Mariana Pajón ganó la medalla de oro en BMX femenino en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, convirtiéndose en la segunda campeona olímpica de Colombia. Rigoberto Urán ganó la medalla de plata en ciclismo de ruta masculino en los mismos Juegos Olímpicos, sorprendiendo a muchos. Óscar Figueroa falló en su levantamiento de pesas en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 cuando su mano se soltó de la barra.
1. MEDALLA ORO
Mariana Pajón ganó la medalla de oro en la categoría femenina de BMX en Londres 2012 y llenó
de oro a Colombia, que solo contaba, hasta ahora, con una única campeona olímpica en la historia de
los Juegos.
La corredora de Medellín, de 20 años, dio una exhibición ante el resto de rivales, a las que ganó en cada
una de las pruebas de la jornada, hasta alcanzar lo más alto del podio.
Pajón superó en línea de meta a otras favoritas, candidatas con más experiencia como la neozelandesa
Sarah Walker, que fue plata y la holandesa Laura Smulders, que terminó con el bronce.
La exitosa terna dejó atrás, sin embargo, a la gran favorita, la australiana Caroline Buchanan, la mejor
en lo que va de año y a la última campeona olímpica, la francesa Laetitia Corguille. También a la
representante local, la británica Shanaze Reade, que acabó en la sexta plaza a pesar de contar con el
2. apoyo en la grada del primer ministro británico David Cameron.
La sesión salió a Pajón tal y como deseaba. Su estrategia fue perfecta. La corredora de Medellín, que
no pudo acudir a Pekín, subrayó su condición de campeona del mundo para firmar un tiempo de 37.706.
Walker acabó con 38.133 y Laura Smulders con 38.231, 525 milésimas más que la colombiana.
Mariana Pajón mantuvo una gran concentración desde el principio. Fue la mejor de las dos mangas y
accedió a la final tras vencer, en su serie, a la francesa Pottier, a la neozelandesa Walker y a
la holandesa Smulder. Tres del cuarteto que luchó por las medallas.
MEDALLAS PLATA
Nació en Urrao, Antioquia, hace 25 años. Seguramente buena parte del país lo desconocía
hasta cuando se adjudicó la medalla de plata en los juegos Olímpicos de Londres 2012, en la
prueba de ciclismo de ruta. No es la primera vez que este deporte trae resultados positivos
3. para Colombia. Historia de un deportista cuyos momentos más complicados no pasaron
precisamente al escalar un escarpado puerto montañoso.
No existían muchas expectativas. Si bien es cierto el ciclismo ha sido una disciplina deportiva
que ha sonreído a Colombia, la presencia de los reconocidos ciclistas, aquellos que hace una
semana deslumbraron en el Tour de Francia, ponía como favoritos, antes que a Rigoberto
Urán, alrededor de unos 30, 40 y si se quiere, 60 corredores. Quizá solo una persona estaba
convencida de que algo importante podría conseguir: él mismo, y lo demostró en el sitio
donde se consiguen los éxitos, donde no vale nada la especulación. Urán no destacó en
los periódicos. No. Urán sobresalió en la carretera.
Así, se podría considerar como una sorpresa, para unos agradable, para otros no tanto, y tal
vez para muchos no más eso, una sorpresa, el ver que Urán, tras estar siempre en el grupo
principal de competidores, se lanzaba, en los últimos kilómetros, en una fuga que le
permitía escaparse, junto al kazajo Aleksandr Vinokourov, del pelotón.
Lo más seguro es que lo alcancen. ¿Será que ganará? Al final se desconcentra. Comenzaban
a aflorar tales comentarios. Es probable que muchos televisores se hubiesen encendido,
particularmente en Colombia, para observar algo que no muchos esperaban en una apacible
mañana de sábado. Las medallas, o las expectativas de estas, estaban programadas para otro
día. Y Urán parecía estar programado para ganar el oro. No veía el pelotón al que dejó detrás,
parecía rebasar al mismo Vinokourov, hasta cuando un descuido, no faltando uno o dos
kilómetros sino 400 metros, le hizo perder la que pudo haber sido la segunda medalla de
oro en la historia de los juegos olímpicos para Colombia
4. Óscar Figueroa fue anunciado para subir a la plataforma de competencia en el
levantamiento de pesas, categoría 62 kilogramos. Era el viernes 15 de agosto de los
Olímpicos Beijing 2008. Más de 48 largos meses de fuerte entrenamiento se
concentraban en aquel minuto. Momentos antes, en el salón de preparación y
calistenia había ensayado levantando dos kilos más de los que necesitaba para subir al
podio.
