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Una colonia tutelada por el imperialismo
O soviética, socialista e independiente
Una colonia tutelada por el imperialismo
O soviética, socialista e independiente
SUPLEMENTO
ESPECIAL
¡Fuera el FMI, Maastricht y la OTAN!
¡Fuera de Ucrania y Crimea las tropas
blancas contrarrevolucionarias de Putin,
sicario del imperialismo y hasta ayer fiel
pagador del FMI con su socio Yanukovich!
¡Por la restauración
de la dictadura del proletariado
bajo formas soviéticas y revolucionarias
en Ucrania, el Glacis, Rusia
y todas las ex repúblicas de la URSS!
Por Carlos Munzer
UCRANIA: una alternativa de hierro
Plaza Maidán, enero 2014
Tropas rusas en Crimea
Suplemento
Especial
15 de Abril de 2014
Precio U$S 1
Solidario U$S 2
22
UCRANIA ESTALLA EN CESACIÓN DE
PAGOS. ASÍ SE DISLOCA Y ENTRA EN
CRISIS ESTE ESLABÓN MÁS DÉBIL
DEL CONTROL IMPERIALISTA DE LAS
COLONIAS Y SEMICOLONIAS
TUTELADAS DEL ESTE EUROPEO
Desde Diciembre de 2013, Ucrania
entró en una verdadera cesación de
pagos, sometida al FMI con una deuda
externa de 65.000 millones de dólares,
con vencimientos este año de 13.000
millones de dólares. Se calcula que la
deuda total ucraniana a largo plazo
ronda los 140.000 millones de dólares,
lo que representa un 80% de su PBI.
Desde los años ’90, cuando con el
estallido de la ex URSS logra “su inde-
pendencia”, Ucrania no ha logrado re-
crear un mercado nacional, cuestión
que nunca logró desde su existencia, a
excepción de cuando se federó con la
URSS de Lenin y Trotsky en 1921-1922.
Luego pasó a ser parte de esa cárcel de
naciones sobre la que se asentó el es-
talinismo en la “Gran Rusia”.
Ucrania al no poseer un mercado
nacional en su territorio, no puede arti-
cular una división del trabajo dentro de
sus fronteras nacionales. Desde este
punto de vista, su inserción en la divi-
sión del trabajo en la economía mundial
y en Europa en particular, es mirando al
oriente, articulando una cadena produc-
tiva con Rusia; o bien hacia el Occi-
dente, hacia la Europa de Maastricht a
la cual está ligada con miles de relacio-
nes económicas y financieras.
En el este de Ucrania, sus enormes
acerías y minas de carbón en la llamada
zona “rusófila” de la región del Donbass
(en la cuenca del río Don) producen
para el aparato militar ruso con máqui-
nas obsoletas que perduran de la época
de la ex URSS. Sus minas de carbón se
sitúan entre las mayores del mundo; sin
embargo, la industria pesada en el este
de Ucrania precisa de la importación de
productos energéticos y de gas natural,
lo que la hace totalmente dependiente
de las transacciones comerciales y las
relaciones económicas con Rusia.
Por otro lado, su zona occidental
mira y se articula con la Europa impe-
rialista. En su capital Kiev, se controlan
las finanzas que se recaudan con las
comisiones por el transporte y con el
pago del peaje de los tres gasoductos
que pasan por Ucrania desde Rusia,
con los cuales se abastece el 100% de
las energías de los países del este eu-
ropeo como Checoslovaquia, Polonia,
Hungría, Rumania, etc. y el 30% del
consumo del gas de la Europa imperia-
lista. El Gazprom, la empresa rusa, rea-
liza este abastecimiento con sus socios
europeos como la BASF y la Siemens
alemana, la Gas de France y la Total
francesas, la ENI italiana, etc.
Desde este punto de vista, Ucrania
es un lugar de paso y de tránsito del gas
ruso, imprescindible para el funciona-
miento de la producción de las poten-
cias imperialistas europeas.
A Rusia se la presenta como una gran
“exportadora de armas”. Es indudable
que lo es. Para ello la nueva burguesía
rusa aprovecha el viejo aparato industrial
militar de la ex URSS. Pero decir sólo
esto es una quimera, o por lo menos es
no decir toda la verdad. El aparato indus-
trial militar ruso funciona gracias a la alta
tecnología que le venden Francia, Alema-
nia y en menor medida, EE.UU., tal cual
ahora sale a la luz en esta crisis de Ucra-
nia exponiendo los enormes negocios de
alta tecnología que la Europa de Maas-
tricht realiza con Rusia. Podríamos decir
que Rusia es dependiente para su indus-
tria militar de la tecnología de Francia y
Alemania.
Asimismo Rusia es fundamental-
mente exportadora de productos prima-
rios como el gas y el petróleo. La Europa
imperialista succiona ya desde hace dé-
cadas el gas, el petróleo y las riquezas
rusas, y Putin y sus pandillas burguesas
se quedan con una parte de la renta pe-
trolera y gasífera por las exportaciones
que realiza. Europa ha quedado imbri-
cada, así, desde Portugal a las estepas
rusas, bajo el mando de las potencias im-
perialistas, de quienes depende Rusia
desde el punto de vista financiero, de la
alta tecnología y de la colocación de sus
productos primarios.
La burguesía “gran rusa”, asociada
a los cartels y transnacionales imperia-
listas en la industria armamentística, en
la extracción del gas y el petróleo, man-
tiene, heredada de la ex URSS, un com-
plejo, aunque en gran medida obsoleto,
de una industria que le permite substi-
tuir importaciones y lo hace oprimiendo
asimismo a pequeñas repúblicas y re-
giones, a las que somete como parte de
un mercado nacional común.
Alemania es el gran distribuidor
del gas ruso en toda Europa. Necesita
mantener el statu quo con Rusia, a la
que le succiona la energía. Pero a la
vez también necesita controlar y de-
bilitar a Rusia por el hecho de depen-Represión a las masas en Ucrania
33
der de ella desde el punto de vista de
la energía. La oportunidad que se pre-
sentó en Ucrania con su default, le
vino muy bien a Alemania y a la Eu-
ropa imperialista para extender sus
fronteras hasta la Rusia misma, para
controlar directamente todos los
gasoductos que llegan a Berlín y
Frankfurt.
Por su lado, EE.UU. es el gran acre-
edor, como veremos luego, de la Eu-
ropa oriental sometida por el FMI, tal
cual colonias expoliadas, y en última
instancia, desde Wall Street, es el pres-
tamista de los países imperialistas eu-
ropeos de segunda que están en ruinas
y endeudados, luego de que sus bancos
quebraran en el crac del 2008.
Ucrania es un eslabón clave pero el
más débil de esa cadena de la división
del trabajo, que une las fuentes del gas
y la energía de Rusia con el resto de Eu-
ropa. Ucrania es un eslabón clave. Allí
las pandillas capitalistas, tanto las que
miran a oriente como las que miran a
occidente, desde la caída de la URSS en
los ‘90 y el renacimiento de una Ucrania
“independiente”, se pelean el control
del gobierno de Kiev porque desde allí
se cobran las comisiones por el tránsito
del gas y se manejan las finanzas.
Ese centro financiero de Kiev es y ha
sido motivo de disputa de las fraccio-
nes burguesas nativas que en algunos
momentos negociaban con Rusia y en
otros con la Europa imperialista, ven-
diéndose en cada oportunidad al mejor
postor, es decir, al que le dejaba mejo-
res comisiones por el control del peaje
por el paso de dichos gasoductos.
Por otro lado, la tragedia de la res-
tauración capitalista ha hecho retroce-
der la cuestión agraria, dejando las
llamadas “tierras negras”, de gran fer-
tilidad, en manos de las grandes cerea-
leras como la Monsanto y de una
riquísima oligarquía.
El 90% de los territorios ucranianos
es un plano inclinado hacia los mares
Negro y de Azov. Sus tierras cultivables
abarcan 48.600 millones de hectáreas.
De allí se exportan alimentos a China y
a todos los países del este europeo. Su
producción de trigo, maíz y ahora de
soja para el mercado mundial, que deja
una renta agraria anual de 20.000 mi-
llones de dólares, ha dado origen a una
nueva oligarquía agraria ligada directa-
mente a la Monsanto, a la Cargill y a la
City de Londres y Wall Street.
El estallido de la crisis ucraniana ya
rompió el statu quo y la estabilidad en
toda Europa y a nivel mundial. Es que
Ucrania ha entrado en crisis y en cesa-
ción de pagos con su gran acreedor que
es EE.UU. a través del FMI, con su mo-
numental deuda externa. El único statu
quo que EE.UU. le permite tener a
Ucrania es el de ser una colonia tute-
lada para cobrarse sus deudas como
usurero. La Europa de Maastricht
quería controlar a Ucrania como
“república asociada”, es decir, como
colonia vasalla.
Lo que se abrió hoy es una disputa
por Ucrania, entre la UE y EE.UU., a
ver quién llega primero a controlarla
y ser el encargado de distribuir los ne-
gocios. Putin dice: “no me dejen
afuera” y demuestra que él puede ser el
gendarme para aplastar al proletariado
si éste se levanta no sólo en Ucrania,
sino también en Rusia y toda Eurasia.
El imperialismo yanqui sabe que con
la mano de obra esclava ucraniana, la re-
conversión con alta tecnología de las
minas de carbón y las siderurgias que
den ganancia, el cierre de las que no sir-
van, la apropiación de sus tierras fértiles
y el control de los gasoductos -con lo que
le cobraría comisiones a toda Europa-, se
cobraría holgadamente esa deuda ex-
terna fraudulenta que a fines de los ’80 le
impusiera a todos los ex estados obreros
con la restauración capitalista, quedando
mejor posicionado para recolonizar inclu-
sive a la “Gran Rusia”.
Solamente desde este punto de vista
se podrán comprender las posiciones
de las potencias imperialistas europeas
y de EE.UU. frente a Ucrania.
Para EE.UU., el usurero y el acree-
dor, a Ucrania hay que tomarla ya con
la OTAN y cobrarse sus deudas quedán-
dose inmediatamente con todas sus ri-
quezas, mientras que para la Unión
Europea hay que discutir contra Rusia
tomando medidas para presionar a
Putin para que este retroceda de Ucra-
nia pero manteniendo el statu quo exis-
tente bajo otras formas, permitiéndole
a Rusia alguna injerencia política en los
negocios del este europeo y haciéndole
concesiones económicas. Pero para la
UE Ucrania tampoco tiene otro camino
que ser el de una colonia tutelada pero
por Alemania y Francia.
En su viaje a Europa, Obama le ha
dicho a todas las potencias de la UE:
“Ucrania nos recuerda que el precio de
la libertad no es gratis”. El imperia-
lismo yanqui no permite que Alemania
y Francia sigan haciendo enormes ne-
gocios de alta tecnología militar con
Rusia y casi no pongan fondos para la
OTAN que está bajo el mando anglo-
Obama y Putin
44
yanqui. EE.UU. no va a permitir que
Francia le siga vendiendo porta-heli-
cópteros de altísima tecnología a
Rusia, inclusive cediéndole parte de
esta, asociada al complejo militar ruso,
por 6.000 millones de dólares, y
mucho menos que Alemania siga en-
trenando a 30.000 soldados rusos por
año en un simulador de guerra de alta
tecnología, sin poner un dólar a la
OTAN. EE.UU. como potencia domi-
nante exige ser él quien encabece y
distribuya los negocios en el este eu-
ropeo y hasta Moscú.
Poner a la OTAN como garante de la
“independencia” ucraniana contra
Rusia, no es un chantaje tan sólo a
Putin para disciplinar a su agente, sino
también a todas las potencias imperia-
listas europeas para que ellas se some-
tan al imperialismo dominante. En su
viaje a Europa, Obama le dijo a la UE
que debe terminar con su dependencia
energética de Rusia si realmente quie-
ren avanzar en recolonizarla.
Mientras, le decía que “si quieren
comprar gas norteamericano lo ten-
drán que pagar mucho más caro que
el ruso” o terminar con esas “normas
ecológicas” con las cuales las petrole-
ras europeas disputan negocios en el
mundo y realizar ellas fracking en te-
rritorio europeo para abastecerse de
gas como lo hace EE.UU.
Mientras, todos juntos amenazan a
Rusia con aislarla. Putin se ha tomado
Crimea, como veremos luego. Para el
imperialismo por ahora en la negocia-
ción con Rusia para que abandone
Ucrania, esta península no es clave. Ya
de hecho, se la ha cedido. Ello incluye
dejarle a Rusia el control de uno de los
tres gasoductos que pasan por Cri-
mea. Le han dejado una pequeña ta-
jada a su agente, pero para que se
retire de Ucrania.
Viéndolo desde el punto de vista de
la división del trabajo y la ubicación de
Ucrania, la que ha sido despojada fue
Rusia de la parte de los negocios en
Ucrania. El imperialismo va a por
todo. Ha mandado a la ruina y le ha
impuesto “tratados de Versalles” a las
potencias imperialistas menores que
perdieron la carrera comercial en Eu-
ropa como Grecia, España, Portugal,
Irlanda, etc.
Las tropas rusas se han puesto en
las fronteras del este de Ucrania. Estas
exigen una Ucrania federada, con el
este teniendo autonomía lingüística, po-
lítica y comercial. Y a la vez, Putin, el si-
cario del imperialismo, negocia que
sean él y sus tropas los gendarmes en-
cargados de masacrar y aplastar todo
levantamiento revolucionario de los
obreros de Ucrania y todas las ex repú-
blicas soviéticas. Amenazan con levan-
tamientos pro-rusos en el Donetsk,
Járkov y Lugansk, para imponer esa po-
lítica de federación, manipulando el
sentimiento de las masas que efectiva-
mente se quedarán sin trabajo puesto
que lo que prepara el FMI en esa zona
es la reconversión de las acerías y
minas de Ucrania, cerrando las que den
pérdida. Putin no está en contra de
esto. Lo único que quiere es entrar en
los negocios.
Rusia lo que está haciendo es pele-
ando por mantener su viejo “mercado
nacional” que incluye el este de Ucra-
nia, totalmente integrado a la división
del trabajo rusa. Esto pelea Rusia…
que no le saquen un brazo. ¿Rusia im-
perialista? La Rusia de los zares pele-
aba Japón. En alianza con Inglaterra y
Francia en la Primera Guerra Mundial,
peleaba por llegar a Polonia y todo el
imperio Otomano… inclusive que-
darse con la antigua Persia, lo que se-
rían hoy Irak e Irán. La “Gran Rusia”
de hoy pelea por que no le amputen
los brazos y las manos de su “mercado
nacional”. Lo de Putin son sueños im-
periales pero el resultado es cada vez
más una Rusia avanzando a ser una
semicolonia, cercada por el imperia-
lismo luego de la restauración capita-
lista en el ‘89.
Es que en el ‘89, con el estallido de
la ex URSS, a Rusia se le desmembra-
ron decenas de repúblicas y naciones
con las que esta tenía articulada una
producción y un mercado común. Los
que hablan de una “Rusia imperialista”
callan que este es un raro “país impe-
rialista” que perdió todas las repúbli-
cas que anteriormente oprimía.
Para dar un ejemplo, Rusia en Eura-
sia perdió Kazajistán, Kirguistán, Turk-
menistán, Uzbekistán, etc., donde
quedó con bases militares asociada a
EE.UU. e Inglaterra para cubrirles la es-
palda a las tropas imperialistas que in-
vadieron Afganistán. Rusia también
perdió el Cáucaso, con Georgia. Perdió
asimismo a Armenia y Azerbaiyán que
hoy se disputan, a cuenta de distintas
potencias imperialistas, el territorio de
Nagorno Karabaj. Allí está una de la re-
servas más grandes del planeta del pe-
tróleo (al nivel de la iraní), que se lo
llevan la British Petroleum, la Chevron,
la Basf, etc. por uno de los oleoductos
que pasando por Georgia y el Cáucaso
y el Mediterráneo, llega a Turquía desde
donde se redistribuye a Europa y a nivel
mundial.
Con Ucrania ha estallado un esla-
bón fundamental y corredor gasífero
del gas que une a Europa desde Rusia
a toda la Unión Europea, controlado
por Rusia y la UE.
La Ucrania expoliada y saqueada
por el imperialismo, ha quedado con
uno de los movimiento obreros peores
pagos de toda Europa con salarios de
300 dólares y estrangulada con la
enorme deuda externa que tiene con
el FMI, mientras el gas pasa bajo sus
pies por monedas.
Ucrania es el estallido de un esla-
bón clave de la fuente de energía con
la que se abastece a Europa. Es el es-
tallido de un eslabón que ya no puede
pagar más el saqueo imperialista. Es
un estallido, y eso es lo que se vivió
en los últimos meses, de las rela-
ciones políticas entre las fracciones
y las distintas pandillas burguesas
ucranianas, a las que se les volvió
imposible convivir en un mismo
país, en función de sus intereses
económicos y de mercado que
poseen. Esto es lo que explica la
grave crisis política abierta en “las al-
turas”, es decir, la monumental crisis
en la que entró el gobierno de Yanu-
kovich tironeado entre Rusia y la UE,
para ver quién era el garante del pago
al FMI y de EE.UU. de la deuda ex-
terna. En diciembre de 2013 ya Ucra-
nia había chocado con las rocas
55
submarinas del crac y el default. Ya
nada iba a volver a ser como antes.
