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CAPÍTULO 4

La violencia en la pareja
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 97




Antecedentes                                                     amigos, vigilar sus movimientos y restringir
Una de las formas más comunes de violencia contra                su acceso a la información o asistencia.
la mujer es la infligida por su marido o pareja mas-           Cuando el maltrato se produce reiteradamente
culina. Esto contrasta sobremanera con la situación        en la misma relación, el fenómeno suele denomi-
de los hombres, mucho más expuestos a sufrir agre-         narse “maltrato físico”.
siones de extraños o de conocidos que de personas              En 48 encuestas basadas en la población efec-
de su círculo íntimo (1–5). El hecho de que las            tuadas en todo el mundo, entre 10% y 69% de las
mujeres a menudo tengan vínculos afectivos con el          mujeres mencionaron haber sido agredidas física-
hombre que las maltrata y dependan económica-              mente por su pareja en algún momento de sus vi-
mente de él, ejerce gran influencia sobre la diná-         das (cuadro 4.1). El porcentaje de las mujeres que
mica del maltrato y las estrategias para hacerle frente.   habían sido atacadas por su pareja en los 12 meses
   La violencia en la pareja se produce en todos los       anteriores varió de 3% o menos entre las mujeres
países, independientemente del grupo social, eco-          de Australia, Canadá y Estados Unidos a 27% entre
nómico, religioso o cultural. Aunque las mujeres           las mujeres que alguna vez tuvieron una pareja (es
pueden agredir a sus parejas masculinas, y la vio-         decir, mujeres que alguna vez habían mantenido
lencia también se da a veces en las parejas del mis-       relaciones sexuales con un hombre) en León
mo sexo, la violencia en la pareja es soportada en         (Nicaragua), 38% de las mujeres casadas en la Re-
proporción abrumadora por las mujeres e infligida          pública de Corea, y 52% de las mujeres palestinas
por los hombres (6, 7). Por este motivo, en el pre-        casadas en la Ribera Occidental y la Faja de Gaza.
sente capítulo se abordará el tema de la violencia         Para muchas de estas mujeres, la agresión física no
infligida por los hombres a sus parejas.                   era un suceso aislado sino parte de una pauta con-
   Desde hace mucho tiempo, las organizaciones             tinua de comportamiento abusivo.
de mujeres en todo el mundo han venido denun-                  La investigación indica que la violencia física en
ciando la violencia contra la mujer, en particular la      las relaciones de pareja se acompaña a menudo de
infligida por su pareja. Gracias a sus esfuerzos, la       maltrato psíquico, y en una tercera parte a más de la
violencia contra la mujer en la relación de pareja se      mitad de los casos también hay abuso sexual (3, 8–
ha convertido en un motivo de preocupación in-             10). En el Japón, por ejemplo, entre 613 mujeres
ternacional. Considerada inicialmente como un              que en un momento dado habían sido maltratadas,
tema sobre todo de derechos humanos, la violen-            57% habían sufrido los tres tipos de abuso: físico,
cia masculina en la pareja se ve cada vez más como         psíquico y sexual. Menos de 10% de estas mujeres
un problema importante de salud pública.                   habían experimentado solo maltrato físico (8). De
                                                           igual manera, en Monterrey (México), 52% de las
La magnitud del problema                                   mujeres agredidas físicamente también habían sido
La violencia en la pareja se refiere a cualquier com-      maltratadas sexualmente por su pareja (11). La figura
portamiento dentro de una relación íntima que              4.1 ilustra gráficamente la superposición de los ti-
causa daño físico, psíquico o sexual a los miembros        pos de maltrato entre las mujeres que alguna vez
de la relación. Este comportamiento incluye:               tuvieron una relación de pareja con un hombre en
   • Agresiones físicas: por ejemplo, abofetear, gol-      León (Nicaragua) (9).
      pear con los puños, patear.                              La mayoría de las mujeres que son víctimas de
   • Maltrato psíquico: por ejemplo, mediante in-          agresión física por lo general se ven sometidas a mu-
      timidación, denigración y humillación cons-          chos actos de violencia con el transcurso del tiempo.
      tantes.                                              En el estudio de León, por ejemplo, 60% de las mu-
   • Relaciones sexuales forzadas y otras formas de        jeres maltratadas durante el año precedente habían
      coacción sexual.                                     sido agredidas más de una vez, y 20% habían ex-
   • Diversos comportamientos dominantes: por              perimentado violencia grave más de seis veces. Entre
      ejemplo, aislar a una persona de su familia y        las mujeres que notificaron una agresión física, 70%
98 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




CUADRO 4.1
Agresión física a las mujeres por su pareja masculina, según estudios basados en poblaciones seleccionadas, 1982–1999
                                                                                                                –
País o zona         Año           Cobertura                             Muestra                 Proporción de mujeres agredidas
                 del estudio                                                                      físicamente por su pareja (%)
                                                             Tamaño     Población      Edad      En los       En la       Alguna
                                                                        estudiada a   (años)   12 meses     relación         vez
                                                                                               anteriores    actual
África
Etiopía             1995          Meskanena Woreda                673       II         ≥15         10b                       45
Kenia               1984–1987     Distrito Kisii                  612       VI         ≥15                    42
Nigeria             1993          No declarado                  1 000        I          —                                   31c
Sudáfrica           1998          Eastern Cape                    396       III       18–49         11                      27
                                  Mpumalanga                      419       III       18–49         12                      28
                                  Northern Province               464       III       18–49          5                      19
                                  Nacional                     10 190       III       15–49          6                      13
Zimbabwe            1996          Midlands Province               966        I         ≥18                                  17 d
América del Norte
Canadá               1991–1992    Toronto                         420        I        18–64                                 27c
                     1993         Nacional                     12 300        I         ≥18         3 d,e                   29 d,e
Estados Unidos       1995–1996    Nacional                      8 000        I         ≥18         1,3c                     22c
América Latina y el Caribe
Antigua              1990         Nacional                         97        I        29–45                                30 d
Barbados             1990         Nacional                        264        I        20–45                                30 c,e
Bolivia              1998         Tres distritos                  289        I         ≥20         17c
Chile                1993         Provincia de Santiago         1 000       II        22–55                 26/11f
                     1997         Santiago                        310       II        15–49         23
Colombia             1995         Nacional                      6 097       II        15–49                   19
México               1996         Guadalajara                     650       III        ≥15                                  27
                                  Monterrey                     1 064       III        ≥15                                  17
Nicaragua           1995          León                            360       III       15–49       27/20f                  52/37f
                    1997          Managua                         378       III       15–49       33/28                     69
                    1998          Nacional                      8 507       III       15–49        12/8f                  28/21f
Paraguay            1995–1996     Nacional, excepto             5 940       III       15–49                                 10
                                    la región del Chaco
Perú                1997          Lima, zona metropolitana       359         II       17–55         31
                                    (ingreso mediano y bajo)
Puerto Rico           1995–1996   Nacional                      4 755       III       15–49                                 13 g
Uruguay               1997        Dos regiones                    545       II h      22–55        10e
Asia y Pacífico Occidental
Australia             1996        Nacional                      6 300         I         —           3d        8d
Bangladesh            1992        Nacional (aldeas)             1 225        II        <50          19                       47
                      1993        Dos regiones rurales         10 368        II       15–49                   42
Camboya               1996        Seis regiones                 1 374       III         —                                    16
India                 1993–1994   Tamil Nadu                      859        II       15–39                   37
                      1993–1994   Uttar Pradesh                   983        II       15–39                   45
                      1995–1996   Uttar Pradesh,                6 695       IV        15–65                   30
                                    cinco distritos
                    1998–1999     Nacional                     89 199       III       15–49         11i                     19i
                    1999          Seis estados                  9 938       III       15–49         14                     40/26
Filipinas           1993          Nacional                      8 481       V         15–49                                 10
                    1998          Cagayan de Oro City           1 660       II        15–49                                 26j
                                   y Bukidnon Province
Papua Nueva Guinea 1982           Nacional, aldeas rurales       628        IIIh        —                                    67
                   1984           Port Moresby                   298        IIIh        —                                    56
República de Corea 1989           Nacional                       707          II       ≥20        38/12f
Tailandia          1994           Bangkok                        619         IV         —                     20
Europa
Noruega            1989           Trondheim                      111        III       20–49                                 18
Países Bajos       1986           Nacional                       989         I        20–60                              21/11 c,f
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 99



CUADRO 4.1 (continuación)
País o zona            Año                 Cobertura                      Muestra                     Proporción de mujeres agredidas
                    del estudio                                                                         físicamente por su pareja (%)
                                                                 Tamaño   Población       Edad         En los       En la       Alguna
                                                                          estudiada a    (años)      12 meses     relación        vez
                                                                                                     anteriores    actual
Europa (continuación)
República de          1997                 Nacional               4 790        III       15–44             ≥7                       ≥14
 Moldova
Reino Unido           1993                 Norte de Londres         430         I         ≥16             12c                       30c
Suiza                 1994–1996            Nacional               1 500        II        20–60            6e                        21e
Turquía               1998                 Anatolia oriental        599         I        14–75                                      58c
                                            y sudoriental
Mediterráneo Oriental
Egipto              1995–1996              Nacional               7 121        III       15–49            16j                       34g
Israel              1997                   Población árabe        1 826        II        19–67             32
Ribera Occidental   1994                   Población palestina    2 410        II        17–65           52/37 f
  y Faja de Gaza
Fuente: reproducido de la referencia 6 con el permiso de la editorial.
a Población de estudio: I = todas las mujeres; II = mujeres casadas/unidas; III = mujeres alguna vez casadas/unidas; IV = hombres casados

que notifican el uso de la violencia contra la esposa; V = mujeres con un resultado de embarazo; VI = mujeres casadas,
la mitad con resultado de embarazo, la mitad sin ese resultado.
b En los últimos tres meses.

c El grupo de la muestra incluyó a mujeres que nunca habían estado en relación de pareja y, por consiguiente, no estaban en riesgo

de violencia en la pareja.
d Aunque la muestra incluye a todas las mujeres, se presenta la tasa de maltrato para las mujeres alguna vez casadas/unidas (no se

da el número).
e Maltrato físico o sexual.

f Cualquier forma de maltrato físico o solo maltrato físico grave.

g La tasa de maltrato por la pareja en las mujeres algunas vez casadas/unidas se volvió a calcular a partir de los datos del autor.

h Se usaron técnicas de muestreo no aleatorio.

i Incluye agresiones por otros.

j El agresor podía ser un miembro de la familia o un amigo cercano.




denunciaron maltrato grave (12). El número prome-                      Unidos, según un estudio nacional realizado en
dio de agresiones físicas durante el año precedente                    1996, fue de tres (5).
entre las mujeres que actualmente sufrían maltrato,                       Diversos tipos de maltrato suelen coexistir en la
según una encuesta efectuada en Londres, Inglate-                      misma relación. Sin embargo, los estudios de preva-
rra, fue de siete (13), mientras que en los Estados                    lencia de la violencia doméstica son un campo nue-
                                                                       vo de investigación y en general no se cuenta con
FIGURA 4.1
                                                                       datos sobre los diversos tipos de violencia en las
Intersecciones de los conjuntos de mujeres maltrata-
das sexual, física y psíquicamente en León (Nicaragua)                 relaciones de pareja diferentes de la violencia física.
(N = 360 mujeres que algunas vez estuvieron                            Las cifras del cuadro 4.1, por consiguiente, se refie-
en una relación íntima)
                                                                       ren en forma exclusiva a la agresión física. Aun así,
                                                                       debido a diferencias metodológicas, los datos de
        Nunca
                                  Maltratadas                          estos estudios bien diseñados no son directamente
                                  sexualmente
      maltratadas                      1                               comparables. Los cálculos publicados del maltrato son
          97
                              3
                                                                       sumamente sensibles a las definiciones particulares
                                      74                               usadas, la manera en la cual se formulan las pregun-
                   Maltratadas
                                109
                                              Maltratadas              tas, el grado de privacidad de las entrevistas y la
                  psíquicamente               físicamente
                         71                        5
                                                                       naturaleza de la población examinada (14) (recua-
                                                                       dro 4.1). Por consiguiente, las diferencias entre los
Fuente: referencia 9.                                                  países —especialmente las muy pequeñas— bien
100 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




      RECUADRO 4.1

     Para hacer comparables los datos sobre la violencia masculina
     en la pareja
     Diversos factores influyen en la calidad y comparabilidad de los datos sobre la violencia masculina en la
     pareja, entre ellos:
        · incongruencias en la forma en que se definen la violencia y el maltrato;
        · variaciones en los criterios de selección de los participantes en los estudios;
        · diferencias atribuibles a las fuentes de los datos;
        · la disposición de los entrevistados a hablar abiertamente sobre sus experiencias con la violencia.
        Debido a estos factores, la mayor parte de las cifras de prevalencia de violencia en las relaciones de
     pareja aportadas por distintos estudios no pueden compararse directamente. Por ejemplo, no todos los
     estudios separan las diferentes clases de violencia, de manera que no siempre es posible distinguir entre
     actos de violencia física, sexual o psíquica. Algunos estudios examinan solo los actos de violencia en los
     12 meses o 5 años precedentes, mientras que otros miden las experiencias a lo largo de toda la vida.
        También hay considerable variación en las poblaciones de estudio usadas para la investigación. En
     muchos estudios sobre la violencia en la pareja se incluye a todas las mujeres dentro de un determinado
     intervalo de edad, mientras que en otros se entrevista solo a las mujeres que están o han estado casadas.
     Tanto la edad como el estado civil se asocian con el riesgo de una mujer de sufrir maltrato a manos de su
     pareja. Por lo tanto, los criterios de selección de los participantes pueden afectar considerablemente a los
     cálculos de la prevalencia del maltrato en una población.
        Asimismo, es probable que dichos cálculos varíen según la fuente de los datos. Varios estudios a
     escala nacional han producido cálculos de la prevalencia de la violencia en la pareja que generalmente
     son inferiores a los obtenidos a partir de estudios exhaustivos más acotados de las experiencias de las
     mujeres con la violencia. Los estudios exhaustivos más pequeños tienden a concentrarse más en la
     interacción entre los entrevistadores y los entrevistados. También tienden a abordar el asunto con
     muchos más detalles que la mayoría de las encuestas nacionales. Los cálculos de prevalencia pueden
     además variar entre los dos tipos de estudios debido a algunos de los factores anteriormente menciona-
     dos, en especial las diferencias en las poblaciones estudiadas y en las definiciones de la violencia.

     Estimular la denuncia
     Todos los estudios sobre temas delicados como la violencia se enfrentan con el problema de cómo lograr
     que las personas hablen abiertamente acerca de aspectos íntimos de su vida. El éxito dependerá en
     parte de la forma en que las preguntas se enmarquen y se formulen, así como del grado de comodidad
     de los entrevistados durante la entrevista. Lo último depende de factores tales como el sexo del
     entrevistador, la duración de la entrevista, si otras personas están presentes, y el grado de interés y la
     ausencia de una actitud crítica de parte del entrevistador.
        Diversas estrategias pueden ayudar a mejorar la denuncia. Ellos son:
        s Dar al entrevistado varias oportunidades durante la entrevista para que pueda explayarse sobre
           la violencia.
        s Usar preguntas sobre comportamientos específicos en vez de preguntas subjetivas tales como
           „œAlguna vez ha sido maltratada?‰
        s Seleccionar cuidadosamente a los entrevistadores y adiestrarlos para que entablen una buena
           relación con las entrevistadas.
        s Apoyar a las entrevistadas para ayudar a evitar represalias por parte de la pareja o de algún
           miembro de la familia que las maltrata.
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 101




      RECUADRO 4.1 (continuación)
         La seguridad tanto de los entrevistados como de los entrevistadores siempre debe tenerse en cuenta
      en todas las estrategias para mejorar la investigación sobre la violencia.
         La Organización Mundial de la Salud ha publicado recientemente normas que abordan los temas
      éticos y de seguridad en la investigación de la violencia contra la mujer (15). También se están prepa-
      rando normas para definir y cuantificar la violencia infligida por la pareja y la agresión sexual, con el fin
      de ayudar a mejorar la comparabilidad de los datos. Algunas de esas normas ya se han publicado (16)
      (véase el apartado „Recursos‰).




podrían reflejar variaciones metodológicas y no di-            violencia física porque se conceptualiza y se mide
ferencias reales de las tasas de prevalencia.                  más fácilmente, los estudios cualitativos indican
                                                               que para algunas mujeres el maltrato y la degrada-
Medición de la violencia masculina                             ción psicológicos resultan aún más intolerables que
en la pareja                                                   la violencia física (1, 20, 21).
En las encuestas de violencia en la pareja, a las muje-
res por lo general se les pregunta si han experimen-           Violencia y asesinato en la pareja
tado algún maltrato de una lista de actos específicos          Los datos de una gama amplia de países indican
de agresión, tales como bofetadas, golpes, puñeta-             que la violencia en la pareja es la causa de un nú-
zos, patadas o amenazas con un arma. Las investiga-            mero significativo de muertes por asesinato entre
ciones han revelado que preguntas específicamente              las mujeres. Estudios efectuados en Australia, Cana-
referidas al comportamiento, como “¿Alguna vez ha              dá, los Estados Unidos, Israel y Sudáfrica revelan
sido obligada a tener relaciones sexuales contra su            que en 40% a 70% de los asesinatos de mujeres las
voluntad?”, producen mayores tasas de respuesta                víctimas fueron muertas por su esposo o novio, a
positiva que las preguntas que piden a las mujeres             menudo en el contexto de una relación de maltra-
indicar si han sido “maltratadas” o “violadas” (17).           to constante (22–25). Esto contrasta notablemente
Tales preguntas específicamente referidas al compor-           con la situación de las víctimas masculinas de asesi-
tamiento también permiten a los investigadores                 nato. En los Estados Unidos, por ejemplo, solo 4%
medir la gravedad y la frecuencia relativa del maltra-         de los hombres asesinados entre 1976 y 1996 fue-
to sufrido. Los actos físicos que son más graves que           ron muertos por su esposa, ex esposa o novia (26).
abofetear, dar empujones o lanzarle objetos a una              En Australia, entre 1989 y 1996, la cifra fue de
persona se definen en general en los estudios como             8,6% (27).
“violencia grave”, aunque algunos observadores se                 Los factores culturales y la disponibilidad de ar-
oponen a que la gravedad se defina exclusivamente              mas definen los perfiles de los asesinatos cometidos
según el acto (18).                                            por la pareja en diferentes países. En los Estados
   Centrarse exclusivamente en los actos también               Unidos, el número de asesinatos de mujeres con armas
puede ocultar la atmósfera de terror que a veces               de fuego es mayor que el cometido con todos los
impregna las relaciones violentas. En una encuesta             otros tipos de armas combinados (28). En la India, el
nacional de la violencia contra la mujer realizada             uso de armas de fuego es raro, pero las golpizas y la
en el Canadá, por ejemplo, una tercera parte de las            muerte por fuego son comunes. Una treta habitual
mujeres que habían sido agredidas físicamente por              consiste en rociar a una mujer con queroseno,
su pareja declararon que habían temido por su vida             prenderle fuego y luego afirmar que murió en un
en algún momento de la relación (19). Aunque los               “accidente de cocina”. Los funcionarios indios de
estudios internacionales se han concentrado en la              salud pública sospechan que muchos asesinatos de
102 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




