El documento discute el avance de las tecnologías de la información y la comunicación, las políticas públicas en América Latina para reducir la brecha digital, y los cambios en los escenarios educativos. Aborda conceptos como la Sociedad de la Información y la Sociedad del Conocimiento, y cómo la pandemia aceleró la incorporación de las TIC en la educación de forma disruptiva. También analiza problemas como el analfabetismo digital y la necesidad de fomentar la inclusión digital a través de las políticas públicas.
Macroentorno de las TICS, el desarrollo de políticas publicas y pedagogías emergentes
1. El macroentorno de las tecnologías de la
información y la comunicación, el
desarrollo de políticas públicas y
pedagogías emergentes
Ortiz, Romina ortizrominaevelin@gmail.com
Alchapar, Ivana ivana.alchapar@gmail.com
Resumen
¿Brecha digital? ¿Inclusión digital? Son algunos de los cuestionamientos que tiene la Sociedad
de la Información, o también conocida como Sociedad del Conocimiento. En el presente artículo
se abordan estas cuestiones, se vincula con una mirada postpandemia y se contempla a la
Sociedad de la Información y a la del Conocimiento en repetidas ocasiones como un todo y otras
como una inclusión de conceptos, tales como las pedagogías emergentes. Siguiendo esta línea se
vincula el uso de las TIC en educación con las pedagogías emergentes, con los cambios
sustanciales en los escenarios sociales y la consecuente incidencia en el ámbito educativo con
relación al entorno habitual o tradicional de la enseñanza y aprendizaje. Se establece además que
una de las consecuencias más importantes de la Sociedad del Conocimiento es la transformación
de los espacios y lugares para el aprendizaje. Se considera el aprendizaje “sin costuras”, la
ubicuidad y los entornos personales de aprendizaje como pilares fundamentales de los nuevos
espacios formativos. Además, se establece que las pedagogías que emergen deben posibilitar y
fomentar la eliminación de los muros del conocimiento dotando a las personas de la capacidad
suficiente para enfrentarse a un aprendizaje a lo largo y ancho de la vida.
Palabras claves: Sociedad. Brecha digital. Sociedad del conocimiento. Sociedad de la
Información. Pedagogías emergentes. Políticas públicas. Tecnologías emergentes.
Aprendizaje. Entornos personales de aprendizaje.
Introducción
En este artículo se presentan cuestiones como el avance del desarrollo tecnológico, las políticas
públicas que se han llevado a cabo en el último tiempo en el contexto latinoamericano con
intenciones de reducir la brecha digital. Se plantean diversas discusiones y planteamientos que
refieren a la Sociedad del Conocimiento (Finquelievich) y a la Sociedad de la Información
(Castells), partiendo de que el acceso a las mismas es concebido como un Derecho Humano.
Las principales problemáticas en torno al complejo contexto social, son el analfabetismo digital,
la falta de conectividad y/o recursos que se vieron agudizados con la pandemia y que, sin duda,
afectaron de manera directa al ámbito de la educación. Se pone foco además en analizar si los
cambios introducidos en el aula a través de las Tecnologías de Información y Conocimiento (en
adelante, TIC), son realmente funcionales a una nueva pedagogía, si representan un cambio
innovador o si se traduce en una simple incorporación de recursos digitales manteniendo las
vetas tradicionales de la enseñanza. Al hablar de cambios innovadores se hace referencia no sólo
2. al cambio de recursos utilizados por el docente en las aulas, si no a la capacidad de plantear
nuevos diseños de clases, nuevas formas de relaciones interpersonales, fomentar el desarrollo de
habilidades y competencias que permitan a los estudiantes desenvolverse en la sociedad actual y
afrontar sus desafíos. En este sentido se aborda el significado actual del conocimiento y los
cambios que supone el lugar y los tiempos para el aprendizaje a través de la caracterización del
aprendizaje “sin costuras”, la ubicuidad y los entornos personales de aprendizaje como pilares
fundamentales de los nuevos espacios.
