2. Una mujer va a IKEA y compra un
armario de fácil montaje para
hacerlo ella misma.
Llega a su casa, comienza a
ensamblarlo y lo termina
perfectamente.
3. En ese momento pasa el Metro
(ella vive justo encima de una
estación) y el armario se desploma,
provocando un gran estruendo.
Vuelve a montarlo detenidamente,
y cuando ha finalizado el trabajo,
pasa el Metro de nuevo y el armario
se cae, completamente
desarmado...
4. Tras el tercer intento, indignada,
llama a IKEA, expone el problema,
y le envían un montador.
Llega el técnico, se pone manos a
la obra, y en pocos minutos lo
termina.
5. La señora se queda contemplando
su armario, al fin montado, cuando
nuevamente pasa el Metro y
¡Brroouuumm!, cae deshecho, en
cuarenta piezas.
Finalmente el montador le dice a la
señora: Mire, lo montaré otra vez;
me meteré dentro y cuando pase
el metro y caiga, desde dentro,
veré mejor dónde está el fallo.
6. Una vez finalizado el montaje, se
mete en el armario y en ese
momento llega el marido de la
señora:
Cariño, ¡ qué armario tan bonito!
7. Abre la puerta, ve al montador, y
estupefacto le pregunta: Se puede
saber, ¿qué diablos hace usted
aquí?.
Pues mire, casi que le voy a decir
que he venido a tirarme a su mujer,
porque si le digo que estoy
esperando el Metro, no se lo va a
creer.