El documento describe el movimiento cubista como la ruptura más significativa con la estética clásica desde el Renacimiento, con sus orígenes en 1907 con la obra de Picasso "Las Señoritas de Avignon". Explica que el Cubismo Analítico descomponía formas en partes geométricas para examinarlas de forma separada, mientras que el Cubismo Sintético reconstituía la imagen resaltando sus partes más significativas vistas desde todos los ángulos. Identifica a Picasso y Braque como los principales exponentes de este movimiento.