1. Una mirada generalizadora de la Sociedad de la Información y las
políticas públicas
Hoy a mediados de 2022, y habiendo transitado una pandemia a nivel mundial, es posible
revisar, cuestionar y replantearnos: ¿formamos parte de la Sociedad de la Información? Por
consiguiente, empezaremos realizando un análisis macro. Para ello es necesario definir de qué
hablamos cuando nos referimos a Sociedad de la Información: Una sociedad en la que la
principal fuente de valor y riqueza no proviene de la actividad industrial ni agraria, sino que es
producto de la creación, distribución y tratamiento de la información (Castells,
2001;Finquelievich, 2009. Citado en Feldman, 2014, p.16). Nos resulta interesante retomar la
aclaración de Finquelievich que aparece en Feldman (2014) en relación a la Sociedad de la
Información versus Sociedad del Conocimiento. Diferentes autores deciden tomar el término
Sociedad del Conocimiento y no Sociedad de la Información, ya que consideran que el concepto
Sociedad de la Información se basa en los avances de la tecnología, mientras que El concepto de
sociedad del conocimiento es mucho más amplio, y abarca las dimensiones sociales, éticas y
políticas ( Finquelievich et.al, 2010. Citado en Feldman 2014, p. 16).
El rápido desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC), con relación al
acceso a los servicios de telefonía móvil e Internet, a la incorporación de computadores en las
actividades cotidianas, y al desarrollo de servicios y aplicaciones electrónicas, tomó de sorpresa
a las sociedades y gobiernos de todo el mundo. La pregunta inmediata que surge es,
¿estuvimos/estamos todos posicionados en igualdad de condiciones ante el inminente desarrollo
tecnológico? la respuesta inmediata es, no.
Existe un escenario de inequidad en el acceso a la información y el conocimiento, es por ello
que se plantearon, previo a la pandemia, políticas públicas activas con la capacidad de fomentar
la inclusión digital, democratizar el acceso a la información y el conocimiento, y potenciar la
innovación productiva, social y tecnológica. Un ejemplo de esto lo encontramos en Feldman
(2014) quien realiza una revisión y comparación de políticas públicas en diferentes sectores de
América Latina, establece que en el año 2000 la Unesco creó el programa “Información para
Todos” (IFAP), un programa intergubernamental que se propone articular las políticas y
programas de desarrollo en vistas a mejorar la equidad en el acceso a la información.
Rescatamos además en el mismo texto un fragmento del artículo 191 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, La libertad y habilidad para recibir y procesar la
información constituyen una necesidad y un derecho humano básico (UNESCO, 2010, p. 22) a
3. través del cual se refuerza la idea de que, para poder estar incluidos en esta sociedad, el acceso a
la información y el conocimiento resultan aspectos centrales.
En América Latina las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) plantearon un
nuevo foco de políticas públicas, cuando aún no habían sido cubiertas áreas tradicionalmente
consideradas como prioritarias para el desarrollo de estas. Si bien los países compartían la visión
de considerar a las TIC como insumos para el desarrollo económico y social, el enfoque
prevaleciente fue el de masificación de estas tecnologías, más que el de su incorporación y
asimilación en las distintas actividades de la vida en sociedad. De esta forma, primó un enfoque
de desarrollo de las TIC por sobre el desarrollo sustentado en estas tecnologías. Creemos que,
para los países de la región, el llevar a cabo políticas públicas en este ámbito ha constituido un
proceso de aprendizaje, que con más o menos altibajos continúa hasta el día de hoy. Es evidente
que esta tarea implica la maduración y reformulación de las políticas tradicionalmente
concebidas, para hacer frente a una temática altamente dinámica, que impone retos a la gestión e
institucionalidad pública, y que es afectada por distintos factores, internos y externos a dicho
proceso. Tal es el caso de la pandemia provocada por el SARS COV 19. Retomemos lo que
informaba la Unesco al respecto:
La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha provocado una crisis sin
precedentes en todos los ámbitos. En la esfera de la educación, esta emergencia ha dado lugar
al cierre masivo de las actividades presenciales de instituciones educativas en más de 190
países con el fin de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto (NU.
