La historia cuenta la lección aprendida por una cigarra que se burlaba de las hormigas mientras ellas trabajaban duro recolectando comida para el invierno. Cuando llegó el invierno, la cigarra pasaba hambre y frío mientras que las hormigas estaban calientes y comían bien. Las hormigas acogieron a la enferma cigarra y le recordaron que es importante trabajar para estar preparado para los tiempos difíciles. La cigarra aprendió que hay tiempo para trabajar y para divertirse.
2. Las hormigas trabajaban sin parar bajo el ardiente sol del verano, recogiendo granos y semillas.
3.
4. -¡Eh!, hormiguita, ¿qué haces? ¿No te das cuenta de que es verano? Mira a tu alrededor: ¡todo es alegría y color!
5. ¡Disfruta y deja ya de trabajar! –comentó la cigarra a una hormiga que se paró a mirarla.
6. -Es que… Es que…¡no puedo! Todas las hormigas recogemos granos y semillas en el verano. Oye, las cigarras ¿no? –preguntó tímidamente la hormiga.
7. -¡Qué va! Nosotras somos alegres y disfrutamos cantando y bailando sin cesar –le contestó la cigarra.
8. -¡Cuánto has tardado! ¡No hay tiempo que perder! Cincuenta y seis, cincuenta y siete… ¡Está bien!
9. -Lleva esta semilla a tus compañeros para que la guarden en el almacén –ordenó la reina del hormiguero con gran energía.
10. El otoño llegó y con él el viento. Las temperaturas comenzaron a bajar. La cigarra exclamaba: -¡Qué horror! ¡Qué viento tan espantoso! ¡Casi se me vuela el sombrero!
11. -¡Qué bien! ¿Tenemos el almacén lleno de provisiones? -¡Sí, démonos prisa en acabar y metámonos en casa! –comentaban dos hormigas.
12. Y tras el otoño, vino el crudo invierno con sus fríos y sus nieves.
13. Una tarde que salieron unas hormigas jóvenes a jugar al bosque, se encontraron con algo inesperado.