1. LAS VIVENCIAS Y VIVIDURIAS DETRÄS DE UNA HISTORIA DE VIDA
Constantemente se menciona, dentro del círculo social en el que nos
desenvolvemos, que se debe crecer con, y en la familia; hasta llegar el momento
de entrar a la etapa de independencia en donde se afronten situaciones con la
responsabilidad y madurez necesaria que reflejen la integración de nuestra
persona a la sociedad.
Cuando se es niño, no se es capaz de tomar decisiones que pueden ser
cruciales en la vida propia, ni decisiones que pretendan marcar la direccionalidad
del destino, siendo así el inicio de ésta historia de vida:
Pocos son los recuerdos que existen en mi mente en torno a la separación
de mis padres. A la edad de tres años y como cualquier otro niño, el jugar, ver
televisión, divertirse ó comer golosinas eran mis actividades del diario y las
prioridades de cualquier niño. Recuerdo que de repente se dio una ausencia de mi
padre y su visita a casa sólo figuraba los fines de semana, con el objetivo de
visitarme. Detrás de ésta vida que empezaba alrededor mío, desconocía un sin fín
de cuestiones que a esa edad tampoco es entendible razonar.
A los veinte años de edad, mi madre concibió a mi hermanastra mayor
afrontando este reto como madre soltera; diez años después, la familia crece con
el nacimiento mi otro hermanastro, pasado algún tiempo, la familia se ve
bendecida nuevamente con la llegada de un nuevo integrante “yo”, concebido por
mí madre y su pareja actual en ese momento. Pasado el tiempo, deciden tomar
caminos diferentes y en ese trayecto, mi vida transcurría normal, como la de
cualquier niño, tenía una familia, iba a la escuela, no me faltaba nada, en fin, todas
mis actividades realizadas eran las que suponía que todo niño tenía.
A mis seis años, recuerdo que mi mamá regresó con su antigua pareja,
retomando su relación, situación que por ningún motivo me incomodaba en lo más
mínimo. Cuestión importante es, que en ese tiempo, mí abuelo enfermó hasta que
finalmente falleció, hecho que detona el rumbo de ésta historia.

2. Al fallecer el abuelo, mi madre decide que su pareja con la que había
retomado su relación viviera con nosotros. En ese momento, todo cambio, aquel
señor que antes de que viviera con nosotros veía en mí un hijo más, cambió por
completo, se empezaban a mostrar las preferencias hacia mí otro hermanastro, él
era el que recibía un poco más de todo lo contrario a lo que pasaba con migo,
sería indulgente mencionar que mi madre seguía igual con migo. Mi hermana
mayor se casa y la cosa fue peor. Enfrenté situaciones que alomejor acontecen en
todas las familias pero, lidiar con discusiones, borracheras, reclamos del que mi
madre me hubiera concebido con otra persona y golpes fueron cuestiones que
marcaron mi vida, sobre todo por las golpizas que me daba a causa de situaciones
que no ameritaban llegar a eso, son precisamente los golpes y las consecuencias
de una situación en particular, lo que da paso a que mi mamá tome la decisión de
mandarme a vivir con mi papá biológico, mismo que era transferido a San Luis
Potosí por cuestiones laborales.
A los siete años, vivía con mi padre y con su familia en S.L.P. una etapa de
las mejores en mí vida, un gran ambiente familiar con mis hermanastros y con la
esposa de mi padre, a quien consideré una gran amiga. Todo fue perfecto, y así
pasaron los años, yo regresaba los fines de semana o en vacaciones con la
finalidad de visitar a la familia y a los amigos, pedirle permiso a mi papá para
quedarme casi todo un mes para la feria estatal. Mi padre fue una persona alegre,
llena de vida, positivo, de todo lo malo lo convertía en experiencia sabia, lo
recuerdo con tal claridad al momento de hablar, un léxico muy nutrido y lleno de
obscenidades y groserías. Sin embargo, una persona profesional, sabia, educada
y con un porte… que no cualquiera. Una persona feliz que siempre se
acompañaba de su botella de tequila, el alma de las fiestas, el gran anfitrión, sin
lugar a dudas el GRAN ÍDOLO que todo hijo puede tener.
Pasa el tiempo y las cosas no podían estar mejor, todo iba de maravilla. mi
padre en su trabajo, mi familia en Zacatecas. Cuando regresaba me veían con
gusto al igual que yo a ellos, mi otra familia siempre feliz, teníamos la fuerza y la
actitud para afrontar cualquier problema juntos, al menos eso parecía. Un día,