CEPAL-UNESCO, 2020, 2020, p. 1).
En ese contexto se dio lugar a la incorporación forzosa e inmediata de las TIC en educación. Si
bien en algunos sectores estos cambios ya habían iniciado, la pandemia provocó una innovación
disruptiva. En Adell y Castañeda (2012) encontramos una caracterización de este término. La
implicancia del mismo es que, para que haya un cambio disruptivo este cambio tiene que ser
radical y repentino de todo el contexto educativo, mutando marcos conceptuales didácticos y de
los propios objetivos de la educación. A fin de comprender cómo se ha dado este fenómeno en el
ámbito educativo, es necesario identificar las razones por las cuales las TIC son un objetivo de
políticas públicas, las brechas existentes entre América Latina y los países desarrollados.
Tomando las ideas expresadas en el texto de Feldman (2014), las políticas públicas para la
educación en la Sociedad de la Información aparecen como un aspecto central dentro de las
Políticas Públicas de la Sociedad de la Información (PPSI). La dimensión educativa constituye
un elemento sustancial a la hora de plantear políticas públicas de desarrollo para la Sociedad de
la Información, ya que es una de las tres racionalidades que explican la necesidad de integrar
TIC a la educación, junto con los aspectos económicos y sociales. Estas PPSI surgen en América
Latina como respuesta al impacto de las diferencias socioeconómicas.
Feldman (2014) plantea que el contexto Latinoamericano cambió de modo sustancial, y que vale
la pena resaltar que la región ha experimentado un crecimiento económico notable, ya que se
adquirieron divisas para emprender políticas sociales y educativas, lo que implicó grandes
4. inversiones. Los gobiernos que integran la región decidieron desarrollar e implementar políticas
públicas en función de los sectores más vulnerables a nivel social. Qué acertado está entonces el
autor cuando plantea que Las políticas educativas con base TIC, cuyo análisis propongo
desarrollar, nacen no solo por la necesidad imperiosa de actualización, modernización y mejora
en la calidad educativa, sino que se ajustan también a un contexto (Feldman, 2014, p 26.) En
Argentina, por ejemplo, se materializó lo antes expuesto a través del Plan “Conectar Igualdad” y
en Uruguay con el “Plan Ceibal”. Estos programas tienen como “objetivo central “reducir la
brecha digital y mejorar la calidad de la educación pública en la escuela secundaria, al promover
valores como la integración y la inclusión social”. (Feldman, 2014, p. 58). Pero, además,
durante la última década del siglo XXI, han surgido nuevas y grandes problemáticas sociales
que afectan a la educación. Feldman (2014) identificaba dos de ellas 6 años antes, el
ensanchamiento de la brecha socio-digital y el analfabetismo digital, hoy a raíz de la pandemia
estas tuvieron un crecimiento exponencial. Veamos cada una de ellas:
● El ensanchamiento de la brecha socio-digital que impide el acceso de un número
significativo de la población a las TIC, se identifica como un tema a resolver por parte de
las políticas públicas.
● El analfabetismo digital del siglo XXI constituye una problemática que no sólo afecta al
sistema educativo, sino que impide democratizar el acceso de los sectores sociales más
vulnerables a los beneficios del desarrollo de la sociedad de la información y el
conocimiento.
Para entender de qué hablamos cuando nos referimos a analfabetismo digital tomamos la
siguiente definición:
El analfabeto digital es el individuo que desarrolla sus actividades personales, educativas y
profesionales sin vincularse con tecnologías o medios digitales, limitando sus acciones y/o
quehaceres a recursos tradicionales y concretos, principalmente relacionados con la lectura y
escritura, centrados en el empleo del lápiz y el papel. (Rosas, 2012. Citado en Feldman,
2014, p. 54).
