SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 12
Descargar para leer sin conexión
24
“ La Oración es la Puerta del cielo , La oración es Nuestro teléfono
para comunicarnos con Dios Padre, la oración Une a las Familias y las
comunidades en una misma fe. Que esta novena nos ayude a recuperar
esa comunicación con Dios a través también de nuestra Madre y Pasto-
ra de Almas, que ella nos guie como su rebaño de Ovejas hasta su Hijo
Jesús. Amen!
1
Novena a la Divina
Pastora de las Almas
Parroquia Urbana Santa Cruz 2015
2
La presente edición ha sido elaborada por los Misioneros Verbum Dei
Las oraciones: inicial, de petición y final; han sido tomadas de la ―Novena a la
Divina Pastora‖ de Mons. Omar Ramos Cordero. Ed. Paulinas.
Las reflexiones escritas por el P. Eusebio Úsuga, FMVD, con textos tomados
del libro: el Silencio de María, del p. Ignacio Larrañaga.
Cantos populares.
Imágenes de dominio público, tomadas de internet
23
ÍNDICE
Presentación…………………………………………………………….………….. Pág. 3
0. ¿Cómo rezar la novena?.............................................................. Pág. 3
1. Oración inicial para todos los días…………………………………..…… Pág. 4
2. Reflexión para cada día……………………………………..………..……… Pág. 5
Primer día............................................................................. Pág. 5
Segundo día………………………………………………...........…..…. Pág. 6
Tercer día………………………………………………….....…….…….. Pág. 7
Cuarto día………………………………………………………..…..……. Pág. 9
Quinto día…………………………………………………………….…. Pág. 10
Sexto día………………………………………..………………….…….. Pág. 12
Séptimo día………………………………………………..........…….. Pág. 13
Octavo día…………………………………………………………..…… Pág. 14
Noveno día…..………………………………………………..………….Pág. 16
3. Petición para todos los días……………………………..……..…………. Pág. 17
4. Padre nuestro, Ave María y Gloria………………………….…………. Pág. 17
5. Oración final para todos los días……………………….....………….… Pág. 18
6. Oración de consagración a María……………………..…………..…… Pág. 19
Himno a la Divina Pastora………………………..……….………. Pág. 20
María la Madre Buena……………………………….……………… Pág. 21
Magníficat…………………………………………….………………….. Pág. 21
Oh María………………………………………………………….……… Pág. 21
Estrella de la mañana………………………….……………….……. Pág. 22
Popurrí……………………………………………………….………….. Pág. 22
22
ESTRELLA DE LA MAÑANA
En tu vientre, una gran luz, destello de eternidad, principio de la paz,
hizo su morada, en ti, en tus ojos, brilló la salvación, sagrario del eterno,
eres llena de gracia y madre del amor.
Porque tú eres María, estrella de la Mañana, amparo del que te busca,
madre y reina soberana, porque tú eres María la aurora que trae la paz
ternura de una mamá, los brazos que me hacen descansar. (2)
En tus brazos cayó el salvador, desciende del madero, que siendo rey, se
convirtió en esclavo por amor, tu María silencio y oración, todo lo guar-
daba y lo meditaba en su corazón
POUPURRIT
Viva María, la inmaculada, la vencedora de todo mal / en esta iglesia
hay una nube que al cielo sube es la oración/ (2)
OH María (3) la Reina del cielo es (2)
María y los doce amigos de Jesús oraban y oraban sin cesar (2) / para
alcanzar las gracias de Dios y fuerzas para trabajar/ (2) aleluya (2) vamos
todos a orar, aleluya (2) /vámonos a trabajar/ (3)
Con María es más fácil caminar por el camino angosto donde Jesús
siempre está (2) ella nos guía en el camino, ella guía nuestros pasos, /
porque a Jesús nos quiere llevar él es el camino y la verdad (2).
Con María vamos todos los que creen en el Señor porque en ella está su
Espíritu Santo y consolador / (2)
3
PRESENTACIÓN
Queridas familias y pequeñas comunidades de fe de nuestra Pa-
rroquia Urbana Santa Cruz, les dirijo mi más cordial y afectuoso saludo
al inicio de la Novena a nuestra Excelsa Patrona, la Divina Pastora. Po-
cas ciudades en el mundo son tan privilegiadas como Barquisimeto don-
de la Imagen de la Virgen recorre cada año sus Avenidas y sus calles.
Este salir a recorrer las calles y pasar frente a las casas o detenerse delan-
te de ellas, aunque sea unos momentos, es una muestra de cómo la Ma-
dre de Dios no está lejos de las angustias y tristezas, de los dolores, lágri-
mas y sufrimientos de sus hijos. Verla pasar al frente de nuestras casas es
reconocer que nos lleva a todos en su corazón de madre, y estar en su
corazón es estar muy cerquita de Dios. Ella sabe pedirle a Dios lo que
nosotros tal vez no sabemos expresar o pedir.
¡No hay alegría más grande para una madre que ver a todos sus
hijos reunidos compartiendo como hermanos! Que esta próxima venida
de nuestra Madre la Virgen a nuestra Parroquia sea un motivo para con-
gregarnos con alegría y entusiasmo en nuestras casas todos los vecinos,
familiares y amigos y compartir, dialogar y orar todos juntos. Que su pa-
so por nuestra Parroquia nos convierta en mejores padres, en mejores
hijos, en fieles esposos y en excelentes vecinos. Que la Virgen –Madre
nos ayude a todos a imitar sus virtudes.
Con afecto y cariño.
P. Eusebio Úsuga, FMVD. Párroco.
0. ¿Cómo Rezar la Novena?
1. Oración inicial para todos los días. (pág. 4)
2. Reflexión para cada día. (pág. 5-16)
3. Petición para todos los días. (pág. 17)
4. Padre nuestro, tres Ave María y Gloria. (pág. 17-18)
5. Oración final para todos los días. (pág. 18)
6. Oración de consagración a María: Bendita sea tu pureza (pág.19)
7. Cantos (pag. 21-22)
4
1. ORACIÓN INICIAL
PARA TODOS LOS DÍAS
Divina Pastora de las almas.
El Buen Pastor nos recuerda su solicitud por la alimentación de sus
ovejas. Las cuida, alimenta, lleva a buenos pastos.
Tu, Madre celestial, vienes también en nuestra ayuda.
El cuerpo de tu hijo Jesucristo que se nos da en la comunión es tu
cuerpo, pues en ti fue formado virginalmente.
Tu puedes decirnos: "Yo soy la Buena Pastora que apacienta sus ove-
jas con el fruto bendito de su vientre, con el pan de ángeles que se
formo en mi seno".
Queremos recibir con frecuencia este don para alcanzar fuerzas para
caminar robustos y sanos por el largo y difícil sendero de la vida hasta
llegar al cielo.
Lo suplicamos por Jesucristo nuestro Señor.
Amen
21
MARIA LA MADRE BUENA.
Tantas cosas en la vida, nos ofrecen plenitud y no son más que mentiras
que desgastan la inquietud. Tú has llenado mi existencia al quererme de
verdad, yo quisiera madre buena amarte más.
En silencio escuchabas la palabra de Jesús y la hacías pan de vida, medi-
tando en tu interior, la semilla que ha caído, ya germina y está en flor,
con el corazón de fiesta cantaré.
AVE MARIA (4)
Desde que yo era muy niño has estado junto a mí y guiado de tu mano,
aprendí a decir sí. Al calor de la esperanza nunca se enfrió mi fe, y en la
noche más oscura fuiste tú.
No me dejes madre mía, ven conmigo al caminar, quiero compartir mi
vida y crear fraternidad, muchas cosas en nosotros, son el fruto de tu
amor, la plegaria más sencilla cantaré.
MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza de Dios, se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva, desde ahora me
felicitaran, todas las generaciones.
Porque el poderoso ha obrado y hace maravillas en nosotros. Grande es
su amor (3).
Hace proezas con su brazo, corrige a los soberbios y con todo el cora-
zón, ensalza a los humildes llena de bienes a los pobres, su promesa por
siempre durará. Como dijo a nuestros padres.
Porque él.
OH! MARIA
Cuando me siento solo y me oprime el dolor y cuando me siente triste y
nada me hace ilusión; OH María empiezo a cantar/ OH María (2) la
alegría me empieza a brotar. OH María (2)
/OH María (2) grito OH María y mi alma empieza a cantar (2)
20
Himno a la Divina Pastora
Letra: Andrés A. Delgado
Música: Simón Whohnsiedler
Coro
¡OH piadosa y amante Pastora!
De las almas dulcísimo amor,
oye el himno que canta, señora,
los que te aman con santo fervor (bis).
I
¡Tú eres, madre, divino consuelo
del que lleva en el alma el pesar;
Tú le ofreces las dichas del cielo
al que siempre te sabe alabar! (bis).
II
Flores puras, lozanas y bellas,
su exquisita fragancia te dan;
y al redor de tu trono de estrellas
los querubes cantándote están (bis).
III
A tu influjo, Pastora celeste,
para siempre de aquí se alejó
la horrorosa y mortífera peste
que este pueblo infeliz desoló.
IV
¡Dadnos, virgen, la paz que anhelamos
y con ella la dicha eternal!
¡Cómo siempre nosotros te amamos
dulce madre de todo mortal!
2
5
PRIMER DIA
MARÍA NO FUE UNA MUJER PASIVA
Busca en la Biblia y lee: Lucas 1, 28-35
MEDITACIÓN.
María, según aparece en los evangelios, nunca fue una mujer pasiva. Ella cues-
tionó la proposición del ángel (Lc 1,34), le preguntó cómo sería posible lo que
él le proponía. Por sí misma tomó la iniciativa y se fue rápidamente, cruzando
montañas, para ayudar a Isabel, su prima, en los últimos meses de gestación y
en su parto (Lc 1,39). En la gruta de Belén se las arregló ella solita, con la ayu-
da de José, para dar a luz a su primogénito (Lc 2,7). ¿Qué puede ayudar la
compañía de un varón en ese momento?
Cuando se quedó Jesús en el Templo, la Madre no quedó parada y cruzada de
brazos. Tomó rápidamente la primera caravana. Acompañada de José subió de
nuevo a Jerusalén, recorrió y removió cielo y tierra, durante tres largos días,
buscando a su hijo perdido (Lc 2,46). En las bodas de Caná, mientras todo el
mundo se divertía, sólo ella estaba atenta. Se dio cuenta de que faltaba vino. No
se queja, no echa culpas a nadie por la poca previsión. Tomó la iniciativa y, sin
molestar a nadie, ella misma quiso solucionarlo todo, aunque muy delicada-
mente. Y consiguió la solución.
En un momento determinado, cuando Jesús, su Hijo, pasaba horas sin comer
por estar pendiente de la gente que lo seguía, y algunos decían que su salud no
era buena, se presentó en la casa de Cafarnaúm para llevárselo, o por lo menos
para cuidarlo (Mc 3,21). En el Calvario, cuando ya todo estaba consumado y
no había nada que hacer, entonces sí, ella se quedó quieta, en silencio (Jn 19,
25).
¿Qué haría la Madre en aquellas horas tristes después de ver sepultar a su Hijo
tan amado? ¿Qué haría ella en medio de aquel grupo de hombres y mujeres que
habían creído en Jesús y lo habían seguido desde tan lejos? Algunos se ausenta-
ron, pero la mayoría permanecieron junto a la Madre. Ella era esperanza y con-
fianza para ellos.
Una vez que Jesús resucita y comienzan los discípulos a llevar la Buena Noti-
cia a toda Jerusalén y a otras ciudades, podríamos imaginar las palabras que les
diría de ánimo, fortaleza y consuelo. Ella misma les acompañaría.
PREGUNTATE:
 ¿Tomo una actitud activa frente a Dios, es decir, le pregunto qué quiere
de mi, de mi familia, de mi pais?
 ¿Qué suelo hacer ante la necesidad o carencia de los demás, me quedo
quieto?
CON MARÍA VIVIRÉ HOY:
Gestos de servicio llenos de amor
2. REFLEXIÓN PARA CADA DÍA
6
Después de la meditación y el compartir de las preguntas se puede
concluir con algunas oraciones comunitarias.
SEGUNDO DIA.
MARIA, MADRE QUE NOS CONSUELA Y FORTALECE
Busca en la Biblia y lee: Hechos 5, 35-42
MEDITACIÓN
Para nacer a la vida biológica, todo ser humano ha necesitado una ma-
dre. Para nacer y crecer en la vida espiritual es aún más imprescindible
tener una madre. Dios nos preparó una Madre excelente y Jesús, su
Hijo nos la dejó antes de partir de este mundo. ¿Quién enseñó a Jesús
niño a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo?
Sus grandes maestros fueron su madre María y José, su padre adoptivo.
María, la Madre estuvo junto a su Hijo desde que nació hasta que expiró
en la cruz.
María hace lo mismo con aquella pequeña comunidad de discípulos que
su Hijo reunió y que era la Iglesia naciente. Siempre estaba detrás del
escenario. Los discípulos ya sabían dónde estaba la Madre: en casa de
Juan, el discípulo amado (cf Jn 19,26; Jn 21,7). ¿No sería María la que
convocaba, animaba y mantenía en oración al grupo de los comprometi-
dos con su Hijo, Jesús? (Hech 1,14). Si Jesús eligió a 12 es porque esa
era la voluntad del Padre. La Madre le ayuda a su Hijo, aunque él ya no
esté, a cumplir la voluntad de Dios. Por eso, ¿No sería la Madre la que
aconsejó cubrir el vacío que dejó Judas en el grupo apostólico para no
descuidar nada del proyecto original de Jesús? (Hech 1, 15ss). ¿De dón-
de sacaban Pedro y Juan la audacia y las palabras que dejaron mudos y
