RIESGOS DE LA FISIÓN NUCLEAR EN EL
¿QUÉ ES LA FISIÓN NUCLEAR?
La fisión nuclear es la reacción en la que el
núcleo de un átomo pesado, al capturar un
neutrón incidente, se divide en dos o más
núcleos de átomos más ligeros, llamados
productos de fisión, emitiendo en el proceso
neutrones, rayos gamma y grandes
cantidades de energía.
RIESGOS EN LA SALUD DE LA POBLACIÓN
El peligro en la salud de las personas
relacionado con esta fuerza es la radiación
que produce. Dado que puede afectar
gravemente y pueden desencadenar en
diferentes enfermedades para la sociedad.
Causa defectos genéticos.
Provoca cáncer, sobretodo de tiroides, ya
que esta glándula absorbe el yodo,
aunque también provoca tumores
cerebrales y cáncer óseo.
Problemas en la médula ósea, que a su
vez causa leucemia o anemia.
Malformaciones fetales.
Infertilidad.
Debilita el sistema inmune, lo que
provoca más riesgo de sufrir infecciones.
Problemas gastrointestinales.
Problemas mentales, sobretodo
ansiedad ante la radiación.
En concentraciones altas o prolongadas
causa la muerte.
RIESGOS EN EL MEDIO AMBIENTE
Emisiones de CO2
Las emisiones de gases de efecto invernadero
provocados por la energía nuclear de fisión son
pequeños en relación a aquellos asociados con el uso
del carbón, pero adicionalmente existen riesgos
catastróficos: La posibilidad de que el
recalentamiento del combustible libere cantidades
masivas de los productos de la fisión hacia el
ambiente.
Utilización de agua
Las centrales nucleares necesitan de enormes
cantidades de agua que sirven como refrigeración
para evitar que se llegue a temperaturas peligrosas.
Esta agua se coge de ríos o del mar, haciendo que
muchas veces, junto con el agua, entren animales
marinos. Una vez se ha utilizado el agua para
refrigerar, esa se devuelve a su medio, pero con una
temperatura más elevada. Esto puede provocar
cambios en la temperatura marina que acaben con
las plantas y animales que habitan en esas aguas.
Residuos Nucleares
Pero el problema principal de la energía nuclear son
los residuos nucleares pueden pasar miles de años
antes de que empiecen a dejar de ser radiactivos,
suponiendo un peligro latente para la flora y fauna del
planeta. A día de hoy, se encierran en los cementerios
nucleares, sellándolos y aislándonos bajo tierra o en el
fondo del mar. El problema es que se trata de una
solución cortoplacista y que no es definitiva, ya que el
periodo de radiactividad de estos residuos es más
largo que la propia vida de sus "cajas protectoras".