diversión,
uso de las cosas materiales… ¿Cuál es el fundamento de ese valor
sobrenatural?
E. VOCABULARIO BÁSICO
• Apología
• Belén
• Dogma
• Evangelios Apócrifos
• Herodes, el Grande
• Nazaret
• «En verdad les digo que si no os volvéis como niños…» (cf Mt 18, 2 - 3).
«Fíjense en Su vocación, no hay en ella muchos sabios según la carne,
a lo que cuenta de modo que nadie pueda gloriarse en presencia de Dios »
20. 20
Dolores de la Virgen
Tema 4
A. MOTIVACIÓN
Los cristianos "hemos de meditar la historia de Cristo, desde su nacimiento en
un pesebre, hasta su muerte y su resurrección (...). Hace falta que conozcamos
bien la vida de Jesús, que la tengamos toda entera en la cabeza y en el corazón,
de modo que, en cualquier momento, sin necesidad de ningún libro, cerrando los
ojos, podamos contemplarla como en una película (...). Así nos sentiremos
metidos en su vida. Porque no se trata sólo de pensar en Jesús, en
representarnos aquellas escenas. Hemos de meternos de lleno en ellas, ser
actores. Seguir a Cristo tan de cerca como Santa María, su Madre, como los
primeros doce, como las santas mujeres, como aquellas muchedumbres que se
agolpaban a su alrededor. Si obramos así, si no ponemos obstáculos, las
palabras de Cristo entrarán hasta el fondo del alma y nos transformarán" (San
Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, n. 107).
B. CONTENIDO DOCTRINAL
Explicación del contenido del presente tema:
En éste tema el orden lógico que se seguirá es el siguiente: primero señalaremos
cuál es el papel que tiene ésta etapa en el
plan salvífico (punto 1); luego, en un
estudio detallado, trataremos de señalar la
duración temporal de ésta etapa de la vida
del Señor (punto 2); y, finalmente,
estudiaremos dos hechos principales de ésta
etapa: El Bautismo (y las tentaciones) y la
transfiguración (punto 3). Lo que se busca
es mostrar la importancia que tiene la vida
pública de Jesús como criterio de vida para
un cristiano: seguir a «quien pasó por el
mundo haciendo el bien» y quien «todo lo
hizo bien».
1. La vida pública de Jesús
Se llama Vida pública de Jesús a los años en
que, dejando su vida oculta de Nazaret, se
dedicó a predicar. Esto sucedió cuando
Jesús tenía alrededor de treinta años.
Los Evangelios son los textos que nos han transmitido los
acontecimientos principales de esta etapa de su vida. Pero los Evangelios
no son propiamente una biografía sobre Jesucristo. Ellos transmitieron fielmente
los hechos y enseñanzas de Jesús, pero su contenido no corresponde a las
biografías de la literatura actual (ver el texto de la Const. Dogm. DV n. 19). Su
fin principal es anunciar la buena noticia de la Salvación, y proclamar que Cristo,
con su Muerte y Resurrección, nos ha salvado de nuestros pecados. El contenido
21. 21
Las Bodas de Caná
central de los Evangelios es anunciar que Jesucristo es el Salvador, y que con Él
ha llegado el Reino de Dios.
2. Dimensión salvífica de la vida pública del Señor
La «vida pública» de Jesús tiene una dimensión salvífica: está orientada hacia la
predicación y la implantación del Reino de Dios. Esta se manifiesta especialmente
en su predicación, en sus milagros, y en su perdón de los pecados y expulsión de
los demonios.
3. La duración de la vida pública de Jesús
Hablar sobre el tiempo de la
vida pública de Jesús siempre
ha planteado muchos
problemas. Aquí solo nos
dedicaremos concretamente al
tema de la duración de la vida
pública.
Sobre la duración de la vida
pública del Señor existen dos
opiniones opuestas. Estas son:
a) Que la vida pública de
Jesús duro sólo un año.
b) Que la vida del señor duro
más de dos años.
A continuación trataremos, de
modo condensado, cada una de
ellas.
a) Los que afirman que la vida pública del Señor duró sólo un año:
Entre sus defensores están San Ireneo de Lyon, Clemente de Alejandría, Julio el
Africano, Filastro, San Hilario de Poitiers y dos o tres escritores patrísticos más.
San Ireneo que fue el primero y a quien los demás siguieron, parece sugerirlo
con frases proféticas del Antiguo Testamento como, «un año de desquite», «el
año de mis redimidos» (cf Is 34, 8; 63, 4). (cf S. Ireneo de Lyon, Adv. Haer., II,
23, 3 - 6),
b) Los que afirman que la vida pública del Señor duró más de un año:
Si tenemos en cuenta el texto evangélico de san Juan veremos que la vida
pública del Señor demanda una duración mayor.
El Evangelio de San Juan menciona tres pascuas diferentes en la historia del
ministerio de Cristo (cf Jn 2, 13; 6, 4; 11, 55). Todo esto tiende a favorecer el
punto de vista de aquellos escritores y de los comentaristas más recientes
quienes extienden el período del ministerio de Cristo a un poco más allá de los
dos años.
Pero al hacer una comparación entre el Evangelio de San Juan con los Evangelios
Sinópticos, parece ser que se introduce otra pascua más en la vida pública de
Cristo, mencionada en el primero de ellos. Esto nos muestra que la vida pública
de Jesús se debe haber extendido por un período de cuatro pascuas, es decir,
que debe haber durado tres años y unos pocos meses más. Aunque el Cuarto
22. 22
Evangelio no indica esta cuarta pascua en una forma tan clara como lo hace con
las otras tres, no está totalmente callado respecto a ella.
Por los estudios hechos hasta ahora parece que la opinión más acertada es la
que afirma una duración superior a dos años.
4. Principales hechos de la vida pública del Señor
Algunos momentos de la vida pública de Jesús nos muestran con particular
claridad esta orientación de toda su vida hacia el misterio pascual (a su entrega
en la Cruz en cumplimiento de la voluntad del Padre para el perdón de los
pecados del hombre). Por cuestiones de espacio y porque se tratará en otros
capítulos solamente veremos dos hechos: el primero, el Bautismo (y las
tentaciones), que es el pórtico de su vida pública; y la transfiguración, que es el
suceso previo a su pasión y muerte en la Cruz.
El Bautismo y las tentaciones.
a)El Bautismo del Señor
El Bautismo aparece relatado, con especial solemnidad, en los cuatro Evangelios
y en los Hechos de los Apóstoles (cf Mc 1, 9 - 11; Mt 3, 13 - 17; Lc 3, 21 - 22;
Jn 1, 32 - 34 y Hch 1, 22; 10, 38).
Entre las enseñanzas que podemos deducir del Bautismo del Señor están las
siguientes:
a) Muestra la relación entre su bautismo y el misterio de su pasión y
muerte.
b) Muestra su relación con el bautismo cristiano.
c) Muestra la solidaridad del Señor para con los pecadores.
d) Muestra su relación con el Espíritu Santo y la Santidad.
e) Muestra la relación entre su bautismo y el misterio de su pasión y
muerte
Las mismas palabras “bautismo”, “ser bautizado”, son empleadas por Jesús en
dos momentos posteriores (cf Mc 10, 38 - 39; Lc 12, 50) para designar su
muerte, con lo que deja clara la relación bautismo-misterio pascual: Bautismo y
Pasión-Resurrección encierran un paralelismo: en ambos se da un “paso” a la
muerte (el sumergirse en las aguas era un símbolo de muerte y Cristo padeció y
murió en la Cruz), para resurgir con una “vida nueva” (el recién bautizado
resurgía de las aguas con nueva vida y Cristo, triunfando sobre la muerte,
Resucita).