asombrados a Anás, Caifás y demás sanedritas? (cf Hech 4,13). ¿De
dónde sacaron Juan y Pedro aquella felicidad y alegría por haber recibi-
do de los judíos los cuarenta azotes menos uno, por el Nombre de Je-
sús? (cf Hech 5,41). Detrás estaba la Madre.
¿Quién empujaba a Juan a salir todos los días al templo y a las casas par-
ticulares para proclamar las estupendas noticias del Señor Jesús? (ch
Hech 5,42). Detrás de tanto ánimo y valentía, vislumbramos una anima-
dora estupenda.
Cuando empezó la persecución de los seguidores de Jesús con la muerte
de Esteban, ¿No sería ella, la Madre, la consejera, la consoladora, la ani-
madora, en una palabra, el alma de aquella pequeña Iglesia que nacía
19
6. ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A MARÍA DIVINA
PASTORA
Oh María, madre buena y pastora nuestra fiel, tu que nos alimentas y
robusteces nuestras almas.
Nos alimentas con el ejemplo de tus virtudes, nos robusteces con las gra-
cias que nos alcanzas de tu hijo.
Nos buscas cuando nos alejamos del redil de tu hijo; nos llamas cuando
ves que nos acercamos al peligro; tus silbidos reclaman a las que se ale-
jan.
Buscando su regreso a Dios, las iluminas, les infundes confianza, le
alientas para que salgan del pecado y vuelvan a los brazos de Dios.
Cumple siempre esa misión maternal a nuestro lado.
Lo suplicamos por Jesucristo nuestro señor Amen.
18
AVE MARÍA
Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo
bendita tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
5. ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS
Pastora celestial, reina y madre.
Jesus, al declararse buen pastor, coloca como primera nota distintiva el
"corazon a mis ovejas".
Tu tambien Divina Pastora, nos conoces, individualmente, uno a uno.!
Me conoces a mi ! !Que dicha tan grande el saber que lucho siempre
bajo tu manto y mirada maternal y protectora. Sabiendo que estas con
nosotros, no importa la lucha.
Eres madre, eres reina, eres pastora de nuestras almas. Eres el consuelo
de los afligidos y enjuagas las lagrimas de tus hijos. Eres la alegria de los
que lloran.
Tu nos concoces. Queremos tener a nuestro lado y sentir constantemen-
te sobre nosotros tu mirada protectora. Lo suplicamos por Jesucristo
nuestro Señor. Amen
7
entre persecuciones?
PREGUNTATE.
¿Qué has aprendido en tu vida de María, la Madre que Jesús te ha
dejado? ¿Qué te gustaría imitar o aprender de ella?
¿En qué circunstancias la has experimentado como tu refugio y tu
consuelo?
CON MARÍA VIVIRÉ HOY.
 El compartir con un vecino, o un conocido, o un compañero la
dicha de poder contar con una Madre Buena. Sentirme orgulloso
de ella.
Después de la meditación y el compartir de las preguntas se puede
concluir con algunas oraciones comunitarias.
TERCER DIA.
MARIA, MADRE CONOCEDORA DE ANGUSTIAS, DO-
LORES, SOBRESALTOS...
Busca en la Biblia y lee: San Lucas 2,46-50
MEDITACIÓN
La vida de María no fue un paquete turístico. En un paquete turístico
sabemos en qué restaurante comeremos hoy, en qué hotel dormiremos
esta noche, qué museos visitaremos mañana. Todo está previsto y no hay
lugar para sorpresas.
No fue así en la vida de María. La Madre también fue caminante. Reco-
rrió nuestras propias rutas, y en su caminar existieron las características
típicas de una peregrinación: sobresaltos, confusión, perplejidad, sorpre-
sas, miedo, fatiga...Sobre todo, existieron interrogantes: ¿qué es esto?,
¿será verdad?, ¿y ahora qué haremos? No veo nada. Todo está oscuro.
Desde los días de Moisés, había una ordenación según la cual todo pri-
mogénito masculino– de hombre o animal– era propiedad especial del
Señor. El primogénito animal era ofrecido en sacrificio, y el primogénito
hombre era rescatado por sus padres en un precio estipulado por la ley.
Estaba, pues, María con el niño en los brazos en el templo de Jerusalén
para presentarlo al Señor. Estando allí, se presentó un venerable an-
ciano. Su vida ya a punto de extinguirse había sido una llama sostenida
por la esperanza de ver al Mesías. Entre las palabras que el anciano dijo a
8
Peregrinos y devotos que están en el Templo fueron: Este que veis aquí,
en mis brazos, éste es el Esperado de Israel...será bandera de contradic-
ción...será resurrección y muerte, ruina y salvación para muchos… ¿Cuál
fue la reacción de María ante estas palabras? La Madre quedó muda,
―admirada‖ por todo aquello que se decía (cf Lc 2, 33). Todo le parecía
tan extraño. Si estaba admirada era señal de que algo ignoraba y de que
no entendía todo respecto al misterio de su Hijo. Lo mismo le pasó en
Belén (cf Lc 2,8-18).
Transcurridos 12 años le volvió a ocurrir algo angustioso. En un viaje a
Jerusalén perdieron al niño. Fueron días de agitación y sobresalto, bus-
cando al niño durante varios días. Por fin lo encontraron en el Templo.
La Madre tuvo una descarga emocional, un ¿qué hiciste con nosotros?.
La respuesta del niño fue seca, cortante y distante: ―¿Por qué se preocu-
pan de mí? ¡Mi Padre!, mi Padre es para mí la única ocupación y preo-
cupación‖. Fue una verdadera declaración de independencia.
¿Qué hizo María? Quedó paralizada, sin entender nada (cf Lc 2,50),
navegando en un mar de oscuridad, pensando, eso sí, qué querrían sig-
nificar aquellas palabras y, sobre todo, aquella actitud del Hijo.
La vida de María no fue turismo. Igual que todos nosotros, también ella
fue descubriendo el misterio de Jesucristo con la actitud típica de los
Pobres de Dios: abandono, búsqueda humilde, disponibili-
dad...También la Madre fue peregrina entre calles vacías y valles oscu-
ros, buscando paulatinamente el rostro y la voluntad del Padre. Igual
que nosotros.
PREGUNTATE.
¿Qué situaciones te han producido angustias, desconciertos? ¿Qué has
aprendido de todo ello?
¿Cómo reaccionas ante los imprevistos, las sorpresas, las cosas que no
entiendes? ¿Qué haría la Madre en tu lugar?
CON MARÍA VIVIRÉ HOY.
 No angustiarme por los contratiempos y pedir a la Madre que me
ayude a descubrir en ello la voluntad de Dios.
17
3. PETICION PARA TODOS LOS DIAS
Dios Padre todo Poderoso, tu que colocaste tu mirada en Maria para ser
la Madre de Nuestro Señor Jesus, te pedimos pongas tambien tu mirada
sobre todos nosotros y nuestas Necesidades, concedenos por intercesion
de la Divina pastora esta Gracia que
humildemente te suplicamos por Jesucristo
nuestro Señor Amen. (Si se quiere se puden
nombrar las peticion personal)
PADRE NUESTRO
Padre Nuestro
que estas en el cielo,
santificado sea tu nombre;
Venga a nostros tu reino;
Hagase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada dia;
Perdona nuestas ofensas,
Como tambien nosotros
perdonamos a quienes nos ofenden,
No nos dejes caer en la tentacion,
y libranos de todo mal. Amen.
4. UN PADRE NUESTRO, TRES AVE MARÍA Y GLORIA.
16
NOVENO DÍA.
MARÍA, MADRE QUE NOS REUNE EN FAMILIA.
Busca en la Biblia y lee: Hechos de los apóstoles 1, 12-14
―Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los
Olivos, que dista de la ciudad como media hora de camino. Entraron en
la ciudad y subieron a la habitación superior de la casa donde se alojaban.
Allí estaban Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y
Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelotes, y Judas, hijo de Santia-
go. Todos ellos perseveraban juntos en la oración en compañía de algunas
mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos‖. Palabra de
Dios.
MEDITACIÓN:
Después de la resurrección de Jesús, los discípulos se sienten aún
con miedo y sin las fuerzas suficientes para vivir la misión que Jesús les
encomendó. Eres Tú, María, quien permanece con ellos. Tú, los reúnes
en familia, el nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia. Tú, oras con ellos
enseñándoles a poner todo su corazón y esperanza sólo en Dios. Tú te
conviertes en el modelo de discípula misionera que sabe esperar en ora-
ción la fuerza del Espíritu Santo que les impulsará a la misión. Tú, eres la
madre que engendra a la Iglesia como una madre quiere siempre a sus
hijos en familia. Su corazón se rompe cuando hay enfrentamientos entre
hermanos y desunión. El amor de madre siempre busca el perdón, la re-
conciliación, la armonía del hogar. Más, ese amor, nos viene de Dios.
Conflictos en la familia siempre los hay. Pero, Tú, María, hoy me enseñas
que cuando nos acercamos a Dios, cuando oramos juntos en familia,
cuando dejamos que sea Dios quien nos ayude a superar siempre las dife-
rencias el Amor reinara en nuestros hogares.
PREGUNTATE:
¿Realmente creo que la oración en familia puede mantener la Unión en
el hogar?
PLEGARIA: Por la unión de todas las familias de Venezuela y el mundo,
para que la oración diaria a Dios y a la virgen los mantenga siempre
unidos y en armonía
Roguemos al señor…
9
CUARTO DIA.
MARÍA, LA MADRE QUE CAMINÓ ENTRE LUCES Y
SOMBRAS
Busca en la Biblia y lee: San Mateo 1, 13-16
MEDITACIÓN
La vida de María, la Madre, fue un navegar en un mar de luces y som-
bras. En el día de la anunciación, todo parecía claro, lleno de luz y
grandes proyectos. Según las palabras del ángel, a María se le daba a
conocer cabalmente quien era Aquel que florecería en su silencioso
seno, Jesús: «Será grande; será llamado Hijo del Altísimo; su reino no
tendrá fin» (Lc 1,32). Todo era muy claro..
La gestación comienza a darse y antes de nacer el niño se tiene que
desplazar a Belén acompañando a José. Allí nadie los acogió. Al pre-
sentar al niño en el Templo un anciano le profetizó que una espada
atravesaría su corazón. Con el niño en brazos tuvieron que huir a Egip-
to para evitar que lo mataran. Al cabo de un tiempo regresaron a Naza-
ret…
María no fue una diosa intocable, fue una criatura como nosotros; una
criatura excepcional, eso sí —pero no, por excepcional, dejaba de ser
criatura—, y que recorrió todos nuestros caminos humanos, con sus
cuestas y encrucijadas, con sus luces y sombras.
¿Qué sucede entre nosotros? Pensemos, por ejemplo, en los consagra-
dos a Dios por el sacerdocio o la vida religiosa. Un día, allá lejos, en la
flor de su juventud, experimenta-
ron vivamente la seducción irresistible de Jesucristo. En aquellos días,
todo era luz, entusiasmo, decisión: era Dios quien llamaba, y llamaba
para la misión maravillosa. Y se embarcaron con Jesucristo en la aven-
tura más fascinante. Pasaron muchos años. Y cuántos de aquellos con-
sagrados viven confusos hoy día, sin alegría, pensando que Dios nun-
ca los llamó, que la vida consagrada ya no tiene sentido. ¿Cómo puede
ser que lo que un día era espada fulgurante puede parecemos hoy hie-
rro oxidado? Es preciso pisar tierra firme: somos así. No todo es clari-
dad.
Otros se casaron. El decía que no había en el firmamento estrella tan
espléndida como ella, su esposa. Ella decía que, no se encontraría a
otro como él en el mundo. Todos decían que el uno había nacido para
el otro. Por unos años fueron felices. Después
la rutina penetró en sus vidas como sombra maldita. Hoy arrastran una
10
existencia lánguida, fría, llena de gritos y culpas. Los dos piensan que
debieran haberse casado con otro consorte. ¿Cómo puede ser que lo
que un día era luz hoy sea sombra? El ser humano no está constituido
de líneas rectas. Somos así: unas pocas seguridades y una montaña de
inseguridades. Por la mañana vemos claro, al mediodía dudamos y por
la tarde todo está oscuro. También María, la Madre Buena y fiel, sintió
el peso del silencio de Dios. También ella tuvo que caminar muchas
veces y mucho años en la oscuridad. Durante treinta interminables años
no hubo ninguna novedad, sólo reinó la monotonía y el silencio. ¿A
qué atenerse? ¿A lo que parecía prometerse en el día de la anunciación,
o a la realidad actual, dura y fría?. Lo que nos acontece a nosotros tam-
bién le aconteció a ella.
PREGUNTATE:
— ¿Qué luces o intuiciones claras has recibido de Dios? ¿Qué convic-
ciones te impulsan a vivir y a luchar? ¿Qué sombras han ocultado o es-
tán ocultando la claridad que un día tuviste? ¿Cómo reaccionas cuando
las cosas no salen como quieres?
CON MARÍA VIVIRÉ HOY.
—lo cotidiano llenándolo de esperanza y sentido. No impacientarme por
los imprevistos que hoy pueda vivir.
QUINTO DIA.
MARÍA, LA MADRE QUE NO REACCIONA IRRITADA,
ANGUSTIADA...GUARDA Y MEDITA EN SU CORAZÓN
Busca en la Biblia y lee: Eclesiástico 2, 1-10