Es por ello y gracias a la pandemia que se dinamitó el hecho que las políticas públicas de
educación para la Sociedad de la Información deben formar parte de una estrategia general de
políticas públicas que consideren la inclusión digital como un puente de acceso a la información
y conocimiento en la sociedad actual. Feldman (2014) destaca entre sus palabras que, al hablar
de brecha no estamos haciendo alusión solamente al acceso a las TIC, sino al acceso al
conocimiento. La inclusión de las TIC al sistema educativo a través de las Políticas Públicas son
una herramienta necesaria, pero no suficiente para reducir ambas brechas. Aunque sí destaca el
lugar de la escuela como espacio social privilegiado para llevar a cabo estos cambios. Evidencia
además que la razón fundamental por la cual las TIC han ingresado de lleno en los sistemas
educativos obedece a dos dimensiones específicas: la social y la educativa. Establece que, desde
el punto de vista social, el objetivo es reducir la inequidad en los aprendizajes, la enorme
desigualdad en el acceso al conocimiento. Con relación al aspecto pedagógico, el objetivo es
5. mejorar la calidad educativa, entendiendo que los aprendizajes se desprenden de las formas de
enseñanza y que la tecnología puede contribuir a mejorar las mismas.
2. Los cambios en el escenario educativo
Adell y Castañeda (2012) hacen alusión a los grandes cambios que se han dado en el ámbito
educativo en los últimos tiempos. Esos cambios refieren al entorno habitual o tradicional de la
enseñanza y aprendizaje (libros, pizarra, cuadernos, enciclopedias) por la incorporación de las
TIC a las aulas y que han tenido como objetivo preparar a los estudiantes para una nueva
sociedad: la Sociedad de la Información. En términos generales, esos elementos no han sido
incorporados para nada de manera innovadora.
Tal como se observa en la fotografía vemos a un
docente tratando de desarrollar su clase apoyándose en
el elemento que ha sido su compañero fiel en su labor
diaria, el pizarrón. Muchos docentes, quizás por falta
de información, siguen apostando a recursos y objetos
conocidos para el desarrollo de sus clases. No
hablamos de suplantar estos, sino de considerar las
nuevas potencialidades de cada recurso para apostar o
desestimar según el conocimiento a enseñar, a
analizar, a enriquecer. Nos preguntamos ¿Todos los saberes pueden estar mediados por las
tecnologías?
Hoy la mirada postpandemia evidencia el cambio del rol docente, ya deja de ser fuente de todo
conocimiento y pasa a actuar como guía de los alumnos, facilitándoles el uso de los recursos y
las herramientas que necesitan para explorar y elaborar nuevos conocimientos y destrezas, es
decir, toma además un lugar como promotor y desarrollador de los Entornos Personales de
Aprendizaje (PLE) del alumno. Se reformulan los vínculos entre docentes y estudiantes,
apuntando a que ambos estén involucrados, a que sean partícipes de un aprendizaje colaborativo,
por ejemplo, a través del trabajo por proyectos, situaciones problemáticas, toma de decisiones,
desarrollo pensamiento crítico, articulación de diversos campos disciplinares y potenciando
capacidades que son requeridas a nivel social. Nos preguntamos entonces ¿Es este entonces el
nuevo papel que desempeñan los docentes? ¿Y los estudiantes? ¿Se puede reproducir la
interacción que se da en el aula por medios electrónicos?
2.1 ¿Estamos frente a una nueva pedagogía emergente?
Si bien la innovación educativa va más allá de la inclusión de la tecnología, es una gran
herramienta para potenciar los cambios. Resulta entonces inminente que el docente incorpore las
TIC a través de cambios sustanciales, que promueva experiencias innovadoras en los procesos
de enseñanza aprendizaje, apoyándose en las TIC, que plantee cambios de estrategias didácticas
y en los sistemas de comunicación y distribución de los materiales de aprendizaje; es decir, que
se enfoque en los procesos de innovación docente y considere las potencialidades de las
tecnologías.
