La música y los videos se han convertido en bienes digitales que se pueden descargar fácilmente de Internet. Esto ha cambiado la industria del entretenimiento, ya que las personas ahora pueden acceder a contenido sin costo alguno a través de sitios piratas o servicios de suscripción con acceso ilimitado por una tarifa mensual. Aunque la piratería sigue siendo un problema, los servicios legales de transmisión y descarga han logrado satisfacer la demanda de los consumidores de forma legal.