Salió con el uniforme tricolor de Colombia, ajustado al cuerpo y en lycra para mejor
elasticidad. Untó sus manos de cal para eliminar cualquier humedad. Respiraba
profundo mirando al techo. Caminó hacia la barra que en total pesaba 178 kilogramos.
Abrió sus piernas, flexionó sus rodillas noventa grados, hizo el respectivo agarre de
sus manos apretando la barra de acero, pasando las falanges de los pulgares bajo sus
demás dedos para un mejor agarre. De inmediato, inició el arranque pero ocurrió algo
inesperado: su mano derecha se zafó en un gesto aparatoso. Su dedo pulgar no
respondió, se abrió y no pudo levantar nada. La pesa quedó en el piso. Falló.
Óscar Figueroa emitió un aullido ensordecedor de impotencia. Cuando bajó las
escaleras, todo su cuerpo estaba envuelto por la tristeza. Al regreso al salón de
calentamiento, se recostó contra una pared y comenzó a llorar sin consuelo. Acababa
de perder una medalla olímpica y las cientos de horas de preparación se esfumaron.
A Óscar Figueroa toda su vida lo ha perseguido el oro. Nació hace 29 años en Zaragoza
(Antioquia), pueblo de socavones preciosos. Sus antepasados fueron buscadores de
oro y su padre minero. La vida en su pueblo natal era apacible. Si tenían hambre
5. tomaban una caña de pescar, iban al río y sacaban un par de sabaletas, arrancaban los
tubérculos en la huerta de la casa y preparaban el alimento diario. Óscar, el segundo
de cuatro hermanos, tenía el carácter para lidiar peleas desde corta edad. Era capaz
hasta de defender a su hermano mayor, sin embargo, a sus 12 años no podía hacer
nada contra la violencia entre paramilitares y guerrilla.
Por esa razón, la familia se vio obligada al desplazamiento forzado. Doña Ernelinda, su
mamá, decidió hacer un par de maletas e irse con sus cuatro hijos lejos de ese infierno
de oro. Los recibieron familiares en Cartago (Valle del Cauca) por un par de días hasta
que consiguieron un rancho en arriendo en un barrio de invasión. En ese momento la
mamá comenzó a ser la cabeza del hogar. Se empleó como ayudante doméstica en una
casa de ricos y así comenzó a sacar a sus hijos adelante.
Un día Óscar pasó por un gimnasio pobre del municipio, vio que unos jóvenes
levantaban pesas y le gustó la idea de hacerse grande. A sus primos que jugaban
fútbol no les gustó tanto, pues veían en él posibilidades de ser un buen
centrocampista, pero el joven, obstinado, se decidió por los “fierros”. Cuenta Damaris
Delgado, su primera entrenadora, que el muchacho la impresionó porque en la
segunda semana de entreno, el desnutrido moreno de 34 kilos de peso corporal fue
capaz de levantar 65 kilos en sentadilla.
Dos años más tarde, el entrenador de la selección vallecaucana de halterofilia, Jaiber
Manjarrez, lo vio ganar un campeonato y le propuso irse a vivir a Cali para prepararse
con los mayores. Óscar llegó a vivir en un inquilinato humilde; con cama de colchón de
paja y tablas heridas por la polilla. Desayunaba, almorzaba y comía en la tienda frente
al gimnasio, cuentas que cada mes pagaba el entrenador con su propio sueldo.
6. La historia de Catherine Ibargüen Mena es parecida a tantas otras que se han contado de cientos
de deportistas en todo el mundo. Una infancia pobre, el deporte como esperanza de progreso
familiar en la vida y el encuentro con la gloria.