MEDITACIÓN
¿Qué hacía la Madre en todos aquellos acontecimientos que la descon-
certaban y que no comprendía? Ella misma nos lo dice: se agarraba a
las antiguas palabras para poder ahora mantenerse en pie. Aquellas pa-
labras eran lámparas. Esas lámparas las mantenía la Madre perpetua-
mente encendidas: las guardaba diligentemente y las meditaba en su
corazón (Le 2,19; 2,50). Cuando los nuevos sucesos resultaban enig-
máticos y desconcertantes, las lámparas encendidas de los antiguos re-
cuerdos ponían luz en la oscuridad de las circunstancias actuales. Así,
la Señora fue avanzando entre luces antiguas y sombras presentes hasta
la claridad total. La comprensión del misterio trascendente de Jesús, su
Hijo, se fue realizando mediante una inquebrantable adhesión
15
¿Qué hacía la Madre? En las eternizadas horas, en cuanto ella molía
trigo, amasaba el pan, traía leña del cerro o agua de la fuente, daba vuel-
tas en su cabeza a las palabras que un día —¡ya tan lejano!— le comunica-
ra el ángel: «Será grande; se llamará Hijo del Altísimo; su reino no ten-
drá fin» (Le 1,32). Las palabras antiguas eran resplandecientes, la reali-
dad que tenía ante sus ojos era cosa muy distinta: ahí estaba el mucha-
cho, trabajando en el rincón oscuro de la rústica vivienda. Ahí estaba
silencioso, solitario, reservado.
Esta es nuestra suprema tentación en la vida de fe: querer tener una evi-
dencia, querer agarrar con las manos la realidad, querer palpar la objeti-
vidad como una piedra fría, pretender salir de las aguas movedizas y pi-
sar tierra firme, querer saltar de los brazos de una noche oscura para
abrir los ojos y ver el sol, decir a Dios: ¡Padre Incomparable!, dame una
garantía para asegurarme de que todo esto es verdad, transfórmate aquí,
delante de mis ojos, en fuego, tormenta o huracán. La Madre no hizo
eso. Quedó quieta, se abandonó incondicionalmente, sin resistir, en los
brazos de la monotonía, como expresión de la voluntad del Padre. Al
silencio de Dios respondía con el hágase, y el silencio se transformaba
en presencia. En lugar de exigir a Dios una garantía de veracidad, la Ma-
dre se aferraba incansablemente a la voluntad de Dios, quedaba en paz y
la duda se transformaba en dulzura. La fe de María fue asaltada y com-
batida —mas nunca abatida— por un escuadrón de preguntas que llega-
ban en sucesivas oleadas. Para no sucumbir tuvo que desplegar una
enorme cantidad de fe adulta, fe pura y desnuda, aquella que sólo se
apoya en Dios mismo. Su secreto fue éste: no resistir sino entregarse.
Ella no podía cambiar nada: ni la misteriosa tardanza de la manifesta-
ción de Jesús, ni la rutina que, como una sombra, iba envolviendo e in-
vadiendo todo, ni el silencio desconcertante de Dios... Si María no po-
día cambiar, ¿por qué resistir? El Padre lo quería así o lo permitía así. El
abandono inquebrantable en sus manos, libró a María del peor obstácu-
lo en su peregrinación. Así realizó María la travesía de los treinta años,
navegando en el barco de la fe adulta.
PREGUNTATE: ¿Qué pruebas le exijo a Dios de sus promesas?¿Las
identifico y las llevo a la oración o las evado? ¿Cuáles son las característi-
cas de una fe adulta?¿Me considero impaciente, cómo intento trabajarlo
en mi vida? ¿Dejo que en la oración Dios me contagie su esperanza o
tengo monólogos que me dejan desesperanzado? ¿Oro y le pregunto a
Dios sobre sus promesas para Venezuela?
14
Y todo este inolvidable espectáculo se debió a su fe. Pero no a la fe co-
mo un planteamiento intelectual. Hicieron todo esto, con tal de no sepa-
rarse de su Dios vivo y verdadero. Su fe era adhesión, llena de amor a su
Dios. Ni la muerte ni la vida —dirá san Pablo—,
ni las autoridades ni las fuerzas de represión, ni
enemigos visibles o invisibles, ni las alturas le po-
drán separar.
PREGUNTATE: ¿María reconoce en su histo-
ria la vida de personas que han sido testigos de
fe, cuáles han sido tus testigos de la fe? ¿Qué
característica de la fe te gustaría reproducir en tu
vida? ¿Cuál debe ser el testimonio del cristiano
venezolano en este momento?¿Qué obstáculos
encuentras para ser testigo? ¿Cómo afrontas esos obstáculos? ¿Qué tes-
timonio te sientes comprometido a dar en tu familia, en tu trabajo, en la
comunidad de la Santa Cruz?
OCTAVO DIA
ESPERAR AÚN EN LA MONOTONÍA
Busca en la Biblia y lee: Lucas 1,26-37
Van pasando los años, y en María la impresión viva y fresca de la anun-
ciación quedó allá lejos. De aquello ya no queda más que un recuerdo
apagado, como un eco lejano. La Madre se siente como atrapada entre
el resplandor de aquellas antiguas promesas y la realidad presente, tan
ordinaria. La monotonía, el quehacer diario se encarnó en Nazaret, en-
tre unos horizontes geográficos inalterables y los horizontes humanos
paralizados, es decir en el mismo lugar y con las mismas circunstancias.
La monotonía tiene siempre la misma cara: las largas horas, los largos
días, los interminables treinta años, los vecinos se encierran en sus casas,
en el invierno oscurece muy temprano, se cierran las puertas y ventanas,
quedan los dos ahí (María y Jesús), frente a frente, la Madre observa to-
do: ahí está el Hijo: trabaja, come, reza... Siempre lo mismo un día y
otro y otro, una semana y otra y otra, cada año parece una eternidad, da
la impresión de que todo está paralizado, todo sigue igual, como una
llanura inmóvil.
11
a la voluntad de Dios aun en esos momentos de oscuridad.
Eso mismo ocurre entre nosotros. Muchas almas tuvieron en otras épo-
cas visitaciones gratuitas de Dios, experimentaron vivamente su presen-
cia, recibieron gracias infusas y gratuidades extraordinarias, y aquellos
momentos quedaron marcados y grabados en sus almas. Fueron mo-
mentos embriagadores. Pasan los años. Dios calla. Esas almas son asal-
tadas por la dispersión y la tentación. La monotonía las invade. Se pro-
longa obstinadamente el silencio de Dios. Tienen que agarrarse, casi
desesperadamente, al recuerdo de aquellas experiencias vivas para no
sucumbir ahora.
La grandeza de María no está en imaginarse que ella nunca fue asaltada
por la confusión. Está en que cuando no entiende algo, ella no reacciona
angustiada, impaciente, irritada, ansiosa o asustada. Por ejemplo, María
no se enfrenta con el muchacho de 12 años que se le queda en el Tem-
plo: «Hijo mío, no entiendo nada, ¿qué acontece? Por favor, explícame,
rápido, el significado de esa actitud.» María no dice a Simeón:
«Venerable anciano, ¿qué significa eso de la espada? ¿Por qué este niño
tiene que ser bandera de contradicción?» 
En lugar de eso, toma la actitud típica de los Pobres de Dios: llena de
paz, paciencia y dulzura, toma las palabras, se encierra sobre sí misma,
y queda interiorizada, pensando: ¿Qué querrán decir estas palabras?
¿Cuál será la voluntad de Dios en todo esto? La Madre es como esas
flores que cuando desaparece la claridad del sol se cierran sobre sí mis-
mas; así ella se repliega en su interior y, llena de paz, va identificándose
con la voluntad desconcertante de Dios, aceptando el misterio de la vi-
da.
Sucesivas desgracias caen sobre nosotros con tanta sorpresa como bru-
talidad. La traición nos acecha detrás de las sombras, y ¿quién iba a
pensar?, en la propia casa. A veces se experimenta la fatiga de la vida y
hasta ganas de morir.
¿Qué se consigue con resistir los imposibles? En esos momentos nos
corresponde actuar como María: cerrar la boca y quedar en paz. Noso-
tros no sabemos nada. El Padre sabe todo. Sí podemos hacer algo para
mudar la cadena de los sucesos, hagámoslo. Pero, ¿para qué luchar con-
tra las realidades que nosotros no podemos cambiar? La Madre puede
presentarse diciéndonos: «Hijo mío: refúgiate en mi. Haz lo que yo hi-
ce. Recorre junto a mi la misma ruta de fe que yo recorrí y serás parte
del pueblo de las bienaventuranzas: ¡Felices los que, en medio de la os-
curidad de una noche, creyeron en el resplandor de la luz!»
12
PREGUNTATE: ¿Qué actitud tomas ante la situación de violencia,
inseguridad que se vive a nuestro alrededor? ¿Te hace ser más violento?
¿Le preguntas a Dios, qué hacer ante tantas injusticias que a diario te
toca vivir? ¿Exiges explicaciones rápidas de las cosas negativas que vi-
ves?
SEXTO DIA.
MARÍA, MUJER QUE
CREE , SE ADHIERE Y AMA
Busca en la Biblia y
lee: Génesis 12,1-7
MEDITACIÓN
Creer es confiar. Creer es permi-
tir. Creer, sobre todo, es adherirse, entregarse. En una palabra, creer es
amar. ¿ Creer es «caminar en la presencia de Dios» (Gen 17,1). La fe es,
al mismo tiempo, un acto y una actitud que agarra, envuelve y penetra
todo cuanto es la persona humana: su confianza, su fidelidad, su asenti-
miento intelectual y su adhesión (unión) emocional. Compromete la
historia entera de una persona: con sus criterios, actitudes, conducta ge-
neral e inspiración vital. Todo eso se realizó cumplidamente en
Abraham, padre y modelo de fe. Abraham recibe una orden: «Sal de tu
tierra» (Gen 12,1-4) y una promesa: «Te haré padre de un gran pue-
blo» (Gen 12,1-4). Abraham creyó. ¿Qué le significó este creer? Le sig-
nificó extender un cheque en blanco al Señor, abrirle un crédito infinito
e incondicional, confiar contra el sentido común, esperar contra toda
esperanza, entregarse ciegamente y sin cálculos, romper con una instala-
ción establecida y, a sus setenta y cinco años, «ponerse en camino» (Gen
12,4) en dirección de un mundo incierto «sin saber adonde iba» (Heb
11,8). Eso es creer: entregarse incondicionalmente. La fe bíblica es eso:
adhesión a Dios mismo. La fe no consiste sólo en aceptar dogmas y ver-
dades sobre Dios. Es un entregarse a su voluntad. No es, pues, princi-
palmente, un proceso intelectual. Principalmente es una actitud vital.
PREGUNTATE: ¿Cómo Abraham, dejo que Dios le saque de esa tie-
rra, que son mis pensamientos y visión ante Venezuela ? ¿Me adhiero y
uno a los sentimientos que tiene Dios ante cada persona víctima de in-
justicia sin importar su tendencia política? ¿Mi oración me lleva a accio-
nes y actitudes concretas en el día , cuáles son esas?
13
SEPTIMO DÍA
MARÍA, MUJER DE FE Y TESTIGO DEL DIOS VIVO
Busca en la Biblia y lee: Hebreos 11,1-38;12,1-2
MEDITACIÓN
El capítulo once de la Carta a los hebreos es uno de los capítulos más
impresionantes del Nuevo Testamento: parece una galería de figuras
inmortales que desfila delante de nuestros ojos asombrados. Son figuras
fuertes por la fe adulta, hombres indestructibles que poseen una enver-
gadura interior que asombra y espanta, capaces de enfrentarse con situa-
ciones sobrehumanas con tal de no apartarse de su Dios. Este capítulo
nos recuerda en cada versículo, que tanta grandeza se debe exclusiva-
mente a la adhesión (unión) incondicional de estos hombres al Dios vi-
vo y verdadero: en la fe, por la fe, aconteció por su fe, se vuelve a repetir
en cada momento.
Aparecen los patriarcas, durmiendo en tiendas de campaña, sobre la
arena. Por la fe, viven errantes por un desierto ardiente y hostil. Tienen
que habitar siempre en tierras extrañas, donde sus moradores los miran
con recelo (Heb 11,8-13). Por la fe, otros se enfrentaron a las fieras, es-
trangularon leones, silenciaron la violencia devoradora de las llamas y,
no sé cómo, consiguieron esfumarse cuando la espada enemiga estaba
ya sobre sus gargantas. Por la fe recobraron vigor en su debilidad, y un
puñado de hombres, armados de fe adulta, pusieron en humillante fuga
a ejércitos poderosos en orden de batalla (Heb 11,33-35). Por la fe, por
no claudicar de su Dios, recibieron en paz y sin resistir la muerte violen-
ta. Por la fe unos aceptaron en silencio las injurias, otros soportaron sin
quejarse cuarenta azotes menos uno. Por la fe, prefirieron las cadenas de
una prisión a la libertad de la calle. Por no separarse de su Dios, recibie-
ron una lluvia «le piedras sin protestar.
Por la fe, acabaron sus vidas, unos partidos por medio con una sierra y
otros pasados a espada. Por no claudicar de su Dios vivieron errantes y
fugitivos, subiendo montañas, recorriendo desiertos, se vistieron con
pieles de ovejas y cabras —simulando figuras alucinantes— para desorien-
tar a los perseguidores, se escondieron en grutas y cavernas, perseguidos,
hambrientos, oprimidos y torturados (Heb 11,35-39).