3. después de trabajar, mi papá conducía a casa, un coche viajaba a gran velocidad
hasta que de pronto se encontraron impactándose de forma terrible, pareciera que
ahí terminaría todo, pero no fue así. Al contrario, la historia apenas comenzaba y
poco tiempo después surgieron las complicaciones. Los médicos no sabían que
era lo que le pasaba, sólo recuerdo que los dolores eran insoportables al paso de
los días, tras algunas semanas de revisiones y exámenes de laboratorios resultó
lo que nadie quería escuchar; el diagnóstico que los médicos nos entregaban era
un cáncer metastasico en el colon en una cuarta fase, aclarando que no existía
quinta etapa, tan sólo tres meses bastaron para que aquel héroe que yo tenía, que
si lo comparaba con un roble éste se viera vulnerable, se convirtiera algo parecido
a un bebe, que no puede valerse por sí mismo, tras ocho quimioterapias y una
cirugía donde le quitaron gran parte del intestino, aquel hombre tan valioso para
mí… se fue.
A partir de ese momento, las cosas cambiaron en mi vida, las depresiones y
la desintegración familiar no se hizo esperar, su esposa emigró a Durango con sus
hijos y deseándome la mejor de las suertes, me dejó.
En ese entonces, tenía la edad de diecisiete años y el tener libertad y dinero
no era nada bueno, abandoné la prepa, me fui de la ciudad (en mi intento de
probar suerte), llegue a Guanajuato con la intención de montar un negocio y
continuar con mis estudios. Sin embargo, aquella vida de excesos, de soledad y
depresión terminaron por destruirme, las cosas no marchaban bien, estaba sólo y
sin dinero. Abatido por continuar consumiendo alcohol y drogas vendí mis
pertenencias, todo se malbarató por algo de centavos y cuanto todo acabo…
llegue al grado de sólo vivir de agua con azúcar y sal, esto por semanas enteras.
Transcurría un año en el que no tenía contacto con mi familia en Zacatecas, mi
vida se convirtió en la de un mendigo, una etapa en la que puedo decir que dios
alomejor se olvido de mí o donde me tomo tanto en cuenta; que me puso esas
pruebas en mi camino.
Recuerdo que mi vida, si es que puedo llamarla así, en ese momento fue
triste, denigrante y hasta cierto punto vergonzosa. Pensar en el suicidio fue algo

4. que no descarte y si no lo efectúe simplemente fue por falta de valor para hacerlo.
Un día, me encontraba en una gasolinera limpiando parabrisas para poder
comer aunque sea un poco, una camioneta recargaba gasolina y yo le hacia el
servicio de limpieza con mi cuerpo un poco caído en el cofre, el chofer me dió una
propina de cincuenta pesos, nunca lo olvidaré, corrí y compre pan, que si aún no
lo pagaba ya lo había devorado hasta la última miga. Cuando salí de aquel lugar
donde compre el pan, aquel señor de la propina se encontraba estacionado afuera
y no me dejaba de observar, mi mente me traicionaba y comenzaba a divagar, yo
pensé que sería un pervertido que a cambio de unos pesos buscaría algo más y,
que mas daba si ya lo había perdido todo: la dignidad, la voluntad y la vida misma.
Me dirigí a él un poco temeroso y le pregunte ¿se le ofrece algo? a lo que él
respondió con una sonrisa: ¿dónde vives, tienes familia, porqué siendo un niño la
vida te ha abandonado?, ese señor me invito a cenar, me llevo a su casa en la
cual estaba su esposa y su hijo que no creo que haya sido casualidad, era de mi
edad, ellos me alojaron un par de días dándome comida y ropa, yo les conté lo
que pasó en mi vida y el porqué llegue hasta ese punto. Don Manuel, ese ángel
que me tope en el camino, me ofreció llevarme de regreso a Zacatecas a buscar a
mi familia, y después de un largo pensar, de enfrentar mis miedos y realidades…
acepte, el señor aquel me llevo a Zacatecas, directamente hasta la casa de mi
mamá.
Mi madre al verme, se quedó en shock, nadie sabía nada de mi desde un
poco más de un año y medio, el señor le comento en resumen de lo que yo había
pasado y así, simplemente se fue, jamás lo volví a ver. Con ellos, mi otra familia,
comencé otra nueva vida, conseguí empleo y seguí con la escuela, recuerdo que
trabaje en renta de películas, en una compañía de T.V. por cable, entre otros
empleos, termine la preparatoria y recordaba las palabras de mi padre: “Seré el
hombre más feliz del mundo si mi hijo llega a ser un gran medico” y aunque mi
interés se enfocaba en la administración, opte por estudiar medicina, pero a la vez
contabilidad, tal vez mi padre desde el cielo lo conjugo todo a mi favor, termine mi
carrera de contabilidad y a la par me otorgaron una beca para estudiar en Cuba