6. Esta innovación le permite al docente superar los espacios físicos, promover los aprendizajes
colaborativos, potenciar habilidades, capacidades y competencias dentro de la concepción
“aprender a aprender”,” aprender a hacer”, “aprender a vivir juntos” y por último aprender a
ser” (UNESCO, 1996. Citado en Feldman, 2014, p. 125) incorporar la metacognición y
fomentar el compromiso del estudiante con su propio aprendizaje. Plantear posibilidades de
actividades creativas, divergentes y abiertas, que no se queden en la mera repetición. También
permite que la evaluación adopte un margen de tolerancia y que permita evidenciar los
aprendizajes emergentes y no sólo aquellos prescritos por el docente.
2.2.1 ¿Por qué se habla de pedagogías emergentes?
Las pedagogías emergentes son un conjunto de enfoques e ideas pedagógicas que aún no han
sido sistematizadas y que surgen de la incorporación de las TIC en la educación (Adell y
Castañeda, 2012, p. 3), los autores también plantean que es fundamental aclarar que no debemos
confundir el término “emergente” con el concepto de “nuevo” y que una de sus principales
características es el cambio permanente. Al hablar de las características de las pedagogías
emergentes surgen algunas analogías con las tecnologías emergentes. Pero, ¿a qué nos referimos
con tecnologías emergentes? Las tecnologías emergentes (“nuevas” y “viejas”) son “organismos
en evolución”; por tanto, que son la propia tecnología y las prácticas a ella asociadas las que
están en continuo refinamiento y desarrollo (Veletsianos, 2010, citado en Adell y Castañeda,
2012, p. 18).
Podemos decir entonces que la actual Sociedad de la Información, que como ya vimos está
caracterizada por un alto componente tecnológico, debe considerar las tecnologías emergentes
como recursos claves para los procesos de enseñanza-aprendizaje:
Se podría mencionar por ejemplo las posibilidades de realizar clases online, debates en
foros de plataformas virtuales, uso del celular en las aulas, como muchas otras más.
Todos estos son recursos que no “acompañaban” o estaban presentes en una clase
tradicional, por el simple hecho de que no existían como tales. (Garza, 2018. Citado en
Payacan 2009, p. 3,4).
Es por ello, que el autor Payacan, considera necesario que las instituciones educativas analicen
las actuales tecnologías emergentes para describir qué y cómo se pueden utilizar en las aulas a
modo de recurso y herramienta innovadora. El hecho de considerar el qué y cómo radica en la
identificación de pedagogías emergentes, pedagogías que están en constante cambio, desarrollo
y evolución al igual que las tecnologías.
En Adell y Castañeda (2012), se sostiene que las tecnologías emergentes de hoy pueden ser
consideradas como la esperanza del mañana. Una simple idea hoy puede ser mañana la clave de
la transformación de un sector o incluso de un sector educativo (Veletsianos, 2010. Citado en
Adell y Castañeda, 2012, p. 19). Aunque tenemos la tendencia de atribuirles propiedades
mágicas a las tecnologías como salvadoras de todas las problemáticas sociales, incluyendo por
supuesto el ámbito educativo. Se produce así una “sobreexpectación”. Aquí Adell y Castañeda
alertan sobre mantener un grado de escepticismo con los cambios radicales que promete,
7. evidencia de esto la vemos cuando citan:
Sin embargo, aunque es fácil caer en la trampa de creer que las innovaciones de hoy van a
cambiar radicalmente la manera de enseñar y aprender de mañana, es importante
mantener un cierto grado de escepticismo hacia las promesas de cambios revolucionarios.
La historia nos lo ha enseñado una y otra vez (Cuban, 2001. Citado en Adell y Castañeda,
2012).