El Bautismo de Jesús fue, pues, no sólo una «preparación» para su vida pública,
sino también «realidad de salvación» por su unión indisoluble con la Cruz y la
Resurrección.
a) Muestra su relación con el bautismo cristiano
San Pablo pone el bautismo cristiano en relación con el misterio de la muerte,
sepultura y resurrección del Señor (cf Rom 6, 3 - 4). Él señala que en el
Bautismo el cristiano participa del sufrimiento y glorificación del Señor en la Cruz.
23. 23
b) Muestra su solidaridad con los pecadores
En el Bautismo, Jesús se solidariza con los pecadores, sus hermanos, tomando
sobre Sí sus crímenes conforme se profetiza en Is 42, 1 - 9 del Siervo de Yahvé,
y hace penitencia con ellos para reconciliarlos con Dios. Se bautiza entre los
pecadores, como más tarde morirá entre los malhechores (cf Mc 15, 27). De ahí
que no sin profundo sentido y en clara asociación de ideas, el Bautista le designe
en esa ocasión como «el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (cf Jn
1, 29), con una referencia cargada de evocaciones en torno al sentido de toda su
vida orientada hacia el sacrificio de su muerte.
c) Muestra su relación con el Espíritu Santo y la Santidad
El Bautismo de Jesús es uno de los momentos culminantes en que aparece su
relación con el Espíritu Santo y con la santidad: Él es, como implica el propio
nombre de «Mesías», el «Ungido».
Pero el Bautismo de Jesús no supone en Él pecado alguno. Jesús lo recibió para
darnos ejemplo de lo que habíamos de hacer para renacer a la filiación divina.
Por primera vez, y en forma sensible, aparecen en escena las tres Personas de la
Santísima Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
b)Las tentaciones en el desierto
El relato de las tentaciones es presentada por los sinópticos inmediatamente
después del bautismo de Jesús en el río Jordán (cf Mt 4, 1 - 11; Mc 1, 12 - 13; Lc
4, 1 - 13).
A través de estos relatos podemos ver que Cristo experimentó realmente la
tentación. Pero, como señalan los textos, esta no se trata de una tentación «ab
intrínseco», que brota de un desorden interior (Cristo, al no haber contraído el
pecado, no estaba sometido a él), sino de una tentación «ab extrínseco», desde
fuera. Pero esto no quiere decir que la tentación no haya sido real, auténtica, ni
que en otras ocasiones se viese tentado. Cristo sintió sobre sí la presión del
demonio, de los hombres, de las mismas circunstancias, que le pedían que fuese
infiel a su misión, que desnaturalizase su mesianismo.
Estas tres tentaciones relatadas por los Evangelios Sinópticos apuntan
claramente hacia el mesianismo de Cristo, y guardan un estrecho paralelismo con
la interpretación terrena que el judaísmo daba al papel del Mesías. Satanás tienta
a Jesús para que oriente su mesianismo en mezquino provecho propio y contra
la voluntad del Padre. De hecho, Jesús tuvo que rechazar a lo largo de su vida
las presiones de su ambiente, incluso de sus discípulos, contrarias al plan del
Padre. Es la misma tentación que le propondrán los judíos, cuando está ya en la
cruz: «Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz, y creeremos» (cf Mt 20, 20 - 22;
Mc 10, 37 - 38). Se trata, pues, de tentaciones numerosas y reales, que Cristo
vence con perseverancia, dándonos auténtico ejemplo de cómo luchar contra el
mal.
En el plan divino, las tentaciones de Cristo no sólo tienen un sentido pedagógico
(de enseñanza), sino que forman parte de la lucha y victoria de Cristo sobre el
24. 24
Maligno (el Diablo). Como escribe San Hilario de Poitiers, comentando el texto de
Mt 12, 29: «Cristo reconoce públicamente que todo el poder del diablo fue
liquidado por El en la primera tentación, dado que nadie puede entrar en casa
del fuerte y robarle su hacienda, si previamente no ha maniatado al fuerte. Y es
evidente que quien tal cosa puede hacer ha de ser aún más fuerte que el fuerte
aquél. Satanás quedó atado cuando el Señor le llamó por su nombre; la
declaración pública de su maldad lo encadenó. Y una vez que lo tuvo así atado,
lo despojó de sus armas y de su casa, es decir, de nosotros, sus armas de
antaño. Volvió a hacernos militar en las filas de su reino, y se ha hecho con
nosotros una casa despejada por el vencido y encadenado» (cf Hilario de
Poitiers, Commentarius in Mt).
Ciertamente la victoria de Cristo sobre el diablo se consumará definitivamente en
la cruz; pero ha comenzado ya —y en forma contundente— mucho antes. Uno
de los momentos cruciales de esa lucha y victoria de Jesús han sido
precisamente las tentaciones.
La Transfiguración.
a)La transfiguración en la Sagrada Escritura
Los Evangelios colocan la escena de la Transfiguración al final de la vida pública
de Jesús, antes del inicio de los relatos de la Pasión y Muerte de Cristo (cf Mt 17,
1 - 9; Mc 9, 2 - 10; Lc 9, 28 - 36).
Pero no solo aparecen en los Evangelios. Parece que S. Pedro, en su segunda
epístola, la alude con la siguiente frase: «Pues al recibir de Dios Padre honor y
gloria, de la majestuosa gloria le sobrevino una voz en estos términos: “Éste es
mi Hijo, el Amado, en quien tengo mis complacencias”. Y esta voz bajada del
cielo la oímos los que estábamos en el monte santo»
En la teofanía de la Transfiguración encontramos parecidas palabras a las de la
teofanía del Bautismo: En la teofanía de la Transfiguración se designa a Jesús
como el «Hijo amado» (cf Mc 9, 7). San Lucas, en vez de «querido» introduce
«elegido» (cf Lc 9, 35); San Mateo intercala el inciso «en quien me complazco»
(cf Mt 17, 5). Ambas expresiones, «elegido» y «en quien me complazco» se leen
en el primero de los cantos del Siervo de Yahvé (cf Is 42, 1), con los que se
evocan los sufrimientos del Siervo junto con la gloria de la transfiguración.
San Marcos advierte que la Transfiguración tiene lugar seis días después del
anuncio de la Pasión (cf Mc 9, 2), quizás insinuando que existe conexión entre
ambos episodios, y queriendo mostrar a Cristo en camino hacia su consumación.
San Lucas explicita el contenido pascual de esta teofanía, al puntualizar que
«dos varones hablaban con El, Moisés y Elías, que aparecían gloriosos y le
hablaban de su partida (su muerte), que había de cumplirse en Jerusalén» (cf Lc
9, 31-32).
Enseñanzas de la transfiguración
Entre las enseñanzas de este suceso cabe señalar las siguientes:
a) La teofanía de la transfiguración está dirigida especialmente a los Apóstoles
para reconfortarlos en la prueba de la Pasión y Muerte de Jesús.
(cf 2Pe 1, 17 - 18).