La crisis ucraniana expresa la situa-
ción desesperada del movimiento de
masas, que no soporta más vivir como
hasta ahora. Ante esa situación, como
demuestra toda la génesis y el resul-
tado provisorio de la crisis política
ucraniana que le costara la cabeza a
Yanukovich, las potencias imperialis-
tas tan sólo se anticiparon a un final
anunciado: o se abría una revolución
donde intervenía el movimiento obrero
uniendo al oriente y el occidente, o
apoyado en las clases medias ricas y
la burguesía financiera de Kiev, el im-
perialismo cortaba la agonía y se que-
daba con toda Ucrania como sucede
ahora, convirtiéndola en una colonia
tutelada y bajo el “manto protector” de
la OTAN. Esta relación de fuerzas no
sólo el imperialismo quiere imponér-
sela a las masas de Ucrania, sino tam-
bién a la “Gran Rusia” que amenaza
con no permitir semejante humillación
y exige seguir siendo parte de los ne-
gocios de los países por donde transita
su gas y de los que necesita para que
funcione su mercado interno, como es
el este ucraniano.
Para el imperialismo Ucrania debe
ser una “nueva Georgia”, ese lugar de
tránsito de los oleoductos de Azerbai-
yán y Nagorno Karabaj hacia Europa pa-
sando por el Mediterráneo a Turquía
que lo redistribuye.
Ahora la UE y EE.UU. quieren toda
Ucrania. La crisis mundial abierta en
2008, amenaza con reabrirse feroz-
mente nuevamente como veremos
luego. El imperialismo necesita no solo
a Ucrania, y esta es una gran conclu-
sión que el proletariado debe sacar,
sino necesita terminar de recolonizar
a Rusia en el próximo período y
quedarse con todos los negocios, con
sus fuentes de gas y petróleo hasta
sus estepas.
Ucrania es un paso y un eslabón de-
cisivo en esa ruta del imperialismo.
EEUU con el viaje de Kerry en el mes de
Febrero, dejo en claro quién es el dueño
de Ucrania, incluso para sus socios de
Europa… el acreedor: EE.UU. y la
OTAN. Tanto EE.UU. pisó Ucrania que
se llevó todas sus reservas de oro a la
Reserva Federal. El imperialismo yanqui
ha intimado a su sicario Putin, a que a
partir de ahora “cesaron sus funciones”
en Ucrania.
Rusia aun no es una colonia ni una
semicolonia. Es un país capitalista que
depende del imperialismo y de la eco-
nomía-mundo capitalista para desarro-
llar inclusive su producción en ramas
enteras de la industria en Rusia. El sis-
tema bancario ruso convive con la gran
banca imperialista del Citybank, el
HSBC, el Bundesbank… tan solo Ale-
mania tiene 6.000 empresas en Rusia
con inversiones directas de 25.000 mi-
llones de euros. Pero aun Rusia no es
ni una colonia, ni aun una semicolonia
puesto que desde el punto de vista po-
lítico, todavía mantiene una relativa in-
dependencia con las potencias
imperialistas con las cuales negocia su
ubicación como guardián de la propie-
dad de todos en Eurasia y aprovecha
también el aparato industrial militar de
la vieja industria soviética.
Aún faltan muchos golpes imperia-
listas, zarpazos contrarrevolucionarios,
crac y estrangulamientos económicos,
para recolonizar Rusia o China, y sobre
todo, hacen falta guerras, de agresión
directa, por interpósita persona, para
colonizarlas.
Como veremos en este trabajo, el
sistema imperialista mundial, que por
el momento respira aliviado porque las
direcciones traidoras del proletariado
apagaron el fuego de la revolución,
hoy para reconstituir históricamente
su tasa de ganancia debe comenzar a
producir en gran escala fuerzas des-
tructivas de alta tecnología y robótica,
que no está volcada a la producción
para terminar con la esclavitud asala-
riada, sino para la destrucción, como
son los drones, la óptica, la alta tecno-
logía, los Osprey, los simuladores de
guerras tecnológicas, etc.
Pues bien, para el imperialismo ha
llegado la hora de nuevas guerras de
baja intensidad, y masacre a las masas
y a las revoluciones como vemos en
Siria, para empezar a destruirlos y vol-
ver floreciente la rama de la industria
militar con nuevas guerras de alta tec-
nología. Es decir, el imperialismo sólo
puede salir de su crisis terminal y re-
constituir su tasa de ganancia, des-
arrollando fuerzas destructivas.
Hoy los reformistas de la izquierda
lacaya de Wall Street silencian la masa-
cre de Siria. Allí se utilizaron desde
armas convencionales para masacrar a
más de 300.000 explotados, y tener a
10 millones en campos de refugiados
en la frontera de Siria, en carpas en
medio del desierto. Este genocidio con-
tra la revolución proletaria es apenas un
Obama reunido con los representantes de la Unión Europea
66
anticipo de lo que está dispuesto y ne-
cesita hacer el imperialismo para salir
de su crisis.
CON EL ESTALLIDO DE LA EX
URSS EN EL ‘89, Y CON ESTAS
Y OTRAS CRISIS POLÍTICAS QUE
LE PRECEDIERON, YA HA
QUEDADO CLARO QUE UCRANIA
SÓLO PUEDE DEVENIR EN UNA
COLONIA TUTELADA DEL
IMPERIALISMO, SI EL
PROLETARIADO NO LO DERROTA Y
AVANZA A UNA NUEVA
REVOLUCIÓN SOCIALISTA
Como vemos, desde el ‘90-‘91, la
“independencia ucraniana” ha sido una
cadena de crisis, estallidos, defaults,
cesación de pagos y enormes choques
burgueses por los negocios. La ausen-
cia de un “mercado nacional” ucra-
niano es lo que define que hay
fracciones burguesas que no pueden
convivir entre sí y manejar en común
un estado, sin destruirse o anularse
mutuamente.
Ambas fracciones, la del oriente
y la del occidente, estrangulan al
sacrificado proletariado ucraniano,
que efectivamente es el único que
tiene un “interés nacional” que lo
une en todo el territorio de Ucrania
(como lo hace también con toda la
clase obrera europea): derrotar al
imperialismo y al FMI. Expropiar la
tierra de la nueva oligarquía de la
Monsanto, la Cargill y sus lacayos de
Kiev para tener trigo y pan barato. Y
terminar con los salarios de hambre
de 300 dólares con los cuales la bur-
guesía los ha sometido y los somete
para profundizar una Ucrania
maquila y usar a su mano de obra
como obreros de segunda en toda
Europa. Estas son las consignas mo-
toras y la tarea histórica que tienen
planteada la Ucrania colonizada, que
solo pueden ser conquistadas, como
ya ha sido demostrado históricamente
en el ‘21-’22, con el triunfo de la revo-
lución de los consejos de obreros y
soldados, como Ucrania soviética.
Ucrania entró en default. La situa-
ción se volvió insostenible entre todas
las clases y sectores de clase de la so-
ciedad. Una situación revolucionaria
comenzaba a abrirse entre diciembre
de 2013 y febrero de 2014.
Pero los planes para Ucrania no fue-
ron ni ya son los mismos para el impe-
rialismo. Alemania se venía anticipando
buscando que Ucrania, ante el default y
la crisis, ingrese a la UE. Ello presupo-
nía incluso una negociación con las
grandes pandillas burguesas de los “oli-
garcas” de Ucrania ligados a los nego-
cios con Moscú, e inclusive que
siguiera Yanukovich en el gobierno,
pero imponiéndoles condiciones leoni-
nas para sacar a Ucrania de la cesación
de pagos.
Putin apareció con 15.000 millones
de dólares como garantía de pago, para
seguir en los negocios. Pero, como ya
dijimos, EE.UU., como el acreedor y el
usurero, dijo “yo me quedo con todo” y
puso su pie en Ucrania con la amenaza
de la OTAN.
Lo que queda de la Ucrania sa-
queada por las pandillas burguesas
asociadas a las grandes potencias im-
perialistas, insistimos, no es una “Ucra-
nia independiente y democrática” sino
una colonia de la OTAN y de la UE. Una
decadencia sin fin.
Si esto no fuera suficiente, están las
bayonetas rusas siempre dispuestas a
aplastar cualquier revolución del proleta-
riado. Es que esto es lo que hizo Rusia en
2008 en Georgia. Se levantaron los obre-
ros contra Saakashvili, contra su brutal
plan de hambre y ataque al salario. Los
trabajadores de Osetia del Sur, que estaba
anexada a Georgia, querían escapar de
semejante hambruna ligándose a sus
hermanos de Osetia del Norte que están
federados a Rusia. Con la excusa de apo-
yar esta “vuelta a casa” de Osetia del Sur,
el ejército ruso entró y masacró a toda la
clase obrera georgiana, que se había su-
blevado contra el gobierno de Saakas-
hvili, dejando un tendal de más de 5.000
muertos en un país de no más 3 millones
de habitantes.
2008. Invasión rusa a Georgia
77
Cualquiera que recorre las rutas del
Cáucaso o de la ex Osetia del Sur, ve
que las promesas de Putin de mejorar
la calidad de vida de los explotados no
existieron; sólo se ven las mismas
casas bombardeadas que continúan
destruidas desde hace 6 años.
Los obreros ucranianos conocen de
esto. Por la experiencia de Georgia y
por todos los antecedentes de haber es-
tado sometidos a esa cárcel de nacio-
nes que fue la “Gran Rusia” de los zares
y luego bajo la bota de Stalin.
Eso es lo que le ha permitido a la
burguesía de Kiev hacer demagogia
“pro-europea” ante las masas. Pero los
obreros del este, manipulados por
Putin, saben que en la Europa de
Maastricht no tendrán asegurados sus
trabajos y ven a millones de obreros
esclavos padeciendo sus mismas pe-
nurias en las calles de Madrid, Atenas,
París, Berlín, etc.
La traición de la direcciones de la
clase obrera de Europa, como veremos
luego, es la que facilita a cada paso y
garantiza la división del proletariado
ucraniano, al someter al movimiento
obrero de toda Europa a la Maastricht
imperialista, o bien, haciendo pasar a
Putin como un “liberador de los pue-
blos” cuando éste sostiene a genoci-
das como Al-Assad en Siria.
UCRANIA LLEGA TARDE A LA
CONSTITUCIÓN DE LAS NACIONES
EN EL SIGLO XIX.
Ucrania es una nación que no pudo
ser. En la época imperialista ya no hay
lugar ni siquiera para nuevas naciones.
Tan solo para colonizar y recolonizar las
actuales y para que las potencias impe-
rialistas se repartan y disputen esas
zonas de influencia. Esto es lo que sale
a la luz en esta crisis ucraniana.
Ucrania sometida históricamente al
imperio otomano, a Polonia, al Imperio
Austro-húngaro luego a la Rusia de los
zares, llegó tarde a la constitución de
las naciones que desarrolló el capita-
lismo en Europa en el siglo XIX. Some-
tida esencialmente por el zarismo, fue
colocada de inmediato en esa cárcel de
naciones que era Rusia.
La era de la constitución de los es-
tados nacionales burgueses ya llegó a
su fin en los albores del Siglo
XX cuando el imperialismo, que es re-
acción en toda la línea, controló todo el
mundo colonial y semicolonial al que
transformó en sus zonas de influencia.
En dos guerras mundiales, las poten-
cias imperialistas se disputaron estas
zonas de influencia. Las potencias ven-
cedoras a la salida de las guerras inter-
imperialistas dibujaron a su antojo las
fronteras de las naciones en los pueblos
que oprimían y las volvieron a dibujar y
reconstituir luego de cada guerra.
Fue la heroica revolución socialista
de la URSS del ‘17 la que le dio a
Ucrania luego en 1922 el derecho a la
autodeterminación e incluso a la inde-
pendencia. Esa Ucrania soviética del
’22 decidió federarse voluntariamente
con las Repúblicas Soviéticas de la
URSS. Así, sólo como Socialista y So-
viética, Ucrania pudo tomar en sus
manos su propio destino.
El trágico final de este proceso his-
tórico hacia adelante devino con la ex-
propiación de la Revolución de
Octubre y la imposición de la “noche
negra” del estalinismo que volvió a
transformar nuevamente a las Repú-
blicas Soviéticas en una cárcel de na-
ciones. Ucrania nuevamente quedó
atrapada allí. El resultado de estos
acontecimientos es que con la restau-
ración capitalista del ‘89-‘90, los ex
estados obreros del este de Europa no
se ubicaron como Alemania y Francia,
sino como colonias tuteladas de las
distintas potencias imperialistas. La
“independencia” de Ucrania lograda
de la ex-URSS a partir de los ’90 no
fue más que una fantasía, una ilusión.
En esa fecha Ucrania nació como “na-
ción independiente” haciéndose cargo
del 17% de la enorme deuda externa
que tenía Rusia con el Citybank y la
banca imperialista, sometida brutal-
mente a ésta; con una base militar
rusa que garantizaba y garantiza la cir-
culación de los gasoductos y oleoduc-
tos por el territorio ucraniano hasta
Alemania; y sometida a los negocios
de la burguesía “gran rusa” asociada
a las grandes empresas petroleras im-
perialistas como la Total francesa, la
BASF alemana y la British Petroleum,
que extraen el gas y el petróleo de las
estepas rusas para abastecer a toda
Europa.
En los ’90 Ucrania “nació” here-
dando la catástrofe de Chernobyl, que
diezmó gran parte de la producción de
sus tierras y a su población… Ucrania
nació como una semicolonia y como un
eslabón de los negocios de las grandes
potencias imperialistas europeas con
Rusia. Nació entregando todas sus oji-
vas nucleares.
1919. El Ejército Rojo marchando por las calles de Kiev
88
Ucrania como nación “indepen-
diente” burguesa es una utopía. La vida
ya dio un veredicto. Luego de la restau-
ración capitalista del ’89 Ucrania estuvo
100% tutelada y vigilada a cuenta del
imperialismo por las tropas rusas, diri-
gidas directamente desde la City de
Londres y desde el FMI. La nueva bur-
guesía yeltsinista rusa nadaba en dóla-
res desde la City de Londres y Mónaco.
Desde allí se monitoreaba al gendarme
ruso en los primeros pasos de la “Ucra-
nia independiente”.
En 2004, en 2009 y como lo vemos
hoy, se sucedieron permanentemente
sucesivos estallidos, desgarramientos
sociales, enfrentamientos de pandillas
burguesas, sometimiento y súper-ex-
plotación descarnada del proletariado
ucraniano. Desde la “revolución na-
ranja” en 2004, la cesación de pagos
del 2009 y tal como sucedió en la crisis
actual, fueron devorados distintos go-
biernos “pro-rusos” o “pro-europeos”,
como el de Kuchma, la Timoshenko y
luego el de Yanukovich, todos odiados
por las masas.
Es decir, resumiendo, Ucrania no
tiene un mercado nacional. Las distin-
tas fracciones burguesas ucranianas
(de las cuales la fundamental es el
imperialismo que la saquea a través
del FMI, de su renta agraria y de un
tránsito barato del gas hacia Europa)
no tienen un anclaje común en un
mercado nacional.
Inclusive, por la atrofia de su de-
pendencia de la ex URSS estalinista,
Ucrania no tiene ni siquiera una
lengua universal.
Estrangulada por los bancos y las
transnacionales europeas, y sometida
al FMI, Ucrania ha perdido toda inde-
pendencia nacional.
La bota de Putin va más allá de la
producción del este ucraniano con el
complejo militar ruso. Putin, el sicario
del imperialismo, quiere mantener su
lugar como garante de la “paz social” y
de la super-explotación del movimiento
obrero ucraniano y no tan sólo para la
producción de su aparato industrial mi-
litar, sino también para garantizar el
tránsito del gas a la Europa imperialista
que sale de las estepas rusas.
LAS DEMANDAS DE LA CLASE
OBRERA UCRANIANA SON LAS
ÚNICAS QUE PUEDEN UNIFICAR A
LA NACIÓN EN TODAS SUS
FRONTERAS, DESDE ORIENTE A
OCCIDENTE, PARA ENFRENTAR A
TODOS SUS VERDUGOS, QUE NO
TIENEN PATRIA, SINO SOLO
NEGOCIOS QUE DEFENDER.
NUEVAMENTE LOS CHARLATANES
ANTIMARXISTAS LE ECHAN LA
CULPA AL PROLETARIADO
UCRANIANO DE LA TRAICIÓN DE
LAS DIRECCIONES DE LA CLASE
OBRERA EUROPEA Y MUNDIAL,
QUE SON LAS QUE REALMENTE
DIVIDEN SUS FILAS
Los revolucionarios afirmamos que
sólo la clase obrera ucraniana tiene in-
tereses comunes y por ello es la única
clase “nacional”. Hoy el proletariado
“mira a Europa” o “a Rusia”, de cuya re-
lación dependen gran parte de sus em-
pleos. Es que ganando salarios de
hambre y con millones de obreros in-
migrantes que se van a trabajar a la Eu-
ropa imperialista o a Rusia, las familias
obreras de Ucrania son obligadas a des-
garrarse. Con 300 miserables dólares
de salario en Ucrania vive uno de los
proletariados más explotados de Eu-
ropa y del mundo, tanto en el este como
en el oeste del país.