Además como ejemplo exhiben la analogía entre educación a distancia y la antigua
educación por correspondencia donde hay un alumno, que realiza su proceso de aprendizaje
de manera individual y autónoma, a partir de un material que le fue distribuído por algún
medio (físico, en el caso de recibirlo por correo, o virtual). A través de este ejemplo,
muestran, que no se reconocen cambios significativos entre ambos casos ya que, en las
prácticas pedagógicas de la educación a distancia online, en los roles de los participantes, en
el tipo de relaciones de comunicación que se establecen entre ellos, en el papel y la
formalización del currículum y los contenidos, concluyen que son las mismas en los dos
ejemplos. Una enseñanza basada en la relación entre el aprendiz individual y materiales que
se “distribuyen” por algún medio. (Bartolomé, 1995; Martínez, 2003. Citado en Adell y
Castañeda 2012).
En coherencia con lo postulado, a lo largo de todo este artículo, respecto de las tecnologías
emergentes, las pedagogías emergentes, la Sociedad de la Información y la Sociedad del
Conocimiento, reafirmamos que las consideraciones de estos conceptos son todas necesarias,
prudentes y actuales. Necesarias considerando que el Escenario donde quienes conforman el
alumnado “nacieron” en un mundo hiperconectado (Toboada Vázquez, 2018. Citado en
Payacan, 2009, p. 3). Prudentes y actuales porque la selección y aplicación de tecnologías en un
aula y las pedagogías que a raíz de estas emergen, requieren un análisis y cierta cautela por
ejemplo al considerar el tema o materia específica, al respetar la diversidad y al trabajar las
competencias personales. Payacan (2009) establece que estas son cuestiones trascendentales
para transformar la información en conocimiento, y postula que trabajando de esta manera se
colabora para que sea el propio educando el constructor de su conocimiento. Criterio que
compartimos y consideramos necesario para los docentes del siglo XXI en esta Sociedad del
Conectivismo. En Gros (2015), Siemens plantea la conectividad como el aspecto clave en la
producción del conocimiento en la sociedad actual.
La conectividad en la sociedad actual no sólo ha alterado el sentido y la producción del
conocimiento, sino también los espacios y los tiempos del aprendizaje, rompiendo la
organización social del siglo XX (Gros, 2015, p. 60). Esta misma autora considera que hay tres
conceptos importantes que han irrumpido en el ámbito del aprendizaje y que según lo que
plantea conviene tenerlos en consideración, ya constituyen los pilares básicos de la formación
en la sociedad actual: el aprendizaje sin fisuras, la ubicuidad y los entornos personales de
aprendizaje (Gros, 2015, p. 60).
Según el texto de Gros (2015) interpretamos el aprendizaje sin costura, como una analogía que
8. nos permite pensar en el aprendizaje sin principio y sin fin, y trascender algunos limitantes que
estaban tradicionalmente asociadas al mismo: las vinculadas con el tiempo y el espacio. Se lo
define como:
El aprendizaje que se produce a través de diferentes contextos y forma parte de un viaje de
aprendizaje más amplio que abarca las transiciones de la vida de una persona, desde la
escuela a la universidad o el lugar de trabajo (…). Es cuando una persona experimenta una
continuidad de experiencias de aprendizaje a través de diferentes contextos y tecnologías.
(Sharples et al., 2012. Citado en Gros 2015)
La ubicuidad nos permite pensar múltiples tiempos y múltiples espacios, considerando a estos
como posibles escenarios para aprender, para construir conocimiento y compartirlo, se puede
aprender de todo y de todos (Burbules, 2014. Citado en Gros 2015, p. 61) entran en juego aquí
los entornos personales de aprendizaje (EPA).
La ubicuidad y el aprendizaje sin fisuras plantean a la persona la necesidad de crear espacios
personales para poder tomar implícitamente el control de su propio aprendizaje. Los entornos
personales de aprendizaje (PLEs) tratan de dar respuesta a las necesidades e intereses de
aprendizaje permanente desde la perspectiva de los aprendices (Gros, 2015, p. 61).
