El arte egipcio antiguo se centraba en los complejos funerarios y santuarios, y reflejaba la vida cotidiana, los dioses egipcios y el más allá a través de la pintura. Las figuras humanas se representaban de forma estilizada, enfocándose en partes del cuerpo como la cara, brazos y piernas, y su tamaño y tono de piel indicaban su importancia e identidad de género.