mujeres quedan ocultos por las estadísticas oficiales    para detectar la segunda forma, más moderada, de
como “quemaduras accidentales”. En un estudio            violencia —también conocida como “violencia co-
realizado a mediados de los años ochenta se encon-       mún de pareja”— y el tipo grave conocido como
tró que entre las mujeres de 15 a 44 años de edad en     maltrato físico. Esto puede ayudar a explicar por
el gran Bombay y otras zonas urbanas del estado de       qué las encuestas comunitarias de violencia en los
Maharashtra, una de cada cinco defunciones se            países industrializados a menudo encuentran in-
imputaron a “quemaduras accidentales” (29).              dicios sustanciales de agresión física por las muje-
                                                         res, a pesar de que la gran mayoría de las víctimas
Nociones tradicionales del honor masculino               que solicitan atención de los proveedores de ser-
En muchos lugares, las ideas del honor masculino y       vicios (por ejemplo, en albergues) y de la policía o
la castidad femenina ponen a las mujeres en riesgo       los tribunales son mujeres. Aunque se ha compro-
(véase también el capítulo 6). Por ejemplo, en par-      bado en los países industrializados que las mujeres
tes del Mediterráneo Oriental, el honor de un hom-       llevan a cabo la violencia común de pareja, hay po-
bre a menudo está vinculado a la “pureza” sexual         cos indicios de que sometan a los hombres al mis-
percibida de las mujeres de su familia. Si una mujer     mo tipo de violencia grave y paulatina que se
es “deshonrada” sexualmente —mediante la viola-          observa con frecuencia en grupos clínicos de mu-
ción o porque incurre voluntariamente en relacio-        jeres golpeadas (32, 33).
nes sexuales extramatrimoniales— se considera que            De igual manera, la investigación indica que las
ha dañado el honor familiar. En algunas sociedades,      consecuencias de la violencia en la relación de
la única manera de limpiar el honor familiar es matar    pareja difieren entre los hombres y las mujeres, lo
a la mujer o muchacha acusada del “agravio”. En un       mismo que los motivos para perpetrarla. Estudios
estudio de las defunciones femeninas ocurridas por       realizados en el Canadá y los Estados Unidos han
asesinato en Alejandría (Egipto), se encontró que        revelado que las mujeres tienen muchas más
47% de las mujeres habían sido muertas por un            probabilidades de resultar lastimadas durante las
pariente después de que habían sido violadas (30).       agresiones de la pareja y sufren formas más graves
                                                         de violencia (5, 34–36). En el Canadá, las víctimas
La dinámica de la violencia en la                        femeninas de la violencia conyugal tienen tres veces
pareja                                                   más probabilidades de resultar lastimadas, cinco
Investigaciones recientes realizadas en los países in-   veces más de recibir atención médica y cinco veces
dustrializados indican que las formas de violencia       más de temer por sus vidas, por comparación con
infligida por la pareja que se observan no son las       las víctimas masculinas (36). En los casos de
mismas para todas las parejas que experimentan con-      violencia perpetrada por las mujeres, lo más
flictos violentos. Parecería haber al menos dos mo-      probable es que sea en defensa propia (32, 37, 38).
dalidades (31, 32):                                          En las sociedades más tradicionales, golpear a la
    • Una modalidad grave y cada vez más frecuente       esposa se considera en gran medida como una con-
      de violencia es la caracterizada por muchas for-   secuencia del derecho del hombre a castigar física-
      mas de maltrato, amedrentamiento y amena-          mente a su mujer, tal como lo indican estudios
      zas, aunadas a una conducta posesiva y un com-     realizados en países tan diversos como Bangladesh,
      portamiento dominante paulatinos por parte         Camboya, India, México, Nigeria, Pakistán, Papua
      del agresor.                                       Nueva Guinea, la República Unida de Tanzanía y
    • Una forma más moderada de violencia en las         Zimbabwe (39–47). Las justificaciones culturales de
      relaciones íntimas, en que la frustración y la     la violencia generalmente se desprenden de las ideas
      ira continuas ocasionalmente estallan en for-      tradicionales de los roles que corresponden a los
      ma de agresión física.                             hombres y a las mujeres. En muchas situaciones, se
    Algunos investigadores han postulado la hipóte-      espera que las mujeres cuiden del hogar, se ocupen
sis de que las encuestas comunitarias son más aptas      de los hijos y muestren obediencia y respeto al
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 103




esposo. Si un hombre siente que su esposa no ha          niveles “admisibles” e “inadmisibles” de violencia.
cumplido sus funciones o se ha propasado —in-            Así, se concede a ciertos individuos —por lo general
cluso, por ejemplo, al pedirle dinero para los gastos    el marido o algún miembro mayor de la familia—
de la casa o al señalarle las necesidades de los hi-     el derecho de castigar físicamente a una mujer,
jos—, puede responder en forma violenta. El autor        dentro de determinados límites, por haber
del estudio de Pakistán observa: “Pegarle a la espo-     cometido ciertas transgresiones. Solo si un hombre
sa para castigarla o disciplinarla se considera cultu-   transgrede estos límites —por ejemplo, poniéndose
ral y religiosamente justificado. […] Como se piensa     demasiado violento o golpeando a una mujer sin
que el hombre es el ‘dueño’ de la mujer, es necesa-      que haya una causa aceptada— pueden los demás
rio mostrarle a esta quién manda para desalentar         intervenir (39, 43, 55, 56).
futuras transgresiones”.                                    Esta idea de la “causa justa” se encuentra en mu-
    Gran variedad de estudios de países tanto in-        chos datos cualitativos sobre la violencia proce-
dustrializados como en desarrollo han producido          dentes del mundo en desarrollo. Una mujer
una lista notablemente uniforme de sucesos que           indígena de México observaba: “Pienso que si la
desencadenan la violencia masculina en la pareja         esposa tiene la culpa, el esposo tiene el derecho de
(39–44), a saber:                                        pegarle. […] Si yo hice algo mal […], nadie debe
    – no obedecer al hombre;                             defenderme. Pero si no hice algo malo, tengo de-
    – contestarle mal;                                   recho a que me defiendan (43)”. Los participantes
    – no tener la comida preparada a tiempo;             en grupos de discusión llevados a cabo en el norte
    – no atender adecuadamente a los hijos o el hogar;   y en el sur de la India, expresan sentimientos simi-
    – preguntarle al hombre por cuestiones de di-        lares. “Si se trata de una falta grave —observó una
      nero o de sus enamoradas;                          mujer en Tamil Nadu—, el esposo tiene razón en
    – salir sin el permiso del hombre;                   pegarle a la esposa. ¿Por qué no? Una vaca no obe-
    – negarse a mantener relaciones sexuales con el      dece si no es a golpes” (47).
      hombre;                                               Aun si la propia cultura les concede a los hom-
    – sospechas, por parte del hombre, de infideli-      bres un control sustancial del comportamiento fe-
      dad de la mujer.                                   menino, los hombres violentos por lo común se
    En muchos países en desarrollo, las mujeres a        pasan de la raya (49, 57, 58). Las estadísticas de la
menudo están de acuerdo con la idea de que los           encuesta nicaragüense de demografía y salud, por
hombres tienen el derecho de disciplinar a sus es-       ejemplo, muestran que entre las mujeres que ha-
posas, si es necesario por la fuerza (cuadro 4.2). En    bían sido maltratadas físicamente, 32% tenían es-
Egipto, más de 80% de las mujeres de zonas rurales       posos que sacaban alta puntuación en una escala de
comparten la opinión de que pegarle a la mujer se        rigurosidad del “control marital”, por comparación
justifica en ciertas circunstancias (48). Significati-   con solo 2% entre las mujeres que no habían sido
vamente, una de las razones que las mujeres citan        maltratadas físicamente. La escala incluía diversos
con mayor frecuencia como causa justa de las golpi-      comportamientos por parte del esposo, entre ellos
zas es negarse a tener relaciones sexuales con el        acusarla continuamente de ser infiel y limitar su
hombre (48–51). Como era de esperar, esta es tam-        contacto con la familia y los amigos (49).
bién una de las causas que las mujeres citan con
mayor frecuencia como un factor desencadenante           ¿Cómo responden las mujeres al maltrato?
de las golpizas (40, 52–54). Esto tiene claras conse-    Algunos estudios cualitativos han confirmado que
cuencias en cuanto a la capacidad de las mujeres de      la mayoría de las mujeres maltratadas no son vícti-
protegerse del embarazo no deseado y las infeccio-       mas pasivas, sino que adoptan estrategias activas
nes de transmisión sexual.                               para aumentar al máximo su seguridad y la de sus
    Las sociedades a menudo distinguen entre las         hijos. Algunas mujeres resisten, otras huyen y algu-
razones “justas” e “injustas” del maltrato, y entre      nas más intentan llevar la fiesta en paz cediendo a
104 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




CUADRO 4.2
Porcentaje de entrevistados que aprueban el uso de la violencia física contra la cónyuge, según la justificación, en
estudios seleccionados, 1995–1999
                            –
País o zona                           Año         Entrevistado                            Justificación del maltrato físico
                                                                   Ella descuida    Ella se niega a     Él sospecha           Ella le replica
                                                                    a los niños    tener relaciones       que ella            o desobedece
                                                                    o el hogar     sexuales con él    comete adulterio
Brasil (Salvador, Bahía)             1999              H                 —                 —                19 a                    —
                                                       M                 —                 —                11 a                    —
Chile (Santiago)                     1999              H                 —                 —                12 a                    —
                                                       M                 —                 —                14 a                    —
Colombia (Cali)                      1999              H                 —                 —                14 a                    —
                                                       M                 —                 —                13 a                    —
Egipto                               1996           M urbana             40                57                —                     59
                                                     M rural             61                81                —                     78
El Salvador (San Salvador)           1999              H                 —                 —                 5a                     —
                                                       M                 —                 —                 9a                     —
Ghanab                               1999              H                 —                 43                —                      —
                                                       M                 —                 33                —                      —
India (Uttar Pradesh)                1996              H                 —                 —                 —                    10–50
Nueva Zelandia                       1995              H                  1                 1                5c                     1d
Nicaraguae                           1999           M urbana             15                 5                22                     —
                                                     M rural             25                10                32                     —
Singapur                             1996              H                 —                  5                33f                    4
Venezuela (Caracas)                  1999              H                 —                 —                 8a                     —
                                                       M                 —                 —                 8a                     —
Ribera Occidental y Faja de Gazag    1996              Hh                —                 28                71                    57
Fuente: reproducido de la referencia 6 con el permiso de la editorial.
H = hombre; M = mujer; — indica que la pregunta no se formuló.
a “Una mujer infiel merece ser golpeada.”

b Además, 51% de los hombres y 43% de las mujeres estuvieron de acuerdo: “El esposo tiene razón en pegarle a su mujer si esta usa la

planificación familiar sin el conocimiento de él”.
c “La sorprende en la cama con otro hombre.”

d “No hace lo que se le dice.”

e Además, 11% de las mujeres urbanas y 23% de las mujeres rurales estuvieron de acuerdo en que “el marido tiene razón en pegarle a

su mujer si ella sale sin su permiso”.
f “Ella tiene relaciones sexuales con otro hombre.”

g Además, 23% de los hombres estuvieron de acuerdo en que “pegarle a la mujer está justificado” si ella no respeta a los familiares de su

marido.
h Población palestina.




las exigencias del marido (3, 59–61). Lo que a un                      apoyo económico, la preocupación por los hijos, la
observador externo le puede parecer una falta de                       dependencia emocional, la falta de apoyo de la fa-
respuesta positiva por parte de la mujer, en reali-                    milia y los amigos, y la esperanza constante de que
dad puede ser un cálculo meditado de esta, que                         el hombre cambie (9, 40, 42, 62, 63). En los países
opta por lo que se necesita para sobrevivir en el                      en desarrollo, las mujeres también citan la estigma-
matrimonio y protegerse a sí misma y a sus hijos.                      tización que trae aparejada el hecho de no estar
   La respuesta de una mujer al maltrato suele estar                   casadas como una barrera adicional que les impide
limitada por las opciones de que dispone (60). Estu-                   dejar una relación violenta(40, 56, 64).
dios cualitativos integrales de mujeres en Estados                        A menudo, la negación y el temor de aislarse
Unidos y África, América Latina, Asia y Europa, reve-                  socialmente impiden a las mujeres buscar ayuda. Se
lan que diversos factores pueden determinar que las                    ha comprobado que alrededor de 20% a 70% de
mujeres continúen en una relación en la que son                        las mujeres maltratadas nunca mencionan el
maltratadas. Entre ellos sobresalen comúnmente: el                     maltrato a otras personas hasta que son entrevistadas
temor al castigo, la falta de medios alternativos de                   para el estudio (cuadro 4.3). Las que buscan ayuda
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 105



CUADRO 4.3                                                                                definitivamente la relación. El pro-
Proporción de mujeres agredidas físicamente que buscaron ayuda en dife-
rentes lugares, varios estudios basados en poblaciones seleccionadas                      ceso incluye períodos de negación,
País o zona            Muestra (N)                  Proporción de mujeres                 culpa y sufrimiento antes de que
                                                  agredidas físicamente que:              terminen por reconocer la situa-
                                       Nunca     Contactaron Le contaron Le contaron
                                                                                          ción de maltrato y se identifiquen
                                      dijeron     a la policía    a amigos a la familia
                                     nada (%)         (%)           (%)           (%)     con otras mujeres en situaciones si-
Australia a                6 300         18            19            58            53     milares. A estas alturas, sobreviene
Bangladesh               10 368          68            —             —             30     la ruptura y empieza la recupera-
Canadá                   12 300          22            26            45            44
                                                                                          ción con respecto a la relación de
Camboya                    1 374         34             1            33            22
Chile                      1 000         30            16            14        32 b/21c   maltrato (69). Reconocer que este
Egipto                     7 121         47            —              3            44     proceso existe puede ayudar a las
Irlanda                      679         —             20            50            37     personas a ser más comprensivas y
Nicaragua                  8 507         37            17            28            34
República de Moldova 4 790               —              6            30            31
                                                                                          criticar menos a las mujeres que re-
Reino Unido                  430         38            22            46            31     gresan a una situación de maltrato.
Fuente: reproducido de la referencia 6 con el permiso de la editorial.                       Lamentablemente, dejar una re-
a Mujeres que fueron agredidas físicamente en los últimos 12 meses.

b Se refiere a la proporción de mujeres que le contaron a la familia.
                                                                                          lación de maltrato no siempre ga-
c Se refiere a la proporción de mujeres que le contaron a la familia de su pareja.        rantiza la seguridad de la mujer.
                                                                                          La violencia a veces puede seguir,
lo hacen principalmente con miembros de la fami-                        e incluso aumentar mucho, después de que la mujer
lia y amigos, en vez de recurrir a las instituciones.                   deja a su pareja (70). De hecho, en Australia, Canadá
Son una minoría las que alguna vez establecen con-                      y Estados Unidos, una proporción significativa de
tacto con la policía.                                                   los asesinatos de mujeres se cometen cuando la mu-
    A pesar de los obstáculos, muchas mujeres mal-                      jer está tratando de dejar al hombre que la maltrata
tratadas acaban por dejar al compañero violento, a                      (22, 27, 71, 72).
veces al cabo de muchos años, una vez que han
crecido los hijos. En el estudio de León (Nicara-                       ¿Cuáles son los factores de riesgo
gua), por ejemplo, 70% de las mujeres con el tiem-                      en la violencia infligida
po dejaron a la pareja que las había maltratado (65).                   por la pareja?
La duración media de tales relaciones fue de seis                       Solo en fecha reciente los investigadores han em-
años, aunque las más jóvenes tendieron a liberarse                      pezado a buscar los factores individuales y comu-
antes (9). Algunos estudios indican que hay un con-                     nitarios que podrían determinar la tasa de violencia
junto uniforme de factores que llevan a las mujeres a                   en la pareja. Aunque la violencia contra la mujer
separarse en forma permanente de la pareja que las                      existe en casi todas partes, se encuentran ejemplos
maltrata. Por lo general, esto ocurre cuando la vio-                    de sociedades preindustriales en las cuales la vio-
lencia llega a ser lo bastante grave como para que                      lencia en la pareja prácticamente no existe (73, 74).
exista el convencimiento de que el compañero no                         Estas sociedades son un testimonio de que las
va a cambiar, o cuando la situación comienza a afec-                    relaciones sociales pueden organizarse de tal ma-
tar notablemente a los hijos. Las mujeres también                       nera que se reduzca al mínimo la violencia contra
han mencionado que el apoyo emocional y logístico                       la mujer.
de la familia o los amigos desempeña una función                            En muchos países, la prevalencia de la violencia
crucial en su decisión de dar por terminada la rela-                    doméstica varía sustancialmente entre zonas veci-
ción (61, 63, 66–68).                                                   nas. Estas diferencias locales a menudo son mayores
    Según las investigaciones, dejar una relación                       que las diferencias nacionales. Por ejemplo, en el
de maltrato es un proceso, no un acto aislado. La                       estado de Uttar Pradesh (India), el porcentaje de
mayoría de las mujeres se separan y regresan va-                        los hombres que admitieron que golpeaban a su
rias veces, antes de tomar la decisión de concluir                      esposa varió de 18% en el distrito de Naintal a
106 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




