El instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) enlistó edificios de lineas modernas a partir de 1930, los últimos a inicios de la década del ochenta. En el año 2011 la Unesco a través de la Carta de Madrid, comenzó a considerar patrimonial la arquitectura moderna. E municipio de Quito invirtió tres millones de dólares, salieron favorecidos 165 familias en reparaciones diversas de edificaciones.