2. Qué son y como se producen (I)
• Son ondulaciones concéntricas que encogen y estiran la ‘tela’
del espacio-tiempo mientras viajan a la velocidad de la luz.
• Las ondas que podemos observar desde la tierra son muy
tenues ya que serian ocasionadas por acontecimientos muy
lejanos y antiguos, como la colisión de dos estrellas de
neutrones o dos agujeros negros supermasivos, en los cuales
una gran cantidad de energía se movió violentamente.
3. Qué son y como se producen (II)
• Los objetos que podrían emitir ondas gravitacionales que podamos
detectar desde la tierra deberían de ser cuerpos con una masa abismal
que estén sometidos a fuertes aceleraciones o a un movimiento de
rotación de gran velocidad. Se podrían producir en fenómenos como:
• La explosión de una supernova.
• La formación de un agujero negro.
• El choque de cuerpos masivos como estrellas de neutrones o la colisión
de dos agujeros negros.
• La rotación de una estrella de neutrones no homogénea.
• Radiación gravitacional remanente del Big-Bang.
4. Detectores de ondas
gravitacionales
• Para que la tecnología actual
haya podido detectarlas se han
tenido que usar una serie de
punteros instrumentos creados
únicamente para su búsqueda
• Solo laboratorios como LIGO,
equipados con instrumentos
láser de ultra precisión, son
capaces de detectarlas a través
de las pequeñísimas
perturbaciones que provocan
en los haces de luz de sus
detectores.
5. ¿Han podido observarse?
La primera observación directa
de las ondas gravitatorias se
logró el 14 de septiembre de
2015, los autores de la detección
fueron los científicos del
experimento LIGO y Virgo que,
tras un análisis minucioso de los
resultados, anunciaron el
descubrimiento al público el 11
de febrero de 2016, cien años
después de que Einstein
predijera la existencia de las
ondas.
6. Consecuencias de su
descubrimiento
• Estas ondas proporcionan
información sobre los objetos
que las producen, los
eventos más violentos del
universo como las
supernovas o las colisiones y
fusiones de agujeros negros
y estrellas de neutrones. Su
detección abre el universo a
investigaciones
completamente nuevas.