25. 25
b) Las palabras del cielo son una urgencia a todos los hombres a escuchar las
palabras del Mesías, Legislador supremo.
c) La presencia de Moisés conversando con el Señor en el monte Tabor no puede
menos de evocar el Monte Sinaí. El hecho de que hablen de la muerte de
Jesús pone de relieve que en la muerte del Mesías se cumple el contenido de
la Ley y los Profetas (la Torá).
d) Es una visión que anticipa también la gloria que aguarda al hombre, pues
Cristo
(cf Flp 3, 21).
e) La transfiguración también muestra que para entrar en gloria es necesario
recorrer el camino de la Cruz y que la Cruz en sí misma tiene ya aspectos de
gloria: ella es al mismo tiempo lugar de tormento y trono de gloria.
f) También es una revelación de quién es Jesús: es el «Hijo amado»(cf Mc 9, 7).
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Cuántas y cuáles son las opiniones respecto a la duración del ministerio de
Jesús?
2. ¿Qué enseñanzas podemos deducir del Bautismo del Señor?
3. ¿En qué lugar se ubica el pasaje de las tentaciones?
4. ¿Dónde se encuentra relatado la escena de la Transfiguración?
5. ¿Cuáles son las enseñanzas de la Transfiguración?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Explica todas las razones que se te ocurran por la que Jesús quiso bautizarse
en el Jordán.
2. Investiga otros hechos importantes de la vida pública de Jesús: El milagro de
las bodas de Caná, el Sermón de la Montaña, la multiplicación de los panes,
etc.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Monte Sinaí Monte Tabor Siervo de Yahvé
Teofanía Torá Transfiguración
como el suyo»
«transfigurará éste cuerpo nuestro de humillación en cuerpo glorioso
26. 26
Sinagoga en Cafarnaum
Tema 5
A.A.A.A. MOTIVACIÓNMOTIVACIÓNMOTIVACIÓNMOTIVACIÓN
Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la
región. El iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret,
donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de
sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta
Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El
Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la
Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a
los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del
Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga
todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura,
que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de él y
estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y
decían: «¿No es éste el hijo de José?» (Lc. 4, 14-22).
B.B.B.B. CONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINAL
Explicación del contenido del presente tema:
En éste tema el orden lógico
que se seguirá es el
siguiente: Esta presenta tres
grandes bloques: en el
primero veremos qué es en
sí una sinagoga (concepto
etimológico, origen histórico
y papel en la historia de
Israel) (punto 1 y 2); en el
segundo, veremos cuál fue la
relación de Jesús con la
sinagoga (el papel que
cumplió la sinagoga dentro
de la vida de Jesús),
analizando dos hechos de la
vida del Señor que ocurrieron
dentro de una sinagoga (punto 3); y en el tercero, veremos cuál fue la relación
de la sinagoga con la Comunidad Cristiana recién surgida (punto 4).
1. ¿Qué es una sinagoga?
Concepto etimológico de “sinagoga”
La «sinagoga» es el lugar de culto judío. El término «sinagoga» proviene de la
palabra griega synagogé que significa reunión y traduce la palabra hebrea
«kenesseth».
Origen de la “institución sinagogal”
La «institución sinagogal» tiene su origen, al parecer, en el exilio babilónico (s.
VI a. C.), cuando los judíos, lejos del Templo de Jerusalén, se reunían en las
casas particulares para la lectura de la Escritura y para la oración. Es muy posible
27. 27
Jesús en la Sinagoga
que pueda considerarse a Esdras, el escriba, como el verdadero fundador del
culto sinagogal en Tierra Santa: él es en efecto quien instituyó la lectura pública
de la Ley (Torá) en las tardes del sábado, así como los lunes y jueves, días en
los que las gentes de los pueblos iban a la ciudad para el mercado.
2. La sinagoga y la historia del pueblo de Israel
La importancia de la institución sinagogal para el pueblo de Israel
La institución sinagogal gozaba de crédito en el pueblo de Israel y lo prueba el
hecho de que existía una sinagoga al lado mismo del Templo de Jerusalén,
donde, según el testimonio del Talmud (cf Sotah 40b; Yoma 68b), el gran
sacerdote leía la Ley y recitaba las bendiciones.
Unánimemente se reconoce que gracias a la existencia de la institución sinagogal
el judaísmo pudo recuperarse de la destrucción del Templo y de la catástrofe
nacional del año 70 d. C. Al finalizar esta guerra el partido político-religioso de
los fariseos desaparece y los cristianos comienzan a predicar fuera de Israel y a
«gentiles».
3. Jesús y la sinagoga
Los Evangelios y la sinagoga
Los Evangelios mencionan frecuentemente la palabra sinagoga en diferentes
circunstancias de la vida del Señor. Las
menciones que se hacen de ella algunas
son positivas y otras negativas.
Entre las menciones positivas que los
Evangelios hacen de la sinagoga están:
a) Es en una sinagoga donde Jesús
comienza su ministerio público (cf Lc
4, 15);
b) Es el lugar a donde acude en los
pueblos que iba a predicar (cf Mt 9,
15; Mt 4, 23).
una serie de milagros (cf Mc 1, 21 -
28; Mc 3, 1 - 6; Mt 12, 10 - 14; Lc 4,
15; Lc 6, 6 - 11), o es llamado para sanar (cf Lc 8, 41 - 53; Lc 7, 1 - 10).
d) Incluso, durante el juicio que a Jesús le hicieron las autoridades religiosas
en el Sanedrín, les dice que pregunten a las personas que le han escuchado
predicar en la sinagoga, pues es en ese lugar solía predicar su doctrina
abiertamente (cf Jn 18, 20).
Pero no todo lo que nos dicen los evangelios sobre la sinagoga era positivo.
Entre las menciones negativas están:
a) En ella se dice que Jesús era vigilado por sus enemigos, para ver si realizaba
milagros en sábado para poder acusarle (cf Mc 3, 4 - 6; Mt 12,10- 14).
b) El Señor también advierte a sus discípulos que serán perseguidos por los
jefes y miembros de la sinagoga y que serán castigados por su causa (cf Mt
10, 17; Mc 13, 9; Lc 21, 12).
c) También dentro de la sinagoga obra
28. 28
c) También les advierte que serán interrogados, pero que contarán con el
apoyo del Espíritu Santo (cf Lc 12, 11).
Podemos concluir que para Jesús no le fue ajeno el ambiente de la sinagoga:
fue el ámbito donde inició y desarrolló, en buena parte, su predicación;
donde seguramente conseguiría a muchos de sus seguidores. Pero poco a
poco fue separándose de ella, como lo señalan, indirectamente las palabras
del Señor de que sus discípulos sufrirán persecución por su causa. Esta
separación se consumaría en la época de los inicios de la Iglesia, cuando
ésta se separe definitivamente del Judaísmo.
Jesús en la Sinagoga de Nazaret (Lc 4, 16 - 21)
«Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la
sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura.
Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló
el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque
me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a
proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la
libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. Enrollando el
volumen lo devolvió al ministro, y se sentó.
De este texto podemos decir, entre muchas cosas, lo siguiente:
• El contexto histórico próximo del pasaje: que Jesús, tras su Bautizo en el
Jordán por Juan Bautista y su retiro al desierto para ser tentado por el
demonio, regresa a Galilea. Allí se encuentra con que Juan el Bautista ha
sido cogido preso por el rey Herodes Antipas.
• La enseñanza del pasaje: que se puede usar textos del Antiguo Testamento
para aplicarlas a Cristo. Esto quiere decir que en la persona de Cristo se
cumple todo lo anunciado por Dios en la Revelación divina.
Un milagro dentro de la sinagoga: la curación del hombre de la mano
seca (Mc 3, 1 - 6)
Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano
poder acusarle.