Considerar a los EPA, implica pensar al estudiante como eje central del proceso de enseñanza
aprendizaje. Es decir que cada estudiante pueda considerar su propio espacio, su propio entorno,
es decir su propio PLE construido por apps, funciones y recursos con los que más se identifica
para lograr así un mayor dominio. Esto está estrechamente ligado a la modificación constante de
su PLE, donde además de la incorporación tiene que ver con el “aprender algo emocionante”.
A modo de cierre
Para cerrar este artículo nos posicionamos ante una educación para construir, capacitar,
socializar e individualizar en pos de formar sujetos de su propia acción, pero para ello es
necesario borrar fronteras formales e informales, propiciar proyectos abiertos, considerar una
pedagogía de más preguntas que dé respuestas y sin perder de vista que así como nos
posicionamos ante la educación y el conocimiento resulta crucial cerrar este proceso con una
evaluación escolar atenta a los aprendizajes emergentes, a las pedagogías emergentes porque en
este nuevo siglo de la Sociedad del Conocimiento donde los muros del conocimiento cayeron.
Retomando lo que plantea Gros (2015) respecto a la caída de los muros, hace alusión a que se
transfiere la responsabilidad y la “carga” sobre la formación y el aprendizaje recae en los
estudiantes. Establece que esto tiene importantes consecuencias para los profesionales de la
educación, al considerar que:
Las personas precisan una formación que les ayude a vivir en esta sociedad sin muros
evitando la fragmentación, dispersión y un exceso de carga emocional y cognitiva. Para ello,
es muy importante dotar a la persona de capacidades para la autorregulación del aprendizaje.
(Gros, 2015, p. 67)
Finalizando este artículo, proponemos las siguientes preguntas para pensar ¿Son suficientes las
9. políticas públicas orientadas a la Sociedad de la Información para reducir la brecha digital?
Profundizando en las temáticas desarrolladas, también reflexionamos: ¿es posible encontrar un
equilibrio real entre la pedagogía y la tecnología? ¿de qué manera se pueden concretar
cambios reales sin caer en la sobreexpectación de la tecnología? ¿Sirve como base nuestro
actual sistema educativo para acceder a la Sociedad de la información y a la Sociedad del
conocimiento? ¿Es posible dar coherencia a los diseños docentes visibilizando el diseño
pedagógico frente a los recursos digitales? ¿Las tecnologías proporcionan o fomentan un mayor
aprendizaje? ¿Resulta imposible prescindir de lo tecnológico?
Conclusiones y Prospectiva
Los aportes teóricos de los textos analizados en el artículo datan de hace más de 10 años. Para
profundizar nuestro análisis, decidimos tomar los relatos de experiencias personales que se
comparten en el video del Banco Mundial de América Latina y el Caribe (2021).
La brecha digital en América Latina y el Caribe
Allí se refieren diversas situaciones que desnudan esta brecha de la cual hemos venido hablando.
El video presenta diversos casos de trabajadores de América Latina que cuentan en primera
persona cómo fueron afectadas por la pandemia ante la falta de conectividad y dispositivos. No
sólo se relatan las dificultades en cuanto a lo escolar, sino a otros ámbitos que afectaron su vida
limitando muchas otras posibilidades (trabajos, capacitaciones, servicios). Los protagonistas
remarcan que, si antes existían dificultades, la pandemia las agravó.
Coincidimos con Feldman (2014) al considerar que, aunque se visualiza una gran brecha,
también es necesario reconocer que las nuevas generaciones han podido acceder a la tecnología
como nunca antes. Que los niños actuales crecen en un mundo totalmente digitalizado, que
desarrollan competencias nuevas, tal como la competencia digital, que superan en la mayoría de
los casos a los adultos y por qué no reconocer a docentes analfabetos en cuestiones tecnológicas.