Más contenido relacionado

La actualidad más candente (20)

Hora Santa Jesús Eucaristía
Hora Santa   Jesús EucaristíaHora Santa   Jesús Eucaristía
Hora Santa Jesús Eucaristía
 
Oración de petición
Oración de peticiónOración de petición
Oración de petición
 
Hora Santa con Jesús
Hora Santa con JesúsHora Santa con Jesús
Hora Santa con Jesús
 
HORA SANTA POR EL AÑO QUE TERMINA 2022.docx
HORA SANTA POR EL AÑO QUE TERMINA 2022.docxHORA SANTA POR EL AÑO QUE TERMINA 2022.docx
HORA SANTA POR EL AÑO QUE TERMINA 2022.docx
 
Retiro mariano
Retiro marianoRetiro mariano
Retiro mariano
 
Mes de maria
Mes de mariaMes de maria
Mes de maria
 
El bautismo ppt
El bautismo pptEl bautismo ppt
El bautismo ppt
 
Cantos dedicados a la Inmaculada Concepción
Cantos dedicados a la Inmaculada ConcepciónCantos dedicados a la Inmaculada Concepción
Cantos dedicados a la Inmaculada Concepción
 
Adoremos al Santísimo
Adoremos al SantísimoAdoremos al Santísimo
Adoremos al Santísimo
 
Bendición para los hijos
Bendición para los hijosBendición para los hijos
Bendición para los hijos
 
Maria power point
Maria power pointMaria power point
Maria power point
 
Hora santa amor
Hora santa amorHora santa amor
Hora santa amor
 
Cantos hora santa
Cantos hora santaCantos hora santa
Cantos hora santa
 
El Perdón - Hora Santa
El  Perdón - Hora SantaEl  Perdón - Hora Santa
El Perdón - Hora Santa
 
MARÍA MADRE DE DIOS
MARÍA MADRE DE DIOS MARÍA MADRE DE DIOS
MARÍA MADRE DE DIOS
 
Rosario de difuntos librillo word
Rosario de difuntos librillo wordRosario de difuntos librillo word
Rosario de difuntos librillo word
 
Santísima Trinidad
Santísima TrinidadSantísima Trinidad
Santísima Trinidad
 
El angelus
El angelusEl angelus
El angelus
 
Como rezar el rosario
Como rezar el rosarioComo rezar el rosario
Como rezar el rosario
 
Como rezar-el-rosario-4(1)
Como rezar-el-rosario-4(1)Como rezar-el-rosario-4(1)
Como rezar-el-rosario-4(1)
 

Similar a Novena a-la-divina-pastora-de-las-almas

Novena a la Divina Pastora
Novena a la Divina PastoraNovena a la Divina Pastora
Novena a la Divina PastoraYarinp
 
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA FIESTA DE LA INMACULADA
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA FIESTA DE LA INMACULADAGUIÓN SIN CANCIONES DE LA FIESTA DE LA INMACULADA
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA FIESTA DE LA INMACULADAFEDERICO ALMENARA CHECA
 
Clausura del mes Mariano estac-MARB 2021
Clausura del mes Mariano estac-MARB 2021Clausura del mes Mariano estac-MARB 2021
Clausura del mes Mariano estac-MARB 2021JuanCarlosPellnYahua
 