Jesús le dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio.» Y
les dice a los fariseos: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal,
salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.
Entonces, Jesús, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón,
dice al hombre: «Extiende la mano». Él la extendió y quedó restablecida su
mano.
En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él
para ver cómo eliminarle.
Hemos mencionado anteriormente que el Señor era vigilado por sus enemigos
para ver si curaba en sábado para así poder acusarle. A continuación
analizaremos el relato según Mc 3, 1 - 6.
Entre las enseñanzas que nos transmite este texto cabe destacar:
En la sinagoga los ojos de todos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles:
«Esta Escritura, que acaban de oír, se ha cumplido hoy»
seca. Estaban al acecho los fariseos a ver si le curaba en sábado para
29. 29
a) La presencia de Jesús en la Sinagoga: Jesús se dirige en primer lugar al
pueblo de Israel, el pueblo elegido.
b) En ella se manifiesta tanto su divinidad como su humanidad: Jesús realiza
milagros, lo que manifiesta su divinidad; y Jesús se molesta con los fariseos
por su dureza de corazón, lo que manifiesta su humanidad.
c) En este milagro de curación Jesús manifiesta su poder de salvar al hombre
del mal que amenaza al alma: la curación del cuerpo -la liberación de la
esclavitud de la enfermedad- significa la curación del alma de la esclavitud
del pecado.
d) Jesús tenía enemigos. Los principales partidos religiosos-políticos de la
época de Jesús eran la de los fariseos y saduceos.
4. La Iglesia, la Sinagoga y el Judaísmo
cumplirla. Sabían que la misión no les sería fácil, pues el mismo Señor les había
anunciado que serían perseguidos por su causa, para ser ajusticiados y
castigados (cf Mt 10, 17; Mc 13, 9; Lc 21, 12). Pero sabían, porque el Señor se
los había prometido, que no estarían solos, en su misión evangelizadora.
Los Apóstoles y discípulos se dedicaron al principio a predicar el Evangelio al
pueblo de Israel y para ello se dirigieron a las sinagogas, donde seguramente
conseguirían a nuevos seguidores de Cristo. Tal sería el éxito de su predicación
en Jerusalén que pronto provocó la envidia de las autoridades religiosas de
Israel. Estas encarcelaron a los Apóstoles para juzgarlos al día siguiente, pero,
por temor a una posible revuelta del pueblo, decidieron dejarlos libres tras
mandarlos azotar como advertencia de que no volviesen a predicar en nombre
de Jesús. Pero esto no aminoró la actividad apostólica de los Apóstoles.
Hasta el año 70 d. C., fecha de la destrucción de Jerusalén y del segundo
templo, no hubo un corte nítido entre los seguidores de Jesucristo y el judaísmo.
La Iglesia primitiva era, dentro de la religión judía, un movimiento profético que
tenía una propuesta para los sectores socio-político, económico e ideológico;
pero también para la vida personal. Poco a poco quedó claro que se trataba de
una nueva propuesta religiosa y el cristianismo terminó separándose del
judaísmo.
C.C.C.C. AUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué es una sinagoga?
2. ¿Cuáles son las menciones positivas que los evangelios hacen sobre Jesús?
3. En conclusión, ¿cuál fue la relación de Jesús con la sinagoga?
4. ¿Cómo manifiesta Jesús tanto su divinidad como su humanidad?
5. Tras la ascensión del Señor, ¿a qué se dedicaron los apóstoles y discípulos?
6. ¿Qué era la iglesia primitiva dentro de la religión judía?
D.D.D.D. ACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Haz una investigación sobre:
• El rito de la sinagoga.
a todas las naciones»(cf Mt 28, 19), los Apóstoles y discípulos se dedicaron a
Tras la Ascensión del Señor y fiel a su mandato de«Vayan y prediquen el Evangelio
30. 30
• Los inicios de la Iglesia y su separación del judaísmo.
• El uso que hace Jesús del Texto de Isaías en la Sinagoga de Nazaret.
2. Comenta con tu profesor y compañeros por qué el Señor acude a la Sinagoga
para predicar.
E.E.E.E. VOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICO
Damasco Esdras Exilio Babilónico
Galilea Talmud S. Pablo
31. 31
Jesús Divino Maestro
Tema 6:
A.A.A.A. MOTIVACIÓNMOTIVACIÓNMOTIVACIÓNMOTIVACIÓN
Al intentar explicar el Reino de Dios, hemos utilizado algunas comparaciones. Y
todos nos hemos dado cuenta de que estas comparaciones las propuso el mismo
Jesús. En efecto, Jesús no hizo grandes y complicados discursos, sino que
recurrió al uso de lo que Él mismo llamó «parábolas» para explicarnos el Reino
de Dios. Los evangelios nos han transmitido unas cuarenta; y hay que decir que
constituyen la forma más característica de hablar de Jesús.
Las parábolas son comparaciones o relatos breves sacados de la vida de cada
día, que, a primera vista, parecen totalmente inofensivos. Al escucharlos, el
oyente entra confiado en ellos. Pero, cuando está dentro y ha tomado parte,
salta de pronto un interrogante y el oyente, por poco sincero y avispado que sea,
se ve literalmente atrapado, se da cuenta de que esa historia va dirigida a él y le
obliga a definirse. Jesús utilizó este lenguaje porque quería llegar al mayor
número posible de oyentes, hasta los más sencillos. Pero también para hacernos
caer en la cuenta de que el Reino tenía que ver con la vida de cada día; más
aún, que se realizaba en la vida misma.
B.B.B.B. CONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINAL
Explicación del contenido del presente tema:
En éste tema el orden lógico que se seguirá es el siguiente: Primero se verá qué
es una parábola, sus rasgos propios que la hacen
distinta de otros géneros literarios (punto 1), luego
el uso y sentido que hace Jesús de ella (punto 2),
posteriormente la clasificación de las parábolas del
Señor (punto 3) y, finalmente, cómo debemos
interpretarla (punto 4). Con este tema queremos
demostrar que Jesús, haciendo uso de los recursos
de su época, fue un excelente predicador de la
palabra de Dios con un mensaje que aún sorprende
hoy en día.
1. ¿Qué es una parábola?
Definición etimológica
La parábola como indica su nombre (del griego
parabollé), es una especie de problema propuesto
a los que escuchan, mediante una semejanza o
comparación, más o menos desarrollada.
La parábola constituye un género literario en que se elige un fenómeno de la
naturaleza, un incidente, una escena de la vida ordinaria, un hecho real o
imaginario, pero absolutamente posible, probable y aun corriente. Y bajo el
relato que de ellos se hace, se envuelve como en un velo material la idea que se
32. 32
El buen Pastor
quiere destacar, ilustrar o comprobar, ya sea de orden moral, religioso o
sobrenatural. Sirven de término de comparación, colocando al nivel o al lado de
la verdad que se intenta inculcar una imagen, que la hace más sensible y viva.
Otros géneros literarios semejantes a la parábola
La parábola viene a ser la traducción del vocablo hebreo «mashal» del Antiguo
Testamento. El «mashal» tiene un conjunto de significados más amplio que el
que encierra la parábola ya que puede significar refrán, proverbio, relato, etc.
(Ver p. ej. Ez 17, 1 - 5). Esto nos ayudará a comprender el significado de las
parábolas de Jesús.
