2. La palabra Pereza viene del latín
“pigritia”, formada de la palabra piger
“flojo” y el sufijo itia , que expresa
cualidad. La evolución fonética, de
pigritia a pereza, se puede explicar de
esta manera: El grupo -ti- seguido por
una vocal “pigritia” se convierte en -z-
“pereza”, igual como en: capitia->
cabeza y rationem-> razón. Nótese que
la z no existía en el alfabeto latino
inicial. Solo era usada para transcribir
palabras griegas. Se pronunciaba como
dz. Esa d es la sonorización de t .
3. Es la negligencia, astenia, tedio o
descuido en realizar
acciones, movimientos o trabajos. Se le
conoce también como
gandulería, flojera, haraganería, holgaza
nería; entre otros términos que pueden
incluso llegar a ser peyorativos. La
religión cristiana, clasifica la pereza
como un vicio capital ya que genera
otros pecados, si bien antiguamente se
la denominaba acedía o acidia, concepto
más amplio que tenía que ver con la
tristeza o la depresión.
4. “En la mayoría de los hombres, las
dificultades son hijas de la pereza”
Samuel Johnson
5. En efecto, según los trabajos de Jean
Delumeau, "pereza" traduce primero y
ante todo la acidia, esa "torpeza
espiritual" que caracteriza al creyente
poco activo, el que no se apresura a
rezarle a Dios, a practicar los diversos
ritos, etc.
6.
7. En el siglo XVI, Bruegel pinta los siete
pecados capitales y aplica a la Pereza
esta leyenda: "Los perezosos e
indolentes y todos los holgazanes
siempre están provistos de viento pero
no de dinero" , subrayando su
desaprobación moral de una actitud que
considera irresponsable.
8. No se debe confundir pereza con
ocio, distingue Savater al caracterizar
el séptimo pecado capital. El ocio, ese
tiempo que no se dedica a lo
laboral, puede ser rico en otras
experiencias, afirma el autor de "Ética
para Amador". La pereza, en cambio, es
inactividad y falta de motivación.