Pedrito responde correctamente a una serie de preguntas de doble sentido hechas por su director. A pesar de que las preguntas parecen tener connotaciones sexuales, Pedrito las interpreta de forma inocente y ofrece respuestas apropiadas que dejan al director sorprendido por su inteligencia y capacidad de pensar rápidamente. El director finalmente se da cuenta de que él mismo no pudo responder correctamente a las preguntas y le pide a la maestra que envíe a Pedrito a la universidad.