2. • Nacida en Swat, Jaiber Pastunjuá, Paquistán. Su
padre es Ziauddin Yusafzai y tiene dos hermanos.
Habla pastún e ingles, y es conocida por
su activismo a favor de los derechos
civiles, especialmente de los derechos de las
mujeres en el valle del río Swat, donde el
régimen talibán ha prohibido la asistencia a la
escuela de las niñas. A la edad de 13 años, Yúsafzai
alcanzó notoriedad al escribir un blog para la BBC
bajo el pseudónimo Gul Makai, explicando su vida
bajo el régimen del Tehrik e Taliban Pakistan
3. Hace un año dos talibanes
interrumpieron el recorrido de
un autobús escolar que viajaba
por el valle de Swat en Pakistán
y, arma en mano, subieron a su
interior para
preguntar: «¿Quién es
Malala?». Acto
seguido comenzaron a disparar
contra la joven y sus amigas.
Pensaron que con este acto
habían apagado la voz
«enemiga» y, sin
embargo, crearon una heroína
con verdaderas ganas de
cambiar el mundo.
4.
5. • De Malala sorprende su fuerza vital, sus ganas de vivir. El día
que intentaron asesinarla, su padre estaba convencido de que
no volvería a verla con vida. Sin embargo, logró salir del coma
inducido sólo unas semanas después en el hospital de
Birmingham, Inglaterra, al que fue trasladada para
recuperarse de las heridas de las balas. También sorprende de
ella la fuerza de sus palabras, la contundencia de su mensaje
y la ilusión inmaculada que reflejan pese a la crudeza de lo
vivido. El día de su 16 cumpleaños lo demostró ante el mundo
en el seno de Naciones Unidas.
6. • El 9 de octubre de 2012 los talibanes me dispararon en la
cabeza. Dispararon también a mis amigos, pensaron que con
sus balas nos callarían para siempre, pero fracasaron. De ese
silencio surgieron miles de voces, los terroristas pensaron
que cambiarían mis objetivos y detendrían mis ambiciones
pero nada ha cambiado en mi vida, excepto esto: la
debilidad, el miedo, la desesperanza murieron para
siempre, nacieron la fuerza, el poder y el coraje». Así de
contundente y firme fue su mensaje en el seno del
organismo. En ese momento, ante la mirada emocionada de
su madre y familia, ya era consciente de que, como ella
misma afirmó días después en la BBC, sus palabras llegarían
«no sólo a EE.UU. y otros países, sino a todo el mundo».