2. 3. Componentes de los plásticos:
Materia básica: se puede usar la celulosa, resina, poliuretano. Cada uno de ellos se
obtiene haciendo reaccionar uno o dos elementos determinados.
Cargas: se añade a la materia básica para mejorar sus propiedades
físicas, químicas o mecánicas. Para ello se utilizan fibras textiles, papel, sílice…
Colorantes: se añaden para obtener el producto final de un color deseado.
Catalizadores: tiene por finalidad acelerar la reacción química.
3. DISPOSICIÓN
Una característica fundamental de los residuos plásticos es su no degradabilidad, lo
que genera serios problemas en su disposición final. Si bien los residuos plásticos
representan un porcentaje reducido en el peso total de los residuos sólidos que se generan
(alrededor del 11% en 1996 según estudio de OPS/OMS-DINAMA-GTZPNUD),
participan en un porcentaje mucho mayor en el volumen de los residuos sólidos
generados. En consecuencia su recolección, transporte y disposición final genera costos
importantes. Por otra parte, la disposición final de los residuos plásticos presenta
perjuicios para el ambiente. En el caso en que se depositen en vertederos y se proceda a
su quema, puede contaminarse el ambiente dado que ciertos plásticos al quemarse
generan gases tóxicos. Por otra parte, si se depositan en rellenos, los plásticos dificultan la
compactación de los residuos y perjudican la descomposición de los materiales
biológicamente degradables, al formar capas impenetrables que impiden la eliminación de
los gases y líquidos generados en el proceso de biodegradación de la materia orgánica
(CEMPRE, 1998)
4. P O RQU E E S M A L O PA R A E L
MEDIO AMBIENTE?
En pié de guerra contra las bolsas de plástico. En España se distribuyen cada año 10.500 millones de estas bolsas, un
producto que además de perjudicar el medio ambiente supone un despilfarro de energía
Las alternativas son que los comercios pongan precio a la bolsa para su reutilización, o sustituir el plástico por material
biodegradable.
El plástico, como material, se remonta a los años 40 del siglo pasado. Pero su forma comúnmente más extendida no comenzó
a utilizarse hasta tres décadas después. De ahí al éxito fulminante no hizo falta mucho. La bolsa de plástico, la del
supermercado corriente y conocida como de camiseta, proliferó como un elemento cotidiano más. Te las regalan, cargas hasta
nueve kilos de compra en seis gramos de bolsa y después las desechas. Así de sencillo. Sin gasto alguno y sin mayor
importancia. Pero esto es sólo lo que parece.
Lo que en realidad sucede es que cada minuto se utilizan más de un millón de bolsas de plástico en el mundo. Sólo en España,
se utilizan 10.500 millones de estos livianos contenedores al año, que equivalen a 97.400 toneladas de plástico. De esta
cantidad, sólo se recicla un 11%, según los datos de Ciclópeas, organización sin ánimo de lucro que crearon las firmas de
fabricantes y transformadoras de plástico de nuestro país. Y es que el destino de la mayoría de esas bolsitas que se deben
depositar en el contenedor amarillo no suele ser su reciclaje y recuperación, sino más bien vertederos o incineradoras, donde
no hacen más que intoxicar la tierra y el aire de este planeta. Se estima que la descomposición de una bolsa de plástico se
prolonga durante casi 200 años, alimentando los residuos tóxicos en la tierra y en el mar, adonde van a parar muchas de ellas y
ocasionan la ingestión nociva para animales marinos que acaban asfixiados.
5. …
A la bolsa de plástico se la culpa, para más inri, de inundaciones y taponamientos en ciudades
del mundo menos desarrollado. Un caso ilustrativo es el estado de Maharashtra en la India, que
ha prohibido su utilización al descubrir que unas fuertes inundaciones fueron consecuencia de la
obstrucción que produjeron decenas de bolsas de plástico encajonadas en el sistema de
alcantarillado.
Que no le hacen ningún favor al medio ambiente es evidente, aunque desde Cicloplast
insisten en llamar a las cosas por su nombre y recalcan que hay varios falsos mitos creados en
torno a la bolsa de plástico. Sobre todo, destacan aquel de que produce un gran despilfarro
energético porque se utilizan polietilenos y polipropilenos que proceden del petróleo y su
fabricación, aparte de consumir combustibles fósiles, contamina la atmósfera con elevadas
emisiones de CO2.