45% en el distrito de Banda. La proporción de los               que un hombre cometa actos de violencia contra
que obligaban físicamente a la esposa a que acepta-             su pareja. Con todo, esta información debe consi-
ra las relaciones sexuales varió de 14% a 36% entre             derarse incompleta y sumamente tentativa. Pueden
los distritos (cuadro 4.4). Tales variaciones plan-             faltar varios factores importantes porque ningún
tean una pregunta interesante e imperiosa: ¿qué                 estudio ha examinado su importancia, mientras que
hay en esos ámbitos que pueda explicar las grandes              otros quizá solo sean elementos correlacionados de
diferencias en las agresiones físicas y sexuales?               la agresión de la compañera y no sean factores
    Recientemente, los investigadores se han inte-              causales verdaderos.
resado más en explorar tales preguntas, aunque los
datos recabados hasta ahora resultan insuficientes              Factores individuales
para acometer la tarea. Lo que sabemos actualmente                     Hace poco, Black et al. examinaron la bibliografía
de los factores que determinan la prevalencia de la                    de ciencias sociales de los Estados Unidos y el Ca-
violencia en la pareja se basa en gran parte en                        nadá acerca de los factores de riesgo de agredir fí-
estudios realizados en los Estados Unidos y el Ca-                     sicamente a la pareja (76). Solo examinaron los
nadá, por lo cual quizá no sea forzosamente                            estudios que consideraron metodológicamente só-
aplicable a otros ámbitos. Se conocen varios estu-                     lidos y que se basaban ya fuese en una muestra re-
dios basados en la población realizados en países                      presentativa de la comunidad o en una muestra
en desarrollo, pero su utilidad para investigar los                    clínica con un grupo testigo apropiado. De este aná-
factores de riesgo y los factores protectores está li-                 lisis surgieron varios factores demográficos, de an-
mitada por su diseño transversal y por la escasa                       tecedentes personales y de personalidad vinculados
cantidad de factores predictivos que exploran. En                      de manera uniforme con la probabilidad de que
general, los datos científicos actuales se inclinan                    un hombre agrediera físicamente a su pareja. Entre
demasiado a investigar los aspectos individuales en                    ellos, se encontró sistemáticamente que la edad
lugar de los elementos comunitarios o sociales que                     joven y los ingresos bajos eran factores vinculados
pueden determinar la probabilidad del maltrato.                        con la probabilidad de que un hombre fuese vio-
    En efecto, si bien empieza a formarse el consen-                   lento con su compañera.
so de que una acción recíproca de los factores per-                        Algunos estudios han encontrado una relación
sonales, coyunturales, sociales y culturales se                        entre la agresión física y la combinación de medi-
combina para causar el maltrato (55, 75), aún es                       ciones sobre el nivel socioeconómico y educativo,
limitada la información acerca de los factores más                     aunque los datos no son del todo coherentes. El Es-
importantes. En el cuadro 4.5 se resumen los factores                  tudio de Salud y Desarrollo de Dunedin (Nueva Ze-
que se consideran relacionados con el riesgo de                        landia) —uno de los pocos estudios longitudinales
                                                                                        de cohorte de nacimiento para ex-
CUADRO 4.4                                                                              plorar la violencia de pareja— com-
Variaciones en las actitudes masculinas y uso notificado de la violencia,               probó que la pobreza familiar en la
distritos seleccionados de Uttar Pradesh, India, 1995–1996    –                         niñez y la adolescencia, el bajo ni-
Distrito      Tamaño                           Proporción de hombres que:
                de la         Admitieron        Estuvieron     Admitieron Le pegaron
                                                                                        vel de instrucción y la delincuencia
             muestra (N)     obligar a la     de acuerdo en        haber    a su esposa agresiva a la edad de 15 años ser-
                           esposa a tener que, si la esposa pegado a en el último       vían para predecir en gran medida
                              relaciones    desobedece, hay la esposa           año
                               sexuales        que pegarle         (%)          (%)
                                                                                        el maltrato físico de la compañera
                                  (%)              (%)                                  por los hombres a la edad de 21 años
Aligarh          323               31               15              29           17     (77). Este estudio ha sido uno de
Banda            765               17               50              45           33     los pocos que han evaluado si los
Gonda            369               36               27              31           20
Kanpur Nagar     256               14               11              22           10
                                                                                        mismos factores de riesgo predicen
Naintal          277               21               10              18           11     la agresión por parte de las mujeres
Fuente: reproducido de la referencia 6 con el permiso de la editorial.                  y los hombres contra su pareja.
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 107



CUADRO 4.5
Factores asociados con el riesgo de que un hombre maltrate a su pareja
Factores individuales               Factores de la relación          Factores comunitarios       Factores sociales

•   Edad joven                      • Conflicto matrimonial          • Sanciones débiles         • Normas tradicionales
•   Beber en exceso                 • Inestabilidad del matrimonio     de la comunidad contra      de género
•   Depresión                       • Dominio masculino                la violencia doméstica    • Normas sociales que apoyan
•   Trastornos de la personalidad     en la familia                  • Pobreza                     la violencia
•   Poca instrucción                • Presiones económicas           • Poco capital social
•   Ingresos bajos                  • Mal funcionamiento familiar
•   Haber presenciado o sufrido
    violencia cuando niño




Antecedentes de violencia en la familia                               El Salvador, España, India, Indonesia, Nicaragua,
Entre los antecedentes personales, la violencia en                    Sudáfrica y Venezuela también hallaron una rela-
la familia de origen ha surgido como un factor de                     ción entre el riesgo de una mujer de ser víctima de
riesgo especialmente poderoso de agresión mascu-                      la violencia y los hábitos de su pareja relacionados
lina en la pareja. Estudios efectuados en Brasil, Cam-                con el alcohol (9, 19, 79–81, 86, 87).
boya, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salva-                      Sin embargo, hay considerable debate acerca de la
                                                                      naturaleza de la relación entre el consumo de alco-
dor, España, Estados Unidos, Indonesia, Nicaragua
                                                                      hol y la violencia, y si este es verdaderamente causal.
y Venezuela encontraron que las tasas de maltrato
                                                                      Muchos investigadores creen que el alcohol opera
eran mayores entre las mujeres cuyo esposo había
                                                                      como un factor coyuntural, que aumenta las proba-
sido golpeado de niño o había presenciado cuan-
                                                                      bilidades de que se produzca la violencia al reducir
do su madre era golpeada (12, 57, 76, 78–81). Aun-
                                                                      las inhibiciones, nublar el juicio y deteriorar la ca-
que los hombres que maltratan físicamente a su
                                                                      pacidad del individuo para interpretar indicios (88).
esposa suelen tener antecedentes de violencia, no
                                                                      Beber en exceso también puede aumentar la violen-
todos los niños que presencian malos tratos o son
                                                                      cia del compañero al dar pábulo a discusiones entre
objeto de ellos se convierten en adultos que mal-
                                                                      las parejas. Otros autores alegan que el nexo entre la
tratan a otros (82). Una pregunta teórica importan-
                                                                      violencia y el alcohol está determinado culturalmen-
te aquí es la siguiente: ¿qué distingue a los hombres
                                                                      te y solo existe en circunstancias en que la expecta-
capaces de establecer relaciones sanas y sin violen-
                                                                      tiva colectiva es que el beber causa o excusa ciertos
cia, a pesar de las adversidades afrontadas en la ni-
                                                                      comportamientos (89, 90). En Sudáfrica, por ejem-
ñez, de los que maltratan a su compañera íntima?
                                                                      plo, los hombres hablan de consumir alcohol de
                                                                      manera premeditada para hacerse de valor y propi-
Consumo de alcohol por los hombres
                                                                      nar a su compañera la golpiza que, según les parece,
Otro marcador de riesgo de la violencia en la pareja                  se espera socialmente de ellos (91).
que aparece de manera especialmente uniforme en                           A pesar de que hay opiniones contradictorias
diferentes circunstancias es el consumo de bebidas                    acerca del papel causal desempeñado por el abuso
alcohólicas por los hombres (81, 83–85). En el me-                    del alcohol, se ha comprobado que las mujeres que
tanálisis de Black et al. mencionado antes, cada es-                  viven con bebedores empedernidos corren un ries-
tudio que examinó el consumo de alcohol o la                          go mucho mayor de que este las agreda físicamen-
ingestión excesiva de bebidas alcohólicas como un                     te, y que los hombres que han estado bebiendo
factor de riesgo de violencia en la pareja encontró                   infligen una violencia más grave en el momento de
una asociación significativa; los coeficientes de                     una agresión (57). Según la encuesta de violencia
correlación variaron de r = 0,21 a r = 0,57. Las                      contra la mujer realizada en el Canadá, por ejemplo,
encuestas basadas en la población realizadas en Bra-                  las mujeres que vivían con bebedores empederni-
sil, Camboya, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica,                    dos presentaban cinco veces más probabilidades de
108 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




ser agredidas por su compañero que las que vivían       Factores comunitarios
con hombres que no bebían (19).                         Se ha encontrado en general que un nivel socioeco-
                                                        nómico alto ofrece cierta protección contra el ries-
Trastornos de la personalidad                           go de violencia física hacia la pareja íntima, si bien
Varios estudios han intentado identificar si ciertos    hay excepciones (39). Los estudios de una gama
factores o trastornos de la personalidad están vin-     amplia de ámbitos revelan que, aunque este tipo
culados sistemáticamente con la violencia contra la     de violencia física contra la pareja afecta a todos los
pareja. Estudios efectuados en el Canadá y los Esta-    grupos socioeconómicos, las mujeres que viven en
dos Unidos revelan que los hombres que agreden a        la pobreza la padecen en forma desproporcionada
sus esposas es más probable que sean emocional-         (12, 19, 49, 78, 79, 81, 92–96).
mente dependientes e inseguros y tengan poca                Aún no está claro por qué la pobreza aumenta el
autoestima, y es más probable que tengan dificul-       riesgo de violencia: si es debido a los ingresos bajos
tades para controlar sus impulsos (33). Comparados      en sí o a otros factores acompañantes, como el haci-
con sus pares no violentos, también tienden a ma-       namiento o la desesperanza. Para algunos hombres,
nifestar más ira y hostilidad, a deprimirse y a sacar   vivir en la pobreza con toda probabilidad genera
puntuaciones altas en ciertas escalas de trastornos     estrés, frustración y un sentido de ineficacia por no
de la personalidad, incluidos los trastornos de per-    haber logrado cumplir con su papel culturalmente
sonalidad antisocial, agresiva y limítrofe (76). Aun-   esperado de proveedores de sus familias. También
que las tasas de trastornos psicopatológicos por lo     puede aportar motivos para las desavenencias
general son mayores en los hombres que maltratan        matrimoniales o hacer más difícil que las mujeres
a sus esposas, no todos los hombres que infligen        den por terminada una relación violenta o insatis-
malos tratos físicos presentan tales trastornos psi-    factoria por otras razones. Sean cuales fueren los
cológicos. La proporción de las agresiones por la       mecanismos precisos, es probable que la pobreza
pareja vinculadas con trastornos psicopatológicos       actúe como un “marcador” de diversas condiciones
suele ser relativamente baja en entornos donde este     sociales que se combinan y aumentan el riesgo con
tipo de violencia es común.                             que se enfrentan las mujeres (55).
                                                            La forma en que una comunidad responde a la
Factores de la relación                                 violencia en la pareja puede influir en los niveles
En el plano interpersonal, el marcador más unifor-      generales del maltrato en esa comunidad. En un
me que ha surgido respecto de la violencia en la        estudio comparativo de 16 sociedades con tasas
pareja son los conflictos o desavenencias matrimo-      altas y bajas de violencia en la pareja, Counts, Brown
niales. En todos y cada uno de los estudios exami-      y Campbell encontraron que las sociedades con los
nados por Black et al., los conflictos matrimoniales    niveles más bajos de violencia en la pareja eran las
se relacionaron desde moderada hasta firmemente         que preveían sanciones de la comunidad contra esta
con la violencia masculina contra la pareja (76).       y aquellas donde las mujeres maltratadas tenían ac-
También se encontró que tales conflictos prece-         ceso al amparo, en forma de albergues o apoyo fa-
dían a la violencia en la pareja en un estudio basa-    miliar (73). Las sanciones o prohibiciones de la co-
do en la población de mujeres y hombres realizado       munidad podían adoptar la forma de sanciones
en Sudáfrica (87) y en una muestra representativa       legales formales o de presiones morales para que
de hombres casados en Bangkok (Tailandia) (92).         los vecinos intervinieran si una mujer era golpea-
En este último estudio, el conflicto verbal de los      da. Este contexto de “sanciones y amparo” permite
cónyuges tuvo una relación significativa con la agre-   proponer la hipótesis de que la violencia infligida
sión física a la esposa, incluso después de controlar   por la pareja alcanzará su nivel más alto en las socie-
el estado socioeconómico, el nivel de estrés del        dades donde la situación de las mujeres se halla en
esposo y otros aspectos relacionados con el matri-      un estado de transición. En los lugares donde las
monio, como el compañerismo y la estabilidad (92).      mujeres tienen una categoría socioeconómica muy
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 109




baja, la violencia no es “necesaria” para hacer cum-       recurren habitualmente a la violencia para resolver
plir la autoridad masculina. Al contrario, en los sitios   sus conflictos. El segundo factor predictivo de im-
donde las mujeres tienen mejor situación socioeco-         portancia en este estudio de la frecuencia del mal-
nómica, probablemente habrán logrado suficiente            trato físico de la esposa fue la ausencia de grupos de
poder conjunto para cambiar los roles tradicionales        trabajo formados exclusivamente por mujeres. Le-
de género. La violencia en la pareja, por lo tanto,        vinson postula la hipótesis de que la presencia de
suele alcanzar el punto más alto cuando las mujeres        grupos de trabajo femeninos brinda protección con-
empiezan a desempeñar papeles no tradicionales o           tra el maltrato físico de la esposa porque proporcio-
entran a formar parte de la fuerza de trabajo.             na a las mujeres una fuente estable de apoyo social,
   Se ha propuesto que varios otros factores de la         así como la independencia económica respecto de
comunidad posiblemente influyan en la incidencia           su esposo y de la familia.
general de la violencia por la pareja, pero pocos de          Diversos investigadores han propuesto varios
ellos se han sometido a pruebas empíricas. Un estu-        otros factores que quizá contribuyan a que haya
dio múltiple en curso patrocinado por la Organiza-         tasas mayores de violencia de pareja. Se ha argu-
ción Mundial de la Salud en ocho países (Bangladesh,       mentado, por ejemplo, que esta forma de violen-
Brasil, Japón, Namibia, Perú, la República Unida de        cia es más común en los lugares donde hay o ha
Tanzanía, Samoa y Tailandia) está recopilando datos        habido recientemente guerra u otros conflictos o
sobre varios factores a nivel de la comunidad para         alteraciones sociales. En los lugares donde la vio-
examinar su relación posible con la violencia por la       lencia se ha vuelto común y los individuos tienen
pareja. Esos factores son los siguientes:                  acceso fácil a las armas, las relaciones sociales —in-
   • Las tasas de otros delitos violentos.                 cluidos los roles del hombre y la mujer— se alteran
   • El capital social (véase el capítulo 2).              con frecuencia. Durante esas épocas de trastorno
   • Las normas sociales relacionadas con la vida          económico y social, las mujeres son a menudo más
      íntima familiar.                                     independientes y asumen mayores responsabilida-
   • Las normas de la comunidad relacionadas con           des económicas, mientras que los hombres quizá
      la autoridad masculina sobre las mujeres.            sean menos capaces de cumplir sus funciones cul-
   El estudio arrojará luz sobre la contribución re-       turalmente esperadas de protectores y proveedo-
lativa de los factores individuales y a nivel comu-        res. Tales factores bien pueden aumentar la violencia
nitario a las tasas de violencia en la pareja.             en la pareja, pero esto no pasa de ser algo anecdótico
                                                           y aún no se ha comprobado.
Factores sociales                                             Otros autores han señalado que las desigualdades
En estudios de investigación realizados en distintas       estructurales entre los hombres y las mujeres, los ro-
culturas se han encontrado varios factores sociales y      les de género rígidos y las ideas de hombría vincula-
culturales que podrían dar lugar a mayores grados de       da al dominio, el honor masculino y la agresión,
violencia. Levinson, por ejemplo, analizó estadísti-       aumentan en conjunto el riesgo de violencia en la
camente los datos etnográficos codificados de 90           pareja (55). Aunque estas hipótesis parecen razona-
sociedades para examinar las modalidades culturales        bles, hay que demostrarlas con pruebas sólidas.
de maltrato físico de la esposa, explorando los facto-
res que distinguen sistemáticamente las socieda-           Las consecuencias de la violencia
des donde golpear a la esposa es común de aquellas         en la pareja
donde la práctica es rara o no existe (74). El análisis    Las consecuencias del maltrato son profundas, y van
de Levinson indica que el maltrato físico de la espo-      más allá de la salud y la felicidad de los individuos
sa ocurre más a menudo en las sociedades en las cua-       para afectar al bienestar de toda la comunidad. Vivir
les los hombres tienen poder económico y de toma           en una relación violenta afecta al sentido de autoes-
de decisiones en el hogar, donde las mujeres no tie-       tima de una mujer y a su capacidad de participar en
nen acceso fácil al divorcio y donde los adultos           el mundo. Diversos estudios han revelado que las
110 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




mujeres maltratadas suelen tener restricciones en        CUADRO 4.6
                                                         Consecuencias sobre la salud de la violencia masculina
cuanto al acceso a la información y los servicios, la    en la pareja
participación en la vida pública y la consecución de     Físicas
apoyo emocional por parte de amigos y familiares.             Lesiones abdominales y torácicas
                                                              Moretones e hinchazón
No es de sorprender que tales mujeres sean a menudo           Síndromes de dolor crónico
incapaces de cuidar debidamente de sí mismas y de             Discapacidad
sus hijos o de tener un trabajo o seguir una carrera.         Fibromialgia
                                                              Fracturas
                                                              Trastornos del aparato digestivo
Repercusiones sobre la salud                                  Síndrome del colon irritable
Un acervo cada vez mayor de datos de investiga-               Desgarros y abrasiones
                                                              Lesiones oculares
ción está revelando que compartir la vida con un              Mengua de las funciones físicas
hombre que la somete a malos tratos puede tener          Sexuales y reproductivas
una repercusión profunda sobre la salud de una               Trastornos del aparato genital
mujer. La violencia se ha vinculado con un sinnú-            Esterilidad
                                                             Enfermedad inflamatoria de la pelvis
mero de resultados de salud diferentes, tanto in-            Complicaciones del embarazo, aborto espontáneo
mediatos como a largo plazo. En el cuadro 4.6,               Disfunción sexual
basado en datos de la bibliografía científica, se re-        Enfermedades de transmisión sexual, entre ellas la infección
                                                              por el VIH/SIDA
sumen las consecuencias que se han asociado con la           Aborto practicado en condiciones peligrosas
violencia masculina en la pareja. Aunque la violen-          Embarazo no deseado
cia puede tener consecuencias directas sobre la sa-      Psíquicas y del comportamiento
                                                             Abuso de alcohol y otras drogas
lud, como sufrir una lesión, ser víctima de la vio-
                                                             Depresión y ansiedad
lencia también aumenta el riesgo de que una mujer            Trastornos de los hábitos alimentarios y del sueño
tenga mala salud en el futuro. Del mismo modo que            Sentimientos de vergüenza y culpabilidad
las consecuencias del consumo de tabaco y alcohol,           Fobias y trastorno por pánico
                                                             Inactividad física
ser víctima de la violencia puede considerarse un            Poca autoestima
factor de riesgo de una variedad de enfermedades             Trastorno por estrés postraumático
y afecciones.                                                Trastornos psicosomáticos
                                                             Hábito de fumar
    Ciertos estudios revelan que las mujeres que han         Comportamiento suicida y daño autoinfligido
sufrido maltrato físico o sexual en la niñez o la vida       Comportamiento sexual riesgoso
adulta experimentan mala salud con mayor frecuen-        Consecuencias mortales
                                                            Mortalidad relacionada con el SIDA
cia que otras mujeres en lo que respecta al funcio-
                                                            Mortalidad materna
namiento físico, el bienestar psíquico y la adop-           Homicidio
ción de otros comportamientos de riesgo, como               Suicidio
son el tabaquismo, la inactividad física y el abuso
de alcohol y otras drogas (85, 97–103). El antece-          Se enumeran a continuación las conclusiones de-
dente de haber sido víctimas de la violencia pone        rivadas de las investigaciones actuales acerca de las
a las mujeres en mayor riesgo de:                        consecuencias generales del maltrato sobre la salud:
    – depresión;                                            • La influencia del maltrato puede persistir mucho
    – intentos de suicidio;                                   tiempo después que este ha cesado (103, 104).
    – síndromes de dolor crónico;                           • Cuanto más grave es el maltrato, mayores son
    – trastornos psicosomáticos;                              sus efectos sobre la salud física y mental de
    – lesiones físicas;                                       una mujer (98).
    – trastornos del aparato digestivo;                     • Los efectos con el transcurso del tiempo de
    – síndrome del colon irritable;                           diferentes tipos de maltrato y de episodios
    – diversas consecuencias para la salud reproduc-          múltiples de maltrato parecen ser acumulati-
      tiva (véase más adelante).                              vos (85, 99, 100, 103, 105).
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 111




