1. La historia lo registra que en 1921 el gobierno del General Rafael López Gutiérrez
toma la decisión de construir un monumento que serviría de marco para la
conmoración del primer centenario de la Independencia Nacional.
Los indicativos llegan a la Calle Real de Comayagüela. Luego se van más allá, a su
extremo sur. Aquí se le conocía como Barrio Concepción.
La idea es montar en una base hexagonal de cuatro metros desde la base, una
pirámide de piedra cantera rosada de doce metros en el mero centro de la calle
que desemboca en el puente Guacerique.
Los preparativos se empiezan y se fija la fecha en que sería inaugurado con
bombos y platillos. Se trata de una fecha muy especial: El primer centenario de un
hecho histórico.
Los habitantes de los alrededores miran con buenos ojos la magnitud de la obra y
esperan ansiosos el día de su culminación. El General Gutiérrez da la orden que
se agilicen los trabajos para que El Obelisco sea inaugurado la fecha fijada.
En los seis lados del pedestal se colaron, en la parte de enfrente, el escudo de la
Federación centroamericana. En las otras caras los escudos del los cincos países
del Istmo.
El área del parque, para darle mayor vistosidad a la nueva obra se colocaron a su
alrededor arriates y bancas de cemento para que los visitantes descansaran.
En aquellos años, a las áreas verdes se les daba el mantenimiento que merecían.
No sólo en este lugar, sino en todos los parques de Tegucigalpa y Comayagüela
por lo que era muy bonito ir a pasear con las familias los fines de semana y
disfrutar de aquel clima agradable de la capital de un ayer.
Sus bosques en sus alrededores cubiertos de árboles y pinos. Se respiraba un aire
de paz y tranquilidad, que aunque siempre es relativa, dista mucho de la que hoy
nos rodea.