1. UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS
LICENCIATURA EN PEDAGOGIA INFANTIL
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
JUEGO, TECNOLOGIA, Y CONOCIMIENTO INFANTIL
ORLANDO TORRES MAHECHA (DOCENTE)
KELLY JHONA FORIGUA HERNANDEZ COD: 20141187074
CIENTIFICOS COLOMBIANOS
Álvaro Acevedo Tarazona
Ciencias de la Educación
Álvaro Acevedo Tarazona busca dejar un registro histórico del impacto intelectual y
político de la educación superior en el país. Su versatilidad le ha permitido saltar de la
teoría a la novela histórica y del mundo prehispánico a las vidas de "los que no tienen voz"
o de "las minorías y sociedades de ideas".
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Perfil elaborado en febrero de 2006
En su época universitaria no dudó un instante en
abandonar los números para seguir el camino de la
Historia, su verdadera pasión. A pesar de haber llegado
hasta el tercer semestre de Ingeniería Mecánica en la
Universidad Industrial de Santander (UIS), decidió darle curso a las lecciones de
humanística que su maestro Armando Gómez impartía a los estudiantes de ingeniería.
Luego de cambiarse a la Escuela de Historia y obtener el título profesional en el año 1993,
inició su producción con un recuento sobre la trayectoria de la UIS en la consolidación de
los programas técnicos y profesionales; continuó con los temas Historia de la universidad
del Gran Caldas y Conflicto y violencia en la universidad en Colombia, a través del
movimiento estudiantil Audesa (1953-1984); y se ha aproximado a la historia ambiental con
el libro Cambios ambientales en perspectiva histórica en el Chocó biogeográfico, Norte del
Valle y el Gran Caldas. Dos maestros han dejado una huella en su formación: Armando
Martínez Garnica y Heraclio Bonilla.
Escribió la novela histórica Revolución sin alma, que relata experiencias sobre el
movimiento estudiantil en Colombia y sus relaciones con el Ejército de Liberación
Nacional. Recientemente ha incursionado en la historia de los que no tienen voz, por medio
de personajes como el pastor protestante Gabriel Vélez, Gonzalo Arango y el Capitán
2. Venganza, tres individuos pereiranos, el último de ellos un bandolero de los años 50.
Premio Nacional de Cultura (1996), Mención Especial en la XXI versión del Concurso
Anual de Novela "Aniversario Ciudad de Pereira" (2004), Finalista en el Concurso de
Cuento Ciudad de Bucaramanga (2003) y tesis doctoral sobresaliente cum laude (2003), de
la Universidad de Huelva (España), este historiador santandereano, que se desempeña como
docente en la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), es reconocido por sus aportes al
análisis de la educación superior de las décadas precedentes, y por la producción de sus
grupos de investigación Historia de la Educación Superior Colombiana e Historia y
Educación Ambiental, reconocidos por Colciencias.
3. Martha Lucía Serrano López
Ciencias de la Salud
Con la imagen de ver morir a su padre de cáncer gástrico y saber que su abuela paterna
falleció por el mismo mal, la doctora genetista Martha Lucía Serrano López creció
pensando en la posibilidad de investigar sobre los problemas hereditarios y genéticos de
este flagelo mundial.
-Perfil elaborado en septiembre de 2007
Estadísticas como que el cáncer de cuello uterino ocupa el segundo tumor en frecuencia de
los cánceres de las mujeres en el mundo y constituye la primera causa de muerte por cáncer
en la población femenina en los países en
desarrollo o que el retinoblastoma (tumor
maligno de la retina) representa cerca del
2% de los tumores malignos infantiles
fueron determinantes para que la científica
bogotana Martha Lucía Serrano López
dedicará su vida al estudio del cáncer.
Aunque no solo las estadísticas hicieron
que se inclinara por la investigación de una
enfermedad tan silenciosa y mortal. Ella
reitera que la muerte de su padre a causa
de un cáncer gástrico, cuando ella tan solo tenía 6 años de edad, le dejaron muchos porqués
sin responder. Pero fue precisamente su mamá, Carmenza de Serrano, una licenciada en
Química y Biología quien despejó todas esas dudas induciéndola poco a poco a las
respuestas a esos pequeños interrogantes. “Cuando uno salía al parque con mi mamá ella
cogía una flor y nos explicaba a mis hermanos y a mí como eran los pétalos, los pistilos y
los órganos reproductivos masculino y femenino y todas estas cosas. En el bachillerato las
explicaciones se volvieron más complejas, pues nos mostraba la estructura molecular de los
átomos o que el agua estaba formada por dos moléculas de hidrógeno y una de oxigeno, por
ejemplo”, recuerda con mucho agrado la doctora Serrano.
