8. Pero todos se indignaron cuando el sorete exigió ser El Jefe. Luego se rieron a carcajadas de él... El sorete sólo dijo: No daré explicaciones, pero les garantizo que yo seré El Jefe.
9. EL CUERPO estallaba: EL CEREBRO deliraba, LOS OJOS se nublaban, EL CORAZÓN agonizaba, EL ESTÓMAGO reventaba, y LAS PIERNAS temblaban… Finalmente todos gritaron: ¡OK, que el sorete sea El Jefe! Tras ello se negó a salir durante ¡CINCO DÍAS!
10. Y desde entonces cualquier SORETE puede ser El Jefe Adolfo Adolfo