Un hermano se perdió en la Antártica y tenía que tomar un carro a las 7 am para regresar a casa. Tenía tres caminos para elegir: uno con lobos hambrientos, otro con culebras venenosas, y el último con un vampiro. La solución era tomar el camino del vampiro pero esperar hasta la mañana para irse, porque los vampiros no salen de día y así podría escapar sin problemas. Esto enseña la importancia de razonar antes de actuar para solucionar problemas de manera segura.