Salud reproductiva                                        inadvertida, de la mortalidad materna. En un estu-
Las mujeres que viven con un compañero violento           dio reciente que abarcó 400 pueblos y siete hos-
tienen dificultades para protegerse de embarazos no       pitales en Pune (India), se encontró que 16% de
deseados y de enfermedades. La violencia mediante         las defunciones durante el embarazo eran el resul-
relaciones sexuales forzadas puede desembocar             tado de este tipo de violencia (118). El estudio
directamente en un embarazo no deseado o en               también reveló que 70% de las defunciones mater-
infecciones de transmisión sexual, incluida la            nas en esta región por lo general no se registraron,
infección por el VIH; también, indirectamente             y que se clasificaron mal 41% de las defunciones
puede dificultar la capacidad de la mujer de usar         registradas. La muerte de la mujer embarazada a
anticonceptivos, en especial condones (6, 106). Los       manos de su pareja también se ha identificado como
estudios revelan sistemáticamente que la violencia        una causa importante de defunciones maternas en
doméstica es más común en las familias numerosas          Bangladesh (119) y en los Estados Unidos (120, 121).
(5, 47, 49, 50, 78, 93, 107). Por consiguiente, los in-      La violencia en la relación de pareja también tiene
vestigadores han supuesto por mucho tiempo que            muchos vínculos con la epidemia creciente de SIDA.
el estrés de tener muchos hijos aumenta el riesgo de      En seis países de África, por ejemplo, el temor al
la violencia; pero datos recientes obtenidos en Ni-       ostracismo y la violencia doméstica consiguiente
caragua indican que, en realidad, la relación quizá       fue una razón importante de que las mujeres em-
sea la inversa. En efecto, en ese país centroamericano    barazadas se negaran a hacerse la prueba del VIH o
el inicio de la violencia precede en gran medida al       no regresaran para conocer el resultado (122). De
nacimiento de muchos hijos (80% de la violencia           manera análoga, en un estudio reciente de trans-
comienza en los cuatro primeros años del matrimo-         misión del VIH entre heterosexuales de la región
nio), lo cual indica que la violencia quizá sea un        rural de Uganda, las mujeres que informaron haber
factor de riesgo de tener muchos hijos (9).               sido obligadas a tener relaciones sexuales contra su
    La violencia también ocurre durante el embara-        voluntad en el año precedente presentaban un ries-
zo, con consecuencias no solo para la mujer sino          go ocho veces mayor de contraer la infección por el
también para el feto en desarrollo. Estudios basa-        VIH (123).
dos en la población realizados en Canadá, Chile,
Egipto y Nicaragua han encontrado que entre 6% y          Salud física
15% de las mujeres que alguna vez han tenido pa-          Obviamente, la violencia puede producir lesiones
reja han sido maltratadas física o sexualmente du-        que varían desde cortes y equimosis hasta la disca-
rante el embarazo, generalmente por su pareja (9,         pacidad permanente y la muerte. Ciertos estudios
48, 49, 57, 78). En los Estados Unidos, los cálculos      basados en la población muestran que entre 40% y
de maltrato durante el embarazo varían entre 3% y         72% de las mujeres que han sido maltratadas física-
11% de las mujeres adultas y hasta 38% de las ma-         mente por su pareja han sufrido lesiones en algún
dres adolescentes de bajos ingresos (108–112).            momento de sus vidas (5, 9, 19, 62, 79, 124). En el
    La violencia durante el embarazo se ha acompa-        Canadá, 43% de las mujeres lesionadas de esta ma-
ñado de (6, 110, 113–117):                                nera recibieron atención médica y 50% de las le-
    – aborto espontáneo;                                  sionadas tuvieron que ausentarse del trabajo (19).
    – inicio tardío de la atención prenatal;                 La lesión, sin embargo, no es el resultado físico
    – mortinatalidad;                                     más común del maltrato por la pareja. Son más comu-
    – parto y nacimiento prematuros;                      nes los “trastornos funcionales”, una gran cantidad
    – lesiones fetales;                                   de dolencias que a menudo no tienen causa médica
    – bajo peso al nacer, causa destacada de mortali-     discernible, como el síndrome del colon irritable, la
      dad infantil en el mundo en desarrollo.             fibromialgia, los trastornos del aparato digestivo y
    La violencia masculina hacia la pareja represen-      diversos síndromes de dolor crónico. Hay estudios
ta una proporción sustancial, pero en gran parte          que vinculan sistemáticamente tales trastornos con
112 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




el antecedente de maltrato físico o sexual (98, 125–         Aunque la violencia masculina en la pareja no
127). Las mujeres que han sido maltratadas también        afecta uniformemente a la probabilidad general de
experimentan una mengua del funcionamiento fí-            que una mujer esté empleada, sí parece influir en
sico, más síntomas físicos y permanecen mayor nú-         sus ingresos y en su capacidad de conservar un tra-
mero de días en cama por comparación con las no           bajo (139, 142, 143). En un estudio efectuado en
maltratadas (97, 98, 101, 124, 125, 128).                 Chicago (Estados Unidos), se encontró que las
                                                          mujeres con antecedentes de haber sido víctimas
Salud mental                                              de la violencia en la pareja solían haber experi-
Las mujeres maltratadas por su pareja padecen más         mentado períodos de desempleo, haber cambiado
depresión, ansiedad y fobias que las no maltrata-         con mayor frecuencia de trabajo y haber sufrido
das, según estudios realizados en Australia, Estados      más problemas de salud físicos y mentales que po-
Unidos, Nicaragua y Pakistán (129–132). De modo           dían afectar a su desempeño laboral. También per-
parecido, las investigaciones indican que las muje-       cibían ingresos inferiores y mostraban una tenden-
res maltratadas por su pareja presentan mayor riesgo      cia significativamente mayor a recibir asistencia
de suicidio e intentos de suicidio (25, 49, 133–136).     social del Estado que las mujeres que no informa-
                                                          ron el antecedente de violencia por la pareja (143).
Uso de los servicios de salud                             De igual manera, en un estudio realizado en Mana-
Dados los efrectos a largo plazo de la violencia en la    gua (Nicaragua) las mujeres maltratadas ganaban 46%
salud de las mujeres, aquellas que han sido maltra-       menos que las mujeres que no informaron sufrir
tadas tienen mayores probabilidades de ser usua-          maltrato, incluso después de controlar otros factores
rias a largo plazo de los servicios de salud, lo que      que podrían influir en los ingresos (139).
acrecienta los costos de la asistencia sanitaria. Estu-
dios realizados en los Estados Unidos, Nicaragua y        Repercusiones en los hijos
Zimbabwe indican que las mujeres que han sufri-           Los hijos a menudo están presentes durante los al-
do agresión física o sexual, ya sea en la niñez o en la   tercados domésticos. En un estudio hecho en Ir-
edad adulta, usan los servicios de salud con más          landa (62), 64% de las mujeres maltratadas dijeron
frecuencia que las mujeres no maltratadas (98, 100,       que sus hijos presenciaban habitualmente la vio-
137–140). Por término medio, las víctimas de mal-         lencia; lo mismo declararon 50% de las mujeres
trato presentan más operaciones quirúrgicas, visi-        maltratadas en Monterrey (México) (11).
tas médicas, estancias hospitalarias, visitas a farma-       Los hijos que presencian la violencia matrimo-
cias y consultas de salud mental a lo largo de sus        nial presentan mayor riesgo de sufrir una amplia
vidas que las no maltratadas, aun después de tener        gama de problemas emocionales y de conducta,
en cuenta los posibles factores de confusión.             entre ellos ansiedad, depresión, mal rendimiento
                                                          escolar, poca autoestima, desobediencia, pesadillas
Repercusiones económicas de la violencia                  y quejas sobre la salud física (9, 144–146). En efec-
Además de sus costos humanos, la violencia impo-          to, estudios realizados en los Estados Unidos y el
ne una carga económica enorme a las sociedades            Canadá indican que los hijos que presencian
desde el punto de vista de la productividad perdi-        episodios violentos entre sus padres presentan con
da y el mayor uso de los servicios sociales. Entre las    frecuencia muchos de los mismos trastornos
mujeres que tomaron parte en una encuesta en Nag-         conductuales y psicológicos de los niños que son
pur (India), por ejemplo, 13% tuvieron que re-            maltratados directamente (145, 147).
nunciar al trabajo remunerado debido al maltrato,            Datos recientes indican que la violencia tam-
luego de perder un promedio de siete días labora-         bién puede afectar directa o indirectamente a la
les por incidente, y 11% no habían podido realizar        mortalidad en la niñez (148, 149). Un grupo de
las tareas domésticas debido a un incidente de vio-       investigadores de León (Nicaragua) encontró que,
lencia (141).                                             después de controlar otros factores de confusión
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 113




posibles, los hijos de mujeres que habían sido mal-          A pesar de más de 20 años de activismo en el
tratadas física y sexualmente por su pareja presen-      campo de la violencia contra la mujer, es notable
taban seis veces más probabilidades de morir antes       que tan pocas intervenciones se hayan evaluado
de los 5 años de edad que los hijos de mujeres que       rigurosamente. En efecto, el examen reciente de
no habían sido maltratadas. El maltrato infligido        los programas para la prevención de la violencia
por la pareja representó hasta un tercio de las muer-    familiar en los Estados Unidos efectuado por el Con-
tes entre los niños de esa región (149). En otro         sejo Nacional de Investigación encontró solo 34
estudio que se hizo en los estados indios de Tamil       estudios que habían intentado evaluar las inter-
Nadu y Uttar Pradesh, se encontró que las mujeres        venciones relacionadas con el maltrato infligido
que habían sido golpeadas mostraban una tenden-          por la pareja. De ellos, 19 centraron su atención en
cia significativamente mayor que las mujeres no          la aplicación de la ley, lo cual refleja la marcada in-
maltratadas a haber presentado mortalidad infantil       clinación de los funcionarios gubernamentales por
o pérdida del embarazo (aborto provocado, aborto         recurrir al sistema penal para hacer frente a la vio-
espontáneo o mortinato), aun después de contro-          lencia (150). La investigación sobre intervenciones
lar factores predictivos bien establecidos de mor-       en los países en desarrollo es aún más limitada. Solo
talidad en la niñez, como la edad de la mujer, el        hay un puñado de estudios que hayan intentado
nivel educativo y el número de embarazos anterio-        examinar críticamente las intervenciones actuales.
res que acabaron en un nacido vivo (148).                Entre ellos cabe mencionar un examen de los pro-
                                                         gramas sobre la violencia contra la mujer en cuatro
¿Qué se puede hacer para                                 estados de la India. Además, el Fondo de Desarrollo
prevenir la violencia en la                              de las Naciones Unidas para la Mujer examinó siete
relación de pareja?                                      proyectos puestos en práctica en cinco regiones
La mayor parte de las investigaciones efectuadas hasta   con el financiamiento del fondo fiduciario en apo-
la fecha sobre la violencia por la pareja han sido       yo de las medidas para eliminar la violencia contra
encabezadas por organizaciones de mujeres, con           la mujer, con la intención de difundir las enseñan-
financiamiento y asistencia ocasional de los go-         zas extraídas de esos proyectos (151).
biernos. En los sitios donde los gobiernos han to-
mado parte —como en Australia, América Latina,           Apoyo a las víctimas
Estados Unidos, Canadá y partes de Europa—, ha           En el mundo desarrollado, los centros para ayuda
sido en general como respuesta a exigencias de la        de mujeres en crisis y los albergues para mujeres
sociedad civil en favor de una acción constructiva.      golpeadas han sido la piedra angular de los progra-
La primera ola de actividad generalmente ha in-          mas de ayuda a las víctimas de la violencia domésti-
cluido elementos de reforma jurídica, adiestramien-      ca. En 1995, había alrededor de 1 800 programas
to policial y establecimiento de servicios especia-      de esta clase en los Estados Unidos, 1 200 de los
lizados para las víctimas. Docenas de países han         cuales proporcionaban albergue de urgencia ade-
promulgado leyes sobre la violencia doméstica,           más de apoyo emocional, legal y material a las mu-
aunque muchos funcionarios aún no conocen las            jeres y sus hijos (152). Estos centros generalmente
nuevas leyes o son renuentes a aplicarlas. Las perso-    facilitaban el contacto con grupos de apoyo y orien-
nas que forman parte del sistema (en la policía o el     tación psicosocial individual, capacitación laboral,
aparato judicial, por ejemplo) comparten con fre-        programas para los niños, ayuda para tratar con los
cuencia los mismos prejuicios que predominan en          servicios sociales y con los asuntos legales, y re-
la sociedad en su conjunto. La experiencia ha de-        misiones para el tratamiento del abuso de drogas y
mostrado reiteradamente que, si no se despliegan         alcohol. La mayoría de los albergues y centros de cri-
esfuerzos incesantes para cambiar la cultura y las       sis en Europa y los Estados Unidos fueron estableci-
prácticas institucionales, la mayoría de las reformas    dos originalmente por activistas defensores de los
legales y normativas surten poco efecto.                 derechos de las mujeres, aunque en la actualidad
114 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD




muchos son administrados por profesionales y re-         que la violencia es un asunto privado, familiar. Ade-
ciben financiamiento del gobierno.                       más de introducir leyes nuevas o ampliar las exis-
   Desde principios de los años ochenta, en mu-          tentes, en algunos países desarrollados se han
chos países en desarrollo también han surgido al-        realizado experimentos para respaldar la legislación
bergues y centros de crisis para las mujeres. En la      creando tribunales especiales de violencia domés-
mayoría de los países hay al menos algunas organi-       tica, capacitando a la policía, los funcionarios del
zaciones no gubernamentales que ofrecen servi-           tribunal y los abogados litigantes, y proporcionan-
cios especializados a las víctimas del maltrato y        do asesores especiales que ayuden a las mujeres a
hacen campaña en su nombre. Algunos países cuen-         tratar con el sistema penal. Aunque la evaluación
tan con centenares de organizaciones de este tipo.       rigurosa de estas medidas ha sido escasa hasta hoy,
Sin embargo, el mantenimiento de los albergues es        la revisión reciente de las intervenciones contra la
costoso, y muchos países en desarrollo han evitado       violencia familiar realizada por la Academia Nacio-
este modelo estableciendo en su lugar líneas tele-       nal de Ciencias de los Estados Unidos concluye:
fónicas de asistencia urgente o centros de crisis no     “Las pruebas anecdóticas indican que las unidades
residenciales que proporcionan algunos de los mis-       especializadas y las reformas integrales en los de-
mos servicios ofrecidos por los residenciales.           partamentos de policía, las fiscalías y los tribunales
   Donde no es posible organizar un albergue for-        especializados han mejorado la experiencia de los
mal, las mujeres suelen encontrar otras maneras de       niños y mujeres maltratados” (150).
tratar las urgencias relacionadas con el maltrato            Se están llevando a cabo experimentos similares
doméstico. Un método consiste en establecer una          en otros sitios. En la India, por ejemplo, los gobier-
red informal de “hogares seguros”, por medio de la       nos estatales han establecido células de ayuda legal,
cual las mujeres en dificultades pueden encontrar        tribunales familiares, lok adalat (tribunales del pue-
albergue temporal en la casa de algún vecino. Algu-      blo) y mahilla lok adalat (tribunales de mujeres). En
nas comunidades han designado sus lugares de cul-        una evaluación reciente se señala que estos órga-
to —templos o iglesias, por ejemplo— como                nos son sobre todo mecanismos conciliatorios, que
refugio donde las mujeres pueden pasar la noche          dependen en forma exclusiva de la mediación y
con sus hijos para escapar de un compañero borra-        orientación para promover la reconciliación fami-
cho o violento.                                          liar. Sin embargo, se ha señalado que estas institu-
                                                         ciones no son satisfactorias ni siquiera como
Recursos jurídicos y reformas legislativas               mecanismos conciliatorios y que los mediadores
Penalización del maltrato                                tienden a colocar el bienestar de las mujeres por
En los años ochenta y noventa se produjo una ver-        debajo del interés del Estado por mantener unidas
dadera oleada de reformas legales en relación con        a las familias (155).
el maltrato físico y sexual infligido por la pareja
(153, 154). En los 10 últimos años, por ejemplo, 24      Leyes y normas sobre el arresto
países de América Latina y el Caribe han promulga-       Después de los servicios de apoyo a las víctimas, las
do leyes específicas sobre la violencia doméstica        iniciativas para reformar la práctica policial son el
(154). Las reformas más comunes incluyen la pena-        tipo más común de intervención contra la violen-
lización del maltrato físico, sexual y psíquico por      cia doméstica. En un principio, lo que se pretendía
parte de la pareja, ya sea mediante leyes nuevas so-     era adiestrar a la policía, pero cuando esta sola me-
bre violencia doméstica o por la modificación de         dida resultó en gran parte ineficaz para cambiar el
los códigos penales existentes.                          comportamiento policial, los esfuerzos se encami-
   El mensaje que transmite tal legislación es que la    naron a buscar leyes que prescribieran el arresto
violencia por la pareja es un delito y no será tolera-   obligatorio en los casos de violencia doméstica y
da por la sociedad. Sacarla a relucir públicamente es    normas que obligaran a los oficiales de policía a
también una manera de echar por tierra la idea de        intervenir de manera más activa.
CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 115