Clausura del mes mariano e inauguración de la SVM 2021 MARB.docx
Clausura del mes mariano e inauguración de la SVM 2021 MARB.docxClausura del mes mariano e inauguración de la SVM 2021 MARB.docx
Clausura del mes mariano e inauguración de la SVM 2021 MARB.docxJuanCarlosPellnYahua
 
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO C. DIA...
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO C. DIA...GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO C. DIA...
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO C. DIA...FEDERICO ALMENARA CHECA
 
Rosario misterios dolorosos MMPPP(3).pptx
Rosario misterios dolorosos MMPPP(3).pptxRosario misterios dolorosos MMPPP(3).pptx
Rosario misterios dolorosos MMPPP(3).pptxAndreMaximilianoMund
 
Rosario virgen de fatima
Rosario virgen de fatimaRosario virgen de fatima
Rosario virgen de fatimaMegaklick Klick
 
Eucaristia de navidad
Eucaristia de navidadEucaristia de navidad
Eucaristia de navidadpsjpastoral
 
Octavo dia novena virgen del carmen
Octavo dia novena virgen del carmenOctavo dia novena virgen del carmen
Octavo dia novena virgen del carmenIglesia Catolica
 

Similar a Novena a-la-divina-pastora-de-las-almas (20)

Novena a la Divina Pastora
Novena a la Divina PastoraNovena a la Divina Pastora
Novena a la Divina Pastora
 
Devocionario Mariano Loncoche
Devocionario Mariano LoncocheDevocionario Mariano Loncoche
Devocionario Mariano Loncoche
 
Mes de maría para niños
Mes de maría para niñosMes de maría para niños
Mes de maría para niños
 
Novena a la Divina Pastora
Novena a la Divina PastoraNovena a la Divina Pastora
Novena a la Divina Pastora
 
Guión Litúrgico
Guión Litúrgico Guión Litúrgico
Guión Litúrgico
 
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA FIESTA DE LA INMACULADA
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA FIESTA DE LA INMACULADAGUIÓN SIN CANCIONES DE LA FIESTA DE LA INMACULADA
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA FIESTA DE LA INMACULADA
 
Clausura del mes Mariano estac-MARB 2021
Clausura del mes Mariano estac-MARB 2021Clausura del mes Mariano estac-MARB 2021
Clausura del mes Mariano estac-MARB 2021
 
Clausura del mes mariano e inauguración de la SVM 2021 MARB.docx
Clausura del mes mariano e inauguración de la SVM 2021 MARB.docxClausura del mes mariano e inauguración de la SVM 2021 MARB.docx
Clausura del mes mariano e inauguración de la SVM 2021 MARB.docx
 
Mes de María
Mes de MaríaMes de María
Mes de María
 
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO C. DIA...
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO C. DIA...GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO C. DIA...
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTÍA DEL DOMINGO 4º DE ADVIENTO. CICLO C. DIA...
 
Rosario misterios dolorosos MMPPP(3).pptx
Rosario misterios dolorosos MMPPP(3).pptxRosario misterios dolorosos MMPPP(3).pptx
Rosario misterios dolorosos MMPPP(3).pptx
 
HORASTAMAGPE.pdf
HORASTAMAGPE.pdfHORASTAMAGPE.pdf
HORASTAMAGPE.pdf
 
Rosario virgen de fatima
Rosario virgen de fatimaRosario virgen de fatima
Rosario virgen de fatima
 
Eucaristia de navidad
Eucaristia de navidadEucaristia de navidad
Eucaristia de navidad
 
Folleto novenario Guadalupano por la Paz de México
Folleto novenario Guadalupano por la Paz de MéxicoFolleto novenario Guadalupano por la Paz de México
Folleto novenario Guadalupano por la Paz de México
 
Rosario mariano
Rosario marianoRosario mariano
Rosario mariano
 
Subsidio Mayo 2020
Subsidio Mayo 2020Subsidio Mayo 2020
Subsidio Mayo 2020
 
Octavo dia novena virgen del carmen
Octavo dia novena virgen del carmenOctavo dia novena virgen del carmen
Octavo dia novena virgen del carmen
 
