1. Jaume Sanllorente, fundador de Sonrisas de Bombay
Algo tan tonto como sonreír al levantarse cambiaría el mundo
Por Alberto D. Fraile Oliver
Juame es de la gentación del 76, una buena hornada. A los 28 años fundó la
ONG Sonrisas de Bombay que ha devuelto la esperanza a 6.000 niños en la
India. Si has visto la película Slumdog Millonaire, puedes hacerte una idea
-algo light- de la situación en la que viven los niños de las chabolas de Bombay:
mafias de prostitución y mendicidad. Esos inmensos e inmundos poblados son
un infierno en la Tierra.
Un día, por casualidad, Jaume pasó por allí y ya no pudo volver a su cómoda
vida de periodista en Barcelona. El viaje a la India cambió su destino y ahora
muchos niños de las chabolas han recuperado la sonrisa y algo casi tan
importante, la esperanza.
¿Qué ocurrió para que un joven periodista de Barcelona acabase en
Bombay rescatando un orfanato?
Simplemente una revelación que me vino dada al ver en aquel viaje a Bombay
un pequeño orfanato con 40 niños que estaba a punto de cerrar sus puertas. Si
no se hacía nada aquellos niños volvían a los prostíbulos y a depender de
mafias que les amputan las extremidades para que den más pena a la hora de
mendigar.
Creí que era mi deber como ser humano hacer algo para evitar aquella
situación. Tu has apuntado lo de “joven” en la pregunta y me hace mucha
gracia… Yo siempre digo, ¿tengo que esperar a estar desdentado y con un
bastón para poder hacerlo?
Precisamente es ahora cuando soy joven que puedo tener más pasión y más
fuerza para perseguir los sueños y que se vuelvan realidad.
¿De dónde sacas la fuerza para que las injusticias y las situaciones infernales
que, a veces, te rodean, no te arrastren y te depriman?

2. Yo creo que de las sonrisas de los beneficiados del proyecto que son los que
me recuerdan cada día que merece la pena y que cualquier esfuerzo y que
cualquier disgusto está bien empleado porque sirve de algo. Lógicamente hay
muchos momentos duros en que las dificultades te acercan a poderlo olvidar.
Pero ahí están ellos para recordártelo.
¿A parte de las sonrisas de estos niños, te agarras a algo espiritual?
No, no, no. En absoluto. Si lo tengo no soy consciente de ello. Soy una persona
que sí que creo en Dios, pienso que Dios existe, no es que piense que existe
es que lo toco, lo palpo, lo siento. Mucha gente me dice que lo que hago es
obra de Dios, tal vez sí. No lo hago siguiendo ningún reglamento, ningún patrón
religioso. Yo pienso que si Dios existe, tenga el nombre que tenga, su Biblia, su
Corán, sus Vedas, su libro sagrado está en el corazón no está fuera. No está
en un papel, está aquí, en el corazón . Y pienso que si Dios existe realmente ya
nos ha escrito en el corazón lo que está bien y lo que está mal y cada uno de
nosotros ya sabemos muy bien cuando hacemos algo si está bien o está mal.
Esté recogido o no como algo prohibido en un libro sagrado. Y simplemente lo
que me mueve es algo que viene de aquí dentro, si lo que hay aquí dentro
proviene de Dios, no lo sé.