    El apoyo al arresto como medio de reducir la        el pago de pensión de alimentos o lo obligan a
violencia doméstica recibió impulso a partir de un      buscar orientación psicosocial o tratamiento para
experimento de investigación realizado en 1984          el abuso de sustancias.
en Minneápolis (Estados Unidos), en el cual la de-          Los investigadores han encontrado que, si bien
tención del agresor reducía a la mitad el riesgo de     a las víctimas estas órdenes de protección les pare-
futuras agresiones durante un período de seis me-       cen en general útiles, las pruebas de su eficacia
ses, por comparación con las estrategias de separar a   disuasiva son contradictorias (161, 162). En un
las parejas o asesorarlas para que buscaran ayuda       estudio realizado en las ciudades de Denver y
(156). Estos resultados se divulgaron ampliamente       Boulder (Colorado), en los Estados Unidos, Harrell
y dieron por resultado un notable cambio en las         y Smith (163) comprobaron que las órdenes de pro-
políticas policiales hacia la violencia doméstica en    tección eran eficaces por al menos un año para pre-
todo Estados Unidos.                                    venir la reaparición de la violencia doméstica, por
    Los esfuerzos para reproducir los resultados de     comparación con situaciones similares donde no
Minneápolis en otras cinco zonas del país, sin em-      se emitía ninguna orden de protección. Sin
bargo, no lograron confirmar el valor disuasivo del     embargo, hay estudios que revelan que los arrestos
arresto. En los estudios nuevos se comprobó que,        por violación de una orden de protección son raros,
por término medio, el arresto no era más eficaz         lo cual tiende a minar la eficacia de esas órdenes
para disminuir la violencia que otras respuestas po-    para prevenir la violencia (164). Otra investigación
liciales, tales como expedir advertencias o citacio-    indica que dichas órdenes pueden mejorar la
nes, proporcionar orientación a las parejas o           autoestima de la mujer, pero surten poco efecto
separarlas (157, 158). El análisis detallado de esos    sobre los hombres con antecedentes penales graves
estudios también arrojó algunos otros resultados        (165, 166).
interesantes. Cuando el agresor estaba casado o te-         En otros sitios, las comunidades han explorado
nía empleo, el arresto disminuía las agresiones; pero   técnicas como el avergonzamiento público, la or-
si estaba desempleado y no se había casado, el arres-   ganización de piquetes frente a la casa o el lugar de
to en realidad conducía al aumento del maltrato en      trabajo del agresor o la imposición de servicio co-
algunas ciudades. La repercusión del arresto tam-       munitario como castigo por el comportamiento
bién varió según la comunidad. El arresto resultaba     abusivo. En la India, los activistas con frecuencia or-
disuasivo para los hombres que vivían en comuni-        ganizan dharna, una especie de avergonzamiento pú-
dades con poco desempleo, independientemente            blico y protesta, delante de la casa o el lugar de trabajo
de su situación laboral individual; los sospechosos     de los hombres que maltratan a su mujer (155).
que vivían en zonas con gran desempleo, sin embar-
go, eran más violentos después del arresto que cuan-    Comisarías atendidas solo por mujeres policías
do solo habían recibido una advertencia (159). Estos    Algunos países han experimentado con las comisa-
resultados han llevado a algunos a poner en tela de     rías de policía atendidas solo por mujeres, una in-
juicio la idoneidad de las leyes de arresto obligato-   novación que comenzó en el Brasil y ahora se ha
rio en zonas de pobreza concentrada (160).              difundido en toda América Latina y partes de Asia
                                                        (167, 168). Aunque es una iniciativa encomiable
Sanciones alternativas                                  en teoría, las evaluaciones muestran que ha trope-
Como opciones frente al arresto, algunas comuni-        zado hasta la fecha con muchos problemas (155,
dades están experimentando con otras formas de          168–172). Si bien la existencia de una comisaría
desarraigar el comportamiento violento. Un méto-        atendida exclusivamente por mujeres policías au-
do basado en el derecho civil consiste en expedir       menta el número de mujeres maltratadas que con-
órdenes judiciales que prohíben a un hombre en-         curren a ella, es frecuente que en esos lugares no se
trar en contacto con su compañera o maltratarla, le     cuente con los servicios que estas necesitan, como
ordenan dejar el domicilio conyugal, le imponen         son la orientación y el asesoramiento legales. Además,
La violencia en parejas
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La violencia en parejas

