Tres hijos se reunieron y compartieron los regalos que le habían dado a su madre. El primero construyó una casa grande, el segundo le dio un Mercedes, y el tercero le regaló un loro que podía recitar la Biblia completa, lo que su madre más disfrutaba. La madre luego les escribió cartas agradeciéndoles, pero señalando que la casa era muy grande para ella, que ya no podía conducir, pero que el loro había sido el regalo más útil.