3. Supongo que estos 5 años han sido muy intensos ¿Qué aprendizajes has
tenido? ¿Qué cosas has incorporado en tu crecimiento personal?
En un primer lugar, la humildad. Sobretodo saber que el que está sirviendo a
una comunidad soy yo; que el servidor, soy yo. Que tengo que aprender cada
día, que equivocarse es bueno. Que bendito sean los errores y que ojalá que
vengan más errores porque podré rectificar. He aprendido también lo
importante que es tener paciencia, que es algo que no tenía. A eso me han
ayudado mucho las burocracias indias. Cuando uno es paciente, puede ver los
dulces que ofrece el camino y no siempre estar pensando en la meta. Y el
sentido del humor que es algo que ya tenía pero que he ido potenciando. Y,
sobretodo, en estos últimos años me he agarrado a la normalidad de una
manera exagerada. Cuando empecé a hacer los primeros viajes a España,
desde que estaba en Bombay hacía dos años, notaba entorno a mi, entorno a
mi equipo y entorno a personas que iba conociendo, que de alguna manera me
trataban como una especie de gurú contemporáneo. Y esto es algo de lo que
he intentado huir en los últimos años y me agarro a la normalidad del chico
occidental que también quiere salir con sus amigos. Es cierto que tengo una
vida más aventurera pero también tengo la conciencia de que no tengo que
enseñar nada a nadie, ni que tengo que impartir ningún tipo de moralina.
Aportar alguna cosa a alguien es simplemente ofreciendo mi testimonio,
relatándolo como periodista.
De tu libro hay varias cosas que me han impactado, pero hay una
expresión concreta que me ha gustado y es eso de “reciclar la pena”.
La fábrica de reciclar la pena la aplico muchísimo. A todos nos duelen muchas
cosas: la rabia, la tristeza, la impotencia. Son cosas humanas de las que no
puedes huir. Lo que intento es que esta rabia o frustración que puedes tener
muchas veces por impedimentos burocráticos por no poder salvar a un niño,
porque muchas veces se nos han quedado en el camino, pues reciclarlo en
energía. Hacer como una especie de canalización y no dejar esta rabia
contenida ahí sino dejar que fluya. Hay gente que va a boxear y le da golpes a
algo y otro va a nadar piscina… Pues yo lo reciclo en hacer más para el
proyecto. Que se nos ha perdido en el camino un niño, hay diez más. Venga a
por ellos.
En otro tipo de proyectos, si se les escapa un objetivo, pues igual pierden
un cliente. Lo tuyo supone jugar con material muy delicado…
Se pierde una vida… Muchas veces me preguntan que hecho de menos de mi
vida anterior. Mucha gente se debe creer que hecho de menos tener más
comodidades de las que tengo ahora en la India o tener más estabilidad,
porque ahora tengo una vida que estoy todo el día en avión. Pero lo que
representa mas sacrificio va ligado con esto que me comentas, el hecho de
tener tanta responsabilidad. Yo antes tenía mi trabajo, pero terminaba y aquí no
quedaba nada, ahora es imposible. El peso de esa responsabilidad, de que
actualmente sean 6.000 beneficiados, 6.000 futuros, 6.000 vidas de las que
depende mi trabajo pues pesa. Igual lo único que puedo anhelar es no tener
ninguna responsabilidad. Ahora afortunadamente esa responsabilidad ahora

4. está repartida, el proyecto ha ido creciendo. He implicado a muchas personas
del propio Bombay y compartir siempre es bonito.
¿Después de tu experiencia has averiguado cuáles son las causas de la
pobreza?
Sería muy largo de explicar y la respuesta para definirlo de manera global sería
muy complicado. Es decir, en muchos casos la pobreza en un determinado
ámbito geográfico no es la misma que en otro. Por ejemplo, te podría decir, la
implicación de empresas occidentales que están utilizando un entramado de
fábricas que retroalimentan esta pobreza y que son los mismo que están
vendiendo luego ropa a precios superiores en Europa o en Estados Unidos.
Pero este mensaje no es aplicable por ejemplo al Bronx de Nueva York o a
cualquier entorno marginal, por ejemplo, de Palma de Mallorca. Con lo cual, las
causas de la pobreza, en cada lugar son diferentes. En el caso de India, un
político te diría que es la demografía, otro te diría que es la religión hinduista.
Cada uno te diría mil cosas. Yo pienso que sea lo que sea, tiene que haber una
solución. No he querido ser un filósofo que busca el origen de la pobreza, lo
que intento es simplemente erradicarla. Hago una lucha pacífica contra la
pobreza. Las luchas siempre tienen que ser pacíficas, siempre, siempre.
La India es un país de muchos contrastes. Hay gente que no la soporta y
gente como tú que se queda enganchada? ¿Qué tiene la India que te
atrapa?
Pues no lo sé, como tantas otras cosas de la vida. ¿Por qué uno se enamora
de una persona y no de otra que tiene al lado? Se nos escapan cosas. Yo a
veces en broma digo que la India me vino a buscar a mi. A mi la India no me
atraía nada, nada, nada. Jamás en la vida me atrajo la India y mira por donde,
ahí acabé.