Pero existe otro género literario, quizá contemporáneo al Señor, que son los
«meshalim rabínicos». Estos tienen una forma muy semejante a la de las
expresiones de Cristo. Pero los meshalim son rígidos y pobres de medios que
contrastan con la riqueza imaginativa y de percepción que vemos en las
parábolas de Jesús.
2. Jesús hablaba en parábolas
Sin las parábolas, nos quedamos sin
mensaje
Está fuera de toda duda que Jesús hablaba a la
gente habitualmente en parábolas. Las citas de los
evangelios sinópticos que lo afirman son
numerosos (cf Mt 13, 3; 13, 10; 13, 34; 13, 35;
13, 53; 22, 1; Mc 3, 23; 4, 2; 4, 10; 4, 11; 4, 13;
4, 33; 4, 34; 12, 1; Lc 8, 10). Incluso Mc 4, 34 y
Mt 13, 34 llegan a decir que Jesús solamente les
hablaba en parábolas.
Hay que tener en cuenta que de Jesús nos
interesan tres cosas: saber quién es, qué hace y
qué dice. Si prescindimos de las parábolas,
prácticamente no podríamos saber lo que decía
Jesús; y si nos quedamos sin saber qué dice,
gran parte de la Buena Noticia desaparece. Por
lo tanto, estudiar las parábolas es lo mismo que enterarse del mensaje de Jesús,
y prescindir de ellas es lo mismo que no conocer ese mensaje.
¿Por qué Jesús hablaba en parábolas?
Ya hemos visto que Mateo 13, 34 y Marcos 4, 34 llegan a decir que Jesús
hablaba a la gente solamente en parábolas. A continuación veremos que estos
dos textos paralelos tienen gran importancia, porque explican por qué lo hacía:
Marcos 4, 33 - 34 Mateo 13, 34 - 35
Con muchas parábolas semejantes les
exponía el mensaje, adaptado a su
capacidad. Sin parábolas no les
exponía nada, pero en privado, a sus
discípulos, les explicaba todo.
Todo esto se lo explicó Jesús a la
multitud con parábolas; y sin
parábolas no les explicó nada.
33. 33
Esto nos introduce en el tema, muy discutido, de «por qué» hablaba Jesús en
Parábolas. Acabamos de ver una explicación, dada por Marcos y Mateo. En esta
explicación, Jesús busca la claridad: habla en parábolas porque quiere que todos
le entiendan, para ponerse a la altura de su auditorio, lo que no impide que,
cuando al atardecer se van a casa a comer, alrededor de la mesa les explique
más detenidamente todo a sus discípulos.
Pero hay un momento de los Sinópticos en que se da otra explicación, lo que ha
desconcertado muchas veces a los comentaristas de la Sagrada Escritura.
Marcos 4, 9 b - 12 Mateo 13, 9 - 13 Lucas 8, 8b - 10
El sembrador El sembrador El sembrador
Y añadió: quien tenga
oídos para oír, que
escuche.
Cuando se quedó a
solas, los acompañantes
con los doce le
preguntaron acerca de
las parábolas. Él les
decía:
de fuera se les propone
en parábolas, de modo
que por más que miren,
no vean, por más que
oigan no entiendan; no
sea que se conviertan y
sean perdonados.
Quien tenga oídos que
escuche.
Se le acercaron los
discípulos y le
preguntaron: – ¿Por qué
les hablas contando
parábolas?
secretos del reinado de
Dios, a ellos no se les
concede. Al que tiene, le
darán y le sobrará; al que
no tiene, le quitarán aun lo
que tiene. Por eso les
hablo en parábolas, porque
miran y no ven, escuchan
y no oyen ni comprenden.
Quien tenga oídos que
escuche.
Los discípulos le
preguntaron el sentido
de la parábola y él les
respondió:
vean y oyendo no
entiendan.
A primera vista, estos textos parecen decir que Jesús hablaba en parábolas para
que no le entendiesen, como un Maestro de Sabiduría que esconde el significado
de sus enseñanzas, para que sólo los sabios le comprendan. Pero esto,
evidentemente, no es así. Es característico de Jesús precisamente todo lo
contrario. Jesús no se dirige a los sabios sino a la gente normal. Jesús disfruta
con la gente, y la gente con Él. Sus parábolas no son enigmas, sino historias
tomadas de la vida corriente, que fascinaban a la gente precisamente porque las
entendían.
De aquí podemos sacar una buena lección para leer los evangelios (y la Biblia en
general). Sacar conclusiones basándonos en un solo texto es peligroso. Un texto
debe entenderse a la luz de todo su contexto, que es, en el caso de los
evangelios, los mismos evangelios en conjunto. Si un texto parece ir contra el
conjunto tendremos que buscar una explicación.
reino de Dios: a los para que viendo no
el secreto del les habla en parábolas
secretos del reino de
Dios
–A ustedes es dado
Él les respondió: a conocer los
–Porque a ustedes es dado
–A ustedes es dado a los demás seconocer los
34. 34
En nuestro caso, está muy claro: el contexto total de los evangelios nos muestra
a Jesús hablando y enseñando constantemente a la gente en general, que le
entiende y disfruta con lo que oye. Incluso para nosotros, separados por tanta
distancia de tiempo y mentalidad, la mayoría de las parábolas de Jesús son muy
fáciles de entender. Parece claro, por tanto, que para su auditorio, más
acostumbrado a la manera simbólica e imaginativa de expresarse y mejor
conocedor de las circunstancias cotidianas a las que las parábolas se refieren, le
sería aún más sencillo. La constante afluencia de multitudes a escuchar a Jesús,
el largo tiempo que pasaban escuchándole, la insistencia de los evangelistas en
frases como «les enseñaba», «se puso a enseñarles», deja muy clara la
conclusión: a Jesús le entendían todos, y hablaba para que le entendiesen con
facilidad. Para confirmarnos en esta impresión, es significativo el texto de Lucas
«En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el Espíritu Santo y dijo: –
¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra!, porque has ocultado estas
cosas a los sabios y prudentes y se las has revelado a los pequeños. Sí Padre,
, texto que podemos tomar muy bien como indicativo
del deseo de Jesús de que la gente sencilla le entendiera, y como comprobación
de que, en efecto, le entendían.
Por lo tanto, parece claro que debemos dar preferencia a la explicación de
Marcos 4 y Mateo 13: Jesús hablaba a gente muy sencilla con imágenes muy
sencillas; su intención era que todo el mundo le comprendiera. Éste es el dato
fundamental. Desde ese dato tendremos que explicar estos textos que parecen
disonar un poco.
La explicación, por otra parte, no es difícil. Los evangelistas han comprobado que
entre los oyentes de Jesús hay quienes no ven lo que todos ven, no entienden lo
que todos entienden. La gente entiende a Jesús, los escribas y fariseos no. La
gente se siente fascinada por Él: los escribas y fariseos se escandalizan. Y es que
su corazón se ha cerrado; Jesús es para ellos «piedra de escándalo». Ésta es la
situación que reflejan las frases «viendo no ven, oyendo no oyen».
Cuando nuestros textos dicen «para que viendo no vean...» no hacen más que
utilizar el viejo modo de los escritores de Israel, que atribuyen a Dios mismo el
endurecimiento del corazón, como cuando Faraón se empeñaba en no dejar que
los israelitas salieran de Egipto, y el Éxodo lo expresa diciendo que «Dios
endureció el corazón de Faraón».