La demanda de ganar en euros
como ganan los obreros de Europa Oc-
cidental, es lo que realmente puede
unificar a toda la clase obrera y los
explotados de la nación. Ganar 2.000
ó 2.500 euros es una demanda que
unifica a toda la clase obrera ucrani-
ana en su país y la une en sus
reclamos con el proletariado del este
europeo, con el de las potencias im-
perialistas de Maastricht y con el de
Rusia en particular.
Este programa obrero es el punto
de partida para conquistar la ruptura
de la clase obrera ucraniana ya sea con
ese sicario del imperialismo de Putin o
con la burguesía de Kiev y Wall Street.
El proletariado ucraniano es la única
clase que tiene intereses nacionales
desde el oriente al occidente del país.
Al unificar sus filas con un programa
de clase, la clase obrera enfrentaría in-
mediatamente a todas las pandillas
burguesas de Ucrania, lacayas del im-
perialismo, y a la opresión “gran rusa”
de Putin y sus militares genocidas, si-
carios de Wall Street. El proletariado
para comer necesita volver a colectivi-
zar la tierra, rompiendo con el imperia-
lismo. Estas tareas sólo pueden
resolverse con la toma del poder, com-
binándolas con tareas directamente
socialistas.
El proletariado ucraniano es el único
tiene en sus manos la única posibilidad
de unir a Ucrania con las demandas de
“romper con el FMI y recuperar las tie-
rras más ricas de Europa” para poder
comer dignamente. Es la única clase
ucraniana que se puede unir con el re-
clamo “mínimo” de un salario de
2010. Huelga General en Grecia
99
acuerdo al costo de vida… y para con-
seguir esto debe romper con la burgue-
sía y expropiar a todas sus pandillas
que la someten al imperialismo.
Sólo la clase obrera tomando el
poder resolverá estas tareas mínimas
fundamentales para que Ucrania sea
una nación, combinándolas inmediata-
mente con la expropiación de la bur-
guesía, de la nueva oligarquía y del
imperialismo, y retomando la lucha
por restaurar una Ucrania soviética e
independiente que será un bastión en
la lucha por la revolución socialista en
el este y en el Occidente de Europa.
Sólo desde aquí y desde esta tarea in-
mediata que tiene por delante el prole-
tariado ucraniano y de todo Europa,
Ucrania, los estados del este europeo
y de toda la Europa imperialista podrán
salvarse de la catástrofe del crac y la
bancarrota capitalista.
Los revolucionarios socialistas
afirmamos que si el proletariado de
Ucrania no ha logrado unir sus filas,
no es porque no haya demandas y
necesidades inmediatas que lo
unifiquen. Es porque las aristocracias
y burocracias obreras de las potencias
imperialistas de Europa Occidental,
han acorralado a la clase obrera eu-
ropea y han impedido que éstas der-
roten a los gobiernos imperialistas
que ya desde hace años han lanzado
un ataque en toda la regla contra sus
conquistas.
Estas direcciones le han cerrado el
camino a la heroica revolución griega
y a los levantamientos de la clase
obrera española, italiana y de toda Eu-
ropa. En el 2009-2010 decían que se
podía “morigerar el ajuste” y que se
podía conquistar un “Maastricht más
social”, es decir que se podía “mori-
gerar” el bestial ataque imperialista
contra la clase obrera de sus países,
y sobre todo contra el proletariado de
las naciones oprimidas del Glacis y el
este europeo, donde las grandes
transnacionales imperialistas llevaron
sus maquiladoras y esclavizaron a la
clase obrera de esos países. Estas di-
recciones, sosteniendo a un “Maas-
tricht más social”, permitieron que el
FMI como agente y usurero de Wall
Street, sometiera con dobles y triples
cadenas de expoliación y saqueo a los
países del este europeo.
Ahora, muchos de estos “ilustra-
dos socialistas” se quejan del “atraso
político” y de la “división” del proleta-
riado ucraniano. Y se preguntan:
¿cómo puede ser que la clase obrera
ucraniana “no haya intervenido en esta
crisis política de forma indepen-
diente”?, como lo hace cínicamente el
PTS y su “sello internacional” de la FT.
Si todas las direcciones traidoras del
proletariado europeo le dijeron que se
podía “morigerar” el ataque de las po-
tencias imperialistas de Europa y vol-
ver “socialista” a Maastricht, es decir,
a la Unión Europea de los carniceros
imperialistas.
Otros se preguntan: ¿cómo puede
ser que el proletariado del este de Ucra-
nia quiera seguir atado a Moscú? Diga-
mos que en esta crisis política nadie
defendió al gobierno de Yanukovich,
como veremos luego, y sobraban con-
diciones para unificar a la clase obrera
ucraniana. Pero hablemos claro: todos
esos lacayos de Wall Street, esos trai-
dores del Foro Social Mundial, se dedi-
caron a decirle a toda la clase obrera
mundial que Al-Assad, Khadafy, Putin y
los mandarines del PC Chino eran alia-
dos del proletariado y de su lucha con-
tra el imperialismo.
Fue el accionar de las direcciones
traidoras del proletariado interna-
cional y del europeo en particular, el
que estranguló a la clase obrera ucra-
niana y le impidió que, por ahora,
ésta intervenga de forma decisiva y
centralizada en la monumental crisis
política y económica en Ucrania.
Los sinvergüenzas del FSM reuni-
dos en el 2010 en España, convoca-
ban junto a todos los renegados del
trotskismo, a una supuesta “huelga
general europea”. Llamaban desde los
plenarios de todos los sindicatos a
marchar a Grecia. Pero para estos par-
tidos social-traidores y las burocra-
cias sindicales, los obreros del este no
son “de Europa”. Europa terminaría en
Alemania, cuando para el imperia-
lismo, su “patio trasero” del este, in-
cluidas las estepas rusas, es clave
para hacer funcionar a sus transnacio-
nales con energía barata y mano de
obra esclava. Las potencias imperia-
listas han llenado de maquiladoras
desde Polonia a Ucrania, a Letonia,
Bielorrusa, a los Balcanes. Esta situa-
ción le garantiza al imperialismo tener
mano de obra barata y en negro, que
la hace ingresar del este a trabajos
eventuales a las metrópolis imperialis-
tas y luego la despiden para que vuel-
van a sus países de origen.
Los obreros rumanos de la Renault
se sublevaban en el 2009 y decían
“queremos ganar como los obreros de
la Renault francesa”.
Hay que aclarar que dirigidos por
estas corrientes traidoras, y con los
partidos anticapitalistas haciéndose los
“distraídos”, dejaron al proletariado de
Rumania, de Hungría, de Letonia, etc.,
que se levantaba contra el FMI en aquel
año del 2009, aislado de la clase obrera
griega, francesa y de la Europa Occi-
dental… y le fue muy mal al proleta-
Febrero de 2014. Movilización en Kiev
1010
riado de los países imperialistas y a la
clase obrera de las colonias del este.
Si no es desde aquí, desde esta visión
histórica del último período de la lucha
de clases de Europa, ningún obrero serio
podrá comprender los límites y el some-
timiento que aún sufre el proletariado
ucraniano tras las distintas pandillas bur-
guesas que lo chantajean, como hace la
burguesía “rusófila” del este de Ucra-
nia, diciéndoles que si se van con la UE
perderán todos sus empleos, o como lo
hace la camarilla de Kiev, manipulando a
los obreros prometiéndoles que de la
mano del FMI y de Alemania podrán
“ganar algún día como los obreros de la
Renault francesa”.
Sin esta visión de las condiciones
materiales e internacionales de la Ucra-
nia colonizada, ningún marxista podrá
orientarse en un sentido revolucionario
ante la monumental crisis política y eco-
nómica que se ha abierto en ese esla-
bón decisivo que es Ucrania en la
cadena de colonias y semicolonias que
las potencias imperialistas europeas y
el FMI controlan hacia el este.
Si la clase obrera ucraniana no toma
la centralidad de la lucha para resolver
la cuestión nacional, si su combate es
nuevamente expropiado por la burgue-
sía y Ucrania es sometida por dobles y
triples cadenas por el imperialismo, el
proletariado europeo verá peligrar rápi-
damente todas sus conquistas. Esto es
lo que deben comprender la clase
obrera de toda Europa, y de Rusia en
particular.
LA BANCARROTA IMPERIALISTA
DE WALL STREET Y LA CRISIS
CAPITALISTA MUNDIAL DE
2007-2008 LLEVÓ AL
ESTALLIDO Y A UN PROFUNDO
ESTANCAMIENTO A LA EUROPA DE
MAASTRICHT Y A UNA BRUTAL
CRISIS A LOS ESTADOS DEL ESTE
EUROPEO
EN EL CRAC DEL 2008-2009
ESTÁ LA GÉNESIS DEL ACTUAL
ESTALLIDO ECONÓMICO Y
POLÍTICO, EL DEFAULT Y EL
DISLOCAMIENTO DE UCRANIA DE
LA DIVISIÓN DEL TRABAJO
EUROPEA
La bancarrota de Maastricht y de
Wall Street del 2007-2008 llevó como
un tsunami esa crisis a las endebles
economías de los países del este euro-
peo. Esto significó el estallido y la cesa-
ción de pagos de todos los ex estados
obreros de Europa del Este.
A la caída de la URSS en el ’89, todos
estos estados estaban estrangulados,
como América Latina, por fenomenales
deudas externas contraídas con el FMI
y la banca imperialista.
En el 2009, luego de pagar sucesi-
vos vencimientos de dichas deudas, los
países del este de Europa tenían un que-
branto de casi 2 billones de dólares. Eu-
ropa Occidental también ardía en
llamas: todos los bancos imperialistas
estaban al borde de la crisis y el crac.
La posibilidad de un default gene-
ralizado en el este europeo hacía tem-
blar a los ya quebrados bancos de las
potencias imperialistas de Maastricht.
Es que el 84% de los billones de dóla-
res que debían los estados del este
eran deudas contraídas con los ban-
cos imperialistas europeos. Se trataba
de una gran cadena de robo y saqueo
del capital financiero, que iba desde
las estepas rusas de Europa a Wall
Street, pasando por Alemania y todas
las potencias europeas. Había que
desincronizar la entrada del proleta-
riado de Oriente con el del Occidente
de Europa que en esos momentos pre-
sentaba enormes batallas contra los
ataques de los estados imperialistas
en Grecia, Francia, Italia, etc.
Por eso el G-20 fortaleció con fondos
al FMI para que con préstamos usureros
pare el default de esos países del este.
EE.UU. apareció entonces como el gran
usurero. Por eso hoy el imperialismo
yanqui es quien se levanta como el gran
árbitro de los acontecimientos del este
de Europa y el que en última instancia
va a definir el curso de los acontecimien-
tos. El usurero manda. Por ello, ante los
nuevos acontecimientos y como ya diji-
mos, fue Kerry quien viajó inmediata-
mente en el mes de Febrero a Ucrania,
la declaró “tierra de la OTAN” e intimó a
Rusia a quedarse en la frontera. El acre-
edor tomó posesión de Ucrania. Y ésta
quedó nuevamente estrangulada, como
ayer en el 2009, con pactos leoninos de
acuerdo con el FMI.
En el 2009, Ucrania fue el país más
golpeado por la crisis, inclusive de todo
el planeta. Su PBI ya había caído un
40%. Los bancos estaban quebrados y
como en Argentina de 2001, se impuso
un “corralito” que no permitía el retiro
de fondos de los mismos. Su moneda
fue devaluada en un 100%, lo que sig-
nificó una cesación de pagos masiva de
los créditos de consumo y de las tarje-
tas de crédito cuyos pagos estaban fi-
jados en dólares. Así es cómo le
hicieron pagar esa crisis a la clase
obrera ucraniana.
Pero asimismo esta crisis recorría
todo el este europeo y ya provocaba
sublevaciones, levantamientos y catás-Putin y Yanucovich
1111
trofes económicas como en Bulgaria,
Eslovaquia y los países Bálticos como
Letonia, Lituania y Estonia. Por su
parte Rumania pudo evitar el default:
20.000 millones de dólares de présta-
mos del FMI la salvaron circunstancial-
mente. Pero todos estos países del
este europeo caían como un dominó
atados al imperialismo, a la usura fi-
nanciera internacional y al peor de los
saqueos, mientras la Europa imperia-
lista los utilizaba como maquilas con
mano de obra barata y altamente cali-
ficada, relocalizando allí sus transna-
cionales. Los ex estados obreros del
este europeo devenían así no en “nue-
vos paraísos capitalistas” sino en nue-
vas colonias o semicolonias vilmente
saqueadas.
La política del imperialismo de au-
xiliar a la Europa del este y a sus paí-
ses en bancarrota, como ya dijimos,
no fue sólo una decisión económica,
sino también política. Hay que reafir-
mar que el pánico del capital finan-
ciero estaba dado por el peligro latente
que significaba que la clase obrera del
este europeo se sublevara desde las
maquilas de salarios de miseria junto
a sus hermanos de clase de la Europa
imperialista.
No se pueden abordar los aconte-
cimientos de la Plaza Maidán iniciados
a finales de 2013, ni la crisis que sig-
nifica que el proletariado no haya po-
dido intervenir decisivamente con una
acción independiente de masas, so-
brepasando a la dirección burguesa
que le impedía derrocar a Yanukovich,
sin develar el rol que jugaron las direc-
ciones traidoras del proletariado de la
Europa imperialista. Estas direcciones
fueron enemigas de ganar las calles al
grito de “los obreros ucranianos
deben ganar como los obreros france-
ses y alemanes” en solidaridad con
sus hermanos de clase de Ucrania,
cuando las masas ucranianas paraliza-
ron y mantuvieron en vilo todo el país
durante dos meses. Así, día a día, las
fracciones burguesas pro-europeas de
Ucrania y su falso “nacionalismo” no
menos lacayo del imperialismo, pudie-
ron impedir que sean los explotados
los que resuelven a su favor la enorme
crisis política abierta.
Fue esa política traidora de las direc-
ciones de la clase obrera europea, insis-
timos, la que le impidió al proletariado
y las masas explotadas de Ucrania apro-
vechar a su favor esa enorme crisis de
los de arriba para desmantelar todas las
instituciones del estado burgués, a sus
partidos y camarillas capitalistas y ter-
minar con esa casta de oficiales del ejér-
cito ucraniano, lacaya del FMI y del
carnicero Putin.
Tal como ahora, en el 2008-2009
Ucrania ardía en llamas. Aquella crisis
devoró al gobierno de la Timoshenko
que había arribado al poder con la “re-
volución naranja” y que sólo acrecentó
el sometimiento de Ucrania al imperia-
lismo a grados extremos.
El imperialismo yanqui entonces se
asentó como el patrón del este de Eu-
ropa y también como el socio usurero
de Maastricht, otorgándoles créditos de
bonos basura a las potencias imperia-
listas en bancarrota como Italia, Grecia,
Portugal y España, que quedaron como
potencias imperialistas vencidas en la
guerra comercial y costeando ellas gran
parte de la deuda y la debacle de Wall
Street. Si esto sucedió con las poten-
cias imperialistas menores, qué no
habrá pasado con las colonias y semi-
colonias de los ex estados obreros del
Este de Europa. Estos países del este
quedaron doble y triplemente someti-
dos al imperialismo.
çDurante estos años las penurias de
las masas se volvieron insoportables.
La desincronización de los combates de
la clase obrera de la Europa imperialista
y del este fue una verdadera tragedia
para la clase obrera mundial.
El proletariado ucraniano quedó
con un salario de 300 dólares, el más
bajo de toda Europa. Hasta entonces
la enorme migración de obreros escla-
vos ucranianos hacia la Europa Occi-
dental, era un paliativo a la catástrofe
económica de las masas ucranianas.
Es que éstos enviaban parte de sus sa-
larios por sus trabajos en las poten-
cias imperialistas por 800 ó 900
dólares y así se mantenía una parte
importante de la clase obrera de Ucra-
nia. El crac y la crisis económica en
Europa cerraron esta circulación de di-
visas. Centenares de miles de obreros
ucranianos quedaron sin trabajo en
Europa Occidental y en la miseria en
Ucrania.
Así, y como ya dijimos, a los obre-
ros del este les hicieron pagar esta cri-
sis. Y también le fue muy mal a la clase
obrera del occidente europeo, some-
tida país por país a la esclavitud y al
flagelo de sus propias burguesías im-
perialistas. La clase obrera europea fue
desincronizada.
A través del FMI y de préstamos di-
rectos, EE.UU. le tiró todos los bonos y
papeles sin valor de su oligarquía finan-
ciera a las potencias en bancarrota de
Maastricht, mientras se lleva valores
contantes y sonantes de toda Europa.
Los gobiernos y los bancos europeos le
tiraron toda esta crisis al movimiento
obrero.
Esto en Ucrania significó que el go-
bierno de Yanukovich, sostenido por
Las masas en Plaza Maidán contra el gobierno de Yanucovich
1212
el látigo de Putin, y la banda de los
tres “oligarcas” multimillonarios de
Ucrania, sometiéndola al FMI, agobia-
ron a las masas empobrecidas de las
clases medias y llevaron a un callejón
sin salida de miseria atroz al movi-
miento obrero.
A finales de 2013 las condiciones
para un levantamiento revolucionario
maduraban. La crisis política estalló y
como, ya vimos, por traición de la direc-
ción del proletariado europeo, una frac-
ción de la burguesía se anticipó para
abortar la irrupción revolucionaria de las
masas, controlándolas y sometiendo a
la Plaza Maidán a los pies de Obama y
de Maastricht, mientras Yanukovich y la
banda de los “oligarcas” chantajeaban
para quedarse con los negocios del este
europeo y así partir Ucrania. El proleta-
riado “rusófilo” del este no intervino a
favor de Yanukovich, como lo había
hecho contra el levantamiento “naranja”
de la Timoshenko, como veremos luego.
