1. Desmontar una unidad de CD-ROM para limpiar
su interior es una operación de mantenimiento
recomendable. Con ello se evitarán los errores de
lectura (o escritura, en el caso de las grabadoras)
provocados por las partículas de polvo que con el
tiempo se depositan en el interior de estos
dispositivos.
2. Para efectuar la limpieza de la unidad se
necesita, básicamente, alcohol o algún
producto de limpieza especial para
componentes electrónicos; bastoncillos de
algodón; un paño suave; un destornillador de
estrella y otro plano pequeños; un par de
pinceles (uno mediano, número 10 por
ejemplo; y otro pequeño, del número 2) y un
clip sujetapapeles.
3. Normalmente las unidades ópticas de 5 1/4
pulgadas, como los lectores de CD-ROM,
grabadoras o DVD, suelen montarse mediante
una serie de pestañas a presión y sujetarse
con una placa metálica en la parte inferior, de
manera que los únicos tornillos que deberán
extraerse son, por regla general, los cuatro
pequeños tornillos de la parte inferior.
4. Una vez extraída la chapa inferior hay que ir, poco a poco,
descalzando las cuñas para liberar la chapa superior en
forma de “U” que rodea la unidad. Lo habitual es extraer
primero el plástico del frontal con el fin de liberar la
chapa, para lo que habrá que usar el clip, previamente
desdoblado, ejerciendo con él una cierta presión en el
interior del orificio de extracción de emergencia de la
parte delantera y sacando un poco hacia afuera la bandeja
del dispositivo. Tras ello ya se podrá descalzar el marco
frontal, presionando en sus dos pestañas laterales y en la
superior, en caso de haberla. Tras retirar el frontal,
bastará con presionar las pestañas negras de los laterales
utilizando el destornillador plano, levantando con cuidado
la chapa hasta liberarla completamente.
5. Tras dejar las entrañas de la unidad al descubierto
y con la bandeja ya liberada, se debe retirar el
plato que sujeta los discos mientras giran en el
interior de la unidad. Este plato puede ser
rectangular o semicircular, como el de la imagen.
En cualquier caso, será necesario ejercer presión
sobre otro juego de pestañas para extraerlo,
dejando al descubierto la óptica y el mecanismo
que mueve el láser adelante y atrás.
6. Este es un detalle de la lente y el mecanismo de la óptica de la unidad.
Puede limpiarse cualquier parte del dispositivo, incluido por supuesto el
carro de la lente y todos sus engranajes. Es posible incluso engrasar con
un bastoncillo y lubricante especial para componentes electrónicos las
guías por las que viaja la lente, con lo que se facilitan las operaciones de
lectura y escritura y se reduce la fricción (y por tanto el calentamiento)
de la unidad. Lo único que no se debe tocar bajo ningún concepto es la
misma lente del láser. Para limpiarla se recurrirá a un CD limpiador
especial una vez montada la unidad. De no hacerlo así podría
descalibrarse la óptica del láser, con lo cual la unidad quedaría inservible
(no obstante, no es tan sensible como para descalibrarse, por ejemplo,
con un toqueaccidental de uno de los pinceles o del bastoncillo).
7. Finalmente se procede a extraer la bandeja
para limpiarla cómodamente y garantizar que
no se golpea ninguno de los elementos
internos de la unidad. Para liberar la bandeja
basta con hacer presión sobre las pestañas
laterales que ejercen de tope, tras lo cual
podrá retirarse fácilmente.
8. La limpieza interna de un dispositivo óptico requiere
paciencia y meticulosidad. La bandeja acostumbra a estar
bastante sucia, algo especialmente perjudicial al ser la
parte que permanece en contacto con los discos cuando
estos se depositan en la unidad. Por tanto, con ella deberá
usarse primero el pincel mediano para eliminar el polvo
superficial y luego el paño suave humedecido con alcohol
para quitar la suciedad y la grasa. También se puede
aprovechar para adecentar el marco del frontal de la
misma forma.
9. Para el interior de la unidad, sin embargo, se debe recurrir al
pincel pequeño primero, y luego a los bastoncillos, a los
que también se puede aplicar algo de alcohol. Lo más
importante es evitar la tentación de soplar el polvo, por
mucha suciedad que se vea, ya que el aliento húmedo o
las gotas de saliva pueden acabar por averiar
componentes internos, muy sensibles a la humedad. La
limpieza correcta del dispositivo podrá requerir un tiempo
de entre media hora y una hora en función de lo sucio que
esté. Debe evitarse a toda costa actuar de manera
apresurada.