Interpretación desde los resultados
Podemos comprender, además, el sentido de esos textos viendo los resultados
de la predicación de las parábolas: estos resultados son de varios tipos:
• Hay quienes le escuchan, le ven actuar, le aceptan, le siguen. Hay corazones
abiertos que, al verle curar, al oír las parábolas, aceptan la Palabra, se sienten
llamados a la conversión, le siguen.
• Hay otros que no se enteran. La gente le oye con gusto, pero sigue queriendo
que Jesús sea «su mesías», el que esperaban, y se van marchando. Fariseos y
letrados le ven, le escuchan, y se escandalizan. Jesús morirá por lo que hizo y
dijo, aunque la acusación «oficial» fuera de tipo político. Lo que hizo y dijo
motivó que sus adversarios lo quitaran de en medio. Vieron y oyeron, pero se
cerró su corazón. ¿Es a esto a lo que se refería Jesús con la expresión
10, 21:
porque así te agradó »
35. 35
«pecado contra el Espíritu Santo», que Él mismo calificó como incurable? De
todas maneras, ciertamente es a esto a lo que se refirió Jesús con lo de «son
ciegos y guías de ciegos». Es muy significativo el final del episodio del ciego
de nacimiento (cf Jn 9, 39 - 41):
Algunos fariseos que se encontraban con Él le preguntaron: Y nosotros,
Aquí está, pues, la clave para una interpretación correcta del sentido «oculto» de
las parábolas. Jesús las dice para anunciar el Reino, para que sea accesible a
todo el mundo. Y su desencanto es doloroso cuando percibe que hay muchos
oídos que se cierran, muchos ojos que no quieren ver.
Esta consideración nos afecta también a nosotros. También nosotros decimos
que vemos, también nosotros escuchamos con placer las parábolas y admiramos
a su creador. Pero si las parábolas no son para nosotros llamamiento a seguir a
Jesús, revelación del Reino de Dios, oímos y no escuchamos, tenemos ojos pero
no vemos.
3. Clasificación de las parábolas
Las parábolas, según el modelo más seguido, se suelen clasificar del siguiente
modo.
1. Las parábolas del Reino
2. Las parábolas de la misericordia
3. Las parábolas de la urgencia y la reprobación.
Al grupo 1 pertenecerían las parábolas que Jesús dijo en Galilea, en torno al
lago, correspondiendo a la primera época de su predicación.
El grupo 2 se refiere fundamentalmente al capítulo 15 de Lucas, ese gran inciso
propio del tercer evangelio, tan nuclear en el mensaje de Jesús.
El grupo 3 se atribuye a su última etapa, en Jerusalén. El clima luminoso y
esperanzado de Galilea ha cambiado. Jesús mismo se ha hecho más radical y su
enseñanza se ve afectada por el rechazo de las autoridades y por la inminencia
del desenlace.
4. Interpretación de las parábolas
Debemos tener en cuenta tres dimensiones a la hora de leer las parábolas e
interpretarlas para extraer conclusiones correctas que se ciñan a lo que Jesús
quiso transmitir al contarlas. Estas tres dimensiones son: histórica, literaria y
hermenéutica.
a) Histórica: Fijándonos en el contexto histórico y social del momento.
Procurando ver la parábola dentro del marco cultural del pueblo de
Palestina en los tiempos de Jesús, sobre todo los modos y costumbres de la
época.
b) Literaria: Viendo la parábola como una creación literaria que respeta las
normas de composición literaria en cuanto a narrativa, alegoría, retórica,
etc. sin caer en una lectura de las parábolas como tratados doctrinales de
teología.
«Jesús dijo: –He venido a este mundo
para un juicio, para que los ciegos vean y los que ven se queden ciegos.
¿estamos ciegos? Les respondió Jesús: Si estuvieran ciegos, no tendrían
pecado; pero como dicen que ven, su pecado permanece».
36. 36
c) Hermenéutica: Intentando interpretar la parábola de forma correcta y
aplicarla a la realidad actual.
C.C.C.C. AUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué es una parábola?
2. ¿Por qué Jesús hablaba en parábolas?
3. ¿La gente entendía a Jesús?
4. ¿Por qué los escribas y fariseos no entendían a Jesús?
5. ¿Cómo se clasifican las parábolas?
6. ¿Cuáles son las tres dimensiones que debemos tener en cuenta al leer las
parábolas e interpretarlas?
D.D.D.D. ACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Averigua cuales son:
• Las parábolas del Reino.
• Las parábolas de la misericordia.
• Las parábolas de la urgencia y la reprobación.
2. Haz un comentario personal de las siguientes parábolas:
• La parábola del sembrador.
• La parábola de los talentos.
• La parábola de los viñadores homicidas
E.E.E.E. VOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICO
Escatología Hermenéutica Palestina
Parábola Reino de Dios Teología
37. 37
Dichosos los limpios de corazón porque ellos
verán a Dios
Tema 7:
A.A.A.A. MOTIVACIÓNMOTIVACIÓNMOTIVACIÓNMOTIVACIÓN
Todos queremos ser felices, estar contentos y alegres, queremos, en fin, ser
bienaventurados. El Catecismo de la Iglesia recogiendo el deseo de felicidad del
hombre lo relaciona con las bienaventuranzas evangélicas. Dice el Catecismo:
«Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de
origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo hacia
él, el único que lo puede satisfacer» (cf CCE n.1718).
Lamentablemente a veces caemos en el error de pensar que el tener muchas
cosas, o poseer el saber y el poder, el éxito y la fama, son la clave para ser
conseguir la felicidad. Pero en realidad la auténtica felicidad del hombre no
depende de lo que uno posee, de lo que uno tiene, sino de lo que uno es.
Jesús nos enseña, como Maestro por excelencia que es, que existe otro camino
para ser felices, que es bien distinto al que el mundo nos propone. Este está
recogido en las bienaventuranzas evangélicas.
B.B.B.B. CONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINAL
Explicación del presente tema:
Podemos agrupar el contenido
en dos grandes bloques: En el
primero veremos qué son las
“Bienaventuranzas” dentro de la
fe cristiana (punto 1), sus
características particulares
(punto 2), y la comparación de
los dos textos que nos han
transmitido las Bienaventuranzas
(punto 3). En el segundo bloque
analizaremos por separado los
textos de Mateo (punto 4) y
Lucas (punto 5) que son los que
nos han transmitido las
bienaventuranzas.
1. ¿Qué son las Bienaventuranzas?
Las Bienaventuranzas son la norma suprema de conducta del cristiano, seguidor
de Jesús. No están redactadas como leyes o mandamientos a manera de
imperativo. Son invitación e indicativo de una oferta de transformación en el
amor.
La palabra bienaventurado, significa dichoso, feliz (si enfatizamos el sentimiento
subjetivo) o bendecido, digno de ser felicitado (si resaltamos la actividad Divina).
Las Bienaventuranzas forman parte del «Gran Discurso de la Montaña»
pronunciado por Jesús en Galilea, en los inicios de su vida pública (cf Mt 5, 3 -
12 y Lc 6, 20 - 26).
38. 38
2. Puntos que caracterizan a las Bienaventuranzas:
1. Las bienaventuranzas en general nos hablan de Dios, de Jesús y de los
cristianos:
a) Las bienaventuranzas nos dicen primero quién es Dios. Dios no es
alguien neutral, está del lado de los pobres.
b) También nos dicen quién es Jesús en el plan de Dios.
c) Y finalmente nos dicen quién es el cristiano que sabe unirse a Cristo.
