2. Aprender, enseñar y educar, plantar, preservar,
proteger, separar y reciclar, informar, colaborar,
respetar, crear, cambiar… algunos de los muchos
verbos que utilizamos frecuentemente cuando
hablamos de preservar el medio ambiente. Vamos a
ver cómo deberíamos interpretarlos.
3. Aprender: pasamos toda la vida aprendiendo. No hay que cerrarse
a aprender algo nuevo todos los días. Al contrario, aprender
enriquece nuestras vidas. Aprender cómo hacer composta, por qué
es importante saber qué hacer con los residuos reciclables, qué
hacer frente al cambio climático, cómo comer bien y mantenernos
saludables.
Enseñar y educar: es nuestra tarea compartir con los demás lo
que hemos aprendido; por eso esta columna, por eso las escuelas
enseñan ahora a los niños cómo separar la basura, qué hacer con
las pilas usadas, hacer arte de productos reciclables, entre muchas
otras cosas, como parte básica de su educación.
4. Plantar: muchos ya hemos participado o visto cómo, a través de los
programas de reforestación, cantidades de pequeños árboles han sido
plantados en zonas de nuestro estado. De manera personal, muchos de
nosotros también hemos plantado árboles en jardines o en macetas,
cuidándolos para verlos crecer. Plantar árboles es una práctica común y
muy necesaria para producir oxígeno, absorber carbono, crear hábitats
para la fauna, crear sombra para nosotros y apoyar el ciclo de la vida.
Preservar: tenemos la suerte de vivir en una zona maravillosamente verde
donde las plantas y los árboles crecen con ganas. Sin embargo, es un
crimen ver cómo todavía hay personas y gobiernos que autorizan la tala de
árboles maduros. Es un crimen también ver los incendios forestales que
son provocados por la estupidez humana y que consumen miles de
árboles. La preservación de nuestro ambiente es primordial.
Proteger: si no protegemos nuestro ambiente, dejaremos un mundo
inhabitable para las futuras generaciones. Tenemos que proteger las
barrancas, los ríos, los campos, los árboles, las plantas, toda la flora y la
fauna que nos rodean y los mantos acuíferos, para crear un mundo decente
y saludable.
5. Separar y reciclar: nuestro mundo está lleno de basura, no sólo en el
suelo sino en los ríos, en el campo, en la esquina de la calle donde
vivimos, en los océanos. Si fuéramos más responsables separando y
reciclando nuestros residuos, este problema tan agudo se habría resuelto.
Acuérdate de esos famosos verbos que empiezan con R: Reciclar, Reducir,
Reusar, Rechazar, Reparar, Rehacer, Recoger, Reaccionar…
Informar: la información para actuar de manera responsable en cuanto a
la protección del medio ambiente está disponible para todos, en línea, en
las escuelas, en las bibliotecas, en la radio, en la televisión, en libros, en
folletos... Infórmate para aprender las mejores prácticas ecológicas.
Colaborar: es a través de la colaboración que podremos hacer algo
contundente. Juntos logramos mucho más que si actuamos solos.
Sumarnos a los esfuerzos para mitigar las consecuencias del cambio
climático y para reducir la contaminación de la tierra, el aire y el agua es
algo que tenemos que hacer, colaborando y formando un equipo gigante
de acción positiva.
6. Respetar: adoptar como base de nuestra educación ecológica el amor y el
respeto por el planeta Tierra y el agua. Sin agua no hay vida, sin agua
desaparecerá la Tierra como la conocemos. Respetar nuestro ambiente,
sobre todo el líquido vital, es más urgente que nunca y que nada.
Crear: utiliza tu creatividad para volverte más ecológico: usa los frascos
de vidrio como floreros o para guardar comida; convierte tus residuos
orgánicos en composta, desde las hojas y las flores hasta todo lo que sale
de la cocina al preparar la comida, incluyendo las servilletas, el papel
estraza, los granos de café, las bolsas de té; crea nuevos hábitos y
costumbres para desarrollar una auténtica conciencia ecológica.
Cambiar: no hay que tener miedo al cambio sino aceptarlo con los dos
brazos, con nuestro cerebro, con los ojos abiertos y totalmente dispuestos
a hacer cambios en la vida personal de cada uno de nosotros para mejorar
nuestra situación global. Cambiar nuestros hábitos para consumir menos
agua y energía, cambiar nuestra manera de pensar, cambiarnos a nosotros
mismos para ser más responsables con nuestro planeta Tierra, antes de que
sea demasiado tarde.