El niño reza pidiendo bendiciones para su familia y luego se despide de un familiar que muere al día siguiente, lo que sucede en dos ocasiones más con su abuela y su lechero. El padre se preocupa creyendo que su hijo tiene poderes extrasensoriales, y una noche el niño solo pide bendiciones para su madre, despidiéndose del padre, aunque este logra evitar su muerte. Al regresar a casa, se entera de que el lechero falleció ese día en su cocina.