Éstas eran las condiciones para forjar la
unidad de la clase obrera. Por ahora, y
tan solo por ahora, la clase obrera no ha
podido dar una respuesta definitiva a
esta cuestión.
Pero esta tardanza de la clase obrera
ucraniana, europea, y de Rusia en par-
ticular, en conquistar la unidad de sus
filas, es lo que permite que Putin y la
burguesía “gran rusa” puedan manipu-
lar nuevamente al proletariado del este
de Ucrania.
Así Ucrania ha estallado, como de-
cimos en este trabajo, como el eslabón
más débil del control imperialista del
este europeo. Para nada la crisis ha
sido resuelta. El crac está aquí. El de-
fault de la deuda está aquí. La “Gran
Rusia” ha sido humillada y llevada a
sus fronteras… Putin intenta resarcirse
tomando Crimea, pero ya ha perdido el
control central de los gasoductos que
saquean el gas ruso que pasan por
Ucrania. Las potencias imperialistas se
sientan a la mesa y han discutido,
como lo hicieron en la reunión de la UE
y EE.UU. del “Pacto del Atlántico”,
cómo se reparten el botín y cómo con-
tienen a su sicario Putin.
EL GOBIERNO DE YANUKOVICH,
SOSTENIDO POR MOSCÚ, DESDE
2010 A 2013 FUE LA GARANTÍA DE
COBRO DEL FMI Y DE LA
ESCLAVITUD DE LA CLASE OBRERA
UCRANIANA
En el 2010 el gobierno de Yanuko-
vich vino a constituir un intento bona-
partista elevándose por encima de las
fracciones burguesas para unificar sus
negocios, hacia el este con Rusia,
hacia el Occidente con sus finanzas y
el gas con la Europa imperialista, y
todos haciéndose garantes del pago
de la deuda al FMI y fundamental-
mente al imperialismo yanqui. Así, ti-
rándole toda la crisis al movimiento de
masas y con mayor endeudamiento
con el FMI, Ucrania salió del colapso
en ese año.
Este gobierno de Yanukovich estuvo
asentado por un lado, en las tres figuras
más destacadas de la súper-oligarquía
ucraniana que controla sus negocios en
el este de Ucrania y los comparte en
Kiev, y por el otro, del lado ruso, en el
carnicero Putin.
La reconfiguración de las clases do-
minantes en la Ucrania restaurada por
el capitalismo en el ’89, sólo dio una
clase anti-nacional, que no tiene patria
ni bandera, sólo negocios por hacer.
La restauración del capitalismo en
Ucrania, con el estallido de la ex
URSS, dio nacimiento de forma inme-
diata a una poderosa clase de empre-
sarios devenidos como tales de la
vieja nomenclatura del Partido Comu-
nista. Éstos en los ’90, en un golpe de
manos, se quedaron con las mejores
tierras y los negocios más importan-
tes de Ucrania.
Esta oligarquía tiene tanto peso,
que en el mismo mes de Febrero mien-
tras ardía la Plaza Maidán, el líder de
la “oposición”, que posaba de “com-
bativo”, el boxeador Vitali Klitschko, se
reunió con Rinat Akhmetov, el hombre
más rico de Ucrania y agente de Putin,
para discutir los pasos a seguir ante la
monumental crisis abierta con la ane-
xión de Crimea por parte de Rusia,
luego de la fuga de Yanukovich y su
destitución del gobierno.
Para dar un ejemplo, el mencionado
Akhmetov, que domina la producción
de acero y de carbón de Ucrania, y
Dmytro Firtash, que es una figura cen-
tral en la industria química y la produc-
ción eléctrica, han sido los principales
financiadores del Partido de las Regio-
nes del depuesto Yanukovich.
Igor Kolomoisky, un banquero y mag-Obama y Tymoshenko
1313
nate industrial, se dedica a hacer alianzas
tácticas cortas con distintos gobiernos
según le convenga a sus negocios.
Sobre esa súper-oligarquía se
sostenía el gobierno de Yanukovich,
que explotaba a la clase obrera a gra-
dos extremos a cuenta del FMI y los
banqueros europeos.
En el mes de Noviembre de 2013 se vol-
vió imposible pagar los intereses de los in-
tereses de una deuda por demás fraudulenta
y saqueadora de la nación. La Ucrania tute-
lada chocó con las rocas submarinas de la
crisis económica mundial, entrando en una
monumental cesación de pagos y en un
nuevo estallido de la deuda como en el 2009.
Otros países del este europeo, también como
en el 2009, sufren estrangulamientos y ce-
sación de pagos como Moldavia, Bosnia, los
países Bálticos. Esto amenaza con exten-
derse a toda Europa del Este.
Pero esta vez el imperialismo ya viene
a por todo. La oligarquía financiera inter-
nacional ha hecho sus números y ha sa-
cado la conclusión de que ya no hay
forma directa de cobrarse las deudas de
los países saqueados por los usureros in-
ternacionales que no sea quedándose,
como sucedió con América Latina en los
’90, con toda la infraestructura, riquezas
naturales y todas las empresas que le ga-
ranticen una renta fija al imperialismo para
cobrarse en activos su deuda financiera.
Por eso al imperialismo europeo, a
EE.UU. y al FMI, acreedor de Ucrania,
ya no les es suficiente con un gobierno
que le pague la deuda. Necesitan
quedarse con toda Ucrania, sus tier-
ras y sus empresas, a las que harán
quebrar sin piedad si dan déficit
como las del este ucraniano. Pero
sobre todo, las potencias imperialistas
necesitan quedarse con el control de
los gasoductos y el gas de forma di-
recta. En estas condiciones es de
cínico y de embustero pretender
plantear que puede surgir una “Ucra-
nia independiente y democrática”
cuando se la está transformado en
una colonia tutelada para imponerle
condiciones extremas de saqueo y
esclavitud. O bien, en una colonia
fragmentada con su parte este tute-
lada y oprimida por la “Gran Rusia”
y utilizada como chantaje para los ne-
gocios de esa burguesía corrupta y
sanguinaria de Moscú.
Sin la expropiación de los capital-
istas y sin una nueva revolución que
restaure la dictadura del proletariado
bajo formas revolucionarias, como ya
dijimos, es imposible resolver la cues-
tión nacional ucraniana.
Estos procesos profundos de la
brutal crisis de las fuerzas productivas
y del estallido de la Ucrania coloni-
zada, oprimida por la “Gran Rusia” a
cuenta del imperialismo y el FMI, fue-
ron los que subyacían en el trasfondo
de la monumental crisis política que se
abrió en Diciembre de 2013 contra el
odiado gobierno de Yanukovich,
agente del FMI.
Sin partir de estas condiciones inter-
nacionales del carácter de Ucrania y su
relación con el mercado mundial, y su
ubicación como un estado nacional que
no ha podido ni podrá ser ya indepen-
diente en los marcos del capitalismo,
será imposible para todo obrero avan-
zado comprender la convulsión política
que sacudió a Ucrania y a toda Europa
en los últimos meses.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL GOBIERNO DE
YANUKOVICH
La deuda externa de Ucrania, como
vimos, no había hecho más que dupli-
carse hacia finales de 2013. El FMI, mo-
nitoreado por EE.UU. como acreedor,
quiso asegurarse y le exigió garantías a
Yanukovich del pago de la deuda ex-
terna, como fielmente lo venía haciendo
hasta entonces.
Pero las arcas de Ucrania estaban
devastadas. El gobierno de Yanukovich
inició una negociación con la Unión Eu-
ropea para que le otorgue préstamos
con los cuales pagarle la deuda externa
a EE.UU. y al FMI. La Europa de Maas-
tricht, principalmente Alemania, vio a
su lacayo en crisis y le impuso que
para ayudarlo a pagar al FMI, tenía que
abrir todos sus negocios y sus adua-
nas. De hecho, venía a imponerle a
Ucrania un tratado de libre comercio.
Es más, Alemania y el Bundesbank
le exigían a Yanukovich que, antes de
discutir cualquier préstamo, terminara
de atacar decisivamente a las masas,
aumentando el precio del gas y de los
alimentos.
El gobierno de Yanukovich así se
ganaba el odio de todas las masas de
Ucrania. El imperialismo europeo y el
FMI utilizaron a Yanukovich como
“limón exprimido” para cobrarse la
deuda de Ucrania. Una vez que el limón
no tuvo jugo, se lo sacaron de encima.
Para Yanukovich el pacto con la Eu-
ropa imperialista y Alemania significaba
tener que lidiar y marchar a un choque
directo con las masas hambrientas y
desesperadas, y ya no tenía fuerza para
ello ni base social en ningún sector de
masas.
Rusia le ofreció a Yanukovich conce-
derle 15.000 millones de dólares para
que le pague al FMI la fraudulenta deuda
Tropas rusas desplegándose en Crimea
1414
externa y reducirle en un 30% el precio
del gas. Esto le permitiría al gobierno de
Yanukovich tener más tiempo para re-
doblar su ataque contra la clase obrera
y los explotados, y pagarle al imperia-
lismo a tiempo.
Yanukovich, como vimos, tampoco
tenía base social en la clase obrera del
este de Ucrania ligada a la producción
para el aparato militar ruso. Es que ya
tampoco allí era creíble. Venía de incli-
narse sobre la UE para intentar atacar a
las masas.
Su gobierno quedó pendiendo de un
hilo. Sólo había que tirarlo.
La burguesía de la Plaza Maidán que
contenía la irrupción independiente de
masas y en toda Ucrania, intentó sal-
varlo, firmando un gobierno de unidad
nacional el 21 de Febrero. Pero ya fue
tarde. Si esto se mantenía ya ni en la
Plaza Maidán ni en toda Ucrania se
podía contener más la irrupción violenta
de la clase obrera y el movimiento de
masas.
El ocaso de Yanukovich significaba
también el ocaso del control compar-
tido de Ucrania por parte de Rusia con
la banca imperialista. Rusia debía mar-
charse hacia la frontera del este. La
consigna fue: “toda Ucrania para el FMI,
EE.UU. y la Maastricht imperialista”.
UCRANIA Y LA REBELIÓN DE LA
PLAZA MAIDÁN: UNA SITUACIÓN
REVOLUCIONARIA…
Y UNA REVOLUCIÓN QUE AÚN NO
PUDO SER
EL SURGIMIENTO DE UNA
FRACCIÓN BURGUESA QUE SE
ADELANTA A UNA IRRUPCIÓN DE
MASAS CONTRA EL ODIADO
YANUKOVICH Y ARRASTRA A LAS
MASAS A LA UE
Hacia finales de 2013 una situación
revolucionaria se abría en Ucrania. Las
condiciones objetivas en Ucrania estaban
más que maduras para el inicio de la re-
volución. Al decir de Lenin: quedaba claro
que "los de arriba" ya no podían seguir
dominado en paz y "los de abajo" ya no
querían seguir siendo dominados como
siempre, hastiados de las enormes penu-
rias y padecimientos impuestos.
Es que Ucrania atraviesa una verda-
dera crisis social y un fenomenal crac
económico. Como vimos, el hambre, los
salarios miserables de 300 dólares, la
súper explotación, la inflación, son las
condiciones de miseria que el cipayo del
imperialismo, Yanukovich, de la mano de
Putin, le impuso a las masas ucranianas.
Para Lenin, para que comenzara la
revolución y no sea tan sólo una situa-
ción revolucionaria, estas condiciones
objetivas debían combinarse con una
acción independiente de masas. Como
sucede al inicio de toda revolución,
estas acciones independientes de
masas dejan en grave crisis al estado
burgués. Estos es lo que vimos en
2011 en Libia con el desarme y la des-
trucción del ejercito khadafista. Tam-
bién sucedió en Siria con las masas
conquistando su armamento luego de
superar los límites de las acciones pa-
cíficas que le imponían los religiosos
musulmanes luego de los rezos, co-
menzando a romper por la base al
ejército del asesino Al-Assad. Lo
vimos en Egipto con la Plaza Tahrir de-
rrumbando al gobierno de Mubarak, al
igual que en Túnez con el derroca-
miento revolucionario de Ben Alí.
También sucedió en la revoluciona ar-
gentina del 2001, en Bolivia en 2003 y
en todos los inicios de revoluciones
donde actuaron las masas con sus ac-
ciones independientes.
Estas revoluciones son brillantes
victorias de las masas. La paradoja es
que por crisis de dirección, la clase
obrera y los explotados terminan entre-
gándoles el poder nuevamente a sus
enemigos, que intentan expropiarlas,
hacerlas retroceder o llevarlas a un
baño de sangre.
En Ucrania la burguesía, percibi-
endo esta situación objetivamente
revolucionaria, se anticipó y apoyada
en las clases medias y manipulando
un falso sentimiento “nacionalista”,
canalizó las justas aspiraciones de un
sector de las masas y su odio a
Yanukovich y al carnicero Putin. Así
logró contener la acción independiente
de masas, y como ya dijimos, intentó
canalizar la crisis política poniendo en
pie un gobierno de “unidad nacional” o
de pacto con Yanukovich.
Jamás se le ocurrió a las frac-
ciones burguesas “nacionalistas” ni a
la burguesía pro-europea de Kiev lla-
mar a las masas a unirse para tirar
abajo al gobierno de Yanukovich, der-
rotar a sus fuerzas de choque contrar-
revolucionarias y terminar con la
casta de oficiales del ejército ucrani-
ano, tan lacaya y gerenciadora del
látigo de Putin como de la bota del im-
perialismo. La burguesía jamás movi-
liza a las masas ni las arma, ni mucho
menos llama a derrotar y a destruir la
casta de oficiales de los ejércitos bur-
gueses, porque sabe que si lo hace
pondría en riesgo su propio poder y
propiedad ante la clase que oprime.
El programa de la burguesía fue
copar la Plaza Maidán con base que
ellos controlaban, inclusive con milicias
neo-fascistas para impedir que el mo-
vimiento obrero irrumpa independien-
temente. Fue una acción in extremis
para que el péndulo de la negociación
con Rusia a la que se acercaban Yanu-
kovich, vuelva hacia una negociación
con la UE. El gobierno que sobrevino a
la Plaza Maidán fue un gobierno de
pacto con Yanukovich que rápidamente
tuvo que ser disuelto porque de mante-
nerse, todo ese entramado de conten-
ción y expropiación de la revolución de
las masas ucranianas que estaba en
ciernes, se hubiera derrumbado como
un castillo de naipes.
La prueba de este enorme odio con el
que contaba el gobierno ucraniano en el
2013 es que, a diferencia del 2004,
cuando durante la llamada “revolución
naranja” encabezada por Timoshenko
contra Kuchma y su candidato Yanuko-
vich, la clase obrera del este protagonizó
enormes huelgas generales en defensa
de éstos últimos, esta vez, no lo hizo. Es-
taba expectante. Es que el látigo de Putin
y Yanukovich, bajo el mando del FMI, era
1515
lo que acercaba más y más a las masas a
la Unión Europea imperialista.
Trotsky planteaba en su trabajo “La
cuestión ucraniana” de 1939 que era la
bota de Stalin y la opresión de la “Gran
Rusia” sobre Ucrania, la que fortalecía
al movimiento nacionalista de derecha
que empujaba a Ucrania a los brazos de
Hitler.
Esta es la contradicción que permite
comprender por qué la burguesía pudo
anticiparse y controlar al movimiento de
masas, y llevar el péndulo de los aconte-
cimientos al acuerdo con la UE, sin que
estalle una revolución abierta con una ac-
ción independiente de masas. Es que los
explotados huían a como sea de Putin.
La crisis no está cerrada. Aún hoy
hay “demócratas” vulgares y parlanchi-
nes como periodistas de Le Monde y del
imperialismo francés, que hablan de una
“nueva primavera de los pueblos” en
Ucrania. Son unos charlatanes. Ni la bur-
guesía ni su partido nacionalista de la
Plaza Maidán, movilizaron a las masas y
las empujaron al combate, ni jamás tu-
vieron la intención de derrotar a las ins-
tituciones sobre las que se asentaba el
gobierno represor de Yanukovich y de
los tres oligarcas que mandan a Ucrania.
Lo que entregó la burguesía de la Plaza
Maidán fue una nueva soga para ahorcar
al pueblo y a la nación ucraniana, tan al
servicio del FMI como Putin. Por ello, in-
sistimos, la crisis no está cerrada.
La burguesía en el medio de una
enorme crisis en las alturas y de dispu-
tas interburguesas, signadas por un fe-
nomenal crac económico, se adelantó a
una acción independiente de las masas
que abiertamente comenzaban a salir a
las calles, como sucedió en la jornada
del 20 de Febrero que arrojó un saldo de
47 muertos a manos de la represión de
Yanukovich.
Cuando ese peligro se puso de ma-
nifiesto, tanto las potencias imperialistas
europeas, como EE.UU. y el mismo Ya-
nukovich empujaron inmediatamente a
un pacto y a un acuerdo para cerrar la
crisis en las alturas.
