El rematador pensó que un viejo violín golpeado y marcado no tenía mucho valor. Sin embargo, cuando un hombre canoso tocó el violín, produjo una hermosa melodía como un coro de ángeles. Esto hizo que el precio del violín aumentara drásticamente de un dólar a tres mil dólares. Al igual que un violín desgastado puede ser transformado por la habilidad de un maestro, las almas marcadas por el pecado pueden ser cambiadas por la mano del Maestro.
2. Estaba golpeado y marcado, y el
rematador pensó que por su
escaso valor, no tenía sentido
perder demasiado tiempo con el
viejo violín, pero lo levantó con
una sonrisa.
¿Cuánto dan por mi, señores
–gritó-, quien empezará a
apostar por mí?
3. “Un dólar, un dólar”, después, dos.
¿Sólo dos? “Dos dólares, y ¿quién da
tres?.
Tres dólares a la una, tres dólares a las
dos; y van....
Pero no, desde el fondo de la sala un
hombre canoso se adelantó y recogió el
arco; luego, después de quitar el polvo
del viejo violín y estirando las cuerdas
flojas, tocó una melodía pura y dulce
como un coro de ángeles.
4. Cesó la música y el rematador, con
una voz silenciosa y baja dijo:
¿Cuánto me dan por el viejo violín?
Y lo levantó en alto con el arco.
“¿Mil dólares, y quién da dos? ¡Dos
mil! ¿Y quién da tres?
¿tres mil, a la una, tres mil, a las
dos, y se va y se fue”, dijo.
5. La gente aplaudía, pero algunos
gritaron,
“¡No entendemos bien, ¿qué
cambió su valor?”
La respuesta no se hizo
esperar:
“¡La mano del Maestro!”
6. Y más de un hombre con la
vida desafinada, golpeada y
marcada por el pecado, como
el viejo violín, se remata
barato a la multitud incauta.
Un “plato de lentejas”, una
copa de vino, un juego, y
sigue el viaje.”Se va” a la
una,... y “se va” y “se
fue”.....
7. Pero llega el Maestro y la
tonta multitud no llega a
entender por completo el
valor del alma y el cambio
que elabora
¡la mano del Maestro!