El documento describe un método para controlar a los hijos en momentos difíciles que consiste en llevarlos a dar una vuelta en coche sin hablar durante el viaje para que reflexionen sobre su comportamiento, alejándolos de distracciones. El autor cree que esta técnica es efectiva gracias al contacto visual mantenido durante el viaje y afirma que sus hijos vuelven más tranquilos después de la vuelta en coche.