El amor verdadero no solo se trata de besos y caricias, sino de compartir la alegría y el dolor mutuamente, apoyarse el uno al otro en todo momento e intercambiar ideas y proyectos a pesar de las diferencias o discusiones ocasionales. El amor es dedicarse incondicionalmente al otro a través de miradas tiernas y abrazos cálidos que hacen que la alegría de amar sea lo más significativo.