Una mujer le grita "burro" a un hombre que va en sentido contrario por la carretera. El hombre le responde "puta" y continúa su camino satisfecho, pero al llegar a la primera curva se estrella, ilustrando que la prisa por responder puede tener consecuencias negativas. La moraleja es que los hombres a menudo no entienden lo que realmente quieren decir las mujeres.