Como ya dijimos, luego de semanas
de acampes en la Plaza Maidán, comen-
zaba a gestarse, con el ingreso de am-
plios sectores de las masas explotadas,
la posibilidad de que sea la clase obrera
la que irrumpa ante la crisis política –
como la única clase verdaderamente na-
cional-, acaudillando al conjunto de los
explotados con acciones de masas his-
tóricas independientes, dándole una sa-
lida a la Ucrania oprimida y resolviendo
las aspiraciones nacionales. Es que es la
clase obrera es la única clase que no se
encuentra atada por ningún interés al
imperialismo.
La burguesía aterrorizada entonces
ante la perspectiva de la irrupción in-
dependiente de las masas, cerró sus
filas y las brechas en las alturas. Bajo
las órdenes de Kerry y la OTAN, firmaron
un pacto de unidad nacional el 21 de fe-
brero de 2014, estableciendo que iban a
formar un gobierno provisional y el lla-
mado a elecciones anticipadas para
mayo del corriente año, supervisadas
con observadores de la OTAN.
El 22 de febrero Yanukovich es des-
tituido por el Parlamento. El imperia-
lismo, luego de usarlo cual “limón
exprimido” para atacar a las masas, se
lo saca de encima. Ningún gobierno en
el que estuviera Yanukovich podía ser
presentado ante las masas como un go-
bierno “legítimo”, puesto que como diji-
mos, era odiado por éstas. Por ello, el
parlamento, un día después designa a
Alexandr Turchinov, perteneciente al ala
de la burguesía pro-europea, presidente
interino. La UE y EEUU estaban dispues-
tos a quedarse con toda Ucrania y des-
terrar a Putin de su control.
Los últimos capítulos de la revolu-
ción ucraniana ni siquiera han comen-
zado a escribirse. Estamos frente al
prólogo. Pero ese libro, sin ninguna
duda, contendrá los capítulos que de-
mostrarán que la revolución ucraniana
es una e inseparable de la lucha por la
restauración de la dictadura del proleta-
riado bajo formas revolucionarias en la
ex URSS y su extensión a toda la Europa
imperialista.
Carlos Munzer
5 de abril de 2014
Enero 2014. Movilización en Ucrania
Publicaciones de la
Editorial Socialista
Rudolph Klement

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Suple ucrania abril2014

  • 1. Una colonia tutelada por el imperialismo O soviética, socialista e independiente Una colonia tutelada por el imperialismo O soviética, socialista e independiente SUPLEMENTO ESPECIAL ¡Fuera el FMI, Maastricht y la OTAN! ¡Fuera de Ucrania y Crimea las tropas blancas contrarrevolucionarias de Putin, sicario del imperialismo y hasta ayer fiel pagador del FMI con su socio Yanukovich! ¡Por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas soviéticas y revolucionarias en Ucrania, el Glacis, Rusia y todas las ex repúblicas de la URSS! Por Carlos Munzer UCRANIA: una alternativa de hierro Plaza Maidán, enero 2014 Tropas rusas en Crimea Suplemento Especial 15 de Abril de 2014 Precio U$S 1 Solidario U$S 2
  • 2. 22 UCRANIA ESTALLA EN CESACIÓN DE PAGOS. ASÍ SE DISLOCA Y ENTRA EN CRISIS ESTE ESLABÓN MÁS DÉBIL DEL CONTROL IMPERIALISTA DE LAS COLONIAS Y SEMICOLONIAS TUTELADAS DEL ESTE EUROPEO Desde Diciembre de 2013, Ucrania entró en una verdadera cesación de pagos, sometida al FMI con una deuda externa de 65.000 millones de dólares, con vencimientos este año de 13.000 millones de dólares. Se calcula que la deuda total ucraniana a largo plazo ronda los 140.000 millones de dólares, lo que representa un 80% de su PBI. Desde los años ’90, cuando con el estallido de la ex URSS logra “su inde- pendencia”, Ucrania no ha logrado re- crear un mercado nacional, cuestión que nunca logró desde su existencia, a excepción de cuando se federó con la URSS de Lenin y Trotsky en 1921-1922. Luego pasó a ser parte de esa cárcel de naciones sobre la que se asentó el es- talinismo en la “Gran Rusia”. Ucrania al no poseer un mercado nacional en su territorio, no puede arti- cular una división del trabajo dentro de sus fronteras nacionales. Desde este punto de vista, su inserción en la divi- sión del trabajo en la economía mundial y en Europa en particular, es mirando al oriente, articulando una cadena produc- tiva con Rusia; o bien hacia el Occi- dente, hacia la Europa de Maastricht a la cual está ligada con miles de relacio- nes económicas y financieras. En el este de Ucrania, sus enormes acerías y minas de carbón en la llamada zona “rusófila” de la región del Donbass (en la cuenca del río Don) producen para el aparato militar ruso con máqui- nas obsoletas que perduran de la época de la ex URSS. Sus minas de carbón se sitúan entre las mayores del mundo; sin embargo, la industria pesada en el este de Ucrania precisa de la importación de productos energéticos y de gas natural, lo que la hace totalmente dependiente de las transacciones comerciales y las relaciones económicas con Rusia. Por otro lado, su zona occidental mira y se articula con la Europa impe- rialista. En su capital Kiev, se controlan las finanzas que se recaudan con las comisiones por el transporte y con el pago del peaje de los tres gasoductos que pasan por Ucrania desde Rusia, con los cuales se abastece el 100% de las energías de los países del este eu- ropeo como Checoslovaquia, Polonia, Hungría, Rumania, etc. y el 30% del consumo del gas de la Europa imperia- lista. El Gazprom, la empresa rusa, rea- liza este abastecimiento con sus socios europeos como la BASF y la Siemens alemana, la Gas de France y la Total francesas, la ENI italiana, etc. Desde este punto de vista, Ucrania es un lugar de paso y de tránsito del gas ruso, imprescindible para el funciona- miento de la producción de las poten- cias imperialistas europeas. A Rusia se la presenta como una gran “exportadora de armas”. Es indudable que lo es. Para ello la nueva burguesía rusa aprovecha el viejo aparato industrial militar de la ex URSS. Pero decir sólo esto es una quimera, o por lo menos es no decir toda la verdad. El aparato indus- trial militar ruso funciona gracias a la alta tecnología que le venden Francia, Alema- nia y en menor medida, EE.UU., tal cual ahora sale a la luz en esta crisis de Ucra- nia exponiendo los enormes negocios de alta tecnología que la Europa de Maas- tricht realiza con Rusia. Podríamos decir que Rusia es dependiente para su indus- tria militar de la tecnología de Francia y Alemania. Asimismo Rusia es fundamental- mente exportadora de productos prima- rios como el gas y el petróleo. La Europa imperialista succiona ya desde hace dé- cadas el gas, el petróleo y las riquezas rusas, y Putin y sus pandillas burguesas se quedan con una parte de la renta pe- trolera y gasífera por las exportaciones que realiza. Europa ha quedado imbri- cada, así, desde Portugal a las estepas rusas, bajo el mando de las potencias im- perialistas, de quienes depende Rusia desde el punto de vista financiero, de la alta tecnología y de la colocación de sus productos primarios. La burguesía “gran rusa”, asociada a los cartels y transnacionales imperia- listas en la industria armamentística, en la extracción del gas y el petróleo, man- tiene, heredada de la ex URSS, un com- plejo, aunque en gran medida obsoleto, de una industria que le permite substi- tuir importaciones y lo hace oprimiendo asimismo a pequeñas repúblicas y re- giones, a las que somete como parte de un mercado nacional común. Alemania es el gran distribuidor del gas ruso en toda Europa. Necesita mantener el statu quo con Rusia, a la que le succiona la energía. Pero a la vez también necesita controlar y de- bilitar a Rusia por el hecho de depen-Represión a las masas en Ucrania
  • 3. 33 der de ella desde el punto de vista de la energía. La oportunidad que se pre- sentó en Ucrania con su default, le vino muy bien a Alemania y a la Eu- ropa imperialista para extender sus fronteras hasta la Rusia misma, para controlar directamente todos los gasoductos que llegan a Berlín y Frankfurt. Por su lado, EE.UU. es el gran acre- edor, como veremos luego, de la Eu- ropa oriental sometida por el FMI, tal cual colonias expoliadas, y en última instancia, desde Wall Street, es el pres- tamista de los países imperialistas eu- ropeos de segunda que están en ruinas y endeudados, luego de que sus bancos quebraran en el crac del 2008. Ucrania es un eslabón clave pero el más débil de esa cadena de la división del trabajo, que une las fuentes del gas y la energía de Rusia con el resto de Eu- ropa. Ucrania es un eslabón clave. Allí las pandillas capitalistas, tanto las que miran a oriente como las que miran a occidente, desde la caída de la URSS en los ‘90 y el renacimiento de una Ucrania “independiente”, se pelean el control del gobierno de Kiev porque desde allí se cobran las comisiones por el tránsito del gas y se manejan las finanzas. Ese centro financiero de Kiev es y ha sido motivo de disputa de las fraccio- nes burguesas nativas que en algunos momentos negociaban con Rusia y en otros con la Europa imperialista, ven- diéndose en cada oportunidad al mejor postor, es decir, al que le dejaba mejo- res comisiones por el control del peaje por el paso de dichos gasoductos. Por otro lado, la tragedia de la res- tauración capitalista ha hecho retroce- der la cuestión agraria, dejando las llamadas “tierras negras”, de gran fer- tilidad, en manos de las grandes cerea- leras como la Monsanto y de una riquísima oligarquía. El 90% de los territorios ucranianos es un plano inclinado hacia los mares Negro y de Azov. Sus tierras cultivables abarcan 48.600 millones de hectáreas. De allí se exportan alimentos a China y a todos los países del este europeo. Su producción de trigo, maíz y ahora de soja para el mercado mundial, que deja una renta agraria anual de 20.000 mi- llones de dólares, ha dado origen a una nueva oligarquía agraria ligada directa- mente a la Monsanto, a la Cargill y a la City de Londres y Wall Street. El estallido de la crisis ucraniana ya rompió el statu quo y la estabilidad en toda Europa y a nivel mundial. Es que Ucrania ha entrado en crisis y en cesa- ción de pagos con su gran acreedor que es EE.UU. a través del FMI, con su mo- numental deuda externa. El único statu quo que EE.UU. le permite tener a Ucrania es el de ser una colonia tute- lada para cobrarse sus deudas como usurero. La Europa de Maastricht quería controlar a Ucrania como “república asociada”, es decir, como colonia vasalla. Lo que se abrió hoy es una disputa por Ucrania, entre la UE y EE.UU., a ver quién llega primero a controlarla y ser el encargado de distribuir los ne- gocios. Putin dice: “no me dejen afuera” y demuestra que él puede ser el gendarme para aplastar al proletariado si éste se levanta no sólo en Ucrania, sino también en Rusia y toda Eurasia. El imperialismo yanqui sabe que con la mano de obra esclava ucraniana, la re- conversión con alta tecnología de las minas de carbón y las siderurgias que den ganancia, el cierre de las que no sir- van, la apropiación de sus tierras fértiles y el control de los gasoductos -con lo que le cobraría comisiones a toda Europa-, se cobraría holgadamente esa deuda ex- terna fraudulenta que a fines de los ’80 le impusiera a todos los ex estados obreros con la restauración capitalista, quedando mejor posicionado para recolonizar inclu- sive a la “Gran Rusia”. Solamente desde este punto de vista se podrán comprender las posiciones de las potencias imperialistas europeas y de EE.UU. frente a Ucrania. Para EE.UU., el usurero y el acree- dor, a Ucrania hay que tomarla ya con la OTAN y cobrarse sus deudas quedán- dose inmediatamente con todas sus ri- quezas, mientras que para la Unión Europea hay que discutir contra Rusia tomando medidas para presionar a Putin para que este retroceda de Ucra- nia pero manteniendo el statu quo exis- tente bajo otras formas, permitiéndole a Rusia alguna injerencia política en los negocios del este europeo y haciéndole concesiones económicas. Pero para la UE Ucrania tampoco tiene otro camino que ser el de una colonia tutelada pero por Alemania y Francia. En su viaje a Europa, Obama le ha dicho a todas las potencias de la UE: “Ucrania nos recuerda que el precio de la libertad no es gratis”. El imperia- lismo yanqui no permite que Alemania y Francia sigan haciendo enormes ne- gocios de alta tecnología militar con Rusia y casi no pongan fondos para la OTAN que está bajo el mando anglo- Obama y Putin
  • 4. 44 yanqui. EE.UU. no va a permitir que Francia le siga vendiendo porta-heli- cópteros de altísima tecnología a Rusia, inclusive cediéndole parte de esta, asociada al complejo militar ruso, por 6.000 millones de dólares, y mucho menos que Alemania siga en- trenando a 30.000 soldados rusos por año en un simulador de guerra de alta tecnología, sin poner un dólar a la OTAN. EE.UU. como potencia domi- nante exige ser él quien encabece y distribuya los negocios en el este eu- ropeo y hasta Moscú. Poner a la OTAN como garante de la “independencia” ucraniana contra Rusia, no es un chantaje tan sólo a Putin para disciplinar a su agente, sino también a todas las potencias imperia- listas europeas para que ellas se some- tan al imperialismo dominante. En su viaje a Europa, Obama le dijo a la UE que debe terminar con su dependencia energética de Rusia si realmente quie- ren avanzar en recolonizarla. Mientras, le decía que “si quieren comprar gas norteamericano lo ten- drán que pagar mucho más caro que el ruso” o terminar con esas “normas ecológicas” con las cuales las petrole- ras europeas disputan negocios en el mundo y realizar ellas fracking en te- rritorio europeo para abastecerse de gas como lo hace EE.UU. Mientras, todos juntos amenazan a Rusia con aislarla. Putin se ha tomado Crimea, como veremos luego. Para el imperialismo por ahora en la negocia- ción con Rusia para que abandone Ucrania, esta península no es clave. Ya de hecho, se la ha cedido. Ello incluye dejarle a Rusia el control de uno de los tres gasoductos que pasan por Cri- mea. Le han dejado una pequeña ta- jada a su agente, pero para que se retire de Ucrania. Viéndolo desde el punto de vista de la división del trabajo y la ubicación de Ucrania, la que ha sido despojada fue Rusia de la parte de los negocios en Ucrania. El imperialismo va a por todo. Ha mandado a la ruina y le ha impuesto “tratados de Versalles” a las potencias imperialistas menores que perdieron la carrera comercial en Eu- ropa como Grecia, España, Portugal, Irlanda, etc. Las tropas rusas se han puesto en las fronteras del este de Ucrania. Estas exigen una Ucrania federada, con el este teniendo autonomía lingüística, po- lítica y comercial. Y a la vez, Putin, el si- cario del imperialismo, negocia que sean él y sus tropas los gendarmes en- cargados de masacrar y aplastar todo levantamiento revolucionario de los obreros de Ucrania y todas las ex repú- blicas soviéticas. Amenazan con levan- tamientos pro-rusos en el Donetsk, Járkov y Lugansk, para imponer esa po- lítica de federación, manipulando el sentimiento de las masas que efectiva- mente se quedarán sin trabajo puesto que lo que prepara el FMI en esa zona es la reconversión de las acerías y minas de Ucrania, cerrando las que den pérdida. Putin no está en contra de esto. Lo único que quiere es entrar en los negocios. Rusia lo que está haciendo es pele- ando por mantener su viejo “mercado nacional” que incluye el este de Ucra- nia, totalmente integrado a la división del trabajo rusa. Esto pelea Rusia… que no le saquen un brazo. ¿Rusia im- perialista? La Rusia de los zares pele- aba Japón. En alianza con Inglaterra y Francia en la Primera Guerra Mundial, peleaba por llegar a Polonia y todo el imperio Otomano… inclusive que- darse con la antigua Persia, lo que se- rían hoy Irak e Irán. La “Gran Rusia” de hoy pelea por que no le amputen los brazos y las manos de su “mercado nacional”. Lo de Putin son sueños im- periales pero el resultado es cada vez más una Rusia avanzando a ser una semicolonia, cercada por el imperia- lismo luego de la restauración capita- lista en el ‘89. Es que en el ‘89, con el estallido de la ex URSS, a Rusia se le desmembra- ron decenas de repúblicas y naciones con las que esta tenía articulada una producción y un mercado común. Los que hablan de una “Rusia imperialista” callan que este es un raro “país impe- rialista” que perdió todas las repúbli- cas que anteriormente oprimía. Para dar un ejemplo, Rusia en Eura- sia perdió Kazajistán, Kirguistán, Turk- menistán, Uzbekistán, etc., donde quedó con bases militares asociada a EE.UU. e Inglaterra para cubrirles la es- palda a las tropas imperialistas que in- vadieron Afganistán. Rusia también perdió el Cáucaso, con Georgia. Perdió asimismo a Armenia y Azerbaiyán que hoy se disputan, a cuenta de distintas potencias imperialistas, el territorio de Nagorno Karabaj. Allí está una de la re- servas más grandes del planeta del pe- tróleo (al nivel de la iraní), que se lo llevan la British Petroleum, la Chevron, la Basf, etc. por uno de los oleoductos que pasando por Georgia y el Cáucaso y el Mediterráneo, llega a Turquía desde donde se redistribuye a Europa y a nivel mundial. Con Ucrania ha estallado un esla- bón fundamental y corredor gasífero del gas que une a Europa desde Rusia a toda la Unión Europea, controlado por Rusia y la UE. La Ucrania expoliada y saqueada por el imperialismo, ha quedado con uno de los movimiento obreros peores pagos de toda Europa con salarios de 300 dólares y estrangulada con la enorme deuda externa que tiene con el FMI, mientras el gas pasa bajo sus pies por monedas. Ucrania es el estallido de un esla- bón clave de la fuente de energía con la que se abastece a Europa. Es el es- tallido de un eslabón que ya no puede pagar más el saqueo imperialista. Es un estallido, y eso es lo que se vivió en los últimos meses, de las rela- ciones políticas entre las fracciones y las distintas pandillas burguesas ucranianas, a las que se les volvió imposible convivir en un mismo país, en función de sus intereses económicos y de mercado que poseen. Esto es lo que explica la grave crisis política abierta en “las al- turas”, es decir, la monumental crisis en la que entró el gobierno de Yanu- kovich tironeado entre Rusia y la UE, para ver quién era el garante del pago al FMI y de EE.UU. de la deuda ex- terna. En diciembre de 2013 ya Ucra- nia había chocado con las rocas
  • 5. 55 submarinas del crac y el default. Ya nada iba a volver a ser como antes. La crisis ucraniana expresa la situa- ción desesperada del movimiento de masas, que no soporta más vivir como hasta ahora. Ante esa situación, como demuestra toda la génesis y el resul- tado provisorio de la crisis política ucraniana que le costara la cabeza a Yanukovich, las potencias imperialis- tas tan sólo se anticiparon a un final anunciado: o se abría una revolución donde intervenía el movimiento obrero uniendo al oriente y el occidente, o apoyado en las clases medias ricas y la burguesía financiera de Kiev, el im- perialismo cortaba la agonía y se que- daba con toda Ucrania como sucede ahora, convirtiéndola en una colonia tutelada y bajo el “manto protector” de la OTAN. Esta relación de fuerzas no sólo el imperialismo quiere imponér- sela a las masas de Ucrania, sino tam- bién a la “Gran Rusia” que amenaza con no permitir semejante humillación y exige seguir siendo parte de los ne- gocios de los países por donde transita su gas y de los que necesita para que funcione su mercado interno, como es el este ucraniano. Para el imperialismo Ucrania debe ser una “nueva Georgia”, ese lugar de tránsito de los oleoductos de Azerbai- yán y Nagorno Karabaj hacia Europa pa- sando por el Mediterráneo a Turquía que lo redistribuye. Ahora la UE y EE.UU. quieren toda Ucrania. La crisis mundial abierta en 2008, amenaza con reabrirse feroz- mente nuevamente como veremos luego. El imperialismo necesita no solo a Ucrania, y esta es una gran conclu- sión que el proletariado debe sacar, sino necesita terminar de recolonizar a Rusia en el próximo período y quedarse con todos los negocios, con sus fuentes de gas y petróleo hasta sus estepas. Ucrania es un paso y un eslabón de- cisivo en esa ruta del imperialismo. EEUU con el viaje de Kerry en el mes de Febrero, dejo en claro quién es el dueño de Ucrania, incluso para sus socios de Europa… el acreedor: EE.UU. y la OTAN. Tanto EE.UU. pisó Ucrania que se llevó todas sus reservas de oro a la Reserva Federal. El imperialismo yanqui ha intimado a su sicario Putin, a que a partir de ahora “cesaron sus funciones” en Ucrania. Rusia aun no es una colonia ni una semicolonia. Es un país capitalista que depende del imperialismo y de la eco- nomía-mundo capitalista para desarro- llar inclusive su producción en ramas enteras de la industria en Rusia. El sis- tema bancario ruso convive con la gran banca imperialista del Citybank, el HSBC, el Bundesbank… tan solo Ale- mania tiene 6.000 empresas en Rusia con inversiones directas de 25.000 mi- llones de euros. Pero aun Rusia no es ni una colonia, ni aun una semicolonia puesto que desde el punto de vista po- lítico, todavía mantiene una relativa in- dependencia con las potencias imperialistas con las cuales negocia su ubicación como guardián de la propie- dad de todos en Eurasia y aprovecha también el aparato industrial militar de la vieja industria soviética. Aún faltan muchos golpes imperia- listas, zarpazos contrarrevolucionarios, crac y estrangulamientos económicos, para recolonizar Rusia o China, y sobre todo, hacen falta guerras, de agresión directa, por interpósita persona, para colonizarlas. Como veremos en este trabajo, el sistema imperialista mundial, que por el momento respira aliviado porque las direcciones traidoras del proletariado apagaron el fuego de la revolución, hoy para reconstituir históricamente su tasa de ganancia debe comenzar a producir en gran escala fuerzas des- tructivas de alta tecnología y robótica, que no está volcada a la producción para terminar con la esclavitud asala- riada, sino para la destrucción, como son los drones, la óptica, la alta tecno- logía, los Osprey, los simuladores de guerras tecnológicas, etc. Pues bien, para el imperialismo ha llegado la hora de nuevas guerras de baja intensidad, y masacre a las masas y a las revoluciones como vemos en Siria, para empezar a destruirlos y vol- ver floreciente la rama de la industria militar con nuevas guerras de alta tec- nología. Es decir, el imperialismo sólo puede salir de su crisis terminal y re- constituir su tasa de ganancia, des- arrollando fuerzas destructivas. Hoy los reformistas de la izquierda lacaya de Wall Street silencian la masa- cre de Siria. Allí se utilizaron desde armas convencionales para masacrar a más de 300.000 explotados, y tener a 10 millones en campos de refugiados en la frontera de Siria, en carpas en medio del desierto. Este genocidio con- tra la revolución proletaria es apenas un Obama reunido con los representantes de la Unión Europea
  • 6. 66 anticipo de lo que está dispuesto y ne- cesita hacer el imperialismo para salir de su crisis. CON EL ESTALLIDO DE LA EX URSS EN EL ‘89, Y CON ESTAS Y OTRAS CRISIS POLÍTICAS QUE LE PRECEDIERON, YA HA QUEDADO CLARO QUE UCRANIA SÓLO PUEDE DEVENIR EN UNA COLONIA TUTELADA DEL IMPERIALISMO, SI EL PROLETARIADO NO LO DERROTA Y AVANZA A UNA NUEVA REVOLUCIÓN SOCIALISTA Como vemos, desde el ‘90-‘91, la “independencia ucraniana” ha sido una cadena de crisis, estallidos, defaults, cesación de pagos y enormes choques burgueses por los negocios. La ausen- cia de un “mercado nacional” ucra- niano es lo que define que hay fracciones burguesas que no pueden convivir entre sí y manejar en común un estado, sin destruirse o anularse mutuamente. Ambas fracciones, la del oriente y la del occidente, estrangulan al sacrificado proletariado ucraniano, que efectivamente es el único que tiene un “interés nacional” que lo une en todo el territorio de Ucrania (como lo hace también con toda la clase obrera europea): derrotar al imperialismo y al FMI. Expropiar la tierra de la nueva oligarquía de la Monsanto, la Cargill y sus lacayos de Kiev para tener trigo y pan barato. Y terminar con los salarios de hambre de 300 dólares con los cuales la bur- guesía los ha sometido y los somete para profundizar una Ucrania maquila y usar a su mano de obra como obreros de segunda en toda Europa. Estas son las consignas mo- toras y la tarea histórica que tienen planteada la Ucrania colonizada, que solo pueden ser conquistadas, como ya ha sido demostrado históricamente en el ‘21-’22, con el triunfo de la revo- lución de los consejos de obreros y soldados, como Ucrania soviética. Ucrania entró en default. La situa- ción se volvió insostenible entre todas las clases y sectores de clase de la so- ciedad. Una situación revolucionaria comenzaba a abrirse entre diciembre de 2013 y febrero de 2014. Pero los planes para Ucrania no fue- ron ni ya son los mismos para el impe- rialismo. Alemania se venía anticipando buscando que Ucrania, ante el default y la crisis, ingrese a la UE. Ello presupo- nía incluso una negociación con las grandes pandillas burguesas de los “oli- garcas” de Ucrania ligados a los nego- cios con Moscú, e inclusive que siguiera Yanukovich en el gobierno, pero imponiéndoles condiciones leoni- nas para sacar a Ucrania de la cesación de pagos. Putin apareció con 15.000 millones de dólares como garantía de pago, para seguir en los negocios. Pero, como ya dijimos, EE.UU., como el acreedor y el usurero, dijo “yo me quedo con todo” y puso su pie en Ucrania con la amenaza de la OTAN. Lo que queda de la Ucrania sa- queada por las pandillas burguesas asociadas a las grandes potencias im- perialistas, insistimos, no es una “Ucra- nia independiente y democrática” sino una colonia de la OTAN y de la UE. Una decadencia sin fin. Si esto no fuera suficiente, están las bayonetas rusas siempre dispuestas a aplastar cualquier revolución del proleta- riado. Es que esto es lo que hizo Rusia en 2008 en Georgia. Se levantaron los obre- ros contra Saakashvili, contra su brutal plan de hambre y ataque al salario. Los trabajadores de Osetia del Sur, que estaba anexada a Georgia, querían escapar de semejante hambruna ligándose a sus hermanos de Osetia del Norte que están federados a Rusia. Con la excusa de apo- yar esta “vuelta a casa” de Osetia del Sur, el ejército ruso entró y masacró a toda la clase obrera georgiana, que se había su- blevado contra el gobierno de Saakas- hvili, dejando un tendal de más de 5.000 muertos en un país de no más 3 millones de habitantes. 2008. Invasión rusa a Georgia
  • 7. 77 Cualquiera que recorre las rutas del Cáucaso o de la ex Osetia del Sur, ve que las promesas de Putin de mejorar la calidad de vida de los explotados no existieron; sólo se ven las mismas casas bombardeadas que continúan destruidas desde hace 6 años. Los obreros ucranianos conocen de esto. Por la experiencia de Georgia y por todos los antecedentes de haber es- tado sometidos a esa cárcel de nacio- nes que fue la “Gran Rusia” de los zares y luego bajo la bota de Stalin. Eso es lo que le ha permitido a la burguesía de Kiev hacer demagogia “pro-europea” ante las masas. Pero los obreros del este, manipulados por Putin, saben que en la Europa de Maastricht no tendrán asegurados sus trabajos y ven a millones de obreros esclavos padeciendo sus mismas pe- nurias en las calles de Madrid, Atenas, París, Berlín, etc. La traición de la direcciones de la clase obrera de Europa, como veremos luego, es la que facilita a cada paso y garantiza la división del proletariado ucraniano, al someter al movimiento obrero de toda Europa a la Maastricht imperialista, o bien, haciendo pasar a Putin como un “liberador de los pue- blos” cuando éste sostiene a genoci- das como Al-Assad en Siria. UCRANIA LLEGA TARDE A LA CONSTITUCIÓN DE LAS NACIONES EN EL SIGLO XIX. Ucrania es una nación que no pudo ser. En la época imperialista ya no hay lugar ni siquiera para nuevas naciones. Tan solo para colonizar y recolonizar las actuales y para que las potencias impe- rialistas se repartan y disputen esas zonas de influencia. Esto es lo que sale a la luz en esta crisis ucraniana. Ucrania sometida históricamente al imperio otomano, a Polonia, al Imperio Austro-húngaro luego a la Rusia de los zares, llegó tarde a la constitución de las naciones que desarrolló el capita- lismo en Europa en el siglo XIX. Some- tida esencialmente por el zarismo, fue colocada de inmediato en esa cárcel de naciones que era Rusia. La era de la constitución de los es- tados nacionales burgueses ya llegó a su fin en los albores del Siglo XX cuando el imperialismo, que es re- acción en toda la línea, controló todo el mundo colonial y semicolonial al que transformó en sus zonas de influencia. En dos guerras mundiales, las poten- cias imperialistas se disputaron estas zonas de influencia. Las potencias ven- cedoras a la salida de las guerras inter- imperialistas dibujaron a su antojo las fronteras de las naciones en los pueblos que oprimían y las volvieron a dibujar y reconstituir luego de cada guerra. Fue la heroica revolución socialista de la URSS del ‘17 la que le dio a Ucrania luego en 1922 el derecho a la autodeterminación e incluso a la inde- pendencia. Esa Ucrania soviética del ’22 decidió federarse voluntariamente con las Repúblicas Soviéticas de la URSS. Así, sólo como Socialista y So- viética, Ucrania pudo tomar en sus manos su propio destino. El trágico final de este proceso his- tórico hacia adelante devino con la ex- propiación de la Revolución de Octubre y la imposición de la “noche negra” del estalinismo que volvió a transformar nuevamente a las Repú- blicas Soviéticas en una cárcel de na- ciones. Ucrania nuevamente quedó atrapada allí. El resultado de estos acontecimientos es que con la restau- ración capitalista del ‘89-‘90, los ex estados obreros del este de Europa no se ubicaron como Alemania y Francia, sino como colonias tuteladas de las distintas potencias imperialistas. La “independencia” de Ucrania lograda de la ex-URSS a partir de los ’90 no fue más que una fantasía, una ilusión. En esa fecha Ucrania nació como “na- ción independiente” haciéndose cargo del 17% de la enorme deuda externa que tenía Rusia con el Citybank y la banca imperialista, sometida brutal- mente a ésta; con una base militar rusa que garantizaba y garantiza la cir- culación de los gasoductos y oleoduc- tos por el territorio ucraniano hasta Alemania; y sometida a los negocios de la burguesía “gran rusa” asociada a las grandes empresas petroleras im- perialistas como la Total francesa, la BASF alemana y la British Petroleum, que extraen el gas y el petróleo de las estepas rusas para abastecer a toda Europa. En los ’90 Ucrania “nació” here- dando la catástrofe de Chernobyl, que diezmó gran parte de la producción de sus tierras y a su población… Ucrania nació como una semicolonia y como un eslabón de los negocios de las grandes potencias imperialistas europeas con Rusia. Nació entregando todas sus oji- vas nucleares. 1919. El Ejército Rojo marchando por las calles de Kiev
  • 8. 88 Ucrania como nación “indepen- diente” burguesa es una utopía. La vida ya dio un veredicto. Luego de la restau- ración capitalista del ’89 Ucrania estuvo 100% tutelada y vigilada a cuenta del imperialismo por las tropas rusas, diri- gidas directamente desde la City de Londres y desde el FMI. La nueva bur- guesía yeltsinista rusa nadaba en dóla- res desde la City de Londres y Mónaco. Desde allí se monitoreaba al gendarme ruso en los primeros pasos de la “Ucra- nia independiente”. En 2004, en 2009 y como lo vemos hoy, se sucedieron permanentemente sucesivos estallidos, desgarramientos sociales, enfrentamientos de pandillas burguesas, sometimiento y súper-ex- plotación descarnada del proletariado ucraniano. Desde la “revolución na- ranja” en 2004, la cesación de pagos del 2009 y tal como sucedió en la crisis actual, fueron devorados distintos go- biernos “pro-rusos” o “pro-europeos”, como el de Kuchma, la Timoshenko y luego el de Yanukovich, todos odiados por las masas. Es decir, resumiendo, Ucrania no tiene un mercado nacional. Las distin- tas fracciones burguesas ucranianas (de las cuales la fundamental es el imperialismo que la saquea a través del FMI, de su renta agraria y de un tránsito barato del gas hacia Europa) no tienen un anclaje común en un mercado nacional. Inclusive, por la atrofia de su de- pendencia de la ex URSS estalinista, Ucrania no tiene ni siquiera una lengua universal. Estrangulada por los bancos y las transnacionales europeas, y sometida al FMI, Ucrania ha perdido toda inde- pendencia nacional. La bota de Putin va más allá de la producción del este ucraniano con el complejo militar ruso. Putin, el sicario del imperialismo, quiere mantener su lugar como garante de la “paz social” y de la super-explotación del movimiento obrero ucraniano y no tan sólo para la producción de su aparato industrial mi- litar, sino también para garantizar el tránsito del gas a la Europa imperialista que sale de las estepas rusas. LAS DEMANDAS DE LA CLASE OBRERA UCRANIANA SON LAS ÚNICAS QUE PUEDEN UNIFICAR A LA NACIÓN EN TODAS SUS FRONTERAS, DESDE ORIENTE A OCCIDENTE, PARA ENFRENTAR A TODOS SUS VERDUGOS, QUE NO TIENEN PATRIA, SINO SOLO NEGOCIOS QUE DEFENDER. NUEVAMENTE LOS CHARLATANES ANTIMARXISTAS LE ECHAN LA CULPA AL PROLETARIADO UCRANIANO DE LA TRAICIÓN DE LAS DIRECCIONES DE LA CLASE OBRERA EUROPEA Y MUNDIAL, QUE SON LAS QUE REALMENTE DIVIDEN SUS FILAS Los revolucionarios afirmamos que sólo la clase obrera ucraniana tiene in- tereses comunes y por ello es la única clase “nacional”. Hoy el proletariado “mira a Europa” o “a Rusia”, de cuya re- lación dependen gran parte de sus em- pleos. Es que ganando salarios de hambre y con millones de obreros in- migrantes que se van a trabajar a la Eu- ropa imperialista o a Rusia, las familias obreras de Ucrania son obligadas a des- garrarse. Con 300 miserables dólares de salario en Ucrania vive uno de los proletariados más explotados de Eu- ropa y del mundo, tanto en el este como en el oeste del país. La demanda de ganar en euros como ganan los obreros de Europa Oc- cidental, es lo que realmente puede unificar a toda la clase obrera y los explotados de la nación. Ganar 2.000 ó 2.500 euros es una demanda que unifica a toda la clase obrera ucrani- ana en su país y la une en sus reclamos con el proletariado del este europeo, con el de las potencias im- perialistas de Maastricht y con el de Rusia en particular. Este programa obrero es el punto de partida para conquistar la ruptura de la clase obrera ucraniana ya sea con ese sicario del imperialismo de Putin o con la burguesía de Kiev y Wall Street. El proletariado ucraniano es la única clase que tiene intereses nacionales desde el oriente al occidente del país. Al unificar sus filas con un programa de clase, la clase obrera enfrentaría in- mediatamente a todas las pandillas burguesas de Ucrania, lacayas del im- perialismo, y a la opresión “gran rusa” de Putin y sus militares genocidas, si- carios de Wall Street. El proletariado para comer necesita volver a colectivi- zar la tierra, rompiendo con el imperia- lismo. Estas tareas sólo pueden resolverse con la toma del poder, com- binándolas con tareas directamente socialistas. El proletariado ucraniano es el único tiene en sus manos la única posibilidad de unir a Ucrania con las demandas de “romper con el FMI y recuperar las tie- rras más ricas de Europa” para poder comer dignamente. Es la única clase ucraniana que se puede unir con el re- clamo “mínimo” de un salario de 2010. Huelga General en Grecia
  • 9. 99 acuerdo al costo de vida… y para con- seguir esto debe romper con la burgue- sía y expropiar a todas sus pandillas que la someten al imperialismo. Sólo la clase obrera tomando el poder resolverá estas tareas mínimas fundamentales para que Ucrania sea una nación, combinándolas inmediata- mente con la expropiación de la bur- guesía, de la nueva oligarquía y del imperialismo, y retomando la lucha por restaurar una Ucrania soviética e independiente que será un bastión en la lucha por la revolución socialista en el este y en el Occidente de Europa. Sólo desde aquí y desde esta tarea in- mediata que tiene por delante el prole- tariado ucraniano y de todo Europa, Ucrania, los estados del este europeo y de toda la Europa imperialista podrán salvarse de la catástrofe del crac y la bancarrota capitalista. Los revolucionarios socialistas afirmamos que si el proletariado de Ucrania no ha logrado unir sus filas, no es porque no haya demandas y necesidades inmediatas que lo unifiquen. Es porque las aristocracias y burocracias obreras de las potencias imperialistas de Europa Occidental, han acorralado a la clase obrera eu- ropea y han impedido que éstas der- roten a los gobiernos imperialistas que ya desde hace años han lanzado un ataque en toda la regla contra sus conquistas. Estas direcciones le han cerrado el camino a la heroica revolución griega y a los levantamientos de la clase obrera española, italiana y de toda Eu- ropa. En el 2009-2010 decían que se podía “morigerar el ajuste” y que se podía conquistar un “Maastricht más social”, es decir que se podía “mori- gerar” el bestial ataque imperialista contra la clase obrera de sus países, y sobre todo contra el proletariado de las naciones oprimidas del Glacis y el este europeo, donde las grandes transnacionales imperialistas llevaron sus maquiladoras y esclavizaron a la clase obrera de esos países. Estas di- recciones, sosteniendo a un “Maas- tricht más social”, permitieron que el FMI como agente y usurero de Wall Street, sometiera con dobles y triples cadenas de expoliación y saqueo a los países del este europeo. Ahora, muchos de estos “ilustra- dos socialistas” se quejan del “atraso político” y de la “división” del proleta- riado ucraniano. Y se preguntan: ¿cómo puede ser que la clase obrera ucraniana “no haya intervenido en esta crisis política de forma indepen- diente”?, como lo hace cínicamente el PTS y su “sello internacional” de la FT. Si todas las direcciones traidoras del proletariado europeo le dijeron que se podía “morigerar” el ataque de las po- tencias imperialistas de Europa y vol- ver “socialista” a Maastricht, es decir, a la Unión Europea de los carniceros imperialistas. Otros se preguntan: ¿cómo puede ser que el proletariado del este de Ucra- nia quiera seguir atado a Moscú? Diga- mos que en esta crisis política nadie defendió al gobierno de Yanukovich, como veremos luego, y sobraban con- diciones para unificar a la clase obrera ucraniana. Pero hablemos claro: todos esos lacayos de Wall Street, esos trai- dores del Foro Social Mundial, se dedi- caron a decirle a toda la clase obrera mundial que Al-Assad, Khadafy, Putin y los mandarines del PC Chino eran alia- dos del proletariado y de su lucha con- tra el imperialismo. Fue el accionar de las direcciones traidoras del proletariado interna- cional y del europeo en particular, el que estranguló a la clase obrera ucra- niana y le impidió que, por ahora, ésta intervenga de forma decisiva y centralizada en la monumental crisis política y económica en Ucrania. Los sinvergüenzas del FSM reuni- dos en el 2010 en España, convoca- ban junto a todos los renegados del trotskismo, a una supuesta “huelga general europea”. Llamaban desde los plenarios de todos los sindicatos a marchar a Grecia. Pero para estos par- tidos social-traidores y las burocra- cias sindicales, los obreros del este no son “de Europa”. Europa terminaría en Alemania, cuando para el imperia- lismo, su “patio trasero” del este, in- cluidas las estepas rusas, es clave para hacer funcionar a sus transnacio- nales con energía barata y mano de obra esclava. Las potencias imperia- listas han llenado de maquiladoras desde Polonia a Ucrania, a Letonia, Bielorrusa, a los Balcanes. Esta situa- ción le garantiza al imperialismo tener mano de obra barata y en negro, que la hace ingresar del este a trabajos eventuales a las metrópolis imperialis- tas y luego la despiden para que vuel- van a sus países de origen. Los obreros rumanos de la Renault se sublevaban en el 2009 y decían “queremos ganar como los obreros de la Renault francesa”. Hay que aclarar que dirigidos por estas corrientes traidoras, y con los partidos anticapitalistas haciéndose los “distraídos”, dejaron al proletariado de Rumania, de Hungría, de Letonia, etc., que se levantaba contra el FMI en aquel año del 2009, aislado de la clase obrera griega, francesa y de la Europa Occi- dental… y le fue muy mal al proleta- Febrero de 2014. Movilización en Kiev
  • 10. 1010 riado de los países imperialistas y a la clase obrera de las colonias del este. Si no es desde aquí, desde esta visión histórica del último período de la lucha de clases de Europa, ningún obrero serio podrá comprender los límites y el some- timiento que aún sufre el proletariado ucraniano tras las distintas pandillas bur- guesas que lo chantajean, como hace la burguesía “rusófila” del este de Ucra- nia, diciéndoles que si se van con la UE perderán todos sus empleos, o como lo hace la camarilla de Kiev, manipulando a los obreros prometiéndoles que de la mano del FMI y de Alemania podrán “ganar algún día como los obreros de la Renault francesa”. Sin esta visión de las condiciones materiales e internacionales de la Ucra- nia colonizada, ningún marxista podrá orientarse en un sentido revolucionario ante la monumental crisis política y eco- nómica que se ha abierto en ese esla- bón decisivo que es Ucrania en la cadena de colonias y semicolonias que las potencias imperialistas europeas y el FMI controlan hacia el este. Si la clase obrera ucraniana no toma la centralidad de la lucha para resolver la cuestión nacional, si su combate es nuevamente expropiado por la burgue- sía y Ucrania es sometida por dobles y triples cadenas por el imperialismo, el proletariado europeo verá peligrar rápi- damente todas sus conquistas. Esto es lo que deben comprender la clase obrera de toda Europa, y de Rusia en particular. LA BANCARROTA IMPERIALISTA DE WALL STREET Y LA CRISIS CAPITALISTA MUNDIAL DE 2007-2008 LLEVÓ AL ESTALLIDO Y A UN PROFUNDO ESTANCAMIENTO A LA EUROPA DE MAASTRICHT Y A UNA BRUTAL CRISIS A LOS ESTADOS DEL ESTE EUROPEO EN EL CRAC DEL 2008-2009 ESTÁ LA GÉNESIS DEL ACTUAL ESTALLIDO ECONÓMICO Y POLÍTICO, EL DEFAULT Y EL DISLOCAMIENTO DE UCRANIA DE LA DIVISIÓN DEL TRABAJO EUROPEA La bancarrota de Maastricht y de Wall Street del 2007-2008 llevó como un tsunami esa crisis a las endebles economías de los países del este euro- peo. Esto significó el estallido y la cesa- ción de pagos de todos los ex estados obreros de Europa del Este. A la caída de la URSS en el ’89, todos estos estados estaban estrangulados, como América Latina, por fenomenales deudas externas contraídas con el FMI y la banca imperialista. En el 2009, luego de pagar sucesi- vos vencimientos de dichas deudas, los países del este de Europa tenían un que- branto de casi 2 billones de dólares. Eu- ropa Occidental también ardía en llamas: todos los bancos imperialistas estaban al borde de la crisis y el crac. La posibilidad de un default gene- ralizado en el este europeo hacía tem- blar a los ya quebrados bancos de las potencias imperialistas de Maastricht. Es que el 84% de los billones de dóla- res que debían los estados del este eran deudas contraídas con los ban- cos imperialistas europeos. Se trataba de una gran cadena de robo y saqueo del capital financiero, que iba desde las estepas rusas de Europa a Wall Street, pasando por Alemania y todas las potencias europeas. Había que desincronizar la entrada del proleta- riado de Oriente con el del Occidente de Europa que en esos momentos pre- sentaba enormes batallas contra los ataques de los estados imperialistas en Grecia, Francia, Italia, etc. Por eso el G-20 fortaleció con fondos al FMI para que con préstamos usureros pare el default de esos países del este. EE.UU. apareció entonces como el gran usurero. Por eso hoy el imperialismo yanqui es quien se levanta como el gran árbitro de los acontecimientos del este de Europa y el que en última instancia va a definir el curso de los acontecimien- tos. El usurero manda. Por ello, ante los nuevos acontecimientos y como ya diji- mos, fue Kerry quien viajó inmediata- mente en el mes de Febrero a Ucrania, la declaró “tierra de la OTAN” e intimó a Rusia a quedarse en la frontera. El acre- edor tomó posesión de Ucrania. Y ésta quedó nuevamente estrangulada, como ayer en el 2009, con pactos leoninos de acuerdo con el FMI. En el 2009, Ucrania fue el país más golpeado por la crisis, inclusive de todo el planeta. Su PBI ya había caído un 40%. Los bancos estaban quebrados y como en Argentina de 2001, se impuso un “corralito” que no permitía el retiro de fondos de los mismos. Su moneda fue devaluada en un 100%, lo que sig- nificó una cesación de pagos masiva de los créditos de consumo y de las tarje- tas de crédito cuyos pagos estaban fi- jados en dólares. Así es cómo le hicieron pagar esa crisis a la clase obrera ucraniana. Pero asimismo esta crisis recorría todo el este europeo y ya provocaba sublevaciones, levantamientos y catás-Putin y Yanucovich
  • 11. 1111 trofes económicas como en Bulgaria, Eslovaquia y los países Bálticos como Letonia, Lituania y Estonia. Por su parte Rumania pudo evitar el default: 20.000 millones de dólares de présta- mos del FMI la salvaron circunstancial- mente. Pero todos estos países del este europeo caían como un dominó atados al imperialismo, a la usura fi- nanciera internacional y al peor de los saqueos, mientras la Europa imperia- lista los utilizaba como maquilas con mano de obra barata y altamente cali- ficada, relocalizando allí sus transna- cionales. Los ex estados obreros del este europeo devenían así no en “nue- vos paraísos capitalistas” sino en nue- vas colonias o semicolonias vilmente saqueadas. La política del imperialismo de au- xiliar a la Europa del este y a sus paí- ses en bancarrota, como ya dijimos, no fue sólo una decisión económica, sino también política. Hay que reafir- mar que el pánico del capital finan- ciero estaba dado por el peligro latente que significaba que la clase obrera del este europeo se sublevara desde las maquilas de salarios de miseria junto a sus hermanos de clase de la Europa imperialista. No se pueden abordar los aconte- cimientos de la Plaza Maidán iniciados a finales de 2013, ni la crisis que sig- nifica que el proletariado no haya po- dido intervenir decisivamente con una acción independiente de masas, so- brepasando a la dirección burguesa que le impedía derrocar a Yanukovich, sin develar el rol que jugaron las direc- ciones traidoras del proletariado de la Europa imperialista. Estas direcciones fueron enemigas de ganar las calles al grito de “los obreros ucranianos deben ganar como los obreros france- ses y alemanes” en solidaridad con sus hermanos de clase de Ucrania, cuando las masas ucranianas paraliza- ron y mantuvieron en vilo todo el país durante dos meses. Así, día a día, las fracciones burguesas pro-europeas de Ucrania y su falso “nacionalismo” no menos lacayo del imperialismo, pudie- ron impedir que sean los explotados los que resuelven a su favor la enorme crisis política abierta. Fue esa política traidora de las direc- ciones de la clase obrera europea, insis- timos, la que le impidió al proletariado y las masas explotadas de Ucrania apro- vechar a su favor esa enorme crisis de los de arriba para desmantelar todas las instituciones del estado burgués, a sus partidos y camarillas capitalistas y ter- minar con esa casta de oficiales del ejér- cito ucraniano, lacaya del FMI y del carnicero Putin. Tal como ahora, en el 2008-2009 Ucrania ardía en llamas. Aquella crisis devoró al gobierno de la Timoshenko que había arribado al poder con la “re- volución naranja” y que sólo acrecentó el sometimiento de Ucrania al imperia- lismo a grados extremos. El imperialismo yanqui entonces se asentó como el patrón del este de Eu- ropa y también como el socio usurero de Maastricht, otorgándoles créditos de bonos basura a las potencias imperia- listas en bancarrota como Italia, Grecia, Portugal y España, que quedaron como potencias imperialistas vencidas en la guerra comercial y costeando ellas gran parte de la deuda y la debacle de Wall Street. Si esto sucedió con las poten- cias imperialistas menores, qué no habrá pasado con las colonias y semi- colonias de los ex estados obreros del Este de Europa. Estos países del este quedaron doble y triplemente someti- dos al imperialismo. çDurante estos años las penurias de las masas se volvieron insoportables. La desincronización de los combates de la clase obrera de la Europa imperialista y del este fue una verdadera tragedia para la clase obrera mundial. El proletariado ucraniano quedó con un salario de 300 dólares, el más bajo de toda Europa. Hasta entonces la enorme migración de obreros escla- vos ucranianos hacia la Europa Occi- dental, era un paliativo a la catástrofe económica de las masas ucranianas. Es que éstos enviaban parte de sus sa- larios por sus trabajos en las poten- cias imperialistas por 800 ó 900 dólares y así se mantenía una parte importante de la clase obrera de Ucra- nia. El crac y la crisis económica en Europa cerraron esta circulación de di- visas. Centenares de miles de obreros ucranianos quedaron sin trabajo en Europa Occidental y en la miseria en Ucrania. Así, y como ya dijimos, a los obre- ros del este les hicieron pagar esta cri- sis. Y también le fue muy mal a la clase obrera del occidente europeo, some- tida país por país a la esclavitud y al flagelo de sus propias burguesías im- perialistas. La clase obrera europea fue desincronizada. A través del FMI y de préstamos di- rectos, EE.UU. le tiró todos los bonos y papeles sin valor de su oligarquía finan- ciera a las potencias en bancarrota de Maastricht, mientras se lleva valores contantes y sonantes de toda Europa. Los gobiernos y los bancos europeos le tiraron toda esta crisis al movimiento obrero. Esto en Ucrania significó que el go- bierno de Yanukovich, sostenido por Las masas en Plaza Maidán contra el gobierno de Yanucovich
