1. Creación de la Marea roja, infierno rojo y roja alta
La marea roja
El 13 de mayo de 1998, un grupo de amigos se reunió y decidió formarla, bautizándola con este nombre popular: Marea Roja,
con el fin de alentar a su querido equipo, el que todos los fines de semana les brinda alegrías.
Está conformada por más de 250 miembros, debidamente carnetizados, aspirando en este año integrar a más personas, para así
cumplir su objetivo de convertirse en la barra mejor organizada de El Nacional y también la más grande del Ecuador.
Es la hinchada con mayor poder de convocatoria, la que alienta los 90 minutos desde la general sur, la que atrae a personas
adultas, mujeres y gran cantidad de niños, ya que ese es su principal propósito, hacer de un partido de fútbol una verdadera fiesta.
Infierno rojo
El 8 de mayo de 2001 pasaba por la mente de algunos muchachos formar una barra que marcara diferencia, una barra fiel,
incondicional y sobre todo que sus miembros estuvieran dispuestos a alentar los 90 minutos para, de esta manera, inyectar euforia
y algarabía a toda la hinchada criolla y domingo a domingo formar una barra grande para un equipo grande y así cumplir el gran
sueño de pintar de rojo de extremo a extremo los graderíos.
Al momento está integrada por 50 personas, la mayoría jóvenes estudiantes, hombres y mujeres. Su aspiración es contar con un
mayor número de hinchas con un solo requisito: tener la firme decisión de apoyar al equipo durante todo el partido, llevar puesta
su camiseta y un trapo rojo en la mano para agitarlo en el aire.
Roja alta
El 8 de mayo de 2002, en el Estadio Olímpico Atahualpa, 8 personas plenamente identificadas con la divisa de El Nacional
decidieron formar una barra que se caracterizara por brindar un apoyo permanente e irrestricto al club, en cualquier cancha del
país.
Aquella noche, El Nacional jugó ante Boca Juniors de Argentina y pese a no obtener un triunfo su amor y pasión por el rojo se
mantuvieron intactos.
La Roja Alta, nombre escogido porque al igual que los objetivos de la institución sus propósitos son igualmente altos y claros.