Esa influencia fue para Martha Lucía primordial en la escogencia de su carrera profesional.
De ello ya han pasado 16 años y desde que lo recuerda no ha dejado de estudiar el cáncer
en todos sus tipos. Su último estudio lo realizó en el National Cancer Institute, NCI,
Estados Unidos, gracias a una beca de cinco meses patrocinada por la red Universia España
y Colombia, en la que estuvo trabajando en un proyecto de microRNA y cáncer de colon en
el Laboratory of Molecular Technology, adscrito al NCI bajo la dirección del doctor David
4. Munroe.
Su trabajo fue reconocido por sus científicos colegas como de alta calidad y dejó las puertas
abiertas para que otros investigadores colombianos se acercaran a este mundo lleno de
nuevas tecnologías y sobre todo de excelentes condiciones de aprendizaje.
Tal fue el vínculo con este Instituto, que le ofrecieron volver para realizar una visita de
larga duración. Explica que serían dos años en donde también estaría trabajando en temas
como cáncer de colon. “La idea es volver al NCI porque me quedó mucho por aprender, se
me habló de la posibilidad de regresar por dos años como científico visitante y quiero
entablar un vínculo muy fuerte con esta institución para el desarrollo de una ciencia con
tecnología de punta que resuelva problemas concretos en y para Colombia”. Al mismo
tiempo dice que consiguió estrechar lazos de cooperación entre el NCI en los Estados
Unidos y el Instituto Nacional de Cancerología, su casa en Colombia.
5. Myriam Jimeno
Ciencias Sociales y Humanas
La capacidad de analizar la violencia del país desde la familia y de aproximarse a
conclusiones que se materialicen en metodologías de abordaje y políticas públicas hacen de
Myriam Jimeno una de las científicas sociales colombianas más destacadas del país.
Parecería increíble, pero a finales de la década del 80 y comienzos del 90, en medio
del exterminio de la Unión Patriótica (cinco mil integrantes asesinados), las bombas de
Pablo Escobar, los magnicidios de líderes como Luis Carlos Galán y Carlos Pizarro
Leongómez a manos de sicarios, y en un contexto de miedo generalizado, un grupo
interdisciplinario de investigadores de la Universidad Nacional de Colombia encontró que
para algunas personas de menores recursos de Bogotá y Tolima la violencia más
significativa era aquella que habían sufrido en la infancia dentro de sus hogares.
¿Qué llevaba a estos hombres y mujeres a ubicar a las
violencias intrafamiliar y de género por encima de la
política y la que protagonizaban los carteles del
narcotráfico? Esa pregunta, “formulada desde una
óptica cultural y no macro política”, originó el interés
de la reconocida antropóloga Jimeno por temas sociales
conexos como la configuración de las relaciones de
poder en la pareja, el maltrato físico del esposo a la
esposa y de padres a hijos, y los crímenes pasionales.
Este último objeto de estudio derivó en la mención de
honor de la Latin American Studies Association
(LASA) dentro del Premio Iberoamericano del Libro
(2006), por la publicación Crimen Pasional:
contribución a una antropología de las emociones. El
galardón se sumó al Premio Alejandro Ángel Escobar a
la mejor investigación en ciencias sociales y humanas,
que había recibido en 1995 por Las sombras arbitrarias.
Violencia y autoridad en Colombia, una de las
producciones del grupo de investigación que Jimeno dirige desde 1983 en el Centro de
Estudios Sociales (CES) de la Universidad Nacional.
Docente y pupilos exploran la “violencia en la intimidad” y han pasado de la teoría a la
acción social al intentar cambiar el imaginario de varones de las localidades más afectadas
por el maltrato intrafamiliar en Bogotá, para crear conciencia de que la paz no puede
6. construirse sobre la agresión.
Myriam Jimeno es identificada con facilidad en el ámbito académico, no sólo por una vasta
producción intelectual que va de las relaciones interétnicas en la conformación del Estado
hasta las estrategias para mejorar la calidad de la investigación en las universidades
públicas, sino por una carrera administrativa en ascenso, que la ha llevado a instancias
como la dirección del Instituto Colombiano de Antropología (1992), la decanatura de la
Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional (1985-1987), la Vicerrectoría
General de la misma institución (1988) y, en tres ocasiones seguidas, a la candidatura para
la Rectoría.
Su historia universitaria es similar a la de muchos académicos colombianos formados en
una época de agitación política e intelectual (años 60 y 70), pero con un ingrediente
adicional, haber desempeñado un papel de apoyo para el proceso de conformación del
Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y contribuir para que las reivindicaciones del
mismo mojaran prensa nacional.