Bien lo dijo José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo: "Mientras exista la
pobreza existirá el boxeo". La sentencia aplica también, en este caso, para el salto triple.
Buena parte de la infancia de Catherine la vivió al lado de su abuela, Ayola Rivas, pues sus
padres, Francisca y William, se separaron. Él se fue a vivir a Venezuela y ella se empleó en casas
de familia.
Ayola cuenta que eso pasó por culpa de la violencia que se vivía hace más de veinte años en
Apartadó (Antioquia) y que por eso le tocó criar a su nieta. No había mucha comida en casa ni
mucho dinero para ir a las aulas. Sin embargo, estudió en el Colegio San Francisco de Asís, de
Apartadó.
Allí, aprendió que el nombre de esa población en el idioma katío significa 'río de plátanos'. "La
violencia nos arropó a todos los colombianos, pero adoro mi país. Así digan lo que digan, no
cambio a Colombia por nada", asegura Ibargüen, que el jueves ganó la medalla de bronce del
salto triple de los Mundiales de Atletismo, que terminan este domingo en Daegu (Corea del Sur).
Wílder Zapata la descubrió en unos Juegos Intercolegiados. La puso en la línea de partida de los
75 y 150 metros planos (distancias infantiles) y, a los 14 años, se fue para Medellín. "Quiero
dejar en claro que no soy una desplazada por la violencia. Me fui de Apartadó porque allá no hay
buenos escenarios ni implementos", dice.
7. En Medellín, la entrenadora cubana, Regla Sandrino, la convenció para que practicara saltos
(alto, largo y triple). Como algún día abandonó su pueblo natal, se vio obligada a irse del país.
Desde hace 3 años vive en Puerto Rico. Estudia séptimo semestre de Enfermería en la
Universidad Metropolitana y es orientada por el técnico cubano Ubaldo Duany, quien le
recomendó dedicarse únicamente al salto triple.
Para ella, los 12 de febrero no son tan felices a pesar de recibir regalos y comer pastel: se siente
sola y añora celebrar su cumpleaños con su mamá y su hermano mayor, Luis Alberto.
A sus 27 años empieza a ver dinero por el atletismo: 1,8 millones mensuales del programa
'Altius', más premios y otra suma de Indeportes-Antioquia), pero, asegura, que esa plata no
alcanza: el arriendo de la casa en la que vive su mamá, en Turbo (Antioquia), lo paga Catherine.
MEDALLAS BRONCE
El deporte del judo proporcionó el día anterior un éxito internacional de gran resonancia a
Colombia. Yuri Alvear se tituló campeona del mundo en judo en la categoría de 70 kilos, al
superar a la húngara Anne Metzaros, en desarrollo del Campeonato Mundial de esta disciplina
que se celebra en Rotterdam, Holanda.
La judoca colombiana había superado en el combate previo, fase semifinal, a la italiana Erica
Barbieri.
8. Yuri, de 23 años de edad, confirmó en la capital holandesa sus enormes progresos en esta
disciplina, luego de consagrarse medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Río de
Janeiro, efectuados en el año 2007. Gracias a ese gran desempeño, pudo llevar la
representación nacional a los Juegos Olímpicos de Beijing, el año anterior. En este evento
olímpico perdió la presea de bronce, en el combate por el tercer puesto, frente a la judoca
española Leire Iglesias.
Yuri Alvear Orejuela es natural del municipio de Jamundí, al extremo sur del departamento del
Valle del Cauca y requirió de 4 minutos y 59 segundos para doblegar a su contrincante
húngara.
Entre los logros de Yuri Alvear se destacan: campeona en los Juegos Boliviarianos de 2005;
bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2006; bronce en los Juegos
Suramericanos con sede en Argentina, medalla de oro en los Panamericanos de Canadá en
2007, bronce en los Juegos Panamericanos del mismo año en Brasil y bronce en el
Panamericano de 2008 en Miami.
Vale la pena tener en cuenta que buena parte del éxito de Yuri Alvear Orejuela se debe al
técnico de la delegación colombiana, Baudilio Hernández.
