1. REMEMBRANZA DEL DR. MITSUO OGURA IZUMI Y SU TIEMPO
Realizado por el Dr. Héctor Finol (UCV) enmarcado en la develación de la placa dedicada al Dr.
Ogura el 06 de junio de 2003 con motivo de la designación del Centro de Microscopía
Electrónica de la Facultad de Ciencias de la UCV con su nombre.
Ante todo quiero agradecer la deferencia que para mí ha tenido el Consejo del Centro de
Microscopía Electrónica al invitarme a intervenir como orador de orden en este homenaje al Dr.
Ogura y poder expresar mi opinión en relación a su obra y comportamiento como académico y
ser humano.
Con respecto a su obra, queda claro que aun cuando sus asociados contribuimos a la fundación
del Centro, este último no habría podido crearse sin la tenacidad y el empeño del Dr. Ogura.
Para él no había negativa que valiera la pena o escollo insalvable en su afán por construir lo que
para mí fue la obra de su vida.
En relación al Dr. Ogura como académico, sus virtudes fueron múltiples y su contribución a
crear ciencia y a formar personal en el área de la Biología Experimental fue de inestimable valor
para la Facultad de Ciencias y otras Instituciones. Él nos enseñó a amar la Fisiología y ser
capaces de comprender y asimilar los conocimientos de un libro tan intrincado y complejo
como la Fisiología General de Hugh Davson. Asimismo nos enseñó a ser rigurosos en nuestras
mediciones y observaciones, así como honestos en nuestras apreciaciones.
Con respecto al Dr. Ogura como ser humano, nunca olvidaré su comportamiento hacia mi
persona cuando regresé de la URSS en 1966. Yo llegué a Venezuela después de obtener una
Maestría en la que hoy es nuevamente la Universidad de San Petersburgo y sin conocerme, sólo
por algunas conversaciones que tuvimos, me permitió trabajar "Ad honores" en el laboratorio
de microscopía electrónica ubicado en el Instituto de Biología Experimental. Al no conseguir un
cargo en la Facultad de Ciencias, inicié la búsqueda en otros sitios como la Facultad de Ciencias
Veterinarias localizada en Maracay, en donde se había creado un laboratorio de microscopía
electrónica bajo la supervisión directa del Dr. Ogura. Allí se apersonó para apoyar mi entrada en
ese laboratorio. Lamentablemente, mi título era soviético y ello lo impidió, aun cuando
contaba con el aval que significaba para aquella época el prestigio del Dr. Ogura.
Al final conseguí un trabajo en el Centro de Ciencias de la Universidad de Los Andes (año de
1967). Pero allí solo estuve dos años, regresándome a Caracas al no poder trabajar en lo que a
mí me gustaba, como era la microscopía electrónica. Nuevamente, el Dr. Ogura me permitió
trabajar en su laboratorio aunque me informó que no había ninguna plaza vacante, a lo que le
respondí que yo buscaría el cargo, si él me permitía quedarme en el laboratorio. Al poco tiempo
la Profa. Irene Dunia obtuvo una beca para estudiar en Francia y yo gané el concurso de
credenciales en el cargo que ella dejó en el Departamento de Bioquímica y Fisiología.
Otra cosa que le debo agradecer al Dr. Ogura es que siendo el concurso en Fisiología, me ayudó
mucho en el dominio de las prácticas de la asignatura ya que yo no había cursado la carrera en
la UCV. Recuerdo que a eso de las 8 - 9 de la noche me aparecía en su cubículo y le pedía que
por favor verificara si había ensayado correctamente la práctica y si los resultados eran los
2. esperados y pasábamos hasta una hora revisando, por ejemplo, las corridas electroforéticas o
los registros obtenidos en el osciloscopio.
Por dos años estuvimos trabajando en la formación y degeneración del sistema sarco tubular y
los tipos de fibras musculares esqueléticas de los vertebrados. En el aspecto docente y
administrativo fue el período cuando bajo su dirección se fundó el Dpto. de Biología Celular y se
creó la asignatura del pregrado Biología Celular, de la que fuimos profesores varios de sus
asociados. Luego también conté con su aval para ser admitido en la Universidad de Bristol,
Inglaterra en el año 1973. Al regresar en 1976 con el título de PhD, estuve un tiempo en el
laboratorio de Fisiología Animal del IBE, para luego bajar a las nuevas instalaciones del CME en
la Facultad de Ciencias y seguir investigando en microscopía electrónica por casi tres décadas.
ALGUNAS ANÉCDOTAS
- Palabras que me confundieron por cierto tiempo en mis conversaciones con el Dr. Ogura,
fueron tales como "asimetórica" por "asimétrico" o frases como "yo no me comprendo" cuando
algo lo impresionaba en el comportamiento criollo.
- En las publicaciones, el Dr. Ogura solicitaba que lo inscribieran como Mituo Ogura, en tanto
que para cosas administrativas prefería ser tratado como Mitsuo Ogura.
- Recuerdo que una vez invitó a su grupo a pasar el día en el Junko Club para jugar golf. No
puedo olvidar el haber caminado por el campo lo que para mí fueron kilómetros y lo peor del
caso, buscando la pelota que en lugar de caer en el hoyo se iba para el monte y tenía que
buscarla, esperando conseguirme con una culebra. Resulta que el Dr. Ogura llegó al final de la
caminata aproximadamente dos horas antes que yo. Sin embargo, me quedó el consuelo que
luego en el restaurant, con ese tremendo sol que soporté fui capaz de ganarle en el número de
cervezas que me bebí.
- En otra ocasión, nos invitó a su casa en los canales de Río Chico y la pasamos muy bien. Sin
embargo, a eso de las 3:00 pm empezaron a llegar nubes de zancudos. Al principio parecía que
al Dr. no le picaban. Pero de repente entramos en pánico algunos de los invitados y por lo
menos en mi caso, agarré el carro y no paré hasta llegar a Caracas, prometiéndome que por lo
menos conscientemente no iría otra vez a esos canales. Como estas anécdotas hay muchas lo
que sería largo de contar, de vivencias en congresos, cursos y otras actividades en las que
coincidimos en Venezuela y el extranjero.
Finalmente, quiero expresar que con su muerte se fue un Maestro.