POSADA 2019 ESPAÑOL.pdf
POSADA 2019 ESPAÑOL.pdfPOSADA 2019 ESPAÑOL.pdf
POSADA 2019 ESPAÑOL.pdf
 
El Rosario
El RosarioEl Rosario
El Rosario
 

Novena a-la-divina-pastora-de-las-almas

  • 1. 24 “ La Oración es la Puerta del cielo , La oración es Nuestro teléfono para comunicarnos con Dios Padre, la oración Une a las Familias y las comunidades en una misma fe. Que esta novena nos ayude a recuperar esa comunicación con Dios a través también de nuestra Madre y Pasto- ra de Almas, que ella nos guie como su rebaño de Ovejas hasta su Hijo Jesús. Amen! 1 Novena a la Divina Pastora de las Almas Parroquia Urbana Santa Cruz 2015
  • 2. 2 La presente edición ha sido elaborada por los Misioneros Verbum Dei Las oraciones: inicial, de petición y final; han sido tomadas de la ―Novena a la Divina Pastora‖ de Mons. Omar Ramos Cordero. Ed. Paulinas. Las reflexiones escritas por el P. Eusebio Úsuga, FMVD, con textos tomados del libro: el Silencio de María, del p. Ignacio Larrañaga. Cantos populares. Imágenes de dominio público, tomadas de internet 23 ÍNDICE Presentación…………………………………………………………….………….. Pág. 3 0. ¿Cómo rezar la novena?.............................................................. Pág. 3 1. Oración inicial para todos los días…………………………………..…… Pág. 4 2. Reflexión para cada día……………………………………..………..……… Pág. 5 Primer día............................................................................. Pág. 5 Segundo día………………………………………………...........…..…. Pág. 6 Tercer día………………………………………………….....…….…….. Pág. 7 Cuarto día………………………………………………………..…..……. Pág. 9 Quinto día…………………………………………………………….…. Pág. 10 Sexto día………………………………………..………………….…….. Pág. 12 Séptimo día………………………………………………..........…….. Pág. 13 Octavo día…………………………………………………………..…… Pág. 14 Noveno día…..………………………………………………..………….Pág. 16 3. Petición para todos los días……………………………..……..…………. Pág. 17 4. Padre nuestro, Ave María y Gloria………………………….…………. Pág. 17 5. Oración final para todos los días……………………….....………….… Pág. 18 6. Oración de consagración a María……………………..…………..…… Pág. 19 Himno a la Divina Pastora………………………..……….………. Pág. 20 María la Madre Buena……………………………….……………… Pág. 21 Magníficat…………………………………………….………………….. Pág. 21 Oh María………………………………………………………….……… Pág. 21 Estrella de la mañana………………………….……………….……. Pág. 22 Popurrí……………………………………………………….………….. Pág. 22
  • 3. 22 ESTRELLA DE LA MAÑANA En tu vientre, una gran luz, destello de eternidad, principio de la paz, hizo su morada, en ti, en tus ojos, brilló la salvación, sagrario del eterno, eres llena de gracia y madre del amor. Porque tú eres María, estrella de la Mañana, amparo del que te busca, madre y reina soberana, porque tú eres María la aurora que trae la paz ternura de una mamá, los brazos que me hacen descansar. (2) En tus brazos cayó el salvador, desciende del madero, que siendo rey, se convirtió en esclavo por amor, tu María silencio y oración, todo lo guar- daba y lo meditaba en su corazón POUPURRIT Viva María, la inmaculada, la vencedora de todo mal / en esta iglesia hay una nube que al cielo sube es la oración/ (2) OH María (3) la Reina del cielo es (2) María y los doce amigos de Jesús oraban y oraban sin cesar (2) / para alcanzar las gracias de Dios y fuerzas para trabajar/ (2) aleluya (2) vamos todos a orar, aleluya (2) /vámonos a trabajar/ (3) Con María es más fácil caminar por el camino angosto donde Jesús siempre está (2) ella nos guía en el camino, ella guía nuestros pasos, / porque a Jesús nos quiere llevar él es el camino y la verdad (2). Con María vamos todos los que creen en el Señor porque en ella está su Espíritu Santo y consolador / (2) 3 PRESENTACIÓN Queridas familias y pequeñas comunidades de fe de nuestra Pa- rroquia Urbana Santa Cruz, les dirijo mi más cordial y afectuoso saludo al inicio de la Novena a nuestra Excelsa Patrona, la Divina Pastora. Po- cas ciudades en el mundo son tan privilegiadas como Barquisimeto don- de la Imagen de la Virgen recorre cada año sus Avenidas y sus calles. Este salir a recorrer las calles y pasar frente a las casas o detenerse delan- te de ellas, aunque sea unos momentos, es una muestra de cómo la Ma- dre de Dios no está lejos de las angustias y tristezas, de los dolores, lágri- mas y sufrimientos de sus hijos. Verla pasar al frente de nuestras casas es reconocer que nos lleva a todos en su corazón de madre, y estar en su corazón es estar muy cerquita de Dios. Ella sabe pedirle a Dios lo que nosotros tal vez no sabemos expresar o pedir. ¡No hay alegría más grande para una madre que ver a todos sus hijos reunidos compartiendo como hermanos! Que esta próxima venida de nuestra Madre la Virgen a nuestra Parroquia sea un motivo para con- gregarnos con alegría y entusiasmo en nuestras casas todos los vecinos, familiares y amigos y compartir, dialogar y orar todos juntos. Que su pa- so por nuestra Parroquia nos convierta en mejores padres, en mejores hijos, en fieles esposos y en excelentes vecinos. Que la Virgen –Madre nos ayude a todos a imitar sus virtudes. Con afecto y cariño. P. Eusebio Úsuga, FMVD. Párroco. 0. ¿Cómo Rezar la Novena? 1. Oración inicial para todos los días. (pág. 4) 2. Reflexión para cada día. (pág. 5-16) 3. Petición para todos los días. (pág. 17) 4. Padre nuestro, tres Ave María y Gloria. (pág. 17-18) 5. Oración final para todos los días. (pág. 18) 6. Oración de consagración a María: Bendita sea tu pureza (pág.19) 7. Cantos (pag. 21-22)
  • 4. 4 1. ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS Divina Pastora de las almas. El Buen Pastor nos recuerda su solicitud por la alimentación de sus ovejas. Las cuida, alimenta, lleva a buenos pastos. Tu, Madre celestial, vienes también en nuestra ayuda. El cuerpo de tu hijo Jesucristo que se nos da en la comunión es tu cuerpo, pues en ti fue formado virginalmente. Tu puedes decirnos: "Yo soy la Buena Pastora que apacienta sus ove- jas con el fruto bendito de su vientre, con el pan de ángeles que se formo en mi seno". Queremos recibir con frecuencia este don para alcanzar fuerzas para caminar robustos y sanos por el largo y difícil sendero de la vida hasta llegar al cielo. Lo suplicamos por Jesucristo nuestro Señor. Amen 21 MARIA LA MADRE BUENA. Tantas cosas en la vida, nos ofrecen plenitud y no son más que mentiras que desgastan la inquietud. Tú has llenado mi existencia al quererme de verdad, yo quisiera madre buena amarte más. En silencio escuchabas la palabra de Jesús y la hacías pan de vida, medi- tando en tu interior, la semilla que ha caído, ya germina y está en flor, con el corazón de fiesta cantaré. AVE MARIA (4) Desde que yo era muy niño has estado junto a mí y guiado de tu mano, aprendí a decir sí. Al calor de la esperanza nunca se enfrió mi fe, y en la noche más oscura fuiste tú. No me dejes madre mía, ven conmigo al caminar, quiero compartir mi vida y crear fraternidad, muchas cosas en nosotros, son el fruto de tu amor, la plegaria más sencilla cantaré. MAGNIFICAT Proclama mi alma la grandeza de Dios, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva, desde ahora me felicitaran, todas las generaciones. Porque el poderoso ha obrado y hace maravillas en nosotros. Grande es su amor (3). Hace proezas con su brazo, corrige a los soberbios y con todo el cora- zón, ensalza a los humildes llena de bienes a los pobres, su promesa por siempre durará. Como dijo a nuestros padres. Porque él. OH! MARIA Cuando me siento solo y me oprime el dolor y cuando me siente triste y nada me hace ilusión; OH María empiezo a cantar/ OH María (2) la alegría me empieza a brotar. OH María (2) /OH María (2) grito OH María y mi alma empieza a cantar (2)
  • 5. 20 Himno a la Divina Pastora Letra: Andrés A. Delgado Música: Simón Whohnsiedler Coro ¡OH piadosa y amante Pastora! De las almas dulcísimo amor, oye el himno que canta, señora, los que te aman con santo fervor (bis). I ¡Tú eres, madre, divino consuelo del que lleva en el alma el pesar; Tú le ofreces las dichas del cielo al que siempre te sabe alabar! (bis). II Flores puras, lozanas y bellas, su exquisita fragancia te dan; y al redor de tu trono de estrellas los querubes cantándote están (bis). III A tu influjo, Pastora celeste, para siempre de aquí se alejó la horrorosa y mortífera peste que este pueblo infeliz desoló. IV ¡Dadnos, virgen, la paz que anhelamos y con ella la dicha eternal! ¡Cómo siempre nosotros te amamos dulce madre de todo mortal! 2 5 PRIMER DIA MARÍA NO FUE UNA MUJER PASIVA Busca en la Biblia y lee: Lucas 1, 28-35 MEDITACIÓN. María, según aparece en los evangelios, nunca fue una mujer pasiva. Ella cues- tionó la proposición del ángel (Lc 1,34), le preguntó cómo sería posible lo que él le proponía. Por sí misma tomó la iniciativa y se fue rápidamente, cruzando montañas, para ayudar a Isabel, su prima, en los últimos meses de gestación y en su parto (Lc 1,39). En la gruta de Belén se las arregló ella solita, con la ayu- da de José, para dar a luz a su primogénito (Lc 2,7). ¿Qué puede ayudar la compañía de un varón en ese momento? Cuando se quedó Jesús en el Templo, la Madre no quedó parada y cruzada de brazos. Tomó rápidamente la primera caravana. Acompañada de José subió de nuevo a Jerusalén, recorrió y removió cielo y tierra, durante tres largos días, buscando a su hijo perdido (Lc 2,46). En las bodas de Caná, mientras todo el mundo se divertía, sólo ella estaba atenta. Se dio cuenta de que faltaba vino. No se queja, no echa culpas a nadie por la poca previsión. Tomó la iniciativa y, sin molestar a nadie, ella misma quiso solucionarlo todo, aunque muy delicada- mente. Y consiguió la solución. En un momento determinado, cuando Jesús, su Hijo, pasaba horas sin comer por estar pendiente de la gente que lo seguía, y algunos decían que su salud no era buena, se presentó en la casa de Cafarnaúm para llevárselo, o por lo menos para cuidarlo (Mc 3,21). En el Calvario, cuando ya todo estaba consumado y no había nada que hacer, entonces sí, ella se quedó quieta, en silencio (Jn 19, 25). ¿Qué haría la Madre en aquellas horas tristes después de ver sepultar a su Hijo tan amado? ¿Qué haría ella en medio de aquel grupo de hombres y mujeres que habían creído en Jesús y lo habían seguido desde tan lejos? Algunos se ausenta- ron, pero la mayoría permanecieron junto a la Madre. Ella era esperanza y con- fianza para ellos. Una vez que Jesús resucita y comienzan los discípulos a llevar la Buena Noti- cia a toda Jerusalén y a otras ciudades, podríamos imaginar las palabras que les diría de ánimo, fortaleza y consuelo. Ella misma les acompañaría. PREGUNTATE:  ¿Tomo una actitud activa frente a Dios, es decir, le pregunto qué quiere de mi, de mi familia, de mi pais?  ¿Qué suelo hacer ante la necesidad o carencia de los demás, me quedo quieto? CON MARÍA VIVIRÉ HOY: Gestos de servicio llenos de amor 2. REFLEXIÓN PARA CADA DÍA
