2. Ubicado en la Delegación Venustiano Carranza, este Barrio Mágico
nos ofrece la ancestral tradición del comercio en la Ciudad que es
una forma de convivencia de los capitalinos.
UN POCO DE HISTORIA
Este tradicional barrio, surgido alrededor del Templo y Convento
de los Mercedarios, debe su fama al Mercado de la Merced,
heredero de grandes e históricos sitios de compra-venta,
como Tlatelolco, el Parián y el Volador. Está considerado como
el más grande de América Latina, y con cuatrocientos metros de
longitud y más de tres mil puestos de venta, abasteció durante
muchos años no sólo a la capital, sino a todo el país.
Al oriente de la capital de la Nueva España, la antigua ciudad de
México, se fundó en 1594 el Monasterio de Nuestra Señora de la
Merced de la Redención de los Cautivos, mejor conocido como
el Convento de la Merced. En ese tiempo, la plaza mayor o
Zócalo era el sitio destinado para las actividades comerciales
principales de la naciente metrópoli, incluidas las relacionadas con
el mercado de abastos. Hacia 1791 se construyó, al lado del palacio virreinal (hoy nacional),
el Mercado del Volador que, al correr del tiempo, se saturó con puestos de todo tipo. Sus
comerciantes fueron cambiados al terreno donde había estado por años el templo
mercedario, surgiendo así en 1863 el primer mercado al aire libre o tianguis de ese barrio.
Este hecho motivó que La Merced cobrara más importancia y adoptara al comercio como su
actividad principal.
Fue hasta 1890, en pleno porfiriato, cuando se levantó un inmueble ex profeso para el
mercado en el barrio, destacándose en su ramo como el más importante; tenía 85 metros de
largo por 12 de ancho, techumbre de fierro galvanizado y piso de baldosas.
En el siglo XX La Merced acogió a numerosos inmigrantes procedentes del campo,
dándoles hogar y trabajo en su mercado. Para la década de los
cincuenta el antiguo mercado fue demolido, y en 1957 fue
construido con diseño del arquitecto Enrique del Moral el nuevo
Mercado de La Merced, al costado oriente de una moderna
avenida: Anillo de Circunvalación.
A partir de entonces La Merced se constituyó como el principal
mercado de productos perecederos del país, hasta la construcción
de la actual Central de Abastos. Asimismo, propició una gran área
de concentración de servicios como tiendas, restaurantes, fondas,
baños públicos, hoteles, cantinas y vinaterías, totalmente asociados
con la vida del barrio.
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3.
Anécdotas y leyendas
La antigüedad del barrio ha propiciado la
creación de numerosas leyendas, como la
de doña Esperanza Goyeneche de Ruiz
García, cuya figura -dicen- aparecía en algunos
callejones después de su muerte, ocurrida en
trágicas condiciones.
La del Indio Triste, en la calle de Correo Mayor,
recuerda la labor de espía que tenía este
personaje que trabajaba para el virrey y, al no
cumplirla a satisfacción, fue desposeído de todas
sus pertenencias; no comía, no dormía, no
hablaba, hasta que murió de tristeza.
Se cuenta que en el Templo de la Merced un
ladrón entró para llevarse algunos objetos, pero para su desgracia el padre lo
atrapó y le cortó una mano que puso en un frasco en exhibición para que nadie
volviera a intentarlo; como referencia de este hecho, dicha mano fue
representada en la concha marina de la casa número 2 de la Plaza Alonso
García Bravo.
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Sitios de interés:
1. Plaza Alonso García Bravo, en
medio de objetos variados en venta y
puestos de comida cobijados por una enorme
carpa, se ubica una extensa fuente donde un
conjunto escultórico reconoce al español
García Bravo como el autor de la traza de la
nueva Ciudad de México, auxiliado por
algunos sabios mexicas y un lanchero,
quienes están representados sobre una
canoa.
2. El nicho con la figura de Santiago Apóstol, precedido por una gran concha marina
ricamente ornamentada. En su remate llama la atención una mano con un clavo
enterrado, producto de una de las leyendas del lugar.
3. Enseguida se yergue un estupendo inmueble, de entre 1870 y 1906, con tres niveles
de estilo neoclásico, y a su costado derecho otro edificio con tres grandes arcos en su
fachada. Ambas propiedades exhiben los nombres de sus constructores y canteros
grabados en sus muros. Les sigue un edificio neocolonial de larga fachada horizontal,
en cuyo remate sobresale una serie de peces con alas incrustados en nichos.
4. El costado sur está ocupado por el extraordinario
Claustro del Convento de La Merced, de 1703.