  • 2. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 97 Antecedentes amigos, vigilar sus movimientos y restringir Una de las formas más comunes de violencia contra su acceso a la información o asistencia. la mujer es la infligida por su marido o pareja mas- Cuando el maltrato se produce reiteradamente culina. Esto contrasta sobremanera con la situación en la misma relación, el fenómeno suele denomi- de los hombres, mucho más expuestos a sufrir agre- narse “maltrato físico”. siones de extraños o de conocidos que de personas En 48 encuestas basadas en la población efec- de su círculo íntimo (1–5). El hecho de que las tuadas en todo el mundo, entre 10% y 69% de las mujeres a menudo tengan vínculos afectivos con el mujeres mencionaron haber sido agredidas física- hombre que las maltrata y dependan económica- mente por su pareja en algún momento de sus vi- mente de él, ejerce gran influencia sobre la diná- das (cuadro 4.1). El porcentaje de las mujeres que mica del maltrato y las estrategias para hacerle frente. habían sido atacadas por su pareja en los 12 meses La violencia en la pareja se produce en todos los anteriores varió de 3% o menos entre las mujeres países, independientemente del grupo social, eco- de Australia, Canadá y Estados Unidos a 27% entre nómico, religioso o cultural. Aunque las mujeres las mujeres que alguna vez tuvieron una pareja (es pueden agredir a sus parejas masculinas, y la vio- decir, mujeres que alguna vez habían mantenido lencia también se da a veces en las parejas del mis- relaciones sexuales con un hombre) en León mo sexo, la violencia en la pareja es soportada en (Nicaragua), 38% de las mujeres casadas en la Re- proporción abrumadora por las mujeres e infligida pública de Corea, y 52% de las mujeres palestinas por los hombres (6, 7). Por este motivo, en el pre- casadas en la Ribera Occidental y la Faja de Gaza. sente capítulo se abordará el tema de la violencia Para muchas de estas mujeres, la agresión física no infligida por los hombres a sus parejas. era un suceso aislado sino parte de una pauta con- Desde hace mucho tiempo, las organizaciones tinua de comportamiento abusivo. de mujeres en todo el mundo han venido denun- La investigación indica que la violencia física en ciando la violencia contra la mujer, en particular la las relaciones de pareja se acompaña a menudo de infligida por su pareja. Gracias a sus esfuerzos, la maltrato psíquico, y en una tercera parte a más de la violencia contra la mujer en la relación de pareja se mitad de los casos también hay abuso sexual (3, 8– ha convertido en un motivo de preocupación in- 10). En el Japón, por ejemplo, entre 613 mujeres ternacional. Considerada inicialmente como un que en un momento dado habían sido maltratadas, tema sobre todo de derechos humanos, la violen- 57% habían sufrido los tres tipos de abuso: físico, cia masculina en la pareja se ve cada vez más como psíquico y sexual. Menos de 10% de estas mujeres un problema importante de salud pública. habían experimentado solo maltrato físico (8). De igual manera, en Monterrey (México), 52% de las La magnitud del problema mujeres agredidas físicamente también habían sido La violencia en la pareja se refiere a cualquier com- maltratadas sexualmente por su pareja (11). La figura portamiento dentro de una relación íntima que 4.1 ilustra gráficamente la superposición de los ti- causa daño físico, psíquico o sexual a los miembros pos de maltrato entre las mujeres que alguna vez de la relación. Este comportamiento incluye: tuvieron una relación de pareja con un hombre en • Agresiones físicas: por ejemplo, abofetear, gol- León (Nicaragua) (9). pear con los puños, patear. La mayoría de las mujeres que son víctimas de • Maltrato psíquico: por ejemplo, mediante in- agresión física por lo general se ven sometidas a mu- timidación, denigración y humillación cons- chos actos de violencia con el transcurso del tiempo. tantes. En el estudio de León, por ejemplo, 60% de las mu- • Relaciones sexuales forzadas y otras formas de jeres maltratadas durante el año precedente habían coacción sexual. sido agredidas más de una vez, y 20% habían ex- • Diversos comportamientos dominantes: por perimentado violencia grave más de seis veces. Entre ejemplo, aislar a una persona de su familia y las mujeres que notificaron una agresión física, 70%
  • 3. 98 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD CUADRO 4.1 Agresión física a las mujeres por su pareja masculina, según estudios basados en poblaciones seleccionadas, 1982–1999 – País o zona Año Cobertura Muestra Proporción de mujeres agredidas del estudio físicamente por su pareja (%) Tamaño Población Edad En los En la Alguna estudiada a (años) 12 meses relación vez anteriores actual África Etiopía 1995 Meskanena Woreda 673 II ≥15 10b 45 Kenia 1984–1987 Distrito Kisii 612 VI ≥15 42 Nigeria 1993 No declarado 1 000 I — 31c Sudáfrica 1998 Eastern Cape 396 III 18–49 11 27 Mpumalanga 419 III 18–49 12 28 Northern Province 464 III 18–49 5 19 Nacional 10 190 III 15–49 6 13 Zimbabwe 1996 Midlands Province 966 I ≥18 17 d América del Norte Canadá 1991–1992 Toronto 420 I 18–64 27c 1993 Nacional 12 300 I ≥18 3 d,e 29 d,e Estados Unidos 1995–1996 Nacional 8 000 I ≥18 1,3c 22c América Latina y el Caribe Antigua 1990 Nacional 97 I 29–45 30 d Barbados 1990 Nacional 264 I 20–45 30 c,e Bolivia 1998 Tres distritos 289 I ≥20 17c Chile 1993 Provincia de Santiago 1 000 II 22–55 26/11f 1997 Santiago 310 II 15–49 23 Colombia 1995 Nacional 6 097 II 15–49 19 México 1996 Guadalajara 650 III ≥15 27 Monterrey 1 064 III ≥15 17 Nicaragua 1995 León 360 III 15–49 27/20f 52/37f 1997 Managua 378 III 15–49 33/28 69 1998 Nacional 8 507 III 15–49 12/8f 28/21f Paraguay 1995–1996 Nacional, excepto 5 940 III 15–49 10 la región del Chaco Perú 1997 Lima, zona metropolitana 359 II 17–55 31 (ingreso mediano y bajo) Puerto Rico 1995–1996 Nacional 4 755 III 15–49 13 g Uruguay 1997 Dos regiones 545 II h 22–55 10e Asia y Pacífico Occidental Australia 1996 Nacional 6 300 I — 3d 8d Bangladesh 1992 Nacional (aldeas) 1 225 II <50 19 47 1993 Dos regiones rurales 10 368 II 15–49 42 Camboya 1996 Seis regiones 1 374 III — 16 India 1993–1994 Tamil Nadu 859 II 15–39 37 1993–1994 Uttar Pradesh 983 II 15–39 45 1995–1996 Uttar Pradesh, 6 695 IV 15–65 30 cinco distritos 1998–1999 Nacional 89 199 III 15–49 11i 19i 1999 Seis estados 9 938 III 15–49 14 40/26 Filipinas 1993 Nacional 8 481 V 15–49 10 1998 Cagayan de Oro City 1 660 II 15–49 26j y Bukidnon Province Papua Nueva Guinea 1982 Nacional, aldeas rurales 628 IIIh — 67 1984 Port Moresby 298 IIIh — 56 República de Corea 1989 Nacional 707 II ≥20 38/12f Tailandia 1994 Bangkok 619 IV — 20 Europa Noruega 1989 Trondheim 111 III 20–49 18 Países Bajos 1986 Nacional 989 I 20–60 21/11 c,f
  • 4. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 99 CUADRO 4.1 (continuación) País o zona Año Cobertura Muestra Proporción de mujeres agredidas del estudio físicamente por su pareja (%) Tamaño Población Edad En los En la Alguna estudiada a (años) 12 meses relación vez anteriores actual Europa (continuación) República de 1997 Nacional 4 790 III 15–44 ≥7 ≥14 Moldova Reino Unido 1993 Norte de Londres 430 I ≥16 12c 30c Suiza 1994–1996 Nacional 1 500 II 20–60 6e 21e Turquía 1998 Anatolia oriental 599 I 14–75 58c y sudoriental Mediterráneo Oriental Egipto 1995–1996 Nacional 7 121 III 15–49 16j 34g Israel 1997 Población árabe 1 826 II 19–67 32 Ribera Occidental 1994 Población palestina 2 410 II 17–65 52/37 f y Faja de Gaza Fuente: reproducido de la referencia 6 con el permiso de la editorial. a Población de estudio: I = todas las mujeres; II = mujeres casadas/unidas; III = mujeres alguna vez casadas/unidas; IV = hombres casados que notifican el uso de la violencia contra la esposa; V = mujeres con un resultado de embarazo; VI = mujeres casadas, la mitad con resultado de embarazo, la mitad sin ese resultado. b En los últimos tres meses. c El grupo de la muestra incluyó a mujeres que nunca habían estado en relación de pareja y, por consiguiente, no estaban en riesgo de violencia en la pareja. d Aunque la muestra incluye a todas las mujeres, se presenta la tasa de maltrato para las mujeres alguna vez casadas/unidas (no se da el número). e Maltrato físico o sexual. f Cualquier forma de maltrato físico o solo maltrato físico grave. g La tasa de maltrato por la pareja en las mujeres algunas vez casadas/unidas se volvió a calcular a partir de los datos del autor. h Se usaron técnicas de muestreo no aleatorio. i Incluye agresiones por otros. j El agresor podía ser un miembro de la familia o un amigo cercano. denunciaron maltrato grave (12). El número prome- Unidos, según un estudio nacional realizado en dio de agresiones físicas durante el año precedente 1996, fue de tres (5). entre las mujeres que actualmente sufrían maltrato, Diversos tipos de maltrato suelen coexistir en la según una encuesta efectuada en Londres, Inglate- misma relación. Sin embargo, los estudios de preva- rra, fue de siete (13), mientras que en los Estados lencia de la violencia doméstica son un campo nue- vo de investigación y en general no se cuenta con FIGURA 4.1 datos sobre los diversos tipos de violencia en las Intersecciones de los conjuntos de mujeres maltrata- das sexual, física y psíquicamente en León (Nicaragua) relaciones de pareja diferentes de la violencia física. (N = 360 mujeres que algunas vez estuvieron Las cifras del cuadro 4.1, por consiguiente, se refie- en una relación íntima) ren en forma exclusiva a la agresión física. Aun así, debido a diferencias metodológicas, los datos de Nunca Maltratadas estos estudios bien diseñados no son directamente sexualmente maltratadas 1 comparables. Los cálculos publicados del maltrato son 97 3 sumamente sensibles a las definiciones particulares 74 usadas, la manera en la cual se formulan las pregun- Maltratadas 109 Maltratadas tas, el grado de privacidad de las entrevistas y la psíquicamente físicamente 71 5 naturaleza de la población examinada (14) (recua- dro 4.1). Por consiguiente, las diferencias entre los Fuente: referencia 9. países —especialmente las muy pequeñas— bien
  • 5. 100 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD RECUADRO 4.1 Para hacer comparables los datos sobre la violencia masculina en la pareja Diversos factores influyen en la calidad y comparabilidad de los datos sobre la violencia masculina en la pareja, entre ellos: · incongruencias en la forma en que se definen la violencia y el maltrato; · variaciones en los criterios de selección de los participantes en los estudios; · diferencias atribuibles a las fuentes de los datos; · la disposición de los entrevistados a hablar abiertamente sobre sus experiencias con la violencia. Debido a estos factores, la mayor parte de las cifras de prevalencia de violencia en las relaciones de pareja aportadas por distintos estudios no pueden compararse directamente. Por ejemplo, no todos los estudios separan las diferentes clases de violencia, de manera que no siempre es posible distinguir entre actos de violencia física, sexual o psíquica. Algunos estudios examinan solo los actos de violencia en los 12 meses o 5 años precedentes, mientras que otros miden las experiencias a lo largo de toda la vida. También hay considerable variación en las poblaciones de estudio usadas para la investigación. En muchos estudios sobre la violencia en la pareja se incluye a todas las mujeres dentro de un determinado intervalo de edad, mientras que en otros se entrevista solo a las mujeres que están o han estado casadas. Tanto la edad como el estado civil se asocian con el riesgo de una mujer de sufrir maltrato a manos de su pareja. Por lo tanto, los criterios de selección de los participantes pueden afectar considerablemente a los cálculos de la prevalencia del maltrato en una población. Asimismo, es probable que dichos cálculos varíen según la fuente de los datos. Varios estudios a escala nacional han producido cálculos de la prevalencia de la violencia en la pareja que generalmente son inferiores a los obtenidos a partir de estudios exhaustivos más acotados de las experiencias de las mujeres con la violencia. Los estudios exhaustivos más pequeños tienden a concentrarse más en la interacción entre los entrevistadores y los entrevistados. También tienden a abordar el asunto con muchos más detalles que la mayoría de las encuestas nacionales. Los cálculos de prevalencia pueden además variar entre los dos tipos de estudios debido a algunos de los factores anteriormente menciona- dos, en especial las diferencias en las poblaciones estudiadas y en las definiciones de la violencia. Estimular la denuncia Todos los estudios sobre temas delicados como la violencia se enfrentan con el problema de cómo lograr que las personas hablen abiertamente acerca de aspectos íntimos de su vida. El éxito dependerá en parte de la forma en que las preguntas se enmarquen y se formulen, así como del grado de comodidad de los entrevistados durante la entrevista. Lo último depende de factores tales como el sexo del entrevistador, la duración de la entrevista, si otras personas están presentes, y el grado de interés y la ausencia de una actitud crítica de parte del entrevistador. Diversas estrategias pueden ayudar a mejorar la denuncia. Ellos son: s Dar al entrevistado varias oportunidades durante la entrevista para que pueda explayarse sobre la violencia. s Usar preguntas sobre comportamientos específicos en vez de preguntas subjetivas tales como „œAlguna vez ha sido maltratada?‰ s Seleccionar cuidadosamente a los entrevistadores y adiestrarlos para que entablen una buena relación con las entrevistadas. s Apoyar a las entrevistadas para ayudar a evitar represalias por parte de la pareja o de algún miembro de la familia que las maltrata.
  • 6. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 101 RECUADRO 4.1 (continuación) La seguridad tanto de los entrevistados como de los entrevistadores siempre debe tenerse en cuenta en todas las estrategias para mejorar la investigación sobre la violencia. La Organización Mundial de la Salud ha publicado recientemente normas que abordan los temas éticos y de seguridad en la investigación de la violencia contra la mujer (15). También se están prepa- rando normas para definir y cuantificar la violencia infligida por la pareja y la agresión sexual, con el fin de ayudar a mejorar la comparabilidad de los datos. Algunas de esas normas ya se han publicado (16) (véase el apartado „Recursos‰). podrían reflejar variaciones metodológicas y no di- violencia física porque se conceptualiza y se mide ferencias reales de las tasas de prevalencia. más fácilmente, los estudios cualitativos indican que para algunas mujeres el maltrato y la degrada- Medición de la violencia masculina ción psicológicos resultan aún más intolerables que en la pareja la violencia física (1, 20, 21). En las encuestas de violencia en la pareja, a las muje- res por lo general se les pregunta si han experimen- Violencia y asesinato en la pareja tado algún maltrato de una lista de actos específicos Los datos de una gama amplia de países indican de agresión, tales como bofetadas, golpes, puñeta- que la violencia en la pareja es la causa de un nú- zos, patadas o amenazas con un arma. Las investiga- mero significativo de muertes por asesinato entre ciones han revelado que preguntas específicamente las mujeres. Estudios efectuados en Australia, Cana- referidas al comportamiento, como “¿Alguna vez ha dá, los Estados Unidos, Israel y Sudáfrica revelan sido obligada a tener relaciones sexuales contra su que en 40% a 70% de los asesinatos de mujeres las voluntad?”, producen mayores tasas de respuesta víctimas fueron muertas por su esposo o novio, a positiva que las preguntas que piden a las mujeres menudo en el contexto de una relación de maltra- indicar si han sido “maltratadas” o “violadas” (17). to constante (22–25). Esto contrasta notablemente Tales preguntas específicamente referidas al compor- con la situación de las víctimas masculinas de asesi- tamiento también permiten a los investigadores nato. En los Estados Unidos, por ejemplo, solo 4% medir la gravedad y la frecuencia relativa del maltra- de los hombres asesinados entre 1976 y 1996 fue- to sufrido. Los actos físicos que son más graves que ron muertos por su esposa, ex esposa o novia (26). abofetear, dar empujones o lanzarle objetos a una En Australia, entre 1989 y 1996, la cifra fue de persona se definen en general en los estudios como 8,6% (27). “violencia grave”, aunque algunos observadores se Los factores culturales y la disponibilidad de ar- oponen a que la gravedad se defina exclusivamente mas definen los perfiles de los asesinatos cometidos según el acto (18). por la pareja en diferentes países. En los Estados Centrarse exclusivamente en los actos también Unidos, el número de asesinatos de mujeres con armas puede ocultar la atmósfera de terror que a veces de fuego es mayor que el cometido con todos los impregna las relaciones violentas. En una encuesta otros tipos de armas combinados (28). En la India, el nacional de la violencia contra la mujer realizada uso de armas de fuego es raro, pero las golpizas y la en el Canadá, por ejemplo, una tercera parte de las muerte por fuego son comunes. Una treta habitual mujeres que habían sido agredidas físicamente por consiste en rociar a una mujer con queroseno, su pareja declararon que habían temido por su vida prenderle fuego y luego afirmar que murió en un en algún momento de la relación (19). Aunque los “accidente de cocina”. Los funcionarios indios de estudios internacionales se han concentrado en la salud pública sospechan que muchos asesinatos de
  • 7. 102 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD mujeres quedan ocultos por las estadísticas oficiales para detectar la segunda forma, más moderada, de como “quemaduras accidentales”. En un estudio violencia —también conocida como “violencia co- realizado a mediados de los años ochenta se encon- mún de pareja”— y el tipo grave conocido como tró que entre las mujeres de 15 a 44 años de edad en maltrato físico. Esto puede ayudar a explicar por el gran Bombay y otras zonas urbanas del estado de qué las encuestas comunitarias de violencia en los Maharashtra, una de cada cinco defunciones se países industrializados a menudo encuentran in- imputaron a “quemaduras accidentales” (29). dicios sustanciales de agresión física por las muje- res, a pesar de que la gran mayoría de las víctimas Nociones tradicionales del honor masculino que solicitan atención de los proveedores de ser- En muchos lugares, las ideas del honor masculino y vicios (por ejemplo, en albergues) y de la policía o la castidad femenina ponen a las mujeres en riesgo los tribunales son mujeres. Aunque se ha compro- (véase también el capítulo 6). Por ejemplo, en par- bado en los países industrializados que las mujeres tes del Mediterráneo Oriental, el honor de un hom- llevan a cabo la violencia común de pareja, hay po- bre a menudo está vinculado a la “pureza” sexual cos indicios de que sometan a los hombres al mis- percibida de las mujeres de su familia. Si una mujer mo tipo de violencia grave y paulatina que se es “deshonrada” sexualmente —mediante la viola- observa con frecuencia en grupos clínicos de mu- ción o porque incurre voluntariamente en relacio- jeres golpeadas (32, 33). nes sexuales extramatrimoniales— se considera que De igual manera, la investigación indica que las ha dañado el honor familiar. En algunas sociedades, consecuencias de la violencia en la relación de la única manera de limpiar el honor familiar es matar pareja difieren entre los hombres y las mujeres, lo a la mujer o muchacha acusada del “agravio”. En un mismo que los motivos para perpetrarla. Estudios estudio de las defunciones femeninas ocurridas por realizados en el Canadá y los Estados Unidos han asesinato en Alejandría (Egipto), se encontró que revelado que las mujeres tienen muchas más 47% de las mujeres habían sido muertas por un probabilidades de resultar lastimadas durante las pariente después de que habían sido violadas (30). agresiones de la pareja y sufren formas más graves de violencia (5, 34–36). En el Canadá, las víctimas La dinámica de la violencia en la femeninas de la violencia conyugal tienen tres veces pareja más probabilidades de resultar lastimadas, cinco Investigaciones recientes realizadas en los países in- veces más de recibir atención médica y cinco veces dustrializados indican que las formas de violencia más de temer por sus vidas, por comparación con infligida por la pareja que se observan no son las las víctimas masculinas (36). En los casos de mismas para todas las parejas que experimentan con- violencia perpetrada por las mujeres, lo más flictos violentos. Parecería haber al menos dos mo- probable es que sea en defensa propia (32, 37, 38). dalidades (31, 32): En las sociedades más tradicionales, golpear a la • Una modalidad grave y cada vez más frecuente esposa se considera en gran medida como una con- de violencia es la caracterizada por muchas for- secuencia del derecho del hombre a castigar física- mas de maltrato, amedrentamiento y amena- mente a su mujer, tal como lo indican estudios zas, aunadas a una conducta posesiva y un com- realizados en países tan diversos como Bangladesh, portamiento dominante paulatinos por parte Camboya, India, México, Nigeria, Pakistán, Papua del agresor. Nueva Guinea, la República Unida de Tanzanía y • Una forma más moderada de violencia en las Zimbabwe (39–47). Las justificaciones culturales de relaciones íntimas, en que la frustración y la la violencia generalmente se desprenden de las ideas ira continuas ocasionalmente estallan en for- tradicionales de los roles que corresponden a los ma de agresión física. hombres y a las mujeres. En muchas situaciones, se Algunos investigadores han postulado la hipóte- espera que las mujeres cuiden del hogar, se ocupen sis de que las encuestas comunitarias son más aptas de los hijos y muestren obediencia y respeto al
  • 8. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 103 esposo. Si un hombre siente que su esposa no ha niveles “admisibles” e “inadmisibles” de violencia. cumplido sus funciones o se ha propasado —in- Así, se concede a ciertos individuos —por lo general cluso, por ejemplo, al pedirle dinero para los gastos el marido o algún miembro mayor de la familia— de la casa o al señalarle las necesidades de los hi- el derecho de castigar físicamente a una mujer, jos—, puede responder en forma violenta. El autor dentro de determinados límites, por haber del estudio de Pakistán observa: “Pegarle a la espo- cometido ciertas transgresiones. Solo si un hombre sa para castigarla o disciplinarla se considera cultu- transgrede estos límites —por ejemplo, poniéndose ral y religiosamente justificado. […] Como se piensa demasiado violento o golpeando a una mujer sin que el hombre es el ‘dueño’ de la mujer, es necesa- que haya una causa aceptada— pueden los demás rio mostrarle a esta quién manda para desalentar intervenir (39, 43, 55, 56). futuras transgresiones”. Esta idea de la “causa justa” se encuentra en mu- Gran variedad de estudios de países tanto in- chos datos cualitativos sobre la violencia proce- dustrializados como en desarrollo han producido dentes del mundo en desarrollo. Una mujer una lista notablemente uniforme de sucesos que indígena de México observaba: “Pienso que si la desencadenan la violencia masculina en la pareja esposa tiene la culpa, el esposo tiene el derecho de (39–44), a saber: pegarle. […] Si yo hice algo mal […], nadie debe – no obedecer al hombre; defenderme. Pero si no hice algo malo, tengo de- – contestarle mal; recho a que me defiendan (43)”. Los participantes – no tener la comida preparada a tiempo; en grupos de discusión llevados a cabo en el norte – no atender adecuadamente a los hijos o el hogar; y en el sur de la India, expresan sentimientos simi- – preguntarle al hombre por cuestiones de di- lares. “Si se trata de una falta grave —observó una nero o de sus enamoradas; mujer en Tamil Nadu—, el esposo tiene razón en – salir sin el permiso del hombre; pegarle a la esposa. ¿Por qué no? Una vaca no obe- – negarse a mantener relaciones sexuales con el dece si no es a golpes” (47). hombre; Aun si la propia cultura les concede a los hom- – sospechas, por parte del hombre, de infideli- bres un control sustancial del comportamiento fe- dad de la mujer. menino, los hombres violentos por lo común se En muchos países en desarrollo, las mujeres a pasan de la raya (49, 57, 58). Las estadísticas de la menudo están de acuerdo con la idea de que los encuesta nicaragüense de demografía y salud, por hombres tienen el derecho de disciplinar a sus es- ejemplo, muestran que entre las mujeres que ha- posas, si es necesario por la fuerza (cuadro 4.2). En bían sido maltratadas físicamente, 32% tenían es- Egipto, más de 80% de las mujeres de zonas rurales posos que sacaban alta puntuación en una escala de comparten la opinión de que pegarle a la mujer se rigurosidad del “control marital”, por comparación justifica en ciertas circunstancias (48). Significati- con solo 2% entre las mujeres que no habían sido vamente, una de las razones que las mujeres citan maltratadas físicamente. La escala incluía diversos con mayor frecuencia como causa justa de las golpi- comportamientos por parte del esposo, entre ellos zas es negarse a tener relaciones sexuales con el acusarla continuamente de ser infiel y limitar su hombre (48–51). Como era de esperar, esta es tam- contacto con la familia y los amigos (49). bién una de las causas que las mujeres citan con mayor frecuencia como un factor desencadenante ¿Cómo responden las mujeres al maltrato? de las golpizas (40, 52–54). Esto tiene claras conse- Algunos estudios cualitativos han confirmado que cuencias en cuanto a la capacidad de las mujeres de la mayoría de las mujeres maltratadas no son vícti- protegerse del embarazo no deseado y las infeccio- mas pasivas, sino que adoptan estrategias activas nes de transmisión sexual. para aumentar al máximo su seguridad y la de sus Las sociedades a menudo distinguen entre las hijos. Algunas mujeres resisten, otras huyen y algu- razones “justas” e “injustas” del maltrato, y entre nas más intentan llevar la fiesta en paz cediendo a
