Este documento trata sobre la importancia de ser el conductor de tu propia vida y no dejar que otros dirijan tus decisiones. Señala que muchas personas culpan a otros por sus fracasos en lugar de asumir la responsabilidad por sus propias acciones. También menciona que lograr el éxito a menudo requiere perseverar a través de fracasos temporales y que tener fe en un ser superior puede brindar paz durante los momentos difíciles. Alentar al lector a disfrutar el viaje de la vida y conducir su propio camino hacia
3. Anécdota “Cuando conduzco el coche, me molesta que quien está junto a mi, me diga que camino tomar, que me detenga o ¡cuidado! Yo soy el conductor. Yo se porque hago lo que hago. Y el conductor es el único que lo sabe. Nunca hago caso de quien quiere decirme como manejar, porque por eso pasan accidentes”. Escuché que le respondía un hombre a su amigaComo un rayo, comparé las similitudes que tiene este ejemplo con nuestra vida.
4. Nuestro coche se llama “vida” Todos somos los conductores de nuestra propia vida. Desafortunadamente, muchos no asumen esa responsabilidad. ¿Por qué siguen escuchando los consejos de otros, cuando no están satisfechos con los resultados? Simple. Es más fácil culpar a otros de sus fracasos, que ser responsables de sus decisiones.
5. Nadie puede esperar tener éxito en lo que le gusta con tan solo unos intentos. La historia está llena de hombres que estuvieron peleando por sus ideas, y que después de fracasos temporales, obtuvieron el éxito. La sensación de libertad, de asumir el control del volante de tu vida, te dará una seguridad y energía interior que no tiene precio.
6. Caminante no hay camino, se hace camino al andar Para un militar, su orgullo son las heridas de guerra. Y para el hombre de negocios, platicar de sus fracasos, antes de alcanzar la cima. Aunque las derrotas temporales te causen dolor… cuando sean cosa del pasado, te divertirá recordarlas. Le dará más valor a tu éxito.
7. La fe en un Ser Supremo también ha sido muy importante para mi. Me ha dado la paz y serenidad necesarias cuando parece que mi mundo se voltea de cabeza. Te invito a que experimentes la emoción de conducir el coche de tu vida. Disfrútalo a tu ritmo, a tu manera ¡Y condúcelo hasta las estrellas! Pon a Dios en tu vida y mejórala cada ves más