4. De repente
percibe el
inconfundible el
aroma
de tamales
recién hechos,
calientitos …
5. Para él no
había nada
mejor
en el mundo
que los
tamales
de su mujer
Chepa.
6. Haciendo un esfuerzo
sobrehumano, baja las
escaleras y al tiempo que
se dirige al comedor
se va impregnando del
vaporcito que le lleva el
aroma a masa de maíz,
carne de puerco y de
pollo, que desde la
cocina emanaba.
7. Llega hasta la
mesa de madera
donde se
encontraban
extendidos los
suculentos
tamales,
9. Tratando de no
desplomarse,
hace por voltear la
vista y alcanza a ver
a su mujer con un
rodillo macizo de
madera en la mano,
diciéndole:
- Ni se te ocurra,
cabrón...,
¡Son pal velorio!