Es sorprendente el tallado de la cantera, que
puede verse tanto en las columnas que soportan
la arquería con entrelazos en alto relieve, como
en los arcos que lucen “puntas de diamantes”
en su interior. Esto, junto con los capitales
corintios que rematan las columnas, le da al
conjunto un aspecto señorial. Para admirar toda
esta belleza hay que asomarse por un enrejado
sobre la calle República de Uruguay.
5. Siguiendo por la calle peatonal Talavera
hacia el sur, justo en el cruce con República de
Uruguay, observarás un marcado contraste entre
un precioso nicho barroco en la casa del costado
derecho y los balcones estilo art decó del
inmueble opuesto.
6. A media cuadra podrás ver una escultura
que representa al Niño Dios elegantemente
vestido, y que hace alusión a la festividad del 2 de
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5.
febrero, Día de la Candelaria.
7. Llegando al cruce con la calle República del Salvador,
se ubica una gran casona edificada en el siglo XVIII y
revestida en su fachada con tezontle rojo; de presencia
sobria, tiene como ornamentación guardamalletas festones colgantes- debajo de las ventanas de la planta
baja. Se trata de la Casa Talavera, centro cultural en el
que se imparten talleres y se realizan conferencias y
exposiciones. Se le llama así porque alojó la primera
fábrica de talavera en México. Fue propiedad de los
marqueses de San Miguel de Aguayo, y su patio interior
principal ofrece una atmósfera de años ya idos, como lo
atestiguan sus gruesos pilares, las impresionantes vigas
madrinas, el piso empedrado y el antiguo pozo.
8. La Plaza del Aguilita, hoy Juan José Baz, presenta pocos árboles y un par de
grandes arriates donde podrás ver las diversas formas que ha tenido nuestra águila
mexicana a través de los siglos. Se dice que en este lugar fue hallada el águila
devorando a la serpiente parada sobre un nopal, señal dada por el dios Huitzilopochtli
a los mexicas para fundar la gran ciudad de Tenochtitlan. Al centro, una columna
rematada por un águila con una serpiente en el pico decora una fuente circular.
9. El Café Bagdad es uno de los comercios
de tradición que se alojan en esta plaza.
Podrás admirar otro nicho en la casa de la
esquina de Misioneros y Topacio. Uno de
los establecimientos tradicionales de este
barrio mágico es el Café Bagdad, donde
todavía se reúnen miembros de la
comunidad libanesa a tomar café árabe.
Es famoso por su vieja caja registradora y
porque sirve uno de los mejores cafés del
centro de la ciudad, que puede
acompañarse por ricos panes y tortas. Si buscas comer comida típica mexicana estilo
casero, pide unas quesadillas de maíz azul en alguno de los puestos del Mercado de
la Merced.
10. Al llegar a la avenida San Pablo
toma a la izquierda hasta la avenida
Anillo de Circunvalación; en el
camino encontrarás a ambos lados
un buen número de negocios de
bicicletas. Cruzando la vía estarás
en el corazón del barrio de la
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Merced: sus mercados. El más notable, llamado Mercado de La Merced, ofrece en
su nave principal alimentos perecederos, como frutas, legumbres, chiles, pescado,
carnes de res, cerdo y pollo, y se aloja en una extensa área cubierta con bóvedas de
cascarón que permiten y facilitan la iluminación y ventilación del lugar. Una de sus
secciones más visitadas es la de juguetería popular y artesanías.
11. En una de las naves anexas se localiza el Mercado de las Flores, donde se ofrece
una gran variedad de plantas y flores artificiales de ornato.
12. Al costado izquierdo no dejes de entrar a la
Parroquia de Santo Tomás La Palma, que
anuncia desde la hermosa portada barroca de su
atrio, la calidad constructiva del inmueble. En su
portada de cantera destaca el relieve de Cristo
en la cruz; al centro de la misma, la torre del
campanario se muestra ancha y de un solo nivel.
En su interior vale la pena admirar las pinturas de
sus bóvedas, la del altar mayor muestra al
incrédulo de Santo Tomás tocando el costado
herido de Jesús. La cúpula está adornada con
vistosos ángeles y, antes de ella, otra bóveda presenta la aparición de la Virgen de
Guadalupe a Juan Diego. No pierdas detalle de la puerta de la sacristía, el marco y su
arco mixtilíneo de piedra, pues fueron tallados con gran maestría.
13. Al lado izquierdo de este inmueble se
halla el Mercado de Dulces, que se extiende en
la planta baja y en los alrededores de un edificio
que parece abandonado. Seguramente será el
paraíso de niños y grandes, pues vende todo
tipo de golosinas.
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