2. Las bienaventuranzas en el horizonte propio de cada evangelista:
a) En San Lucas se dirigen a los creyentes y se les dice que su situación de
pobreza es normal, consecuencia de su fidelidad a Jesús: que no se
preocupen que el Señor restablecerá las cosas.
b) En San Mateo se dirigen a todos los hombres, cristianos o no, que
practican la justicia. Por eso hablan de las disposiciones del corazón; y
por eso se propone a Jesús como modelo, porque encuentran su fuente
en Jesús.
3. Análisis comparativo de los textos que transmiten las
Bienaventuranzas
Un análisis comparativo de los textos que nos transmiten las Bienaventuranzas
(cf Mt 5, 3 - 12 y Lc 6, 20 - 26) nos permite descubrir la existencia de unas
semejanzas y unas divergencias:
Entre las semejanzas que existen entre ambos textos están:
• Los dos Evangelios las colocan en el inicio del Discurso – Del Monte o del
Llano.
• Los dos presentan enunciados cortos, excepto en la última bienaventuranza en
la que se despliega un discurso más amplio.
Entre las divergencias entre ambos textos están:
a) El contexto: en Lucas el Discurso está centrado casi exclusivamente en el
amor al prójimo, mientras que en Mateo se interesa por señalar el modo en
que las exigencias del Evangelio, superan las exigencias de la antigua Ley;
b) El número: en Mateo hay nueve bienaventuranza, en Lucas sólo hay cuatro,
aunque seguidas de imprecaciones (ay de vosotros);
c) Contenido: Lucas considera motivo de dicha las situaciones penosas,
mientras que Mateo tiene en cuenta más bien las actitudes del alma,
situaciones espirituales.
4. Análisis de las Bienaventuranzas según San Mateo
Entre las características que podemos señalar del texto de las Bienaventuranzas
de S. Mateo caben señalar:
a) Que está dirigida a una tercera persona no necesariamente presente:
«Bienaventurados aquellos que…».
b) Que estas bienaventuranzas no indican ahora quien es dichoso sino cómo
ser dichoso.
c) El número de las Bienaventuranzas que presenta son 9.
Las bienaventuranzas según San Mateo
Las bienaventuranzas que nos ha transmitido San Mateo son las siguientes:
a) Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos.
39. 39
Jesús en el Sermón de la Montaña
b) Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
c) Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra.
d) Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán
saciados.
e) Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.
f) Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.
g) Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia porque
suyo es el Reino de los Cielos.
h)
De todas ellas sólo veremos la primera. Veremos que la interpretación de ésta es
muy compleja.
La primera bienaventuranza: los pobres y el reino de Dios
Hay un texto de Isaías (Is 61) que se cita en boca de Jesús en los dos evangelios
—y en los dos como anuncio del
reino mesiánico que se cumple
en Jesús— que nos debe ayudar
a descubrir el sentido de esta
primera bienaventuranza:
En Lucas, ls frase está recogida
en la predicación que hace el
Señor en la sinagoga de Nazaret:
«Entonces le entregaron el libro
del profeta Isaías y, abriendo el
libro, encontró el lugar donde
estaba escrito: El Espíritu del
Señor está sobre mí, por lo cual
me ha ungido para evangelizar a
los pobres, me ha enviado para
anunciar la redención a los
cautivos y devolver la vista a los
ciegos, para poner en libertad a
los oprimidos y para promulgar el
año de gracia del Señor. Y
enrollando el libro se lo devolvió al ministro y se sentó. Todos en la sinagoga
tenían los ojos fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta
Escritura que acabáis de oír.» (cf Lc 4, 16 - 20). El texto de Isaías habla de la
evangelización de los pobres y la interpretación del Señor habla del hoy en el
que se cumple.
En de Mateo, la frase de Isaías está en un contexto diferente, pero con un
sentido idéntico. El Bautista envía a sus discípulos para preguntarle a Jesús si es
el Mesías que deben esperar y Jesús dice entonces: «Id y anunciadle a Juan lo
que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos
Bienaventurados cuando los injurien, los persigan y, mintiendo, digan contra
ustedes todo tipo de maldad por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque
su recompensa será grande en el cielo: de la misma manera persiguieron
a los profetas de antes de ustedes.
40. 40
anuncia el Evangelio.» (cf Mt 11, 4 - 5).
En los dos evangelios el sentido es claro: Isaías promete para los tiempos
mesiánicos el anuncio del Evangelio a los pobres y Jesús declara que con Él se
cumple el vaticinio.
Ahora bien, ¿quiénes son estos pobres? Para una primera aproximación no nos
sirve ni la calificación de Mateo —el pobre es el que pone su confianza en Dios—,
ni la de Lucas — que habla de una pobreza real: pobre es el menesteroso, el
oprimido—. Por eso hay que poner la noción de «pobres» en relación con los
otros oráculos mesiánicos de Isaías —Is 35, 5 - 6; 40, 9; 49; 52, 7; etc.— y con
otros textos —Sal 72; 96; 146— en los que se consuela a «los que en ese
momento sufren porque no están protegidos» por el rey, y ansían la llegada del
Reino de Dios, el momento en el que el Señor reina sobre la tierra. Con esto se
unen ya los dos miembros de la Bienaventuranza —la pobreza y el reino— y se
nos da la clave para interpretarla: el punto de vista desde el que está formulada
la bienaventuranza es el punto de vista de Dios. Dios ha instaurado su reino en
Cristo y los que son realmente pobres son los que le tienen como rey. De manera
secundaria tanto San Mateo como San Lucas hacen explícita la manera de ser
pobre —ser pobre de espíritu o ser necesitado—, pero los dos incluyen antes la
determinación esencial: tener a Dios por rey.
Pero si entendemos «pobre» en el sentido bíblico que tienen los textos de Isaías
o de los Salmos citados o de tantos otros pasajes de los libros proféticos, vemos
que dentro de este calificativo de «pobres» desde el punto de vista de Dios,
anawim, incluimos también a los que se especifican en las siguientes
bienaventuranzas. Son pobres, desde esta perspectiva, los hambrientos, los
afligidos y los perseguidos.
Además estos textos nos dan la clave para entender las Bienaventuranzas. Estas
tienen directamente un sentido teológico, e indirectamente un sentido
cristológico, pues es Cristo quien instaura el reino. El sentido antropológico es
derivado y está más presente en la orientación de los evangelistas que en las
bienaventuranzas mismas.
5. Análisis de las Bienaventuranzas según San Lucas
El texto de las Bienaventuranzas que aparece en Lucas tiene las siguientes
características:
a) Hay algunas que tienen su semejante con el de San Mateo. Pero hay otras
que, transmitiendo las mismas ideas, son contrapuestas a las
bienaventuranzas ya que se presentan como lamentos: a los pobres se
oponen los ricos; a los hambrientos, los muy satisfechos; a los que lloran,
los que ríen; y a los perseguidos, los que son halagados.
b) Hace uso del «vosotros» lo cual significa que sus destinatarios son los que
oyen al Señor en aquel momento y por extensión a los cristianos.
c) También es importante el uso de «ahora» porque es el que se opone al
futuro: “ahora… después”. Con ella nos quiere indicar que el hoy hay que
vivirlo de cara al después.
d) El número de bienaventuranzas es más abreviado, son 4:
Las Bienaventuranzas según San Lucas
•
quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les
Bienaventurados los pobres, porque suyo es el Reino de Dios.
41. 41
•
Hombre.
en el cielo; pues de este modo se comportaban sus padres con los profetas.
padres con los falsos profetas.
