2. Un hombre, en la provincia de Negua, Colombia,
quiso subir al alto cielo. Así lo hizo y, a su
regreso, contó. Dijo que había contemplado desde
allá arriba la vida humana y dijo que somos un
mar de fueguitos:
3. El mundo es eso –reveló- un montón de gente, un
mar de fueguitos.
4. Cada persona brilla con luz propia entre todas las
demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos
grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los
colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del
viento, y gente de fuego bobo, que llena el aire
de chispas.
5. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni
queman, pero otros fuegos arden la vida con tantas
ganas, que no se puede mirarlos sin parpadear, y
quien se acerca, se enciende.
6. Entre todos aquellos fueguitos había unos poquitos,
algo pequeños todavía pero que brillaban con una
fuerza muy, muy especial y luminosa.
7. Eran estrellas hermosas, jóvenes y llenas de vida,
una vida fresca y preparada para comenzar una
nueva etapa, 40 estrellas que se despedían de
unos años y momentos muy dulces y especiales
para pasar a disfrutar de unos años de
adolescencia llenos de aventuras, nuevas
amistades y cientos y cientos de experiencias
alucinantes.
8. Y no tenían miedo, no tenían nada que temer,
porque estaban perfectamente preparadas, eran
fuertes y valientes, y el instituto era un lugar
que iban a vivir al máximo.
Habían aprendido tanto, tanto que eran capaces
de disfrutar juntos los momentos maravillosos y
apoyarse y ayudarse entre ellos en los momentos
difíciles.
9. La amistad que les unía era tal, que nada les
asustaba porque siempre se tenían los unos a los
otros para echar unas risas, resolver unos
problemillas o incluso soltar unas lágrimas en el
hombro de un amigo y seguir creciendo juntos.
10. Estas estrellas de la tierra tenían muy claras
las cosas importantes.
Querían y perseguían crecer y ser libres, y
sabían que ser libres, es crear un pensamiento
libre, y que esto se consigue leyendo,
aprendiendo, estudiando y en definitiva,
viviendo, viviendo que no es solo dejar pasar el
tiempo, sino viviendo de verdad.
11. Y que así consigues ser persona única e
irrepetible, un fueguito brillante, luminoso y
completamente único, una llama viva preparada
para alumbrar y hacer brillar a las demás.
12. Pues bien, todas estas estrellas habían crecido
juntas, durante seis años, con otra algo más
mayor.
Ellas no lo sabían, pero le habían enseñado tantas,
tantas cosas, que ahora ella estaba un poquito
triste con eso de la despedida y, a ratitos, le
venían ganas de llorar y llorar.
14. …Esas lágrimas iban a ser de alegría, de
alegría por haber tenido la suerte de estar al lado
de ellos tantos durante tantos momentos
especiales, de haber reído y llorado juntos, de
haber tropezado y empezado de nuevo y sobre
todo, de haberme empapado de esas llamas libres
y tan llenas de vida, tan (o ya no tanto)
pequeñas por fuera y tan (y cada día más)
enormes por dentro.
15. Y bueno, esta estrella se quedó encantada
durante todos estos años en los que descubrió lo
bonito que es tener fueguitos pequeños y
luminosos a su lado y pensó que quizás ya no
podría vivir si alguno de ellos.
Así que, le entraron muuuuchas ganas de tener
su propia y pequeña estrella y…¡¡¡mirar lo que
hizo!!!
16. SE CONCENTRÓ EN TODOS ELLOS, CERRÓ
LOS OJOS, LO DESEÓ CON TODAS SUS
FUERZAS Y…..
COMENZÓ A BRILLAR DESDE EL CIELO
VCON DOS FUEGUITOS A LA VEZ.
17. Uno es el mío, que ya conocéis y el otro, es uno
muy pequeñito, del tamaño de una nuez de las
nogueras de Nerpio, un fueguito color azul, como
el color de las estrellas cuando son nuevas (como
nos contó nuestro amigo Pitu), cuando están
naciendo o todavía son chicas.
18. Un fueguito que ya está creciendo, justo debajo
de mi ombligo, que tiene algo más de dos meses y
que, ojalá a partir del próximo mes de enero,
cuando nazca, pueda conoceros a todos, y a otros
que brillen, al menos tanto, tanto y tan bien,
como vosotros.
19. Y colorín colorado,
como veis,
teneros todo este tiempo ha sido
y va a ser
un gran regalo.
20. Gracias a todos los niños y niñas que habéis sido
parte de este proyecto que no voy a olvidar.
Gracias a todas las madres y padres que habéis
estado a nuestro lado, aportando lo mejor de
vosotros, que ha sido mucho.
Y gracias a todos: niños, padres y compañeros
que habéis realidad este sueño. No hay palabras.