Los colores de época/frontera básicos incluyen tonos terrosos como el marrón, el gris y el verde oliva, que evocan la naturaleza y el paisaje del Lejano Oeste. Estos colores neutros y apagados eran comunes en la ropa y el equipo de los colonos y vaqueros del siglo XIX, y ayudan a crear una atmósfera rústica y atemporal cuando se usan en el diseño y la decoración.