El poema describe los regalos simbólicos que la autora le daría a su madre por las cosas que ha hecho por ella: una sonrisa de plata que ilumina su cara cuando la tapa por la noche, una caperuza roja por contarle cuentos, y una colonia fresca por sostener su mano cuando tiene dolor de estómago. El poema concluye agradeciendo a Dios por enviar a su madre como un ángel que siempre la cuida.