La autora y su familia quieren poner un árbol de navidad en su corazón para colgar los nombres de sus seres queridos, tanto cercanos como lejanos, importantes y no tanto, para que nunca sean arrancados de sus corazones y así recordarlos durante todo el año. Desean que el espíritu navideño convierta cada deseo en una flor, cada lágrima en una sonrisa, cada dolor en una estrella brillante y cada corazón en un hogar dulce y humilde.