Hace 25 años, Gustavo Cisneros sobrevolaba en una avioneta la Bahía de Samaná. De pronto, desde la altura, observó una belleza natural única que lo cautivó; una mezcla de playa, colinas, manglares y bosques tropicales vírgenes. “Fue amor a primera vista”, revela Don Gustavo, quien junto a su hija Adriana Cisneros Phelps conversaron con Revista Mercado el día del formal inicio de la construcción de uno de los proyectos más importantes que ha realizado el Grupo Cisneros hasta el día de hoy: Tropicalia.