3. Cada dos años, Resistencia se entrega a disfrutar la llegada
de escultores dispuestos a participar del evento que la
convirtió en una ciudad con un número notable de obras de
arte en sus calles. Desde orientales hasta porteños, veinte
participantes munidos de motosierras, moladoras y
compresores de aire se entregan a moldear su trabajo
mientras dan forma a una fiesta en que la ciudad sale a la
calle para mirar, tocar, sentir y pensar el arte.