5. ¿Qué tipo de obstáculos son los que te sueles encontrar, cuáles son las
rocas con las que te chocas cada día?
La burocracia es una roca muy grande. Es una complicación enorme en la
India. En estos últimos años también se han sumado las mafias con sus
amenazas. Pero fíjate que me puede más el tema de la burocracia. Por culpa
de la burocracia muchas veces es difícil incluso ayudar. Por ejemplo, rescatar a
un niño de un burdel, puede parecer muy fácil, pero no lo es. Primero, el libro
de familia de esa niña tiene que existir, para que la puedas registrar en un
centro y ampararla en un régimen tutorial. En muchos casos, primero hay que
establecer una línea de investigación para establecer de dónde procede esa
niña. A veces das el soplo a la familia y descubres que ha sido la propia familia
la que la ha vendido, con lo cual no solucionas absolutamente nada. Luego en
muchos casos estos niños no están registrados. Y, a nivel estatal, a un niño no
registrado no lo puedes tener en ningún orfanato, en ninguna escuela, en ni en
ningún sitio, con lo cual tienes que crear no sé donde unos papeles para
poderlo matricular en una escuela o para poderlo acoger en alguno de nuestros
centros. Lo cual es muy complicado. Después vienen los problemas religiosos.
Hay muchísimos impedimentos en este terreno. Hay que ir tanteando mucho el
tema de las religiones, el tema de las castas, el tema de no ofender a nadie. Es
muy importante el no imponer. Si ya empiezas a imponer unos valores y unos
principios, te equivocas. Y luego, en España, llevar una ONG es exactamente
igual que llevar una empresa. Con un sistema contable, con unas auditorias,
con un departamento de marketing.
¿Qué hacéis para que la gente sepa que el dinero que está donando se
emplea adecuadamente?
Los auditamos. Desde el primer año hacemos auditorias. Ahora saldrá la
primera memoria que podemos editar gracias a que lo paga una empresa.
Porque siempre intentamos gastar un mínimo en estructura, enviar nuestros
panfletos por e-mail para no gastar ni un céntimo. Y aquí estará la auditoria de
este último año, con números y cifras todo detallado. Hace uno o dos años
hubo aquí un escándalo muy grande con las ONG. Es muy bueno porque si ha
salido a la luz es señal de que se las investiga y no se pueden hacer cosas
extrañas con el dinero. Hay muchísimo control y cada vez más y yo estoy
encantado de que sea así.
Vivimos en un mundo en el cual todo el mundo se quiere llevar algo,
sacar tajada. ¿Entiende la gente que estás haciendo algo
desinteresadamente? ¿Cómo explicas lo que es el servicio?
El servicio es ir más allá. Ser un violín que toca música, ser un cristal que
enseña un paisaje. Si no nos proponemos servir a los demás, si no tenemos
como finalidad hacer felices a los demás, no somos absolutamente nada. ¿De
qué sirve una camisa colgada en una percha sin vestir a nadie? De nada. De
qué sirve un violín encerrado en una caja por mucho que sea un Stradivarius.
Es un trozo de madera con cuatro cuerdas. Cuando se convierte en algo rico
en algo válido, con un uso bueno, es cuando toca música. Un cristal, que es un
cristal por sí solo no es nada. Se convierte en algo bonito y significativo es

6. cuando muestra un paisaje que hay detrás. Nosotros somos así, si no
ayudamos a los demás, si no nos ofrecemos hacia los demás, somos un cristal
sin paisaje, somos un violín sin música, somos una camisa sin persona dentro.
El servicio es la finalidad de las personas.
Cuándo vas a la India ves el contraste de una sociedad diferente ¿Cuándo
regresas a Europa, a Barcelona, ¿qué ves?
Que la gente sonríe muy poco, poquísimo. Todo el mundo va en el ascensor
con caras serias y si encima sonríes, se creen que estás loco. La gente
también es muy poco consciente del poder que tiene su actitud, con referencia
a lo que va a recibir de la actitud de los demás. Siempre espera, espera,
espera, espera sin dar. Si solo dieran un cinco por ciento más, verían que
reciben un sesenta por ciento más. Basta con sonreír, algo tan tonto como
levantarse y sonreír. Y pasar la primera hora del día sonriendo y así cada día…
el mundo cambiaría.