La música ha tenido una íntima relación con la especie humana desde la prehistoria. Para el hombre primitivo, el movimiento y el sonido eran las señales que distinguían la vida de la muerte. En los ritos de vida y muerte de la prehistoria, la danza y el canto representaban símbolos de la vida, mientras el silencio era símbolo de la muerte. El hombre primitivo encontraba música en la naturaleza, su propia voz y mediante el uso de objetos rudimentarios como huesos, cañas y conchas