5. donde residí cuatro años y medio y donde termine mi carrera como médico, de la
cual ahora me siento orgulloso y, al termino de mis estudios, regrese a Zacatecas,
otra vez con mi familia, siempre que decía esto algo pasaba, y en la actualidad
estoy pensando en erradicarlo de mis comentarios pero "nada podía estar mejor".
Después de la tempestad llego la calma, mi bienestar familiar, económico y social
no se comparaba con ningún otro, familia, amigos, trabajo, en pocas palabras feliz,
pero...
Recuerdo que un día comencé con una ligera molestia, se confundiría con
una irritación en el esófago, sin tomarle la importancia que debería, así lo deje, la
molestia fue un poco más persistente, en ese momento, acudí con un amigo
especialista gastroenterólogo y en base a su revisión ordenó estudios que al yo
conocer del tema, en verdad me pusieron a pensar mucho. Después de algunos
estudios por colegas médicos llego el resultado: cáncer metastasico en el hígado
"metástasis hepática" en primer grado. (Que puede pasar en mi mente en ese
momento... mi padre).
Tal vez en algún momento, pensé: y para que salí de las calles y llegue a
donde estoy, si al final llega la misma historia de mi padre y me lo arrebatara todo.
Después de una serie de quimioterapias, batallas fuertes, duras y que casi me
quitaban el aliento, llego el diagnostico, aquel tumor era operable. ¿Que paso
después de todo aquello?
Aún no lo escribo pero, cuento con el tiempo suficiente...
Una historia en honor a quien honor merece.

6. donde residí cuatro años y medio y donde termine mi carrera como médico, de la
cual ahora me siento orgulloso y, al termino de mis estudios, regrese a Zacatecas,
otra vez con mi familia, siempre que decía esto algo pasaba, y en la actualidad
estoy pensando en erradicarlo de mis comentarios pero "nada podía estar mejor".
Después de la tempestad llego la calma, mi bienestar familiar, económico y social
no se comparaba con ningún otro, familia, amigos, trabajo, en pocas palabras feliz,
pero...
Recuerdo que un día comencé con una ligera molestia, se confundiría con
una irritación en el esófago, sin tomarle la importancia que debería, así lo deje, la
molestia fue un poco más persistente, en ese momento, acudí con un amigo
especialista gastroenterólogo y en base a su revisión ordenó estudios que al yo
conocer del tema, en verdad me pusieron a pensar mucho. Después de algunos
estudios por colegas médicos llego el resultado: cáncer metastasico en el hígado
"metástasis hepática" en primer grado. (Que puede pasar en mi mente en ese
momento... mi padre).
Tal vez en algún momento, pensé: y para que salí de las calles y llegue a
donde estoy, si al final llega la misma historia de mi padre y me lo arrebatara todo.
Después de una serie de quimioterapias, batallas fuertes, duras y que casi me
quitaban el aliento, llego el diagnostico, aquel tumor era operable. ¿Que paso
después de todo aquello?
Aún no lo escribo pero, cuento con el tiempo suficiente...
Una historia en honor a quien honor merece.