1. Um hombre vivía en el desierto,
tenía cuatro hijos adolescentes.
Queriendo que sus hijos aprendieran
la valiosa lección de no juzgar con precipitación,
los envió para una tierra donde había muchos
árboles. Pero los envió en diferentes
épocas del año.
2. El primer hijo se fue en el invierno,
el segundo en la primavera,
el tercero en el verano
y el más joven en el otoño.
3. Cuando el último de ellos regresó, el
padre los reunio y les pidio que cada
uno relatara lo que había mirado,
cómo eran los árboles de aquel lugar.
4. El primero dijo que los árboles eran feos, medios doblados, sin ningún
atractivo. El segundo en desacuerdo dijo que en verdad los árboles eran muy
verdes y llenos de botones, parecían tener un buen futuro.
5. El tercero dijo que los dos estaban equivocados, pues los árboles estaban
repletos de flores, con un aroma increíble y una apariencia maravillosa!
Ya el más joven en desacuerdo con todos dijo que los árboles estaban tan
llenos de frutos que hasta se curvavan.
6. Entonces, aquel padre explicó a sus hijos adolescentes que todos
ellos estaban correctos.
La verdad es que, los cuatro vieron los mismos árboles, pero en
diferentes estaciones de aquel mismo año.
7. Entonces, les
dijo que no se
puede juzgar un
árbol apenas por
una estación.
Al igual que no
se puede juzgar
a una persona
apenas por una
face de su vida.
8. Si usted desiste cuando llege el
“invierno”, se va a perder las promesas
de la primavera, la belleza del verano
y la plenitud del otoño.
9. No permita que el dolor de apenas una “estación” destruya la alegría de
todas las otras. No juzgue la vida por apenas una fase.
10. Persevere a través de los caminos
dificultosos y con seguridad épocas
mejores vendrán!