BENEFICIOS PSICOLÓGICOS Y SOCIALES
DEL EJERCICIO FÍSICO
El papel que desempeña el ejercicio, entendido como la actividad física sin un componente
competitivo de por medio, tiene múltiples beneficios para la salud mental de las personas.
Su positivo impacto en la reducción de los síntomas de la depresión, en los trastornos de
ansiedad, en su ayuda al control de las emociones, en un aumento de la autoestima, etc.
están absolutamente demostradas empíricamente, a través de diversos estudios.
HIPÓTESIS BIOLÓGICAS
Hay muchas razones que dan cuenta verdaderamente del profundo efecto positivo que
genera realizar algún tipo de ejercicio físico en el ser humano. Una de ellas tiene que ver
con la “distracción psicológica” que se produce cuando se focalizan los pensamientos, las
sensaciones y la atención – concentración, en la actividad motriz que se está realizando, y
no en las dificultades, problemas y conflictos personales.
Pero a nivel orgánico la sensación de bienestar que se produce en quién realiza un
determinado ejercicio físico, se explica por la secreción natural de sustancias con efectos
muy similares a la endorfina, reduciendo el dolor, mejorando el ánimo y aumentando la
euforia. Ello explica la sensación de bienestar corporal posterior al ejercicio.
EJERCICIO FÍSICO Y DEPRESIÓN
La evidencia científica ha demostrado fehacientemente que muchos de los síntomas
asociados a la depresión pueden ser manejados y controlados de mejor manera si se
complementan con ejercicio físico. Pero para que tenga este positivo impacto deben
cumplirse ciertas condiciones como, por ejemplo, una suficiente regularidad y duración.
El ejercicio regular está relacionado con disminuciones de los síntomas de la depresión al
largo plazo, sobretodo si mayor el número total de sesiones.
Otro dato importante en relación a este punto es que se ha comprobado que la intensidad
del ejercicio está relacionada con cambios en los síntomas depresivos, vale decir, que el
realizar un ejercicio muy intenso tiene menos impacto, que el aquel llevado a cabo con una
intensidad mayor, por que lo fundamental en este caso tiene que ver sólo con la frecuencia
del ejercicio, ya que, cuanto mayor es el número total de sesiones de ejercicios, mayor es la
reducción de los niveles de depresión.
EJERCICIO FÍSICO Y TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Por el contrario para aplacar los síntomas de ansiedad, tanto la frecuencia como la duración
del ejercicio, cobran especial relevancia. Se ha observado que existe una mayor disminución
de los síntomas producidos por este trastorno, cuando el ejercicio es altamente intenso.
Además esta reducción en los síntomas “permanecen” en el organismo de la persona solo 24
horas, lo que obliga a estar diariamente realizando algún tipo de ejercicio físico.
BENEFICIOS SOCIALES
Independientemente se trate de ejecuciones físicas individuales o colectivas, existen
numerosos beneficios en las relaciones que las personas establecen entre sí. La más
importante de ellas es la socialización, que tiene que ver con la incorporación de normas,
pensamientos y actitudes por medio de la observación de modelos. Esto que ocurre
invariablemente en el deporte de iniciación también puede verse en los talleres de adultos
mayores, donde las interacciones que se establecen entre los pares, permiten mejorar la
comunicación, aumentar la autoestima, la capacidad de autosuficiencia –al desarrollarse
nuevas destrezas motrices-, relajarse corporalmente, lograr mayor dominio corporal, etc.
Acá la técnica del modelado (aprendizaje mediante la observación de modelos) vuelve a
cobrar plena validez en el desarrollo de estas habilidades.
En resumen podemos decir que la práctica regular de ejercicios físicos (al menos tres veces
a la semana con una intensidad media) permite controlar y desarrollar muchas destrezas
intelectuales, perceptivo – motoras y sociales en las personas, aumentando de manera
decisiva la calidad de vida física y mental en cualquier grupo etáreo y condición social, ya
que, fomenta una ocupación activa del ocio y el destierro de hábitos malsanos, tales como,
el tabaquismo y la obesidad.
Rodrigo A. Cauas E.
Psicólogo Deportivo
Máster en Psicología del Deporte y de la Actividad Física