De los lamentos que aparecen luego podemos decir que reflejan el alcance
profético del mensaje, el lenguaje imprecatorio y conminatorio, la llamada de
atención a los seguidores, que se halla con frecuencia en los antiguos profetas y
que recoge también el Nuevo Testamento como: las de Juan Bautista: Mt 3, 7 –
10; las del mismo Jesús: Mt 23 13 – 36; la de las Cartas apostólicas: 2 Cor 11, 1
– 6; la de la Carta a los Hebreos 3, 7 - 19; la del Apocalipsis: Ap 9, 12; 14, 9;
18, 16; etc.
C.C.C.C. AUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓNAUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué son las bienaventuranzas?
2. ¿Qué significa la palabra bienaventurado?
3. ¿De qué nos hablan las bienaventuranzas?
4. ¿Qué características se señalan sobre el texto de las Bienaventuranzas de S.
Mateo?
5. ¿Cuáles son las bienaventuranzas que nos ha transmitido San Mateo?
6. En el sentido bíblico, ¿a quiénes se considera “pobres”?
D.D.D.D. ACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDASACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Lee el comentario sobre las Bienaventuranzas que hizo el Papa Juan Pablo II a
los jóvenes en Lima el 2 de febrero de 1985.
2. Dialoga en grupo de qué forma se puede compartir lo que uno es y tiene.
3. Visita con uno o dos de tus compañeros algunos enfermos de tu parroquia.
4. Prepara con tus compañeros un mural que ilustre cada una de las
bienaventuranzas.
E.E.E.E. VOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICOVOCABULARIO BÁSICO
Bienaventuranza Justicia Mansedumbre
San Lucas San Mateo Pobre
Bienaventurados los que ahora tienen hambre, porque quedarán saciados.
• Bienaventurados los que ahora lloran, porque reirán.
• Bienaventurados serán cuando los hombres los odien, cuando los expulsen,
los injurien y proscriban su nombre como maldito, por causa del Hijo del
• Alegrénse en aquel día y regocígense, porque he aquí su recompensa será grande
• Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya han recibido su consuelo!
• ¡Ay de ustedes los que ahora están hartos, porque tendrán hambre!
hombres hablen bien de ustedes , pues de este modo se comportaban sus
• ¡Ay de ustedes los que ahora rien, porque gemirán y llorarán!¡Ay cuando los
42. 42
Resurrección de Lázaro
Tema 8:
A.A.A.A. MOTIVACIÓNMOTIVACIÓNMOTIVACIÓNMOTIVACIÓN
Los milagros de Jesús son una prueba de la verdad sobre sí mismo y sobre su
doctrina. Casi en los comienzos de su actividad, Jesús afirma de sí mismo que
tiene el poder de Dios para perdonar los pecados, y para mostrarlo realiza una
obra digna de Dios y no del hombre: cura a un paralítico (esto está en el
Evangelio de Marcos). Ante la maravilla de Dios, el hombre sólo puede aceptar y
adorar, pero no juzgar.
B.B.B.B. CONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINALCONTENIDO DOCTRINAL
Explicación del contenido del presente tema:
En primer lugar veremos qué es un
milagro (punto 1), luego veremos cómo
se han de entender los milagros de Jesús
(punto 2), posteriormente su clasificación
(punto 3) y finalmente un análisis de los
milagros desde la perspectiva literaria,
histórica y teológica. Con éste tema
queremos demostrar que el Señor obró
milagros como prueba de su autoridad y
de la llegada del Reino de Dios.
1. ¿Qué es el milagro?
Concepto etimológico y formal de
milagro
El término «milagro» es la traducción del
término latino miraculum, el cual deriva
del verbo mirari (= admirarse);
etimológicamente, pues, se refiere a algo
que produce admiración.
En sentido amplio, milagro es un hecho
difícil e insólito, que supera la esperanza y la capacidad de quien lo observa; en
sentido estricto, milagro es «aquello que ha sido hecho por Dios fuera del orden
de toda la naturaleza creada» (cf Sto. Tomás de A.). En uno y otro sentido,
existe un doble elemento común: la causa escapa al control de los testigos, y el
hecho aparece como contrario a lo que debiera resultar.
Por eso, el milagro siempre lleva consigo el ser un suceso que encontramos en el
horizonte de nuestra experiencia humana y que no puede ser explicado
esencialmente partiendo de las leyes propias de ese ámbito de experiencia, razón
por la cual es atribuido a la Divinidad.
El concepto de milagro en la Biblia
En la Biblia el milagro no es simplemente una cosa imposible para las leyes de la
naturaleza que sucede por el poder de Dios. Mucho menos es sinónimo de
magia. Milagro es algo que nos llama la atención de tal modo que la gente abre
los ojos hacia la presencia de Dios en nuestra vida.
43. 43
La pesca milagrosa
Pero en la Biblia el término «milagro» no tiene siempre el mismo sentido: el
Antiguo Testamento no tiene el mismo significado que en el Nuevo Testamento,
ya que este concepto se aplica «a cualquier hecho no explicable» desde los
conocimientos de la época y que se atribuía a Dios con intención teológica (p. e.
para mostrar su presencia entre el pueblo de Israel). En el Nuevo Testamento
disponemos de un amplio catálogo de milagros realizados por Jesús y los
apóstoles: milagros sobre la naturaleza, curaciones, resurrecciones... Todos ellos
«fruto del carisma inferido por el Espíritu Santo a quien los realiza».
2. Los milagros de Jesús
Los milagros de Jesús se entienden en el contexto del Reino de Dios: «Si yo
expulso los demonios por el Espíritu
de Dios, es que el Reino de Dios ha
llegado a vosotros» (cf Mt 12, 28).
Jesús inaugura el Reino de Dios y
los milagros son una llamada a una
respuesta creyente. Esto es
fundamental y distintivo de los
milagros que obró Jesús. Reino y
milagros son inseparables.
Por tanto, Jesús hizo milagros para
confirmar que el Reino estaba
presente en Él, anunciar la derrota
definitiva de Satanás y aumentar la
fe en su Persona. No pueden explicarse como prodigios asombrosos sino como
actuaciones de Dios mismo con un significado más profundo que el hecho
prodigioso.
Los milagros sobre la naturaleza son señales de que el poder divino que actúa en
Jesús se extiende más allá del mundo humano y se manifiesta como poder de
dominio también sobre las fuerzas de la naturaleza. Los milagros de curación y
los exorcismos son señales de que Jesús ha manifestado su poder de salvar al
hombre del mal que amenaza al alma. Unos y otros son señales de otras
realidades espirituales: las curaciones del cuerpo -la liberación de la esclavitud de
la enfermedad- significan la curación del alma de la esclavitud del pecado; el
poder de expulsar a los demonios indica la victoria de Cristo sobre el mal; la
multiplicación de los panes alude al don de la Eucaristía; la tempestad calmada
es una invitación a confiar en Cristo en los momentos borrascosos y difíciles; la
resurrección de Lázaro anuncia que Cristo es la misma resurrección y es figura
de la resurrección final, etc.
3. Clasificación de los milagros de Jesús
Hay muchos modos de clasificar los milagros. Pero las principales clasificaciones
son dos:
• La «tradicional»: Distingue los milagros sobre Jesús (transfiguración y
resurrección) y los milagros de Jesús. Estos últimos se dividían entre milagros
sobre las personas y milagros sobre la naturaleza.
• La «Actual»: Clasifica los milagros basándose en la forma como se presentan: