Gustavo A. Cisneros fue investido con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Miami, durante la ceremonía tuvo la oportunidad de brindar el discurso de apertura durante la graduación de la Generación 2017 de los Colegios de Ingeniería y Negocios.
Discurso Gustavo Cisneros en la Universidad de Miami
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Gustavo Cisneros
Discurso de Graduación
Escuela de Administración de Empresas y Colegio de Ingeniería
Universidad de Miami
Mayo 12, 2017
Hola ‘canes! Gracias, Presidente Frenk y Edward por la generosa introducción.
Presidente Frenk, Preboste LeBlanc, Miembros de la Junta Directiva, profesores, amigos
y familia, y a la Clase del 2017.
Es un honor estar aquí; y no sólo por el hecho de estar con ustedes sino; además, por
recibir un título junto con los graduados del día de hoy. Los estudiantes de negocios
trabajaron muy duro para llegar a este día; los estudiantes de ingeniería trabajaron
REALMENTE duro; y yo, lo que tengo que hacer es dar un discurso.
Me gustaría empezar con una cita de un gran hombre de negocios de Miami, alguien
que de muchas maneras puede ser también considerado como un poeta de nuestro
tiempo. Él dijo:
“Pide dinero…y recibe un consejo. Pide un consejo…recibe dinero dos veces”.
Sí, así es, quiero ser el primer orador de una graduación en citar a Pitbull.
Hoy, ustedes no están pidiendo mucho. Excepto quizá, un breve discurso de graduación
-el cual trataré de brindarles-. Pero quisiera ofrecerles también algunos consejos para
catapultar su carrera:
Cuando abandonen este recinto, armados con una educación de clase mundial en
negocios o ingeniería, se esperará de ustedes que construyan y creen cosas, cosas
disruptivas, para un día dejar este mundo mucho mejor de lo que lo encontraron.
Nadie se encargará de hacer las cosas más fáciles para ustedes. A veces solemos pensar
que tenemos un camino muy claro por delante…y luego nos damos cuenta de que
estamos parados en el fango.
Tal vez yo no pueda ayudarlos a evitar que pisen el fango, pero espero poder ayudarlos
a navegar hacia delante, al compartirles algunas lecciones que he aprendido a lo largo
de mi vida.
Mi familia arribó por primera vez a esta costa, mucho tiempo atrás. Uno de mis
antepasados, Don Pablo de Hita y Salazar, fue un oficial español que sirvió como
Gobernador de la Florida Española durante cuatro años en el siglo XVII. En ese entonces,
las fronteras de la Florida se extendían de aquí a Texas hasta Carolina del Sur.
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Por siglos, personas de todas partes se han visto atraídas por esta ciudad, justo por la
misma razón por la que son atraídos por esta Universidad. Miami es un imán para la
diversidad de ideas y experiencias; es el nexo con las Américas. Un lugar que brinda una
perspectiva global y una gran capacidad para ir más allá de las fronteras que podrían
marcar el color de la piel, la cultura o el credo.
Hoy, nuestros tres hijos y diez nietos, ven en Miami su hogar. Y estoy sumamente
orgulloso de que nuestra compañía, Cisneros, lo haga también.
Mi padre comenzó el negocio familiar en la ciudad de Caracas, en 1929. En ese
momento, él no podía saber que un día seríamos parte de esta increíble ciudad. Pero
incluso entonces, él pensaba que las buenas ideas podían llegar de cualquier parte.
Creía en ese espíritu americano de apertura, optimismo y trabajo duro.
Es precisamente con estos valores, que una pequeña empresa de camiones se
transformó en el mayor embotellador de Pepsi en aquel momento. De esta forma,
incorporó también a su holding, otras prósperas compañías como Venevisión, la cadena
televisiva más grande de Venezuela.
Cuando era niño, el negocio familiar me fascinaba y por eso, estaba siempre pegado a
mi padre. Como muchos de ustedes, yo estaba lleno de ideas. Veía algo y pensaba: esto
no está bien, podemos hacerlo mejor.
Un día, mi padre me detuvo y dijo: “escucha, está bien ser crítico, pero es mucho mejor
ser un constructor”. Y esa es la primera lección que quiero compartir con ustedes el día
de hoy:
A veces, en los negocios es más difícil ser positivo y constructivo. Resulta mucho más
fácil ser crítico.
Hoy en día, existen muchas fuerzas que alientan -e incluso exigen- que estén preparados
para el fracaso. Están los gestores del riesgo; bancos que necesitan asegurarse de que
cuentan con el capital suficiente para hacer frente a un fracaso; accionistas que
demandan planes de acción frente a un fracaso…y eso es importante.
Pero cuando se encara cada decisión con una actitud constructiva, es posible ver no sólo
los obstáculos, sino las posibilidades.
Yo me considero un constructor de negocios. Y para construir un negocio, debes ser de
ser implacable en la búsqueda de las mejores soluciones a los problemas más difíciles.
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Permítanme compartir con ustedes un ejemplo de mi propia experiencia: En los
noventas, nos asociamos con una compañía estadounidense para llevar DirecTV a
Latinoamérica.
En ese momento, en los Estados Unidos cualquier persona que quisiera tener televisión
satelital podía visitar una tienda y comprar el equipo. Pero en tiendas latinas…nadie lo
compraba y estábamos en una mala situación.
En lugar de rendirnos, nos dimos cuenta de que necesitábamos un modelo de ventas
diferente. Los latinoamericanos no estaban familiarizados con la televisión satelital; así
que en lugar de esperar a que los consumidores vinieran a nosotros, fue necesario salir
a buscarlos. Así que contratamos una fuerza comercial y organizamos demostraciones
en zonas muy concurridas.
Las ventas se dispararon y este método se convirtió en el modelo para otros países en la
región.
Como hombre de negocios, ésta resultó ser una gran lección para mí. Cuando la gente te
dice “hazlo de esta manera o fallarás”, no puedes aceptarlo. Hay que encontrar la
manera de hacerlo mejor.
Eso me lleva a la segunda lección que quiero compartir con ustedes.
Algunas buenas ideas pueden llegar como un relámpago; pero la mayoría de ellas son el
resultado del ensayo y el error, de la colaboración y del trabajo duro.
Así que no asuman que existe alguna tarea que esté por debajo de su nivel. Si alguien les
pide realizar una tarea, háganla. Si nadie lo pide, háganla de cualquier forma.
Siéntanse orgullos de todo lo que realicen, porque si actúan como si fueran “demasiado
buenos”, nunca lograrán ser grandes.
Cada día veo los resultados de este tipo de dedicación y espíritu de colaboración. Los
ejecutivos más exitosos en Cisneros, son aquellos que se dan cuenta cuando es
necesario barrer el piso de un estudio y agarran una escoba.
Si ustedes están dispuestos a trabajar duro para encontrar la forma de hacer mejor las
cosas, ya sea replanteando el modelo comercial o barriendo el piso, serán capaces de
inspirar a quienes los rodean y encontrar así, el éxito.
Finalmente, la última lección que quisiera compartirles, es la siguiente:
Deben tomar un tiempo para reflexionar sobre lo que han aprendido, lo que han
logrado y cómo se han transformado. Se han ganado celebrar el día de hoy pero
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mañana, miren hacia afuera. Cuestiónense a sí mismos no sólo sobre quiénes son, sino
acerca de qué es lo que pueden ofrecer. Pregúntense cuál será su sello y si pueden
contribuir en algo que nadie más pueda.
En el caso de mi familia, siempre hemos creído que el sector privado tiene una gran
responsabilidad con el público.
Hoy a eso le llaman “Responsabilidad Social Corporativa”, pero ha estado en el ADN de
nuestra familia incluso antes de tener un nombre.
¿Recuerdan lo que les conté sobre DirectTV, el sistema de televisión satelital?
Revolucionó la comunicación, proporcionando una misma señal para todo el continente.
Eso significaba que teníamos una oportunidad única para llegar a millones de personas.
Y la aprovechamos no sólo para llevarles entretenimiento. También la usamos para
desarrollar Cla@se, el primer canal educativo panregional en español. Cl@se permitió a
maestros y estudiantes de la región, acceder a programación educativa.
Hicimos esto porque queríamos retribuir a la comunidad. Pero también lo hicimos
porque las empresas fuertes dependen de ecosistemas fuertes, que a su vez dependen
de un público educado y de una sociedad robusta y dinámica.
Ahora más que nunca, especialmente con el poder de las redes sociales, nuestro mundo
está totalmente interconectado; y nuestros futuros, entrelazados.
Así que todo lo que hagan por fortalecer a su comunidad, los fortalecerá también a
ustedes.
Sé que no necesito mencionarles la importancia de trabajar por el bienestar social.
Ustedes han pasado ya los últimos cuatro años poniendo su inmenso talento en ello.
Ustedes son la Clase anfitriona de “Introduzca una niña en el día de la ingeniería”.
Ustedes organizaron los esfuerzos para limpiar las costas del sur de la Florida.
Ustedes ayudaron a emprendedores dominicanos a echar a andar sus negocios.
Ustedes desarrollaron planes para ayudar a los agricultores peruanos a distribuir sus
cultivos.
Ustedes han promovido una sociedad civil vibrante -tanto aquí como en el extranjero- y
deben estar muy orgullosos de todo lo que se ha logrado.
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En mi país de origen, mi querida Venezuela, al igual que en otras naciones donde la
libertad y la democracia están en riesgo, una sociedad civil vibrante no puede darse por
sentado.
Esto hace aún más importante que ciudadanos y empresas sean una fuerza para el bien
público.
Como ustedes saben, Venezuela está en una situación precaria en este momento. Se
trata de un punto de quiebre. No hay diálogo, no hay un punto de encuentro.
Por años, hemos rechazado consistentemente las ofertas para comprar nuestra red de
televisión. Tomamos la decisión de no vender, a pesar de que hemos estado perdiendo
dinero en la última década. ¿Por qué?, Porque la apertura para la discusión es
importante; porque las 2.000 personas que trabajan ahí y sus familias, dependen de
nosotros; porque el valor material no es el único tipo de valor. Y si se quiere conseguir el
valor material, también es necesario abrazar otro tipo de valores más profundos.
Ahora más que nunca, nuestro trabajo es informar con disciplina, y brindar una ventana
real para todos en Venezuela. Nuestro objetivo a largo plazo es doble: primero,
sobrevivir. Segundo, reconstruir.
La razón por la cual comparto esto con ustedes es porque donde quiera que terminen,
espero que recuerden que su obligación no es sólo con sus clientes, con sus accionistas
o sus jefes. Su obligación es también con su comunidad, porque sin una comunidad
fuerte, ningún negocio puede sobrevivir.
Lo que he compartido hoy con ustedes, puede parecer una tarea difícil. Pero sé que
ustedes se crecen ante los retos.
Para resumir:
En los años venideros, atrévanse a ser positivos, incluso los tiempos más desoladores.
Nunca sean “demasiado buenos” para hacer mejor las cosas.
Luchen por sus valores y su comunidad.
Este mundo será moldeado por su visión, su imaginación y sus ideales.
Ustedes tienen herramientas como nunca antes. Entrenamiento como nunca antes. Y
oportunidades, como nunca antes. Éste es su momento.
Agradezco mucho haber podido estar con ustedes hoy.