  • 9. 104 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD CUADRO 4.2 Porcentaje de entrevistados que aprueban el uso de la violencia física contra la cónyuge, según la justificación, en estudios seleccionados, 1995–1999 – País o zona Año Entrevistado Justificación del maltrato físico Ella descuida Ella se niega a Él sospecha Ella le replica a los niños tener relaciones que ella o desobedece o el hogar sexuales con él comete adulterio Brasil (Salvador, Bahía) 1999 H — — 19 a — M — — 11 a — Chile (Santiago) 1999 H — — 12 a — M — — 14 a — Colombia (Cali) 1999 H — — 14 a — M — — 13 a — Egipto 1996 M urbana 40 57 — 59 M rural 61 81 — 78 El Salvador (San Salvador) 1999 H — — 5a — M — — 9a — Ghanab 1999 H — 43 — — M — 33 — — India (Uttar Pradesh) 1996 H — — — 10–50 Nueva Zelandia 1995 H 1 1 5c 1d Nicaraguae 1999 M urbana 15 5 22 — M rural 25 10 32 — Singapur 1996 H — 5 33f 4 Venezuela (Caracas) 1999 H — — 8a — M — — 8a — Ribera Occidental y Faja de Gazag 1996 Hh — 28 71 57 Fuente: reproducido de la referencia 6 con el permiso de la editorial. H = hombre; M = mujer; — indica que la pregunta no se formuló. a “Una mujer infiel merece ser golpeada.” b Además, 51% de los hombres y 43% de las mujeres estuvieron de acuerdo: “El esposo tiene razón en pegarle a su mujer si esta usa la planificación familiar sin el conocimiento de él”. c “La sorprende en la cama con otro hombre.” d “No hace lo que se le dice.” e Además, 11% de las mujeres urbanas y 23% de las mujeres rurales estuvieron de acuerdo en que “el marido tiene razón en pegarle a su mujer si ella sale sin su permiso”. f “Ella tiene relaciones sexuales con otro hombre.” g Además, 23% de los hombres estuvieron de acuerdo en que “pegarle a la mujer está justificado” si ella no respeta a los familiares de su marido. h Población palestina. las exigencias del marido (3, 59–61). Lo que a un apoyo económico, la preocupación por los hijos, la observador externo le puede parecer una falta de dependencia emocional, la falta de apoyo de la fa- respuesta positiva por parte de la mujer, en reali- milia y los amigos, y la esperanza constante de que dad puede ser un cálculo meditado de esta, que el hombre cambie (9, 40, 42, 62, 63). En los países opta por lo que se necesita para sobrevivir en el en desarrollo, las mujeres también citan la estigma- matrimonio y protegerse a sí misma y a sus hijos. tización que trae aparejada el hecho de no estar La respuesta de una mujer al maltrato suele estar casadas como una barrera adicional que les impide limitada por las opciones de que dispone (60). Estu- dejar una relación violenta(40, 56, 64). dios cualitativos integrales de mujeres en Estados A menudo, la negación y el temor de aislarse Unidos y África, América Latina, Asia y Europa, reve- socialmente impiden a las mujeres buscar ayuda. Se lan que diversos factores pueden determinar que las ha comprobado que alrededor de 20% a 70% de mujeres continúen en una relación en la que son las mujeres maltratadas nunca mencionan el maltratadas. Entre ellos sobresalen comúnmente: el maltrato a otras personas hasta que son entrevistadas temor al castigo, la falta de medios alternativos de para el estudio (cuadro 4.3). Las que buscan ayuda
  • 10. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 105 CUADRO 4.3 definitivamente la relación. El pro- Proporción de mujeres agredidas físicamente que buscaron ayuda en dife- rentes lugares, varios estudios basados en poblaciones seleccionadas ceso incluye períodos de negación, País o zona Muestra (N) Proporción de mujeres culpa y sufrimiento antes de que agredidas físicamente que: terminen por reconocer la situa- Nunca Contactaron Le contaron Le contaron ción de maltrato y se identifiquen dijeron a la policía a amigos a la familia nada (%) (%) (%) (%) con otras mujeres en situaciones si- Australia a 6 300 18 19 58 53 milares. A estas alturas, sobreviene Bangladesh 10 368 68 — — 30 la ruptura y empieza la recupera- Canadá 12 300 22 26 45 44 ción con respecto a la relación de Camboya 1 374 34 1 33 22 Chile 1 000 30 16 14 32 b/21c maltrato (69). Reconocer que este Egipto 7 121 47 — 3 44 proceso existe puede ayudar a las Irlanda 679 — 20 50 37 personas a ser más comprensivas y Nicaragua 8 507 37 17 28 34 República de Moldova 4 790 — 6 30 31 criticar menos a las mujeres que re- Reino Unido 430 38 22 46 31 gresan a una situación de maltrato. Fuente: reproducido de la referencia 6 con el permiso de la editorial. Lamentablemente, dejar una re- a Mujeres que fueron agredidas físicamente en los últimos 12 meses. b Se refiere a la proporción de mujeres que le contaron a la familia. lación de maltrato no siempre ga- c Se refiere a la proporción de mujeres que le contaron a la familia de su pareja. rantiza la seguridad de la mujer. La violencia a veces puede seguir, lo hacen principalmente con miembros de la fami- e incluso aumentar mucho, después de que la mujer lia y amigos, en vez de recurrir a las instituciones. deja a su pareja (70). De hecho, en Australia, Canadá Son una minoría las que alguna vez establecen con- y Estados Unidos, una proporción significativa de tacto con la policía. los asesinatos de mujeres se cometen cuando la mu- A pesar de los obstáculos, muchas mujeres mal- jer está tratando de dejar al hombre que la maltrata tratadas acaban por dejar al compañero violento, a (22, 27, 71, 72). veces al cabo de muchos años, una vez que han crecido los hijos. En el estudio de León (Nicara- ¿Cuáles son los factores de riesgo gua), por ejemplo, 70% de las mujeres con el tiem- en la violencia infligida po dejaron a la pareja que las había maltratado (65). por la pareja? La duración media de tales relaciones fue de seis Solo en fecha reciente los investigadores han em- años, aunque las más jóvenes tendieron a liberarse pezado a buscar los factores individuales y comu- antes (9). Algunos estudios indican que hay un con- nitarios que podrían determinar la tasa de violencia junto uniforme de factores que llevan a las mujeres a en la pareja. Aunque la violencia contra la mujer separarse en forma permanente de la pareja que las existe en casi todas partes, se encuentran ejemplos maltrata. Por lo general, esto ocurre cuando la vio- de sociedades preindustriales en las cuales la vio- lencia llega a ser lo bastante grave como para que lencia en la pareja prácticamente no existe (73, 74). exista el convencimiento de que el compañero no Estas sociedades son un testimonio de que las va a cambiar, o cuando la situación comienza a afec- relaciones sociales pueden organizarse de tal ma- tar notablemente a los hijos. Las mujeres también nera que se reduzca al mínimo la violencia contra han mencionado que el apoyo emocional y logístico la mujer. de la familia o los amigos desempeña una función En muchos países, la prevalencia de la violencia crucial en su decisión de dar por terminada la rela- doméstica varía sustancialmente entre zonas veci- ción (61, 63, 66–68). nas. Estas diferencias locales a menudo son mayores Según las investigaciones, dejar una relación que las diferencias nacionales. Por ejemplo, en el de maltrato es un proceso, no un acto aislado. La estado de Uttar Pradesh (India), el porcentaje de mayoría de las mujeres se separan y regresan va- los hombres que admitieron que golpeaban a su rias veces, antes de tomar la decisión de concluir esposa varió de 18% en el distrito de Naintal a
  • 11. 106 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD 45% en el distrito de Banda. La proporción de los que un hombre cometa actos de violencia contra que obligaban físicamente a la esposa a que acepta- su pareja. Con todo, esta información debe consi- ra las relaciones sexuales varió de 14% a 36% entre derarse incompleta y sumamente tentativa. Pueden los distritos (cuadro 4.4). Tales variaciones plan- faltar varios factores importantes porque ningún tean una pregunta interesante e imperiosa: ¿qué estudio ha examinado su importancia, mientras que hay en esos ámbitos que pueda explicar las grandes otros quizá solo sean elementos correlacionados de diferencias en las agresiones físicas y sexuales? la agresión de la compañera y no sean factores Recientemente, los investigadores se han inte- causales verdaderos. resado más en explorar tales preguntas, aunque los datos recabados hasta ahora resultan insuficientes Factores individuales para acometer la tarea. Lo que sabemos actualmente Hace poco, Black et al. examinaron la bibliografía de los factores que determinan la prevalencia de la de ciencias sociales de los Estados Unidos y el Ca- violencia en la pareja se basa en gran parte en nadá acerca de los factores de riesgo de agredir fí- estudios realizados en los Estados Unidos y el Ca- sicamente a la pareja (76). Solo examinaron los nadá, por lo cual quizá no sea forzosamente estudios que consideraron metodológicamente só- aplicable a otros ámbitos. Se conocen varios estu- lidos y que se basaban ya fuese en una muestra re- dios basados en la población realizados en países presentativa de la comunidad o en una muestra en desarrollo, pero su utilidad para investigar los clínica con un grupo testigo apropiado. De este aná- factores de riesgo y los factores protectores está li- lisis surgieron varios factores demográficos, de an- mitada por su diseño transversal y por la escasa tecedentes personales y de personalidad vinculados cantidad de factores predictivos que exploran. En de manera uniforme con la probabilidad de que general, los datos científicos actuales se inclinan un hombre agrediera físicamente a su pareja. Entre demasiado a investigar los aspectos individuales en ellos, se encontró sistemáticamente que la edad lugar de los elementos comunitarios o sociales que joven y los ingresos bajos eran factores vinculados pueden determinar la probabilidad del maltrato. con la probabilidad de que un hombre fuese vio- En efecto, si bien empieza a formarse el consen- lento con su compañera. so de que una acción recíproca de los factores per- Algunos estudios han encontrado una relación sonales, coyunturales, sociales y culturales se entre la agresión física y la combinación de medi- combina para causar el maltrato (55, 75), aún es ciones sobre el nivel socioeconómico y educativo, limitada la información acerca de los factores más aunque los datos no son del todo coherentes. El Es- importantes. En el cuadro 4.5 se resumen los factores tudio de Salud y Desarrollo de Dunedin (Nueva Ze- que se consideran relacionados con el riesgo de landia) —uno de los pocos estudios longitudinales de cohorte de nacimiento para ex- CUADRO 4.4 plorar la violencia de pareja— com- Variaciones en las actitudes masculinas y uso notificado de la violencia, probó que la pobreza familiar en la distritos seleccionados de Uttar Pradesh, India, 1995–1996 – niñez y la adolescencia, el bajo ni- Distrito Tamaño Proporción de hombres que: de la Admitieron Estuvieron Admitieron Le pegaron vel de instrucción y la delincuencia muestra (N) obligar a la de acuerdo en haber a su esposa agresiva a la edad de 15 años ser- esposa a tener que, si la esposa pegado a en el último vían para predecir en gran medida relaciones desobedece, hay la esposa año sexuales que pegarle (%) (%) el maltrato físico de la compañera (%) (%) por los hombres a la edad de 21 años Aligarh 323 31 15 29 17 (77). Este estudio ha sido uno de Banda 765 17 50 45 33 los pocos que han evaluado si los Gonda 369 36 27 31 20 Kanpur Nagar 256 14 11 22 10 mismos factores de riesgo predicen Naintal 277 21 10 18 11 la agresión por parte de las mujeres Fuente: reproducido de la referencia 6 con el permiso de la editorial. y los hombres contra su pareja.
  • 12. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 107 CUADRO 4.5 Factores asociados con el riesgo de que un hombre maltrate a su pareja Factores individuales Factores de la relación Factores comunitarios Factores sociales • Edad joven • Conflicto matrimonial • Sanciones débiles • Normas tradicionales • Beber en exceso • Inestabilidad del matrimonio de la comunidad contra de género • Depresión • Dominio masculino la violencia doméstica • Normas sociales que apoyan • Trastornos de la personalidad en la familia • Pobreza la violencia • Poca instrucción • Presiones económicas • Poco capital social • Ingresos bajos • Mal funcionamiento familiar • Haber presenciado o sufrido violencia cuando niño Antecedentes de violencia en la familia El Salvador, España, India, Indonesia, Nicaragua, Entre los antecedentes personales, la violencia en Sudáfrica y Venezuela también hallaron una rela- la familia de origen ha surgido como un factor de ción entre el riesgo de una mujer de ser víctima de riesgo especialmente poderoso de agresión mascu- la violencia y los hábitos de su pareja relacionados lina en la pareja. Estudios efectuados en Brasil, Cam- con el alcohol (9, 19, 79–81, 86, 87). boya, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salva- Sin embargo, hay considerable debate acerca de la naturaleza de la relación entre el consumo de alco- dor, España, Estados Unidos, Indonesia, Nicaragua hol y la violencia, y si este es verdaderamente causal. y Venezuela encontraron que las tasas de maltrato Muchos investigadores creen que el alcohol opera eran mayores entre las mujeres cuyo esposo había como un factor coyuntural, que aumenta las proba- sido golpeado de niño o había presenciado cuan- bilidades de que se produzca la violencia al reducir do su madre era golpeada (12, 57, 76, 78–81). Aun- las inhibiciones, nublar el juicio y deteriorar la ca- que los hombres que maltratan físicamente a su pacidad del individuo para interpretar indicios (88). esposa suelen tener antecedentes de violencia, no Beber en exceso también puede aumentar la violen- todos los niños que presencian malos tratos o son cia del compañero al dar pábulo a discusiones entre objeto de ellos se convierten en adultos que mal- las parejas. Otros autores alegan que el nexo entre la tratan a otros (82). Una pregunta teórica importan- violencia y el alcohol está determinado culturalmen- te aquí es la siguiente: ¿qué distingue a los hombres te y solo existe en circunstancias en que la expecta- capaces de establecer relaciones sanas y sin violen- tiva colectiva es que el beber causa o excusa ciertos cia, a pesar de las adversidades afrontadas en la ni- comportamientos (89, 90). En Sudáfrica, por ejem- ñez, de los que maltratan a su compañera íntima? plo, los hombres hablan de consumir alcohol de manera premeditada para hacerse de valor y propi- Consumo de alcohol por los hombres nar a su compañera la golpiza que, según les parece, Otro marcador de riesgo de la violencia en la pareja se espera socialmente de ellos (91). que aparece de manera especialmente uniforme en A pesar de que hay opiniones contradictorias diferentes circunstancias es el consumo de bebidas acerca del papel causal desempeñado por el abuso alcohólicas por los hombres (81, 83–85). En el me- del alcohol, se ha comprobado que las mujeres que tanálisis de Black et al. mencionado antes, cada es- viven con bebedores empedernidos corren un ries- tudio que examinó el consumo de alcohol o la go mucho mayor de que este las agreda físicamen- ingestión excesiva de bebidas alcohólicas como un te, y que los hombres que han estado bebiendo factor de riesgo de violencia en la pareja encontró infligen una violencia más grave en el momento de una asociación significativa; los coeficientes de una agresión (57). Según la encuesta de violencia correlación variaron de r = 0,21 a r = 0,57. Las contra la mujer realizada en el Canadá, por ejemplo, encuestas basadas en la población realizadas en Bra- las mujeres que vivían con bebedores empederni- sil, Camboya, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, dos presentaban cinco veces más probabilidades de
  • 13. 108 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD ser agredidas por su compañero que las que vivían Factores comunitarios con hombres que no bebían (19). Se ha encontrado en general que un nivel socioeco- nómico alto ofrece cierta protección contra el ries- Trastornos de la personalidad go de violencia física hacia la pareja íntima, si bien Varios estudios han intentado identificar si ciertos hay excepciones (39). Los estudios de una gama factores o trastornos de la personalidad están vin- amplia de ámbitos revelan que, aunque este tipo culados sistemáticamente con la violencia contra la de violencia física contra la pareja afecta a todos los pareja. Estudios efectuados en el Canadá y los Esta- grupos socioeconómicos, las mujeres que viven en dos Unidos revelan que los hombres que agreden a la pobreza la padecen en forma desproporcionada sus esposas es más probable que sean emocional- (12, 19, 49, 78, 79, 81, 92–96). mente dependientes e inseguros y tengan poca Aún no está claro por qué la pobreza aumenta el autoestima, y es más probable que tengan dificul- riesgo de violencia: si es debido a los ingresos bajos tades para controlar sus impulsos (33). Comparados en sí o a otros factores acompañantes, como el haci- con sus pares no violentos, también tienden a ma- namiento o la desesperanza. Para algunos hombres, nifestar más ira y hostilidad, a deprimirse y a sacar vivir en la pobreza con toda probabilidad genera puntuaciones altas en ciertas escalas de trastornos estrés, frustración y un sentido de ineficacia por no de la personalidad, incluidos los trastornos de per- haber logrado cumplir con su papel culturalmente sonalidad antisocial, agresiva y limítrofe (76). Aun- esperado de proveedores de sus familias. También que las tasas de trastornos psicopatológicos por lo puede aportar motivos para las desavenencias general son mayores en los hombres que maltratan matrimoniales o hacer más difícil que las mujeres a sus esposas, no todos los hombres que infligen den por terminada una relación violenta o insatis- malos tratos físicos presentan tales trastornos psi- factoria por otras razones. Sean cuales fueren los cológicos. La proporción de las agresiones por la mecanismos precisos, es probable que la pobreza pareja vinculadas con trastornos psicopatológicos actúe como un “marcador” de diversas condiciones suele ser relativamente baja en entornos donde este sociales que se combinan y aumentan el riesgo con tipo de violencia es común. que se enfrentan las mujeres (55). La forma en que una comunidad responde a la Factores de la relación violencia en la pareja puede influir en los niveles En el plano interpersonal, el marcador más unifor- generales del maltrato en esa comunidad. En un me que ha surgido respecto de la violencia en la estudio comparativo de 16 sociedades con tasas pareja son los conflictos o desavenencias matrimo- altas y bajas de violencia en la pareja, Counts, Brown niales. En todos y cada uno de los estudios exami- y Campbell encontraron que las sociedades con los nados por Black et al., los conflictos matrimoniales niveles más bajos de violencia en la pareja eran las se relacionaron desde moderada hasta firmemente que preveían sanciones de la comunidad contra esta con la violencia masculina contra la pareja (76). y aquellas donde las mujeres maltratadas tenían ac- También se encontró que tales conflictos prece- ceso al amparo, en forma de albergues o apoyo fa- dían a la violencia en la pareja en un estudio basa- miliar (73). Las sanciones o prohibiciones de la co- do en la población de mujeres y hombres realizado munidad podían adoptar la forma de sanciones en Sudáfrica (87) y en una muestra representativa legales formales o de presiones morales para que de hombres casados en Bangkok (Tailandia) (92). los vecinos intervinieran si una mujer era golpea- En este último estudio, el conflicto verbal de los da. Este contexto de “sanciones y amparo” permite cónyuges tuvo una relación significativa con la agre- proponer la hipótesis de que la violencia infligida sión física a la esposa, incluso después de controlar por la pareja alcanzará su nivel más alto en las socie- el estado socioeconómico, el nivel de estrés del dades donde la situación de las mujeres se halla en esposo y otros aspectos relacionados con el matri- un estado de transición. En los lugares donde las monio, como el compañerismo y la estabilidad (92). mujeres tienen una categoría socioeconómica muy
  • 14. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 109 baja, la violencia no es “necesaria” para hacer cum- recurren habitualmente a la violencia para resolver plir la autoridad masculina. Al contrario, en los sitios sus conflictos. El segundo factor predictivo de im- donde las mujeres tienen mejor situación socioeco- portancia en este estudio de la frecuencia del mal- nómica, probablemente habrán logrado suficiente trato físico de la esposa fue la ausencia de grupos de poder conjunto para cambiar los roles tradicionales trabajo formados exclusivamente por mujeres. Le- de género. La violencia en la pareja, por lo tanto, vinson postula la hipótesis de que la presencia de suele alcanzar el punto más alto cuando las mujeres grupos de trabajo femeninos brinda protección con- empiezan a desempeñar papeles no tradicionales o tra el maltrato físico de la esposa porque proporcio- entran a formar parte de la fuerza de trabajo. na a las mujeres una fuente estable de apoyo social, Se ha propuesto que varios otros factores de la así como la independencia económica respecto de comunidad posiblemente influyan en la incidencia su esposo y de la familia. general de la violencia por la pareja, pero pocos de Diversos investigadores han propuesto varios ellos se han sometido a pruebas empíricas. Un estu- otros factores que quizá contribuyan a que haya dio múltiple en curso patrocinado por la Organiza- tasas mayores de violencia de pareja. Se ha argu- ción Mundial de la Salud en ocho países (Bangladesh, mentado, por ejemplo, que esta forma de violen- Brasil, Japón, Namibia, Perú, la República Unida de cia es más común en los lugares donde hay o ha Tanzanía, Samoa y Tailandia) está recopilando datos habido recientemente guerra u otros conflictos o sobre varios factores a nivel de la comunidad para alteraciones sociales. En los lugares donde la vio- examinar su relación posible con la violencia por la lencia se ha vuelto común y los individuos tienen pareja. Esos factores son los siguientes: acceso fácil a las armas, las relaciones sociales —in- • Las tasas de otros delitos violentos. cluidos los roles del hombre y la mujer— se alteran • El capital social (véase el capítulo 2). con frecuencia. Durante esas épocas de trastorno • Las normas sociales relacionadas con la vida económico y social, las mujeres son a menudo más íntima familiar. independientes y asumen mayores responsabilida- • Las normas de la comunidad relacionadas con des económicas, mientras que los hombres quizá la autoridad masculina sobre las mujeres. sean menos capaces de cumplir sus funciones cul- El estudio arrojará luz sobre la contribución re- turalmente esperadas de protectores y proveedo- lativa de los factores individuales y a nivel comu- res. Tales factores bien pueden aumentar la violencia nitario a las tasas de violencia en la pareja. en la pareja, pero esto no pasa de ser algo anecdótico y aún no se ha comprobado. Factores sociales Otros autores han señalado que las desigualdades En estudios de investigación realizados en distintas estructurales entre los hombres y las mujeres, los ro- culturas se han encontrado varios factores sociales y les de género rígidos y las ideas de hombría vincula- culturales que podrían dar lugar a mayores grados de da al dominio, el honor masculino y la agresión, violencia. Levinson, por ejemplo, analizó estadísti- aumentan en conjunto el riesgo de violencia en la camente los datos etnográficos codificados de 90 pareja (55). Aunque estas hipótesis parecen razona- sociedades para examinar las modalidades culturales bles, hay que demostrarlas con pruebas sólidas. de maltrato físico de la esposa, explorando los facto- res que distinguen sistemáticamente las socieda- Las consecuencias de la violencia des donde golpear a la esposa es común de aquellas en la pareja donde la práctica es rara o no existe (74). El análisis Las consecuencias del maltrato son profundas, y van de Levinson indica que el maltrato físico de la espo- más allá de la salud y la felicidad de los individuos sa ocurre más a menudo en las sociedades en las cua- para afectar al bienestar de toda la comunidad. Vivir les los hombres tienen poder económico y de toma en una relación violenta afecta al sentido de autoes- de decisiones en el hogar, donde las mujeres no tie- tima de una mujer y a su capacidad de participar en nen acceso fácil al divorcio y donde los adultos el mundo. Diversos estudios han revelado que las