Con mucho drama para el colombiano fue la final para el bronce, pues luego de estar en
ventaja a dos segundos del tailandés, le mandó un patada a la cara lo que le quitaba la
medalla, según lo marcaban los jueces, y eran los tailandeses que celebraban pues ganaban 7-
6, pero una vez terminado el encuentro el entrenador colombiano, pidió la revisión y una vez
revisado el video los jueces rectificaron, aclarando que no había contacto y la medalla quedó
en manos del colombiano.
El logro del colombiano es algo que no estaba en el presupuesto de los colombianos, además
de ser un joven sin mucha experiencia internacional, se enfrentaba a varios campeones
mundiales, incluyendo al tailandez Karaket, que fue campeón en el 2011 de esta disciplina.
Oscar Muñoz Oviedo de 19 años y nacido en Valledupar, Colombia, consiguió la medalla
número 5 de Colombia en Londres 2012, que ya completa 3 de plata y 2 de bronce, además es
la segunda en deportes de combate, ya el judo le había dado una medalla en estos Juegos
Olímpicos, a través de Yuri Alvear.
Sin duda esta se convierte en la mejor delegación colombiana de la historia,
independientemente de que aun no logra una medalla de oro, la cosecha de medallas ya
supera a cualquier otra participación en Juegos Olímpicos.
9. Dichosa y con lágrimas en los ojos, Jackeline Rentería le entregó este sábado a
Colombia la segunda medalla en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, un valioso
bronce en los 55 kg estilo libre del torneo de lucha, un deporte que le abrió las
puertas al éxito cuando abandonó el judo.
"Tengo una alegría tan inmensa, tan grande como desde aquí a Colombia", dijo
a la AFP una emocionada Rentería, una negra de rostro dulce y sonrisa coqueta.
"Esto es un sueño cumplido, porque me preparé bien, con mucho sacrificio, con
el apoyo de mucha gente que me ha guiado, que me ha aconsejado, con el
apoyo de mi familia, que siempre está presente en todos los momentos, por eso
quiero compartirlo con ellos y con toda Colombia", agregó Rentería, de 22 años.
Nacida en la salsera ciudad de Cali (suroeste), Jackeline derrotó a la rumana
Ana Paval por 5-0 para conseguir el bronce de la división, en la que reinó la
japonesa Saori Yoshida, seguida por el local Li Xu. La colombiana compartió el
tercer lugar del podio con la canadiense Tonya Verbeek.
"Primero me enfrenté con la competidora (Marwa Amri) de Túnez, le gané 5-0,
luego en los octavos me tocó la estadounidense (Marcie van Dusen), ese
combate lo gané 3-1, y después fue con la china (Xu) y ahí perdí 5-0 en
semifinales", comentó la colombiana sobre su participación en esta jornada.
10. "Después tenía que luchar por el bronce, estaba esperando si me tocaba con
Rumania o Kazajistán. Me tocó la rumana, y bueno, pasó lo que tenía que
pasar", sostuvo entre sonrisas mientras tocaba su preciosa medalla.
El Antioqueño Carlos Mario Oquendo gano bronce hoy en los Juegos Olímpicos de
Londres 2012, en la Competencia de BMX Masculino, en tan solo unos minutos después de
haber ganado la medalla de Oro que consiguio Mariana Pajón, el piloto antioqueño logro
obtener la medalla de Bronce para Colombia.
Nacido hace 25 años este paisa obtuvo el tercer puesto luego del neozelandés Sam
Willoughby, quien ganó plata, y el letón Maris Strombergs, quien fue oro. Carlos Mario fue
campeón nacional en 2011 y tercero en la Copa Europea en Suiza. La medalla de bronce es la
octava que gana Colombia en Londres.
El bicicrocista colombiano fue el último de su país en clasificarse a la final de la competencia,
clasificándose en el cuarto lugar del lote en el que estaba, pero eso no impidió que tuviera un
gran remate en la final, donde ocupaba el puesto 7 luego de varios metros de carrera.
En la final también estaba otro colombiano, Andrés Jimenéz, que a pesar de tener una mejor
clasificación en la final, no logró meterse en los primeros puestos de la última carrera.