  • 6. 6 Después de la meditación y el compartir de las preguntas se puede concluir con algunas oraciones comunitarias. SEGUNDO DIA. MARIA, MADRE QUE NOS CONSUELA Y FORTALECE Busca en la Biblia y lee: Hechos 5, 35-42 MEDITACIÓN Para nacer a la vida biológica, todo ser humano ha necesitado una ma- dre. Para nacer y crecer en la vida espiritual es aún más imprescindible tener una madre. Dios nos preparó una Madre excelente y Jesús, su Hijo nos la dejó antes de partir de este mundo. ¿Quién enseñó a Jesús niño a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo? Sus grandes maestros fueron su madre María y José, su padre adoptivo. María, la Madre estuvo junto a su Hijo desde que nació hasta que expiró en la cruz. María hace lo mismo con aquella pequeña comunidad de discípulos que su Hijo reunió y que era la Iglesia naciente. Siempre estaba detrás del escenario. Los discípulos ya sabían dónde estaba la Madre: en casa de Juan, el discípulo amado (cf Jn 19,26; Jn 21,7). ¿No sería María la que convocaba, animaba y mantenía en oración al grupo de los comprometi- dos con su Hijo, Jesús? (Hech 1,14). Si Jesús eligió a 12 es porque esa era la voluntad del Padre. La Madre le ayuda a su Hijo, aunque él ya no esté, a cumplir la voluntad de Dios. Por eso, ¿No sería la Madre la que aconsejó cubrir el vacío que dejó Judas en el grupo apostólico para no descuidar nada del proyecto original de Jesús? (Hech 1, 15ss). ¿De dón- de sacaban Pedro y Juan la audacia y las palabras que dejaron mudos y asombrados a Anás, Caifás y demás sanedritas? (cf Hech 4,13). ¿De dónde sacaron Juan y Pedro aquella felicidad y alegría por haber recibi- do de los judíos los cuarenta azotes menos uno, por el Nombre de Je- sús? (cf Hech 5,41). Detrás estaba la Madre. ¿Quién empujaba a Juan a salir todos los días al templo y a las casas par- ticulares para proclamar las estupendas noticias del Señor Jesús? (ch Hech 5,42). Detrás de tanto ánimo y valentía, vislumbramos una anima- dora estupenda. Cuando empezó la persecución de los seguidores de Jesús con la muerte de Esteban, ¿No sería ella, la Madre, la consejera, la consoladora, la ani- madora, en una palabra, el alma de aquella pequeña Iglesia que nacía 19 6. ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A MARÍA DIVINA PASTORA Oh María, madre buena y pastora nuestra fiel, tu que nos alimentas y robusteces nuestras almas. Nos alimentas con el ejemplo de tus virtudes, nos robusteces con las gra- cias que nos alcanzas de tu hijo. Nos buscas cuando nos alejamos del redil de tu hijo; nos llamas cuando ves que nos acercamos al peligro; tus silbidos reclaman a las que se ale- jan. Buscando su regreso a Dios, las iluminas, les infundes confianza, le alientas para que salgan del pecado y vuelvan a los brazos de Dios. Cumple siempre esa misión maternal a nuestro lado. Lo suplicamos por Jesucristo nuestro señor Amen.
  • 7. 18 AVE MARÍA Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén GLORIA Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 5. ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS Pastora celestial, reina y madre. Jesus, al declararse buen pastor, coloca como primera nota distintiva el "corazon a mis ovejas". Tu tambien Divina Pastora, nos conoces, individualmente, uno a uno.! Me conoces a mi ! !Que dicha tan grande el saber que lucho siempre bajo tu manto y mirada maternal y protectora. Sabiendo que estas con nosotros, no importa la lucha. Eres madre, eres reina, eres pastora de nuestras almas. Eres el consuelo de los afligidos y enjuagas las lagrimas de tus hijos. Eres la alegria de los que lloran. Tu nos concoces. Queremos tener a nuestro lado y sentir constantemen- te sobre nosotros tu mirada protectora. Lo suplicamos por Jesucristo nuestro Señor. Amen 7 entre persecuciones? PREGUNTATE. ¿Qué has aprendido en tu vida de María, la Madre que Jesús te ha dejado? ¿Qué te gustaría imitar o aprender de ella? ¿En qué circunstancias la has experimentado como tu refugio y tu consuelo? CON MARÍA VIVIRÉ HOY.  El compartir con un vecino, o un conocido, o un compañero la dicha de poder contar con una Madre Buena. Sentirme orgulloso de ella. Después de la meditación y el compartir de las preguntas se puede concluir con algunas oraciones comunitarias. TERCER DIA. MARIA, MADRE CONOCEDORA DE ANGUSTIAS, DO- LORES, SOBRESALTOS... Busca en la Biblia y lee: San Lucas 2,46-50 MEDITACIÓN La vida de María no fue un paquete turístico. En un paquete turístico sabemos en qué restaurante comeremos hoy, en qué hotel dormiremos esta noche, qué museos visitaremos mañana. Todo está previsto y no hay lugar para sorpresas. No fue así en la vida de María. La Madre también fue caminante. Reco- rrió nuestras propias rutas, y en su caminar existieron las características típicas de una peregrinación: sobresaltos, confusión, perplejidad, sorpre- sas, miedo, fatiga...Sobre todo, existieron interrogantes: ¿qué es esto?, ¿será verdad?, ¿y ahora qué haremos? No veo nada. Todo está oscuro. Desde los días de Moisés, había una ordenación según la cual todo pri- mogénito masculino– de hombre o animal– era propiedad especial del Señor. El primogénito animal era ofrecido en sacrificio, y el primogénito hombre era rescatado por sus padres en un precio estipulado por la ley. Estaba, pues, María con el niño en los brazos en el templo de Jerusalén para presentarlo al Señor. Estando allí, se presentó un venerable an- ciano. Su vida ya a punto de extinguirse había sido una llama sostenida por la esperanza de ver al Mesías. Entre las palabras que el anciano dijo a
  • 8. 8 Peregrinos y devotos que están en el Templo fueron: Este que veis aquí, en mis brazos, éste es el Esperado de Israel...será bandera de contradic- ción...será resurrección y muerte, ruina y salvación para muchos… ¿Cuál fue la reacción de María ante estas palabras? La Madre quedó muda, ―admirada‖ por todo aquello que se decía (cf Lc 2, 33). Todo le parecía tan extraño. Si estaba admirada era señal de que algo ignoraba y de que no entendía todo respecto al misterio de su Hijo. Lo mismo le pasó en Belén (cf Lc 2,8-18). Transcurridos 12 años le volvió a ocurrir algo angustioso. En un viaje a Jerusalén perdieron al niño. Fueron días de agitación y sobresalto, bus- cando al niño durante varios días. Por fin lo encontraron en el Templo. La Madre tuvo una descarga emocional, un ¿qué hiciste con nosotros?. La respuesta del niño fue seca, cortante y distante: ―¿Por qué se preocu- pan de mí? ¡Mi Padre!, mi Padre es para mí la única ocupación y preo- cupación‖. Fue una verdadera declaración de independencia. ¿Qué hizo María? Quedó paralizada, sin entender nada (cf Lc 2,50), navegando en un mar de oscuridad, pensando, eso sí, qué querrían sig- nificar aquellas palabras y, sobre todo, aquella actitud del Hijo. La vida de María no fue turismo. Igual que todos nosotros, también ella fue descubriendo el misterio de Jesucristo con la actitud típica de los Pobres de Dios: abandono, búsqueda humilde, disponibili- dad...También la Madre fue peregrina entre calles vacías y valles oscu- ros, buscando paulatinamente el rostro y la voluntad del Padre. Igual que nosotros. PREGUNTATE. ¿Qué situaciones te han producido angustias, desconciertos? ¿Qué has aprendido de todo ello? ¿Cómo reaccionas ante los imprevistos, las sorpresas, las cosas que no entiendes? ¿Qué haría la Madre en tu lugar? CON MARÍA VIVIRÉ HOY.  No angustiarme por los contratiempos y pedir a la Madre que me ayude a descubrir en ello la voluntad de Dios. 17 3. PETICION PARA TODOS LOS DIAS Dios Padre todo Poderoso, tu que colocaste tu mirada en Maria para ser la Madre de Nuestro Señor Jesus, te pedimos pongas tambien tu mirada sobre todos nosotros y nuestas Necesidades, concedenos por intercesion de la Divina pastora esta Gracia que humildemente te suplicamos por Jesucristo nuestro Señor Amen. (Si se quiere se puden nombrar las peticion personal) PADRE NUESTRO Padre Nuestro que estas en el cielo, santificado sea tu nombre; Venga a nostros tu reino; Hagase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada dia; Perdona nuestas ofensas, Como tambien nosotros perdonamos a quienes nos ofenden, No nos dejes caer en la tentacion, y libranos de todo mal. Amen. 4. UN PADRE NUESTRO, TRES AVE MARÍA Y GLORIA.
  • 9. 16 NOVENO DÍA. MARÍA, MADRE QUE NOS REUNE EN FAMILIA. Busca en la Biblia y lee: Hechos de los apóstoles 1, 12-14 ―Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista de la ciudad como media hora de camino. Entraron en la ciudad y subieron a la habitación superior de la casa donde se alojaban. Allí estaban Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelotes, y Judas, hijo de Santia- go. Todos ellos perseveraban juntos en la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos‖. Palabra de Dios. MEDITACIÓN: Después de la resurrección de Jesús, los discípulos se sienten aún con miedo y sin las fuerzas suficientes para vivir la misión que Jesús les encomendó. Eres Tú, María, quien permanece con ellos. Tú, los reúnes en familia, el nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia. Tú, oras con ellos enseñándoles a poner todo su corazón y esperanza sólo en Dios. Tú te conviertes en el modelo de discípula misionera que sabe esperar en ora- ción la fuerza del Espíritu Santo que les impulsará a la misión. Tú, eres la madre que engendra a la Iglesia como una madre quiere siempre a sus hijos en familia. Su corazón se rompe cuando hay enfrentamientos entre hermanos y desunión. El amor de madre siempre busca el perdón, la re- conciliación, la armonía del hogar. Más, ese amor, nos viene de Dios. Conflictos en la familia siempre los hay. Pero, Tú, María, hoy me enseñas que cuando nos acercamos a Dios, cuando oramos juntos en familia, cuando dejamos que sea Dios quien nos ayude a superar siempre las dife- rencias el Amor reinara en nuestros hogares. PREGUNTATE: ¿Realmente creo que la oración en familia puede mantener la Unión en el hogar? PLEGARIA: Por la unión de todas las familias de Venezuela y el mundo, para que la oración diaria a Dios y a la virgen los mantenga siempre unidos y en armonía Roguemos al señor… 9 CUARTO DIA. MARÍA, LA MADRE QUE CAMINÓ ENTRE LUCES Y SOMBRAS Busca en la Biblia y lee: San Mateo 1, 13-16 MEDITACIÓN La vida de María, la Madre, fue un navegar en un mar de luces y som- bras. En el día de la anunciación, todo parecía claro, lleno de luz y grandes proyectos. Según las palabras del ángel, a María se le daba a conocer cabalmente quien era Aquel que florecería en su silencioso seno, Jesús: «Será grande; será llamado Hijo del Altísimo; su reino no tendrá fin» (Lc 1,32). Todo era muy claro.. La gestación comienza a darse y antes de nacer el niño se tiene que desplazar a Belén acompañando a José. Allí nadie los acogió. Al pre- sentar al niño en el Templo un anciano le profetizó que una espada atravesaría su corazón. Con el niño en brazos tuvieron que huir a Egip- to para evitar que lo mataran. Al cabo de un tiempo regresaron a Naza- ret… María no fue una diosa intocable, fue una criatura como nosotros; una criatura excepcional, eso sí —pero no, por excepcional, dejaba de ser criatura—, y que recorrió todos nuestros caminos humanos, con sus cuestas y encrucijadas, con sus luces y sombras. ¿Qué sucede entre nosotros? Pensemos, por ejemplo, en los consagra- dos a Dios por el sacerdocio o la vida religiosa. Un día, allá lejos, en la flor de su juventud, experimenta- ron vivamente la seducción irresistible de Jesucristo. En aquellos días, todo era luz, entusiasmo, decisión: era Dios quien llamaba, y llamaba para la misión maravillosa. Y se embarcaron con Jesucristo en la aven- tura más fascinante. Pasaron muchos años. Y cuántos de aquellos con- sagrados viven confusos hoy día, sin alegría, pensando que Dios nun- ca los llamó, que la vida consagrada ya no tiene sentido. ¿Cómo puede ser que lo que un día era espada fulgurante puede parecemos hoy hie- rro oxidado? Es preciso pisar tierra firme: somos así. No todo es clari- dad. Otros se casaron. El decía que no había en el firmamento estrella tan espléndida como ella, su esposa. Ella decía que, no se encontraría a otro como él en el mundo. Todos decían que el uno había nacido para el otro. Por unos años fueron felices. Después la rutina penetró en sus vidas como sombra maldita. Hoy arrastran una