  • 15. 110 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD mujeres maltratadas suelen tener restricciones en CUADRO 4.6 Consecuencias sobre la salud de la violencia masculina cuanto al acceso a la información y los servicios, la en la pareja participación en la vida pública y la consecución de Físicas apoyo emocional por parte de amigos y familiares. Lesiones abdominales y torácicas Moretones e hinchazón No es de sorprender que tales mujeres sean a menudo Síndromes de dolor crónico incapaces de cuidar debidamente de sí mismas y de Discapacidad sus hijos o de tener un trabajo o seguir una carrera. Fibromialgia Fracturas Trastornos del aparato digestivo Repercusiones sobre la salud Síndrome del colon irritable Un acervo cada vez mayor de datos de investiga- Desgarros y abrasiones Lesiones oculares ción está revelando que compartir la vida con un Mengua de las funciones físicas hombre que la somete a malos tratos puede tener Sexuales y reproductivas una repercusión profunda sobre la salud de una Trastornos del aparato genital mujer. La violencia se ha vinculado con un sinnú- Esterilidad Enfermedad inflamatoria de la pelvis mero de resultados de salud diferentes, tanto in- Complicaciones del embarazo, aborto espontáneo mediatos como a largo plazo. En el cuadro 4.6, Disfunción sexual basado en datos de la bibliografía científica, se re- Enfermedades de transmisión sexual, entre ellas la infección por el VIH/SIDA sumen las consecuencias que se han asociado con la Aborto practicado en condiciones peligrosas violencia masculina en la pareja. Aunque la violen- Embarazo no deseado cia puede tener consecuencias directas sobre la sa- Psíquicas y del comportamiento Abuso de alcohol y otras drogas lud, como sufrir una lesión, ser víctima de la vio- Depresión y ansiedad lencia también aumenta el riesgo de que una mujer Trastornos de los hábitos alimentarios y del sueño tenga mala salud en el futuro. Del mismo modo que Sentimientos de vergüenza y culpabilidad las consecuencias del consumo de tabaco y alcohol, Fobias y trastorno por pánico Inactividad física ser víctima de la violencia puede considerarse un Poca autoestima factor de riesgo de una variedad de enfermedades Trastorno por estrés postraumático y afecciones. Trastornos psicosomáticos Hábito de fumar Ciertos estudios revelan que las mujeres que han Comportamiento suicida y daño autoinfligido sufrido maltrato físico o sexual en la niñez o la vida Comportamiento sexual riesgoso adulta experimentan mala salud con mayor frecuen- Consecuencias mortales Mortalidad relacionada con el SIDA cia que otras mujeres en lo que respecta al funcio- Mortalidad materna namiento físico, el bienestar psíquico y la adop- Homicidio ción de otros comportamientos de riesgo, como Suicidio son el tabaquismo, la inactividad física y el abuso de alcohol y otras drogas (85, 97–103). El antece- Se enumeran a continuación las conclusiones de- dente de haber sido víctimas de la violencia pone rivadas de las investigaciones actuales acerca de las a las mujeres en mayor riesgo de: consecuencias generales del maltrato sobre la salud: – depresión; • La influencia del maltrato puede persistir mucho – intentos de suicidio; tiempo después que este ha cesado (103, 104). – síndromes de dolor crónico; • Cuanto más grave es el maltrato, mayores son – trastornos psicosomáticos; sus efectos sobre la salud física y mental de – lesiones físicas; una mujer (98). – trastornos del aparato digestivo; • Los efectos con el transcurso del tiempo de – síndrome del colon irritable; diferentes tipos de maltrato y de episodios – diversas consecuencias para la salud reproduc- múltiples de maltrato parecen ser acumulati- tiva (véase más adelante). vos (85, 99, 100, 103, 105).
  • 16. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 111 Salud reproductiva inadvertida, de la mortalidad materna. En un estu- Las mujeres que viven con un compañero violento dio reciente que abarcó 400 pueblos y siete hos- tienen dificultades para protegerse de embarazos no pitales en Pune (India), se encontró que 16% de deseados y de enfermedades. La violencia mediante las defunciones durante el embarazo eran el resul- relaciones sexuales forzadas puede desembocar tado de este tipo de violencia (118). El estudio directamente en un embarazo no deseado o en también reveló que 70% de las defunciones mater- infecciones de transmisión sexual, incluida la nas en esta región por lo general no se registraron, infección por el VIH; también, indirectamente y que se clasificaron mal 41% de las defunciones puede dificultar la capacidad de la mujer de usar registradas. La muerte de la mujer embarazada a anticonceptivos, en especial condones (6, 106). Los manos de su pareja también se ha identificado como estudios revelan sistemáticamente que la violencia una causa importante de defunciones maternas en doméstica es más común en las familias numerosas Bangladesh (119) y en los Estados Unidos (120, 121). (5, 47, 49, 50, 78, 93, 107). Por consiguiente, los in- La violencia en la relación de pareja también tiene vestigadores han supuesto por mucho tiempo que muchos vínculos con la epidemia creciente de SIDA. el estrés de tener muchos hijos aumenta el riesgo de En seis países de África, por ejemplo, el temor al la violencia; pero datos recientes obtenidos en Ni- ostracismo y la violencia doméstica consiguiente caragua indican que, en realidad, la relación quizá fue una razón importante de que las mujeres em- sea la inversa. En efecto, en ese país centroamericano barazadas se negaran a hacerse la prueba del VIH o el inicio de la violencia precede en gran medida al no regresaran para conocer el resultado (122). De nacimiento de muchos hijos (80% de la violencia manera análoga, en un estudio reciente de trans- comienza en los cuatro primeros años del matrimo- misión del VIH entre heterosexuales de la región nio), lo cual indica que la violencia quizá sea un rural de Uganda, las mujeres que informaron haber factor de riesgo de tener muchos hijos (9). sido obligadas a tener relaciones sexuales contra su La violencia también ocurre durante el embara- voluntad en el año precedente presentaban un ries- zo, con consecuencias no solo para la mujer sino go ocho veces mayor de contraer la infección por el también para el feto en desarrollo. Estudios basa- VIH (123). dos en la población realizados en Canadá, Chile, Egipto y Nicaragua han encontrado que entre 6% y Salud física 15% de las mujeres que alguna vez han tenido pa- Obviamente, la violencia puede producir lesiones reja han sido maltratadas física o sexualmente du- que varían desde cortes y equimosis hasta la disca- rante el embarazo, generalmente por su pareja (9, pacidad permanente y la muerte. Ciertos estudios 48, 49, 57, 78). En los Estados Unidos, los cálculos basados en la población muestran que entre 40% y de maltrato durante el embarazo varían entre 3% y 72% de las mujeres que han sido maltratadas física- 11% de las mujeres adultas y hasta 38% de las ma- mente por su pareja han sufrido lesiones en algún dres adolescentes de bajos ingresos (108–112). momento de sus vidas (5, 9, 19, 62, 79, 124). En el La violencia durante el embarazo se ha acompa- Canadá, 43% de las mujeres lesionadas de esta ma- ñado de (6, 110, 113–117): nera recibieron atención médica y 50% de las le- – aborto espontáneo; sionadas tuvieron que ausentarse del trabajo (19). – inicio tardío de la atención prenatal; La lesión, sin embargo, no es el resultado físico – mortinatalidad; más común del maltrato por la pareja. Son más comu- – parto y nacimiento prematuros; nes los “trastornos funcionales”, una gran cantidad – lesiones fetales; de dolencias que a menudo no tienen causa médica – bajo peso al nacer, causa destacada de mortali- discernible, como el síndrome del colon irritable, la dad infantil en el mundo en desarrollo. fibromialgia, los trastornos del aparato digestivo y La violencia masculina hacia la pareja represen- diversos síndromes de dolor crónico. Hay estudios ta una proporción sustancial, pero en gran parte que vinculan sistemáticamente tales trastornos con
  • 17. 112 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD el antecedente de maltrato físico o sexual (98, 125– Aunque la violencia masculina en la pareja no 127). Las mujeres que han sido maltratadas también afecta uniformemente a la probabilidad general de experimentan una mengua del funcionamiento fí- que una mujer esté empleada, sí parece influir en sico, más síntomas físicos y permanecen mayor nú- sus ingresos y en su capacidad de conservar un tra- mero de días en cama por comparación con las no bajo (139, 142, 143). En un estudio efectuado en maltratadas (97, 98, 101, 124, 125, 128). Chicago (Estados Unidos), se encontró que las mujeres con antecedentes de haber sido víctimas Salud mental de la violencia en la pareja solían haber experi- Las mujeres maltratadas por su pareja padecen más mentado períodos de desempleo, haber cambiado depresión, ansiedad y fobias que las no maltrata- con mayor frecuencia de trabajo y haber sufrido das, según estudios realizados en Australia, Estados más problemas de salud físicos y mentales que po- Unidos, Nicaragua y Pakistán (129–132). De modo dían afectar a su desempeño laboral. También per- parecido, las investigaciones indican que las muje- cibían ingresos inferiores y mostraban una tenden- res maltratadas por su pareja presentan mayor riesgo cia significativamente mayor a recibir asistencia de suicidio e intentos de suicidio (25, 49, 133–136). social del Estado que las mujeres que no informa- ron el antecedente de violencia por la pareja (143). Uso de los servicios de salud De igual manera, en un estudio realizado en Mana- Dados los efrectos a largo plazo de la violencia en la gua (Nicaragua) las mujeres maltratadas ganaban 46% salud de las mujeres, aquellas que han sido maltra- menos que las mujeres que no informaron sufrir tadas tienen mayores probabilidades de ser usua- maltrato, incluso después de controlar otros factores rias a largo plazo de los servicios de salud, lo que que podrían influir en los ingresos (139). acrecienta los costos de la asistencia sanitaria. Estu- dios realizados en los Estados Unidos, Nicaragua y Repercusiones en los hijos Zimbabwe indican que las mujeres que han sufri- Los hijos a menudo están presentes durante los al- do agresión física o sexual, ya sea en la niñez o en la tercados domésticos. En un estudio hecho en Ir- edad adulta, usan los servicios de salud con más landa (62), 64% de las mujeres maltratadas dijeron frecuencia que las mujeres no maltratadas (98, 100, que sus hijos presenciaban habitualmente la vio- 137–140). Por término medio, las víctimas de mal- lencia; lo mismo declararon 50% de las mujeres trato presentan más operaciones quirúrgicas, visi- maltratadas en Monterrey (México) (11). tas médicas, estancias hospitalarias, visitas a farma- Los hijos que presencian la violencia matrimo- cias y consultas de salud mental a lo largo de sus nial presentan mayor riesgo de sufrir una amplia vidas que las no maltratadas, aun después de tener gama de problemas emocionales y de conducta, en cuenta los posibles factores de confusión. entre ellos ansiedad, depresión, mal rendimiento escolar, poca autoestima, desobediencia, pesadillas Repercusiones económicas de la violencia y quejas sobre la salud física (9, 144–146). En efec- Además de sus costos humanos, la violencia impo- to, estudios realizados en los Estados Unidos y el ne una carga económica enorme a las sociedades Canadá indican que los hijos que presencian desde el punto de vista de la productividad perdi- episodios violentos entre sus padres presentan con da y el mayor uso de los servicios sociales. Entre las frecuencia muchos de los mismos trastornos mujeres que tomaron parte en una encuesta en Nag- conductuales y psicológicos de los niños que son pur (India), por ejemplo, 13% tuvieron que re- maltratados directamente (145, 147). nunciar al trabajo remunerado debido al maltrato, Datos recientes indican que la violencia tam- luego de perder un promedio de siete días labora- bién puede afectar directa o indirectamente a la les por incidente, y 11% no habían podido realizar mortalidad en la niñez (148, 149). Un grupo de las tareas domésticas debido a un incidente de vio- investigadores de León (Nicaragua) encontró que, lencia (141). después de controlar otros factores de confusión
  • 18. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 113 posibles, los hijos de mujeres que habían sido mal- A pesar de más de 20 años de activismo en el tratadas física y sexualmente por su pareja presen- campo de la violencia contra la mujer, es notable taban seis veces más probabilidades de morir antes que tan pocas intervenciones se hayan evaluado de los 5 años de edad que los hijos de mujeres que rigurosamente. En efecto, el examen reciente de no habían sido maltratadas. El maltrato infligido los programas para la prevención de la violencia por la pareja representó hasta un tercio de las muer- familiar en los Estados Unidos efectuado por el Con- tes entre los niños de esa región (149). En otro sejo Nacional de Investigación encontró solo 34 estudio que se hizo en los estados indios de Tamil estudios que habían intentado evaluar las inter- Nadu y Uttar Pradesh, se encontró que las mujeres venciones relacionadas con el maltrato infligido que habían sido golpeadas mostraban una tenden- por la pareja. De ellos, 19 centraron su atención en cia significativamente mayor que las mujeres no la aplicación de la ley, lo cual refleja la marcada in- maltratadas a haber presentado mortalidad infantil clinación de los funcionarios gubernamentales por o pérdida del embarazo (aborto provocado, aborto recurrir al sistema penal para hacer frente a la vio- espontáneo o mortinato), aun después de contro- lencia (150). La investigación sobre intervenciones lar factores predictivos bien establecidos de mor- en los países en desarrollo es aún más limitada. Solo talidad en la niñez, como la edad de la mujer, el hay un puñado de estudios que hayan intentado nivel educativo y el número de embarazos anterio- examinar críticamente las intervenciones actuales. res que acabaron en un nacido vivo (148). Entre ellos cabe mencionar un examen de los pro- gramas sobre la violencia contra la mujer en cuatro ¿Qué se puede hacer para estados de la India. Además, el Fondo de Desarrollo prevenir la violencia en la de las Naciones Unidas para la Mujer examinó siete relación de pareja? proyectos puestos en práctica en cinco regiones La mayor parte de las investigaciones efectuadas hasta con el financiamiento del fondo fiduciario en apo- la fecha sobre la violencia por la pareja han sido yo de las medidas para eliminar la violencia contra encabezadas por organizaciones de mujeres, con la mujer, con la intención de difundir las enseñan- financiamiento y asistencia ocasional de los go- zas extraídas de esos proyectos (151). biernos. En los sitios donde los gobiernos han to- mado parte —como en Australia, América Latina, Apoyo a las víctimas Estados Unidos, Canadá y partes de Europa—, ha En el mundo desarrollado, los centros para ayuda sido en general como respuesta a exigencias de la de mujeres en crisis y los albergues para mujeres sociedad civil en favor de una acción constructiva. golpeadas han sido la piedra angular de los progra- La primera ola de actividad generalmente ha in- mas de ayuda a las víctimas de la violencia domésti- cluido elementos de reforma jurídica, adiestramien- ca. En 1995, había alrededor de 1 800 programas to policial y establecimiento de servicios especia- de esta clase en los Estados Unidos, 1 200 de los lizados para las víctimas. Docenas de países han cuales proporcionaban albergue de urgencia ade- promulgado leyes sobre la violencia doméstica, más de apoyo emocional, legal y material a las mu- aunque muchos funcionarios aún no conocen las jeres y sus hijos (152). Estos centros generalmente nuevas leyes o son renuentes a aplicarlas. Las perso- facilitaban el contacto con grupos de apoyo y orien- nas que forman parte del sistema (en la policía o el tación psicosocial individual, capacitación laboral, aparato judicial, por ejemplo) comparten con fre- programas para los niños, ayuda para tratar con los cuencia los mismos prejuicios que predominan en servicios sociales y con los asuntos legales, y re- la sociedad en su conjunto. La experiencia ha de- misiones para el tratamiento del abuso de drogas y mostrado reiteradamente que, si no se despliegan alcohol. La mayoría de los albergues y centros de cri- esfuerzos incesantes para cambiar la cultura y las sis en Europa y los Estados Unidos fueron estableci- prácticas institucionales, la mayoría de las reformas dos originalmente por activistas defensores de los legales y normativas surten poco efecto. derechos de las mujeres, aunque en la actualidad
  • 19. 114 • INFORME MUNDIAL SOBRE LA VIOLENCIA Y LA SALUD muchos son administrados por profesionales y re- que la violencia es un asunto privado, familiar. Ade- ciben financiamiento del gobierno. más de introducir leyes nuevas o ampliar las exis- Desde principios de los años ochenta, en mu- tentes, en algunos países desarrollados se han chos países en desarrollo también han surgido al- realizado experimentos para respaldar la legislación bergues y centros de crisis para las mujeres. En la creando tribunales especiales de violencia domés- mayoría de los países hay al menos algunas organi- tica, capacitando a la policía, los funcionarios del zaciones no gubernamentales que ofrecen servi- tribunal y los abogados litigantes, y proporcionan- cios especializados a las víctimas del maltrato y do asesores especiales que ayuden a las mujeres a hacen campaña en su nombre. Algunos países cuen- tratar con el sistema penal. Aunque la evaluación tan con centenares de organizaciones de este tipo. rigurosa de estas medidas ha sido escasa hasta hoy, Sin embargo, el mantenimiento de los albergues es la revisión reciente de las intervenciones contra la costoso, y muchos países en desarrollo han evitado violencia familiar realizada por la Academia Nacio- este modelo estableciendo en su lugar líneas tele- nal de Ciencias de los Estados Unidos concluye: fónicas de asistencia urgente o centros de crisis no “Las pruebas anecdóticas indican que las unidades residenciales que proporcionan algunos de los mis- especializadas y las reformas integrales en los de- mos servicios ofrecidos por los residenciales. partamentos de policía, las fiscalías y los tribunales Donde no es posible organizar un albergue for- especializados han mejorado la experiencia de los mal, las mujeres suelen encontrar otras maneras de niños y mujeres maltratados” (150). tratar las urgencias relacionadas con el maltrato Se están llevando a cabo experimentos similares doméstico. Un método consiste en establecer una en otros sitios. En la India, por ejemplo, los gobier- red informal de “hogares seguros”, por medio de la nos estatales han establecido células de ayuda legal, cual las mujeres en dificultades pueden encontrar tribunales familiares, lok adalat (tribunales del pue- albergue temporal en la casa de algún vecino. Algu- blo) y mahilla lok adalat (tribunales de mujeres). En nas comunidades han designado sus lugares de cul- una evaluación reciente se señala que estos órga- to —templos o iglesias, por ejemplo— como nos son sobre todo mecanismos conciliatorios, que refugio donde las mujeres pueden pasar la noche dependen en forma exclusiva de la mediación y con sus hijos para escapar de un compañero borra- orientación para promover la reconciliación fami- cho o violento. liar. Sin embargo, se ha señalado que estas institu- ciones no son satisfactorias ni siquiera como Recursos jurídicos y reformas legislativas mecanismos conciliatorios y que los mediadores Penalización del maltrato tienden a colocar el bienestar de las mujeres por En los años ochenta y noventa se produjo una ver- debajo del interés del Estado por mantener unidas dadera oleada de reformas legales en relación con a las familias (155). el maltrato físico y sexual infligido por la pareja (153, 154). En los 10 últimos años, por ejemplo, 24 Leyes y normas sobre el arresto países de América Latina y el Caribe han promulga- Después de los servicios de apoyo a las víctimas, las do leyes específicas sobre la violencia doméstica iniciativas para reformar la práctica policial son el (154). Las reformas más comunes incluyen la pena- tipo más común de intervención contra la violen- lización del maltrato físico, sexual y psíquico por cia doméstica. En un principio, lo que se pretendía parte de la pareja, ya sea mediante leyes nuevas so- era adiestrar a la policía, pero cuando esta sola me- bre violencia doméstica o por la modificación de dida resultó en gran parte ineficaz para cambiar el los códigos penales existentes. comportamiento policial, los esfuerzos se encami- El mensaje que transmite tal legislación es que la naron a buscar leyes que prescribieran el arresto violencia por la pareja es un delito y no será tolera- obligatorio en los casos de violencia doméstica y da por la sociedad. Sacarla a relucir públicamente es normas que obligaran a los oficiales de policía a también una manera de echar por tierra la idea de intervenir de manera más activa.
  • 20. CAPÍTULO 4. LA VIOLENCIA EN LA PAREJA • 115 El apoyo al arresto como medio de reducir la el pago de pensión de alimentos o lo obligan a violencia doméstica recibió impulso a partir de un buscar orientación psicosocial o tratamiento para experimento de investigación realizado en 1984 el abuso de sustancias. en Minneápolis (Estados Unidos), en el cual la de- Los investigadores han encontrado que, si bien tención del agresor reducía a la mitad el riesgo de a las víctimas estas órdenes de protección les pare- futuras agresiones durante un período de seis me- cen en general útiles, las pruebas de su eficacia ses, por comparación con las estrategias de separar a disuasiva son contradictorias (161, 162). En un las parejas o asesorarlas para que buscaran ayuda estudio realizado en las ciudades de Denver y (156). Estos resultados se divulgaron ampliamente Boulder (Colorado), en los Estados Unidos, Harrell y dieron por resultado un notable cambio en las y Smith (163) comprobaron que las órdenes de pro- políticas policiales hacia la violencia doméstica en tección eran eficaces por al menos un año para pre- todo Estados Unidos. venir la reaparición de la violencia doméstica, por Los esfuerzos para reproducir los resultados de comparación con situaciones similares donde no Minneápolis en otras cinco zonas del país, sin em- se emitía ninguna orden de protección. Sin bargo, no lograron confirmar el valor disuasivo del embargo, hay estudios que revelan que los arrestos arresto. En los estudios nuevos se comprobó que, por violación de una orden de protección son raros, por término medio, el arresto no era más eficaz lo cual tiende a minar la eficacia de esas órdenes para disminuir la violencia que otras respuestas po- para prevenir la violencia (164). Otra investigación liciales, tales como expedir advertencias o citacio- indica que dichas órdenes pueden mejorar la nes, proporcionar orientación a las parejas o autoestima de la mujer, pero surten poco efecto separarlas (157, 158). El análisis detallado de esos sobre los hombres con antecedentes penales graves estudios también arrojó algunos otros resultados (165, 166). interesantes. Cuando el agresor estaba casado o te- En otros sitios, las comunidades han explorado nía empleo, el arresto disminuía las agresiones; pero técnicas como el avergonzamiento público, la or- si estaba desempleado y no se había casado, el arres- ganización de piquetes frente a la casa o el lugar de to en realidad conducía al aumento del maltrato en trabajo del agresor o la imposición de servicio co- algunas ciudades. La repercusión del arresto tam- munitario como castigo por el comportamiento bién varió según la comunidad. El arresto resultaba abusivo. En la India, los activistas con frecuencia or- disuasivo para los hombres que vivían en comuni- ganizan dharna, una especie de avergonzamiento pú- dades con poco desempleo, independientemente blico y protesta, delante de la casa o el lugar de trabajo de su situación laboral individual; los sospechosos de los hombres que maltratan a su mujer (155). que vivían en zonas con gran desempleo, sin embar- go, eran más violentos después del arresto que cuan- Comisarías atendidas solo por mujeres policías do solo habían recibido una advertencia (159). Estos Algunos países han experimentado con las comisa- resultados han llevado a algunos a poner en tela de rías de policía atendidas solo por mujeres, una in- juicio la idoneidad de las leyes de arresto obligato- novación que comenzó en el Brasil y ahora se ha rio en zonas de pobreza concentrada (160). difundido en toda América Latina y partes de Asia (167, 168). Aunque es una iniciativa encomiable Sanciones alternativas en teoría, las evaluaciones muestran que ha trope- Como opciones frente al arresto, algunas comuni- zado hasta la fecha con muchos problemas (155, dades están experimentando con otras formas de 168–172). Si bien la existencia de una comisaría desarraigar el comportamiento violento. Un méto- atendida exclusivamente por mujeres policías au- do basado en el derecho civil consiste en expedir menta el número de mujeres maltratadas que con- órdenes judiciales que prohíben a un hombre en- curren a ella, es frecuente que en esos lugares no se trar en contacto con su compañera o maltratarla, le cuente con los servicios que estas necesitan, como ordenan dejar el domicilio conyugal, le imponen son la orientación y el asesoramiento legales. Además,