  • 12. 1212 el látigo de Putin, y la banda de los tres “oligarcas” multimillonarios de Ucrania, sometiéndola al FMI, agobia- ron a las masas empobrecidas de las clases medias y llevaron a un callejón sin salida de miseria atroz al movi- miento obrero. A finales de 2013 las condiciones para un levantamiento revolucionario maduraban. La crisis política estalló y como, ya vimos, por traición de la direc- ción del proletariado europeo, una frac- ción de la burguesía se anticipó para abortar la irrupción revolucionaria de las masas, controlándolas y sometiendo a la Plaza Maidán a los pies de Obama y de Maastricht, mientras Yanukovich y la banda de los “oligarcas” chantajeaban para quedarse con los negocios del este europeo y así partir Ucrania. El proleta- riado “rusófilo” del este no intervino a favor de Yanukovich, como lo había hecho contra el levantamiento “naranja” de la Timoshenko, como veremos luego. Éstas eran las condiciones para forjar la unidad de la clase obrera. Por ahora, y tan solo por ahora, la clase obrera no ha podido dar una respuesta definitiva a esta cuestión. Pero esta tardanza de la clase obrera ucraniana, europea, y de Rusia en par- ticular, en conquistar la unidad de sus filas, es lo que permite que Putin y la burguesía “gran rusa” puedan manipu- lar nuevamente al proletariado del este de Ucrania. Así Ucrania ha estallado, como de- cimos en este trabajo, como el eslabón más débil del control imperialista del este europeo. Para nada la crisis ha sido resuelta. El crac está aquí. El de- fault de la deuda está aquí. La “Gran Rusia” ha sido humillada y llevada a sus fronteras… Putin intenta resarcirse tomando Crimea, pero ya ha perdido el control central de los gasoductos que saquean el gas ruso que pasan por Ucrania. Las potencias imperialistas se sientan a la mesa y han discutido, como lo hicieron en la reunión de la UE y EE.UU. del “Pacto del Atlántico”, cómo se reparten el botín y cómo con- tienen a su sicario Putin. EL GOBIERNO DE YANUKOVICH, SOSTENIDO POR MOSCÚ, DESDE 2010 A 2013 FUE LA GARANTÍA DE COBRO DEL FMI Y DE LA ESCLAVITUD DE LA CLASE OBRERA UCRANIANA En el 2010 el gobierno de Yanuko- vich vino a constituir un intento bona- partista elevándose por encima de las fracciones burguesas para unificar sus negocios, hacia el este con Rusia, hacia el Occidente con sus finanzas y el gas con la Europa imperialista, y todos haciéndose garantes del pago de la deuda al FMI y fundamental- mente al imperialismo yanqui. Así, ti- rándole toda la crisis al movimiento de masas y con mayor endeudamiento con el FMI, Ucrania salió del colapso en ese año. Este gobierno de Yanukovich estuvo asentado por un lado, en las tres figuras más destacadas de la súper-oligarquía ucraniana que controla sus negocios en el este de Ucrania y los comparte en Kiev, y por el otro, del lado ruso, en el carnicero Putin. La reconfiguración de las clases do- minantes en la Ucrania restaurada por el capitalismo en el ’89, sólo dio una clase anti-nacional, que no tiene patria ni bandera, sólo negocios por hacer. La restauración del capitalismo en Ucrania, con el estallido de la ex URSS, dio nacimiento de forma inme- diata a una poderosa clase de empre- sarios devenidos como tales de la vieja nomenclatura del Partido Comu- nista. Éstos en los ’90, en un golpe de manos, se quedaron con las mejores tierras y los negocios más importan- tes de Ucrania. Esta oligarquía tiene tanto peso, que en el mismo mes de Febrero mien- tras ardía la Plaza Maidán, el líder de la “oposición”, que posaba de “com- bativo”, el boxeador Vitali Klitschko, se reunió con Rinat Akhmetov, el hombre más rico de Ucrania y agente de Putin, para discutir los pasos a seguir ante la monumental crisis abierta con la ane- xión de Crimea por parte de Rusia, luego de la fuga de Yanukovich y su destitución del gobierno. Para dar un ejemplo, el mencionado Akhmetov, que domina la producción de acero y de carbón de Ucrania, y Dmytro Firtash, que es una figura cen- tral en la industria química y la produc- ción eléctrica, han sido los principales financiadores del Partido de las Regio- nes del depuesto Yanukovich. Igor Kolomoisky, un banquero y mag-Obama y Tymoshenko
  • 13. 1313 nate industrial, se dedica a hacer alianzas tácticas cortas con distintos gobiernos según le convenga a sus negocios. Sobre esa súper-oligarquía se sostenía el gobierno de Yanukovich, que explotaba a la clase obrera a gra- dos extremos a cuenta del FMI y los banqueros europeos. En el mes de Noviembre de 2013 se vol- vió imposible pagar los intereses de los in- tereses de una deuda por demás fraudulenta y saqueadora de la nación. La Ucrania tute- lada chocó con las rocas submarinas de la crisis económica mundial, entrando en una monumental cesación de pagos y en un nuevo estallido de la deuda como en el 2009. Otros países del este europeo, también como en el 2009, sufren estrangulamientos y ce- sación de pagos como Moldavia, Bosnia, los países Bálticos. Esto amenaza con exten- derse a toda Europa del Este. Pero esta vez el imperialismo ya viene a por todo. La oligarquía financiera inter- nacional ha hecho sus números y ha sa- cado la conclusión de que ya no hay forma directa de cobrarse las deudas de los países saqueados por los usureros in- ternacionales que no sea quedándose, como sucedió con América Latina en los ’90, con toda la infraestructura, riquezas naturales y todas las empresas que le ga- ranticen una renta fija al imperialismo para cobrarse en activos su deuda financiera. Por eso al imperialismo europeo, a EE.UU. y al FMI, acreedor de Ucrania, ya no les es suficiente con un gobierno que le pague la deuda. Necesitan quedarse con toda Ucrania, sus tier- ras y sus empresas, a las que harán quebrar sin piedad si dan déficit como las del este ucraniano. Pero sobre todo, las potencias imperialistas necesitan quedarse con el control de los gasoductos y el gas de forma di- recta. En estas condiciones es de cínico y de embustero pretender plantear que puede surgir una “Ucra- nia independiente y democrática” cuando se la está transformado en una colonia tutelada para imponerle condiciones extremas de saqueo y esclavitud. O bien, en una colonia fragmentada con su parte este tute- lada y oprimida por la “Gran Rusia” y utilizada como chantaje para los ne- gocios de esa burguesía corrupta y sanguinaria de Moscú. Sin la expropiación de los capital- istas y sin una nueva revolución que restaure la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias, como ya dijimos, es imposible resolver la cues- tión nacional ucraniana. Estos procesos profundos de la brutal crisis de las fuerzas productivas y del estallido de la Ucrania coloni- zada, oprimida por la “Gran Rusia” a cuenta del imperialismo y el FMI, fue- ron los que subyacían en el trasfondo de la monumental crisis política que se abrió en Diciembre de 2013 contra el odiado gobierno de Yanukovich, agente del FMI. Sin partir de estas condiciones inter- nacionales del carácter de Ucrania y su relación con el mercado mundial, y su ubicación como un estado nacional que no ha podido ni podrá ser ya indepen- diente en los marcos del capitalismo, será imposible para todo obrero avan- zado comprender la convulsión política que sacudió a Ucrania y a toda Europa en los últimos meses. LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL GOBIERNO DE YANUKOVICH La deuda externa de Ucrania, como vimos, no había hecho más que dupli- carse hacia finales de 2013. El FMI, mo- nitoreado por EE.UU. como acreedor, quiso asegurarse y le exigió garantías a Yanukovich del pago de la deuda ex- terna, como fielmente lo venía haciendo hasta entonces. Pero las arcas de Ucrania estaban devastadas. El gobierno de Yanukovich inició una negociación con la Unión Eu- ropea para que le otorgue préstamos con los cuales pagarle la deuda externa a EE.UU. y al FMI. La Europa de Maas- tricht, principalmente Alemania, vio a su lacayo en crisis y le impuso que para ayudarlo a pagar al FMI, tenía que abrir todos sus negocios y sus adua- nas. De hecho, venía a imponerle a Ucrania un tratado de libre comercio. Es más, Alemania y el Bundesbank le exigían a Yanukovich que, antes de discutir cualquier préstamo, terminara de atacar decisivamente a las masas, aumentando el precio del gas y de los alimentos. El gobierno de Yanukovich así se ganaba el odio de todas las masas de Ucrania. El imperialismo europeo y el FMI utilizaron a Yanukovich como “limón exprimido” para cobrarse la deuda de Ucrania. Una vez que el limón no tuvo jugo, se lo sacaron de encima. Para Yanukovich el pacto con la Eu- ropa imperialista y Alemania significaba tener que lidiar y marchar a un choque directo con las masas hambrientas y desesperadas, y ya no tenía fuerza para ello ni base social en ningún sector de masas. Rusia le ofreció a Yanukovich conce- derle 15.000 millones de dólares para que le pague al FMI la fraudulenta deuda Tropas rusas desplegándose en Crimea
  • 14. 1414 externa y reducirle en un 30% el precio del gas. Esto le permitiría al gobierno de Yanukovich tener más tiempo para re- doblar su ataque contra la clase obrera y los explotados, y pagarle al imperia- lismo a tiempo. Yanukovich, como vimos, tampoco tenía base social en la clase obrera del este de Ucrania ligada a la producción para el aparato militar ruso. Es que ya tampoco allí era creíble. Venía de incli- narse sobre la UE para intentar atacar a las masas. Su gobierno quedó pendiendo de un hilo. Sólo había que tirarlo. La burguesía de la Plaza Maidán que contenía la irrupción independiente de masas y en toda Ucrania, intentó sal- varlo, firmando un gobierno de unidad nacional el 21 de Febrero. Pero ya fue tarde. Si esto se mantenía ya ni en la Plaza Maidán ni en toda Ucrania se podía contener más la irrupción violenta de la clase obrera y el movimiento de masas. El ocaso de Yanukovich significaba también el ocaso del control compar- tido de Ucrania por parte de Rusia con la banca imperialista. Rusia debía mar- charse hacia la frontera del este. La consigna fue: “toda Ucrania para el FMI, EE.UU. y la Maastricht imperialista”. UCRANIA Y LA REBELIÓN DE LA PLAZA MAIDÁN: UNA SITUACIÓN REVOLUCIONARIA… Y UNA REVOLUCIÓN QUE AÚN NO PUDO SER EL SURGIMIENTO DE UNA FRACCIÓN BURGUESA QUE SE ADELANTA A UNA IRRUPCIÓN DE MASAS CONTRA EL ODIADO YANUKOVICH Y ARRASTRA A LAS MASAS A LA UE Hacia finales de 2013 una situación revolucionaria se abría en Ucrania. Las condiciones objetivas en Ucrania estaban más que maduras para el inicio de la re- volución. Al decir de Lenin: quedaba claro que "los de arriba" ya no podían seguir dominado en paz y "los de abajo" ya no querían seguir siendo dominados como siempre, hastiados de las enormes penu- rias y padecimientos impuestos. Es que Ucrania atraviesa una verda- dera crisis social y un fenomenal crac económico. Como vimos, el hambre, los salarios miserables de 300 dólares, la súper explotación, la inflación, son las condiciones de miseria que el cipayo del imperialismo, Yanukovich, de la mano de Putin, le impuso a las masas ucranianas. Para Lenin, para que comenzara la revolución y no sea tan sólo una situa- ción revolucionaria, estas condiciones objetivas debían combinarse con una acción independiente de masas. Como sucede al inicio de toda revolución, estas acciones independientes de masas dejan en grave crisis al estado burgués. Estos es lo que vimos en 2011 en Libia con el desarme y la des- trucción del ejercito khadafista. Tam- bién sucedió en Siria con las masas conquistando su armamento luego de superar los límites de las acciones pa- cíficas que le imponían los religiosos musulmanes luego de los rezos, co- menzando a romper por la base al ejército del asesino Al-Assad. Lo vimos en Egipto con la Plaza Tahrir de- rrumbando al gobierno de Mubarak, al igual que en Túnez con el derroca- miento revolucionario de Ben Alí. También sucedió en la revoluciona ar- gentina del 2001, en Bolivia en 2003 y en todos los inicios de revoluciones donde actuaron las masas con sus ac- ciones independientes. Estas revoluciones son brillantes victorias de las masas. La paradoja es que por crisis de dirección, la clase obrera y los explotados terminan entre- gándoles el poder nuevamente a sus enemigos, que intentan expropiarlas, hacerlas retroceder o llevarlas a un baño de sangre. En Ucrania la burguesía, percibi- endo esta situación objetivamente revolucionaria, se anticipó y apoyada en las clases medias y manipulando un falso sentimiento “nacionalista”, canalizó las justas aspiraciones de un sector de las masas y su odio a Yanukovich y al carnicero Putin. Así logró contener la acción independiente de masas, y como ya dijimos, intentó canalizar la crisis política poniendo en pie un gobierno de “unidad nacional” o de pacto con Yanukovich. Jamás se le ocurrió a las frac- ciones burguesas “nacionalistas” ni a la burguesía pro-europea de Kiev lla- mar a las masas a unirse para tirar abajo al gobierno de Yanukovich, der- rotar a sus fuerzas de choque contrar- revolucionarias y terminar con la casta de oficiales del ejército ucrani- ano, tan lacaya y gerenciadora del látigo de Putin como de la bota del im- perialismo. La burguesía jamás movi- liza a las masas ni las arma, ni mucho menos llama a derrotar y a destruir la casta de oficiales de los ejércitos bur- gueses, porque sabe que si lo hace pondría en riesgo su propio poder y propiedad ante la clase que oprime. El programa de la burguesía fue copar la Plaza Maidán con base que ellos controlaban, inclusive con milicias neo-fascistas para impedir que el mo- vimiento obrero irrumpa independien- temente. Fue una acción in extremis para que el péndulo de la negociación con Rusia a la que se acercaban Yanu- kovich, vuelva hacia una negociación con la UE. El gobierno que sobrevino a la Plaza Maidán fue un gobierno de pacto con Yanukovich que rápidamente tuvo que ser disuelto porque de mante- nerse, todo ese entramado de conten- ción y expropiación de la revolución de las masas ucranianas que estaba en ciernes, se hubiera derrumbado como un castillo de naipes. La prueba de este enorme odio con el que contaba el gobierno ucraniano en el 2013 es que, a diferencia del 2004, cuando durante la llamada “revolución naranja” encabezada por Timoshenko contra Kuchma y su candidato Yanuko- vich, la clase obrera del este protagonizó enormes huelgas generales en defensa de éstos últimos, esta vez, no lo hizo. Es- taba expectante. Es que el látigo de Putin y Yanukovich, bajo el mando del FMI, era
  • 15. 1515 lo que acercaba más y más a las masas a la Unión Europea imperialista. Trotsky planteaba en su trabajo “La cuestión ucraniana” de 1939 que era la bota de Stalin y la opresión de la “Gran Rusia” sobre Ucrania, la que fortalecía al movimiento nacionalista de derecha que empujaba a Ucrania a los brazos de Hitler. Esta es la contradicción que permite comprender por qué la burguesía pudo anticiparse y controlar al movimiento de masas, y llevar el péndulo de los aconte- cimientos al acuerdo con la UE, sin que estalle una revolución abierta con una ac- ción independiente de masas. Es que los explotados huían a como sea de Putin. La crisis no está cerrada. Aún hoy hay “demócratas” vulgares y parlanchi- nes como periodistas de Le Monde y del imperialismo francés, que hablan de una “nueva primavera de los pueblos” en Ucrania. Son unos charlatanes. Ni la bur- guesía ni su partido nacionalista de la Plaza Maidán, movilizaron a las masas y las empujaron al combate, ni jamás tu- vieron la intención de derrotar a las ins- tituciones sobre las que se asentaba el gobierno represor de Yanukovich y de los tres oligarcas que mandan a Ucrania. Lo que entregó la burguesía de la Plaza Maidán fue una nueva soga para ahorcar al pueblo y a la nación ucraniana, tan al servicio del FMI como Putin. Por ello, in- sistimos, la crisis no está cerrada. La burguesía en el medio de una enorme crisis en las alturas y de dispu- tas interburguesas, signadas por un fe- nomenal crac económico, se adelantó a una acción independiente de las masas que abiertamente comenzaban a salir a las calles, como sucedió en la jornada del 20 de Febrero que arrojó un saldo de 47 muertos a manos de la represión de Yanukovich. Cuando ese peligro se puso de ma- nifiesto, tanto las potencias imperialistas europeas, como EE.UU. y el mismo Ya- nukovich empujaron inmediatamente a un pacto y a un acuerdo para cerrar la crisis en las alturas. Como ya dijimos, luego de semanas de acampes en la Plaza Maidán, comen- zaba a gestarse, con el ingreso de am- plios sectores de las masas explotadas, la posibilidad de que sea la clase obrera la que irrumpa ante la crisis política – como la única clase verdaderamente na- cional-, acaudillando al conjunto de los explotados con acciones de masas his- tóricas independientes, dándole una sa- lida a la Ucrania oprimida y resolviendo las aspiraciones nacionales. Es que es la clase obrera es la única clase que no se encuentra atada por ningún interés al imperialismo. La burguesía aterrorizada entonces ante la perspectiva de la irrupción in- dependiente de las masas, cerró sus filas y las brechas en las alturas. Bajo las órdenes de Kerry y la OTAN, firmaron un pacto de unidad nacional el 21 de fe- brero de 2014, estableciendo que iban a formar un gobierno provisional y el lla- mado a elecciones anticipadas para mayo del corriente año, supervisadas con observadores de la OTAN. El 22 de febrero Yanukovich es des- tituido por el Parlamento. El imperia- lismo, luego de usarlo cual “limón exprimido” para atacar a las masas, se lo saca de encima. Ningún gobierno en el que estuviera Yanukovich podía ser presentado ante las masas como un go- bierno “legítimo”, puesto que como diji- mos, era odiado por éstas. Por ello, el parlamento, un día después designa a Alexandr Turchinov, perteneciente al ala de la burguesía pro-europea, presidente interino. La UE y EEUU estaban dispues- tos a quedarse con toda Ucrania y des- terrar a Putin de su control. Los últimos capítulos de la revolu- ción ucraniana ni siquiera han comen- zado a escribirse. Estamos frente al prólogo. Pero ese libro, sin ninguna duda, contendrá los capítulos que de- mostrarán que la revolución ucraniana es una e inseparable de la lucha por la restauración de la dictadura del proleta- riado bajo formas revolucionarias en la ex URSS y su extensión a toda la Europa imperialista. Carlos Munzer 5 de abril de 2014 Enero 2014. Movilización en Ucrania
  • 16. Publicaciones de la Editorial Socialista Rudolph Klement