  • 10. 10 existencia lánguida, fría, llena de gritos y culpas. Los dos piensan que debieran haberse casado con otro consorte. ¿Cómo puede ser que lo que un día era luz hoy sea sombra? El ser humano no está constituido de líneas rectas. Somos así: unas pocas seguridades y una montaña de inseguridades. Por la mañana vemos claro, al mediodía dudamos y por la tarde todo está oscuro. También María, la Madre Buena y fiel, sintió el peso del silencio de Dios. También ella tuvo que caminar muchas veces y mucho años en la oscuridad. Durante treinta interminables años no hubo ninguna novedad, sólo reinó la monotonía y el silencio. ¿A qué atenerse? ¿A lo que parecía prometerse en el día de la anunciación, o a la realidad actual, dura y fría?. Lo que nos acontece a nosotros tam- bién le aconteció a ella. PREGUNTATE: — ¿Qué luces o intuiciones claras has recibido de Dios? ¿Qué convic- ciones te impulsan a vivir y a luchar? ¿Qué sombras han ocultado o es- tán ocultando la claridad que un día tuviste? ¿Cómo reaccionas cuando las cosas no salen como quieres? CON MARÍA VIVIRÉ HOY. —lo cotidiano llenándolo de esperanza y sentido. No impacientarme por los imprevistos que hoy pueda vivir. QUINTO DIA. MARÍA, LA MADRE QUE NO REACCIONA IRRITADA, ANGUSTIADA...GUARDA Y MEDITA EN SU CORAZÓN Busca en la Biblia y lee: Eclesiástico 2, 1-10 MEDITACIÓN ¿Qué hacía la Madre en todos aquellos acontecimientos que la descon- certaban y que no comprendía? Ella misma nos lo dice: se agarraba a las antiguas palabras para poder ahora mantenerse en pie. Aquellas pa- labras eran lámparas. Esas lámparas las mantenía la Madre perpetua- mente encendidas: las guardaba diligentemente y las meditaba en su corazón (Le 2,19; 2,50). Cuando los nuevos sucesos resultaban enig- máticos y desconcertantes, las lámparas encendidas de los antiguos re- cuerdos ponían luz en la oscuridad de las circunstancias actuales. Así, la Señora fue avanzando entre luces antiguas y sombras presentes hasta la claridad total. La comprensión del misterio trascendente de Jesús, su Hijo, se fue realizando mediante una inquebrantable adhesión 15 ¿Qué hacía la Madre? En las eternizadas horas, en cuanto ella molía trigo, amasaba el pan, traía leña del cerro o agua de la fuente, daba vuel- tas en su cabeza a las palabras que un día —¡ya tan lejano!— le comunica- ra el ángel: «Será grande; se llamará Hijo del Altísimo; su reino no ten- drá fin» (Le 1,32). Las palabras antiguas eran resplandecientes, la reali- dad que tenía ante sus ojos era cosa muy distinta: ahí estaba el mucha- cho, trabajando en el rincón oscuro de la rústica vivienda. Ahí estaba silencioso, solitario, reservado. Esta es nuestra suprema tentación en la vida de fe: querer tener una evi- dencia, querer agarrar con las manos la realidad, querer palpar la objeti- vidad como una piedra fría, pretender salir de las aguas movedizas y pi- sar tierra firme, querer saltar de los brazos de una noche oscura para abrir los ojos y ver el sol, decir a Dios: ¡Padre Incomparable!, dame una garantía para asegurarme de que todo esto es verdad, transfórmate aquí, delante de mis ojos, en fuego, tormenta o huracán. La Madre no hizo eso. Quedó quieta, se abandonó incondicionalmente, sin resistir, en los brazos de la monotonía, como expresión de la voluntad del Padre. Al silencio de Dios respondía con el hágase, y el silencio se transformaba en presencia. En lugar de exigir a Dios una garantía de veracidad, la Ma- dre se aferraba incansablemente a la voluntad de Dios, quedaba en paz y la duda se transformaba en dulzura. La fe de María fue asaltada y com- batida —mas nunca abatida— por un escuadrón de preguntas que llega- ban en sucesivas oleadas. Para no sucumbir tuvo que desplegar una enorme cantidad de fe adulta, fe pura y desnuda, aquella que sólo se apoya en Dios mismo. Su secreto fue éste: no resistir sino entregarse. Ella no podía cambiar nada: ni la misteriosa tardanza de la manifesta- ción de Jesús, ni la rutina que, como una sombra, iba envolviendo e in- vadiendo todo, ni el silencio desconcertante de Dios... Si María no po- día cambiar, ¿por qué resistir? El Padre lo quería así o lo permitía así. El abandono inquebrantable en sus manos, libró a María del peor obstácu- lo en su peregrinación. Así realizó María la travesía de los treinta años, navegando en el barco de la fe adulta. PREGUNTATE: ¿Qué pruebas le exijo a Dios de sus promesas?¿Las identifico y las llevo a la oración o las evado? ¿Cuáles son las característi- cas de una fe adulta?¿Me considero impaciente, cómo intento trabajarlo en mi vida? ¿Dejo que en la oración Dios me contagie su esperanza o tengo monólogos que me dejan desesperanzado? ¿Oro y le pregunto a Dios sobre sus promesas para Venezuela?
  • 11. 14 Y todo este inolvidable espectáculo se debió a su fe. Pero no a la fe co- mo un planteamiento intelectual. Hicieron todo esto, con tal de no sepa- rarse de su Dios vivo y verdadero. Su fe era adhesión, llena de amor a su Dios. Ni la muerte ni la vida —dirá san Pablo—, ni las autoridades ni las fuerzas de represión, ni enemigos visibles o invisibles, ni las alturas le po- drán separar. PREGUNTATE: ¿María reconoce en su histo- ria la vida de personas que han sido testigos de fe, cuáles han sido tus testigos de la fe? ¿Qué característica de la fe te gustaría reproducir en tu vida? ¿Cuál debe ser el testimonio del cristiano venezolano en este momento?¿Qué obstáculos encuentras para ser testigo? ¿Cómo afrontas esos obstáculos? ¿Qué tes- timonio te sientes comprometido a dar en tu familia, en tu trabajo, en la comunidad de la Santa Cruz? OCTAVO DIA ESPERAR AÚN EN LA MONOTONÍA Busca en la Biblia y lee: Lucas 1,26-37 Van pasando los años, y en María la impresión viva y fresca de la anun- ciación quedó allá lejos. De aquello ya no queda más que un recuerdo apagado, como un eco lejano. La Madre se siente como atrapada entre el resplandor de aquellas antiguas promesas y la realidad presente, tan ordinaria. La monotonía, el quehacer diario se encarnó en Nazaret, en- tre unos horizontes geográficos inalterables y los horizontes humanos paralizados, es decir en el mismo lugar y con las mismas circunstancias. La monotonía tiene siempre la misma cara: las largas horas, los largos días, los interminables treinta años, los vecinos se encierran en sus casas, en el invierno oscurece muy temprano, se cierran las puertas y ventanas, quedan los dos ahí (María y Jesús), frente a frente, la Madre observa to- do: ahí está el Hijo: trabaja, come, reza... Siempre lo mismo un día y otro y otro, una semana y otra y otra, cada año parece una eternidad, da la impresión de que todo está paralizado, todo sigue igual, como una llanura inmóvil. 11 a la voluntad de Dios aun en esos momentos de oscuridad. Eso mismo ocurre entre nosotros. Muchas almas tuvieron en otras épo- cas visitaciones gratuitas de Dios, experimentaron vivamente su presen- cia, recibieron gracias infusas y gratuidades extraordinarias, y aquellos momentos quedaron marcados y grabados en sus almas. Fueron mo- mentos embriagadores. Pasan los años. Dios calla. Esas almas son asal- tadas por la dispersión y la tentación. La monotonía las invade. Se pro- longa obstinadamente el silencio de Dios. Tienen que agarrarse, casi desesperadamente, al recuerdo de aquellas experiencias vivas para no sucumbir ahora. La grandeza de María no está en imaginarse que ella nunca fue asaltada por la confusión. Está en que cuando no entiende algo, ella no reacciona angustiada, impaciente, irritada, ansiosa o asustada. Por ejemplo, María no se enfrenta con el muchacho de 12 años que se le queda en el Tem- plo: «Hijo mío, no entiendo nada, ¿qué acontece? Por favor, explícame, rápido, el significado de esa actitud.» María no dice a Simeón: «Venerable anciano, ¿qué significa eso de la espada? ¿Por qué este niño tiene que ser bandera de contradicción?» En lugar de eso, toma la actitud típica de los Pobres de Dios: llena de paz, paciencia y dulzura, toma las palabras, se encierra sobre sí misma, y queda interiorizada, pensando: ¿Qué querrán decir estas palabras? ¿Cuál será la voluntad de Dios en todo esto? La Madre es como esas flores que cuando desaparece la claridad del sol se cierran sobre sí mis- mas; así ella se repliega en su interior y, llena de paz, va identificándose con la voluntad desconcertante de Dios, aceptando el misterio de la vi- da. Sucesivas desgracias caen sobre nosotros con tanta sorpresa como bru- talidad. La traición nos acecha detrás de las sombras, y ¿quién iba a pensar?, en la propia casa. A veces se experimenta la fatiga de la vida y hasta ganas de morir. ¿Qué se consigue con resistir los imposibles? En esos momentos nos corresponde actuar como María: cerrar la boca y quedar en paz. Noso- tros no sabemos nada. El Padre sabe todo. Sí podemos hacer algo para mudar la cadena de los sucesos, hagámoslo. Pero, ¿para qué luchar con- tra las realidades que nosotros no podemos cambiar? La Madre puede presentarse diciéndonos: «Hijo mío: refúgiate en mi. Haz lo que yo hi- ce. Recorre junto a mi la misma ruta de fe que yo recorrí y serás parte del pueblo de las bienaventuranzas: ¡Felices los que, en medio de la os- curidad de una noche, creyeron en el resplandor de la luz!»
  • 12. 12 PREGUNTATE: ¿Qué actitud tomas ante la situación de violencia, inseguridad que se vive a nuestro alrededor? ¿Te hace ser más violento? ¿Le preguntas a Dios, qué hacer ante tantas injusticias que a diario te toca vivir? ¿Exiges explicaciones rápidas de las cosas negativas que vi- ves? SEXTO DIA. MARÍA, MUJER QUE CREE , SE ADHIERE Y AMA Busca en la Biblia y lee: Génesis 12,1-7 MEDITACIÓN Creer es confiar. Creer es permi- tir. Creer, sobre todo, es adherirse, entregarse. En una palabra, creer es amar. ¿ Creer es «caminar en la presencia de Dios» (Gen 17,1). La fe es, al mismo tiempo, un acto y una actitud que agarra, envuelve y penetra todo cuanto es la persona humana: su confianza, su fidelidad, su asenti- miento intelectual y su adhesión (unión) emocional. Compromete la historia entera de una persona: con sus criterios, actitudes, conducta ge- neral e inspiración vital. Todo eso se realizó cumplidamente en Abraham, padre y modelo de fe. Abraham recibe una orden: «Sal de tu tierra» (Gen 12,1-4) y una promesa: «Te haré padre de un gran pue- blo» (Gen 12,1-4). Abraham creyó. ¿Qué le significó este creer? Le sig- nificó extender un cheque en blanco al Señor, abrirle un crédito infinito e incondicional, confiar contra el sentido común, esperar contra toda esperanza, entregarse ciegamente y sin cálculos, romper con una instala- ción establecida y, a sus setenta y cinco años, «ponerse en camino» (Gen 12,4) en dirección de un mundo incierto «sin saber adonde iba» (Heb 11,8). Eso es creer: entregarse incondicionalmente. La fe bíblica es eso: adhesión a Dios mismo. La fe no consiste sólo en aceptar dogmas y ver- dades sobre Dios. Es un entregarse a su voluntad. No es, pues, princi- palmente, un proceso intelectual. Principalmente es una actitud vital. PREGUNTATE: ¿Cómo Abraham, dejo que Dios le saque de esa tie- rra, que son mis pensamientos y visión ante Venezuela ? ¿Me adhiero y uno a los sentimientos que tiene Dios ante cada persona víctima de in- justicia sin importar su tendencia política? ¿Mi oración me lleva a accio- nes y actitudes concretas en el día , cuáles son esas? 13 SEPTIMO DÍA MARÍA, MUJER DE FE Y TESTIGO DEL DIOS VIVO Busca en la Biblia y lee: Hebreos 11,1-38;12,1-2 MEDITACIÓN El capítulo once de la Carta a los hebreos es uno de los capítulos más impresionantes del Nuevo Testamento: parece una galería de figuras inmortales que desfila delante de nuestros ojos asombrados. Son figuras fuertes por la fe adulta, hombres indestructibles que poseen una enver- gadura interior que asombra y espanta, capaces de enfrentarse con situa- ciones sobrehumanas con tal de no apartarse de su Dios. Este capítulo nos recuerda en cada versículo, que tanta grandeza se debe exclusiva- mente a la adhesión (unión) incondicional de estos hombres al Dios vi- vo y verdadero: en la fe, por la fe, aconteció por su fe, se vuelve a repetir en cada momento. Aparecen los patriarcas, durmiendo en tiendas de campaña, sobre la arena. Por la fe, viven errantes por un desierto ardiente y hostil. Tienen que habitar siempre en tierras extrañas, donde sus moradores los miran con recelo (Heb 11,8-13). Por la fe, otros se enfrentaron a las fieras, es- trangularon leones, silenciaron la violencia devoradora de las llamas y, no sé cómo, consiguieron esfumarse cuando la espada enemiga estaba ya sobre sus gargantas. Por la fe recobraron vigor en su debilidad, y un puñado de hombres, armados de fe adulta, pusieron en humillante fuga a ejércitos poderosos en orden de batalla (Heb 11,33-35). Por la fe, por no claudicar de su Dios, recibieron en paz y sin resistir la muerte violen- ta. Por la fe unos aceptaron en silencio las injurias, otros soportaron sin quejarse cuarenta azotes menos uno. Por la fe, prefirieron las cadenas de una prisión a la libertad de la calle. Por no separarse de su Dios, recibie- ron una lluvia «le piedras sin protestar. Por la fe, acabaron sus vidas, unos partidos por medio con una sierra y otros pasados a espada. Por no claudicar de su Dios vivieron errantes y fugitivos, subiendo montañas, recorriendo desiertos, se vistieron con pieles de ovejas y cabras —simulando figuras alucinantes— para desorien- tar a los perseguidores, se escondieron en grutas y cavernas, perseguidos, hambrientos, oprimidos y torturados (Heb 11,35-39).