Cuando hablamos de analfabetismo tecnológico, nos referimos al escaso o nulo manejo de las
nuevas tecnologías por parte de los docentes y por tanto su ausencia en los procesos pedagógico-
didácticos. Tal como lo mencionamos antes la pandemia visibilizó y excluyó, no solo a chicos
de la educación sino también a docentes de sus clases.
Es necesario a nivel macro, poder contar con políticas públicas que garanticen los derechos de
acceso al conocimiento y a la información, para poder insertar a todos los ciudadanos de manera
justa y equitativa en todos los aspectos sociales. Y el ámbito educativo es un sector clave para
poder reducir estas brechas. A nivel micro, es decir, en el aula, es importante enfocarse y
repensar conceptos como la reflexión, la creatividad, la formación docente continua, el
liderazgo, el trabajo proactivo, el trabajo colaborativo, las relaciones interpersonales, los
tiempos y espacios flexibles y abiertos, el desarrollo de habilidades y competencias.
Esta nueva era digital, y la conectividad de la sociedad nos llevan a repensar nuestras prácticas
docentes, no solo como formadores de personas sino como sujetos inmersos en un sistema
digitalizado. El docente de esta Sociedad del Conocimiento debe ser autónomo, analista y
reflexivo con su labor, con su propio PLE, con las necesidades sociales de los sujetos que forma.
10. Para buscar cercanía con sus estudiantes, sujetos que nacen digitalizados y por ende
“conectados” en este espacio-nodo de la red de interacción global. Sin perder de vista lo más
importante “para formar parte de la actual sociedad”.
Compartimos los siguientes contenidos vinculados a nuestro artículo:
Nube de palabras: https://i.imgur.com/KfbsTl7.png
Video: https://youtu.be/dQugvmznyd4
Infografia:https://www.canva.com/design/DAFEKuCte6g/yYGlAwSTrH2WAtF7b89xaw/view?
utm_content=DAFEKuCte6g&utm_campaign=designshare&utm_medium=link&utm_source=p
ublishsharelink
Obra de arte:https://www.imagine-vangogh.com/acerca-de/?lang=es
Fundamentación de la elección de la obra:
https://drive.google.com/file/d/1eKIQaS8R7SIYGQc5gQRSA0-0fSwbinJp/view?usp=sharing
Bibliografía
- Adell, J. y Castañeda, L. (2012). Tecnologías emergentes, ¿pedagogías emergentes? En J.
Hernández, M. Pennesi, D. Sobrino y A. Vázquez (coord.). Tendencias emergentes en educación
con TIC. Barcelona: Asociación Espiral, Educación y Tecnología. págs. 13-32. ISBN:
978-84-616- 0448-7.
- Banco Mundial en América Latina y el Caribe (video. 2021)
- Feldman, P. (2014). Políticas Públicas de Educación para la Sociedad de la Información en el
Mercosur. Propuestas para profundizar la integración regional en el campo de la Educación.
Buenos Aires. Recuperado el 01 de marzo de 2018. (pp. 16 a la 27 y de la 82 a la 86).
- Gros Salvat, B. (2015). La caída de los muros del conocimiento en la sociedad digital y las
pedagogías emergentes. Education in the knowledge society, Volumen 16 (1), pp. 58-68.
https://www.redalyc.org/pdf/5355/535554757005.pdf
- NU. CEPAL-UNESCO. (2020) La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19.
CEPAL,UNESCO.
https://www.cepal.org/es/publicaciones/45904-la-educacion-tiempos-la-pandemia-covid-19
- Ortega Sánchez, I,. (2009). LA ALFABETIZACIÓN TECNOLÓGICA. Teoría de la
Educación. Educación y Cultura en la Sociedad de la Información, 10(2),11-24.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=201017352003
- Payacan, M,. (2019) Tecnologías emergentes aplicadas en el proceso de enseñanza y
aprendizaje ¿aporte, obstáculo o resistencia?. Tramando Revista. ISSN 2796-9738,
https://tramared.com/revista/items/show/38.