Este resumen describe una fábula sobre una gallina que quería experimentar ser el rey del gallinero. Se disfrazó de gallo y engañó al verdadero gallo para que le enseñara cómo gobernar. Cuando tuvo que resolver un conflicto entre dos gallinas peleando por un polluelo, se dio cuenta que no sabía cómo hacerlo. Fue descubierta y castigada con la adopción del polluelo, aprendiendo que no debe fingir ser algo que no es.
1. FÁBULAS,MITOS Y DEMÁS EXPRESIONES
CONTEMPORÁNEAS
AUTOR: DAVID FRANCISCO CAMARGO HERNÁNDEZ
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LA GALLINA QUE QUERÍA SER REY
Una gallina deseando experimentar ser rey, un disfraz de gallo se colocó y fingiendo ser forastera al
gallinero arribó. A su encuentro salieron pollos, gallinas y un gallo que la abordó. ¿Qué vienes a
hacer aquí?. Molesto el gallo preguntó: ¿acaso no sabes que sin mi consentimiento a éste aprisco no
puedes ingresar?. Disculpe mi atrevimiento replicó la falsa gallina, he venido a saludar y recibir
consejo práctico del arte de gobernar. Soy un gallo que hace poco he emplumado y no tengo
experiencia en pollera manejar. Satisfecho el gallo con la explicación sonrió cruzándole el ala
conduciéndolo al interior, una vez allí le hizo esta proposición: como estoy algo cansado te voy a
instruir, para que cuides mi corral mientras me tomo un descanso, así el oficio practicando
aprenderás. Pasaron algunos días en los que le enseñó cómo hacerlo, llegando por fin la hora de
dejarlo solo al mando. La gallina disfrazada de gallo le correspondió resolver el complejo caso de dos
gallinas que peleaban por la posesión de un vástago, como era instruida se acordó de la solución
dada por el rey Salomón, sugiriendo dividir la criatura para dar el pleito por terminado y cuál sería
su sorpresa al ser acogida su propuesta en el acto. Desesperada no sabía cómo echarla abajo. Como
un rayo fue volando en busca del rey con tan mala suerte que se le cayó el disfraz de gallo. Así que
todo era una farsa no eras ningún gallo, dijo el viejo soberano, sujetándola de la cresta le propinó
severa muenda y la llevó a resolver el caso. Arrebató al infante de las alas de la gallina que lo tenía
en su canto porque al escuchar sus relatos ninguna lo convenció que del crío fuese algo y como
castigo a la gallina que se había disfrazado de gallo, el rey obligó a adoptarlo, así aprendió a no
meterse en líos, quedándole como lección la crianza del “polluelo”. Quien de artimaña se valga para
cumplir su cometido, si no termina mal, termina comprometido.