En una sociedad eminentemente agrícola como la nuestra la caballería fue fundamental ayuda tanto para el trabajo diario como para el transporte. La tragedia económica y emocional que suponía la pérdida de un caballo llevó a nuestros antepasados a asociarse con el fin de mitigar la pérdida. Este Reglamento perteneció a Francisco Mingarro Garcés, fallecido en Cuartell el 10/04/1929, casado con Ana María Pérez Marí, sin que dejaran descendientes de este matrimonio.