1. Ya sé que es duro, que estas lejos, tan lejos que no sabes siquiera como es el tacto de la piel
de tu hij@ recién nacid@, que los días son interminables y que el calor y el polvo en unos
casos, o la humedad la nieve y las heladas en otro, hacen un verdadero suplicio la existencia,
imagino, no por conocimiento sino por relatos, lo larga y frías que son tus noches, allí en el
medio de la nada donde la temperatura sube y baja 30c en un solo día, o sencillamente no se
mueve de 0, protegiéndote con lo que tienes y teniendo que velar por la vida de tus
compañeros, me hago una idea, solo eso, de lo cansado que es comer el rancho día a día, de lo
mucho que se añora ese plato hecho con amor por tu madre o tu esposa, puedo imaginar, y
esto si por experiencia, lo duro que es el camastro militar, lo deseoso que estarías de tenderte
en una buena cama a dormir una noche entera tranquilamente y sin sobresaltos, intuyo lo que
se extraña una buena ducha, tranquila sin prisas con agua caliente que conforte tu cuerpo ya
de por si traqueteado por el esfuerzo constante, me hago a una idea aunque no muy realista,
de lo difícil que es conciliar el sueño cuando el repicar de una ametralladora o una explosión
puede interrumpirlo bruscamente, es duro descansar cuando no sabes el tiempo que tienes
para ellos y si en medio de ese “pretendido descanso” te tendrás que poner de pie pegando
tiros porque es tu vida o la del enemigo.
Tu chica o tu chico, ayyyyy…cuanto tiempo, cuanto tiempo en lejanas tierras soñando con
volver, cuánto tiempo pidiendo por regresar y abrazarle y decirle que l@ quieres y que le has
echado mucho en falta, cuanta falta hace porque es así, el reposo al guerrero, porque aunque
seas un profesional altamente entrenado también eres humano, porque el estrés hace mella,
porque el miedo siempre está presente, si, ese que hace que te plantees en ocasiones si el día
siguiente será tu hora o no, ese que se siente al ver caer al compañero, pero también el que te
ayuda a estar alerta y no dejarte sorprender; un paseo, ¿hace cuanto que no lo das? Pero uno
de verdad, no ese dentro del campamento con el arma a cuesta lista para disparar, o ese
recorrido por zonas peligrosas donde no sabes en que recoveco se esconde el enemigo, uno
como debe ser, solo o en compañía, tranquilamente, deteniéndote a tomar algo si te place,
caminando por el boulevard de tu ciudad, contemplando el mar o un maravilloso atardecer, en
fin, haciendo lo que te dé la gana. La patria, tu tierra, la de tus padres y hermanos, en la que
están tu familia tu mujer y tus hijos, cuan lejana parece a veces aunque Internet mitigue en
algo su distancia, que duro el no estar allá, el no saber cómo evoluciona tu retoño, el no poder
besar a los tuyos, el no ser consciente de lo que pasa pero in situ, cuantas ganas de regresar y
llevar una vida normal, como todo hijo de vecino.
A ti, SOLDADO, que elegiste la más dura y a la vez honorable de las profesiones, llegue en este
nuevo año la felicitación de corazón de cuantos creemos que solo tu impagable sacrificio nos
permite dormir tranquilamente en compañía de nuestros seres queridos. A ti, que despreciaste
el peligro, que decidiste que la muerte no es el final sino un camino hacia algo más elevado y
mas allá de cualquier explicación humana, llegue el entrañable reconocimiento y la más sentida
de las devociones, de cuantos te vemos como ese amigo lejano y desconocido que decidido a
entregar lo más grande que se posee, la vida, vela por mí, por los míos, pero también por todos
los demás, en condiciones en las que la mayoría no sería capaz de aguantar ni un solo día. Para
todos ustedes, allí donde estéis, amor, cariño, reconocimiento, consideración, estima, respeto y
todo aquello que es posible dar a alguien que se juega su vida para que mis hijos tengan un
futuro en el que la barbarie y la muerte no sea lo que impere.
¡Feliz Año Nuevo Soldado! Alzo mi copa y brindo en honor a ti y a tus compañeros. Que Dios os
bendiga y os traiga a todos de vuelta a casa.